Historias de Paco Sanz ✍️
“Lo digo sin quejarme,/ pero siento mi cuerpo de manera/ que pienso, y no quisiera equivocarme/ que al cuerpo hay que dejarle que se muera”.
Cuando la necesidad de Dios desaparecía me dije que mi indignación subsistiría aunque estuviera equivocado… Así, he vivido con la vaga prudencia de un caballo de cartón dándose un baño, sabiendo que jamás me he equivocado tanto en nada como en las cosas que yo más quería… Equivocarse en la vida es necesario para la vida. Pienso, que puedo estar equivocado, y eso ayuda a alegrarse por la vida.
Me he pasado la vida leyendo-escribiendo y estudiando-olvidando, pendiente de mi respiración, de la intencionalidad de mi vida… Sometido al yugo de objetivos y costumbres para darle sentido, sometido a su dominio, a su ascendiente, influencia, y sugestión… Para ir tirando ¿de qué? me pregunto. De mi identidad, de mis equivocaciones, supongo.
La teología, la moral, la historia y la experiencia de todos los días, nos enseñan que alcanzar el equilibrio no es una cuestión de infinidad de secretos; que no hay más que uno: someterse. “Aceptad un yugo, nos repiten, y seréis felices; sed alguna cosa y os veréis libres de vuestras penas”.
Se ha creído ver en las categorías de la razón un criterio de la realidad, en lugar de darse cuenta de que aquéllas, deberían servir como maneras de hacerse dueño de la realidad para equivocarse inteligentemente acerca de ella.
Avancemos un poco más, y veremos que todos los legisladores impulsados a romper el yugo de una moral establecida y a proclamar nuevas leyes, cuando no están verdaderamente locos, no tienen más remedio que tornarse tales o fingir ser socialistas… El socialismo, es un régimen social ficticio que posee su propia teoría equivocada y su propia práctica errónea, pero resulta imposible determinar tanto teórica como prácticamente, qué es la teoría y qué es la práctica del socialismo.
Decía Simone Weil que “lo difícil, es observar que una revolución se equivoca y seguir sin perder la fe en su necesidad… Ése, es precisamente nuestro dilema…” Y Mark Twain dijo que “Toda situación difícil tiene una solución sencilla… y equivocada”. Es corriente hacer lo correcto por el motivo equivocado, y para algunos es la mejor de las traiciones. El privilegio, literalmente, es poseer una ley propia, una regla propia, soberanía, autonomía: la gente no se equivoca.
No deseamos profundamente la autonomía sino el privilegio:
Si el político sólo tenía que aparentar que creía en lo que decía, el elector sólo tiene que aparentar que en realidad es él, quien se ha equivocado… Las fantasías no son sólo mentiras, y la frontera entre la realidad social y los sueños políticos, es inestable en la época ésta tonta del duermevela de la tontería.
Historias de Paco Sanz ✍️