Me despertaron aquellos golpecitos insistentes en la ventanilla de mi coche. Toc toc toc…
Vaya nochecita de marcha tan potente la que me pegué, lo malo, es que solo tenía recuerdos hasta las cinco o así de la madrugada; del resto no me dejaba acordarme la melopea. Toc toc toc… Envuelto por completo en la niebla del tablón que aún llevaba tardé en reaccionar. Toc toc toc… Poco a poco fui percatándome de que lo que oía, también, eran pitorradas de coches enfadados que me rebasaban por la izquierda ya que estaba parado así sin más justo en medio de mi carril, y en una de las principales calles de entrada a mi pueblo. ¡Qué extraño…!
Toc toc toc…
Lo raro es que eran ya más de las 8 de la mañana; lo malo es que llevaba un pedal tremendo y estaba parado en un semáforo; y lo peor es que me había quedado durmiendo mientras ese semáforo estaba en rojo… Lo que no sabía, era cuánto tiempo había estado ahí tirado con el motor en marcha, con la cabeza apoyada en el cristal de mi ventanilla dándome todo el sol en la cara, y roncando hasta babear con la boca abierta de par en par. Toc toc toc…
El susto me lo pegué unos segundos después -mientras aclararaba aquella espesa niebla etílica- cuando giré la vista a la izquierda y me crucé con los ojos de aquel guardia civil al otro lado de la ventanilla. ¡Joooder…! Era aquélla una mirada severa, aunque diríase que a la vez como asombrada e incluso tierna. Luego, hasta me pareció detectar la mueca de una ligerísima sonrisa en su cara… Me hizo aquel agente el gesto imperativo de que bajase la ventanilla, tras lo que me saludó de forma reglamentaria llevando el canto de su mano derecha recta y a la sien.
— ¿Buenos días, se encuentra Usted bien…?
— Pues hommmbre, mire yo…
— ¡Salga del coche, por favor…! Me interrumpió drástico al ver que sí, que yo al menos reaccionaba.
Cegado por los rayos de sol mañanero a tan tempranas horas, salí del coche a trompicones todavía bajo los efectos de tanto cubalibre: todo borroso, confuso, muy mareado… Tanto es así, que el agente, muy suave y amablemente me agarró del brazo y me acompañó a la sombra de la acera opuesta, introduciéndome en una especie de soportal que estaba abierto, y haciéndome sentar con cuidado en un banco de madera que había junto a la entrada… Pasaron los minutos, y despacio, fui pudiendo enfocar tanto la vista como los pensamientos, hasta que conseguí hacerme una ligera idea de lo que me estaba pasando.
Me levanté de aquel banco procurando dar muchos menos trompicones; salí de nuevo a la calle, y allí estaba el agente tomando notas junto a mi coche… Pero lo mejor fue cuando al girarme mareado con intención de volver al abrigo del soportal, levanté la cabeza y con algo de dificultad, pude leer en el frontal de las puertas aquéllo:
TODO POR LA PATRIA
¡Ostiaaas…!
No sólo iba conduciendo curda perdido y me había quedado durmiendo al volante parado en un semáforo en rojo, sino que además el semáforo donde tan plácidamente dormía resulta, que encima era el que estaba justo frente a la Casa Cuartel de la Guardia Civil de mi propio pueblo… ¡Mira tú qué casualidad, coooño…!
Y claro, setenta y dos horas me tuvieron cómodamente alojado allí mismo y a pensión completa.
Creo, que absolutamente todos los agentes de la Casa Cuartel se interesaron con verdadero cariño por mí, y por conocer la mayor cantidad posible de los detalles de mi digamos que peripecia… Fueron amabilísimos conmigo, a la vez que también condescendientes y comprensivos con aquel suceso tan insólito y chocante, que había yo digamos que protagonizado.
Años más tarde uno de aquellos agentes me confesó con sincero cariño y todavía meándose de la risa, que pasaron unos ratos estupendos riéndose de mí todo lo que quisieron. ¡Qué cosas…! Yo ahora también me río.
¡Venga, supéralo…!
Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.
….
¡Muy Feliz Año Nuevo! Para ti Antonio y para los tuyos.
Lo mejor siempre.
Gracias.
Me gustaLe gusta a 1 persona
💕🤗🤗🤗
Me gustaMe gusta
Buena historia, hasta yo me he reído, como los agentes, suerte para usted que se quedó dormido, porque en el estado que se encontraba no tuviéramos el placer de leer hoy su historia. Felicidades en este nuevo año. ❤️❤️❤️
Me gustaLe gusta a 1 persona
🤗🤗🤗 Has de saber Bertha que la experiencia no fue mía sino de un viejo amigo que, al contármela, de la risa, no pude resistir el escribirla… 🤣😂
Gracias por tus comentarios 🙏😘
Me gustaLe gusta a 1 persona
Así es Antonio, muchas de las historias que contamos son de otros o las inventamos, esa, la verdad, estuvo muy buena, gracias entonces a tu amigo que te la pudo contar. 😂😂😂❤️❤️❤️
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muy buena historia de juventud.
!Qué tiempos!
Un abrazo Antonio. Feliz año. Cuídate.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hommmbre… ¡Don José Ruiz Barrera…! Qué alegría verte por aquí. 🤗
😂🤣 Me alegro de que te haya gustado la historia amigo…
Y muchas gracias por tu comentario 🙏 🤜🤛
Me gustaMe gusta