Vuelve a empezar el curso

Publicado el 19 de septiembre de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

Vuelve a empezar el curso. Me he enterado de eso como estudiante, como padre y como abuelo, siempre me ha gustado. Nunca he podido enterarme como profesor, igual hasta a ellos les gusta. Cursos hay muchos, existe, además del curso escolar el curso del río, el curso del tiempo y el curso esperado de los acontecimientos. Pero éstos parecen seguir, parece que no han empezado nunca.

Párate durante una hora junto al río que corre: seguro que no pensarás que el agua que se ha alejado de ti ha dejado por ello de existir. Pues bien, es posible que para un grupo de hombres de corazón puro, ocurra con el curso del tiempo igual que con el curso del río.

Las religiones del desierto, y todas en cierto modo lo son, siguen el curso del sol. La más famosa de ellas prescribe las oraciones-santificaciones (salat) cinco veces al día. No se corresponden con horas sino con etapas del curso del sol: antes del amanecer assub, al mediodía az-zuhr, a media tarde al-asr, inmediatamente después de ponerse el sol al-maghreb, y en el momento que han desaparecido las últimas luces del crepúsculo al-isha…

Pero el curso que vuelve una y otra vez a nuestra consideración es el curso esperado de los acontecimientos. El que no sea para unos lo mismo que para otros, está en el origen de muchos malentendidos. Por ejemplo está el hecho de que aceptamos los ofrecimientos, pero soportamos las amenazas. La diferencia de opinión acerca de cuál es el curso esperado de los acontecimientos hace que se condene al profeta. Parece que el profetizar nos condenara.

Según lo que creas que va a pasar eres optimista o pesimista, progre o no tanto; por ejemplo mostrar lo malo de cómo van las cosas, añadir que no se puede hacer nada, es ser reaccionario. Es decir, la crítica al oponerse al progreso de la información desatada, del consumo, de la industria, es reaccionaria porque va contra el curso esperado, progresista, de los acontecimientos.

La aceptación de la causalidad negativa amplia el número de relaciones causales casi hasta el infinito. Siempre que omitimos algo que habríamos podido hacer tenemos una (co)responsabilidad causal de lo que sucederá a continuación (y de lo que habría sucedido si no hubiéramos actuado). Sólo tenemos una responsabilidad moral si, además, estábamos obligados a actuar. Si el curso esperado de los acontecimientos estaba claro.

Nuestra vida, la vida de la especie hace mucho que se limita a un transcurrir; en general nacemos sin saber hablar y morimos sin haber sabido decir. Nuestra vida transcurre entre el silencio de quien está callado y el silencio del que no fue entendido, y en torno a eso, como una abeja en un lugar sin flores, se cierne incógnito un inútil destino.

Lo mejor del comienzo del curso es eso, que empieza. Les pregunto a mis nietos que qué creen que van a aprender en este curso, que qué es lo que más les gusta del curso que empieza. Me miran como si estuviera mal del coco… 🙄😳

Historias de Paco Sanz ✍️

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