Se me olvidó el miedo…

El calambre en los gemelos y en el bíceps femoral me hizo parar de golpe, y empecé a intentar estirármelos de alguna manera; era difícil… Cuando me giré, y vi la distancia que había recorrido me asustó un poco la idea de tener que volver, la verdad… Mi pierna acalambrada me lo pondría difícil, pero el verdadero problema es que ya estaba muy lejos de la playa y no podía parar de moverme si quería permanecer a flote… Y me estaba agotando.

Es chocante que por la noche, al recordar el suceso, me entrase tanto o más pánico que mientras me sucedía. No pude dormir de ansiedad pensando en el miedo que había pasado. Era evidente, que había cometido una imprudencia además de una torpeza y una tontería, porque olvidé algo tan sencillo como que el mar es bastante más peligroso que la montaña, ya que uno se muere si no respira. ¡Qué cosas…!

Así, que no podía dejar de bracear si quería seguir vivo, y claro, se me amontonó la faena: el calambre, el cansancio y mis cincuenta y siete años; la obligación de no parar de moverme a la vez que la imposibilidad tan dolorosa de usar mi pierna derecha; el tabaco, la necesidad de seguir nadando para escapar del mar; y por último, el miedo tan grande que me estaba entrando…

¡¡Ahhh… Ufff, Ahhh…!!

Estaba hiperventilando y agotándome a unos doscientos metros de donde haría pie, y casi, diría, que me faltó bien poco para entrar en pánico: inspiraciones largas, expiraciones cortas; control de la respiración.

¡Tranquiiilo…! 😳

Mira, que he sacado gente a medio ahogarse de esta playa, pero la verdad que en ese momento no caí, para nada, en aquel detalle tan importante: se me olvidó el miedo… Estaba claro, que me había hecho el chulico de más con mi sobrino cuando me retó y me dijo aquéllo: ¿queeé, tío, vamos…?

Después de azuzarnos mirándonos arrancamos a nadar como locos hacia las boyas situadas a unos trescientos metros de la playa… Y se ve, que sobrestimé a éste mi cuerpo serrano, y olvidé -parece ser- que el motor ya no es el mismo que el de hace algunos años aunque todavía funcione más que bien… Que la carrocería es verdad que está como está, y el chasis, tampoco es que esté mal pero bueno: la verdad es que casi la cago por tonto…

Haciendo la ranita, llegué, y necesité al menos quince minutos para recobrar el aliento donde ya hacía pie; esperaba reponerme, casi ahogado, sudando, asustado… No era cosa de salir del agua resollando como un fuelle y que me confundieran por ahí con un madrileño en apuros, de ésos, que les da un jamacuco en la playa en cuanto se mueven un poco… 🙄😳

La cosa, es que cuando me vi tan mal me vi muy mal, muy muy mal: de verdad. Jamás, había estado tan al punto de ahogarme y menos de esa manera tan tonta… Y sí, pasa el carrusel de tu vida en un instante, sí.

No sé, si tenéis suerte o no de poder leerme hoy… 🙄😳

…eeen fin. 💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

2 comentarios en “Se me olvidó el miedo…

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