el 8 y el 88

Mirando está foto me ha dado por pensar que, en los cumpleaños, los números 8 y 88 de las velas son los únicos que ven por igual y a la vez, tanto el fotógrafo al hacer las fotos como el que cumple los años y sopla… Y me explico: en los cumpleaños, cuando llega el momento de las fotos y hay que soplar las velas, la tarta se debe girar para que el número que pone en aquéllas no aparezca en las fotos al revés. ¿No…? 🙄😳 Pues eso.

Y sí, ya sé: ésta es una más de tantas tonterías mías que me da por pensar con tantísima frecuencia… ¿Pero eso, o algo así, podría explicar o no la mirada de mi madre…?

Y me he parado a pensar, porque me he fijado en esta serie de fotos: una ráfaga fotográfica, de ésas tomadas durante un par de segundos con el fin de ver qué sale fotográficamente… A mi sobrina se le ocurrió echar las fotos en modo ráfaga porque, como a su abuela no le gustan, quería pillarla riendo al menos en alguna.

Estaba feliz como una lombriz porque yo estaba allí y doy fe de ello. Pero, de entre la variedad y el detalle de los múltiples disparos en ráfaga de aquella cámara de teléfono tan moderno, apareció, entre otras, la foto ésta… Había otras en las que sólo sonreía, o en las que hacía mojigangas porque como yo no es muy fotogénica; y otras varias movidas, desenfocadas, inservibles…

El caso, es que teníamos seis u ocho fotos tomadas casi en el mismo instante pero todas diferentes. Es chocante que la misma persona en sólo un par de segundos pueda tener seis u ocho expresiones en su cara tan distintas. En determinadas ocasiones, casi toda la vida de uno puede pasarle por delante en sólo un segundo. A mí, eso me ha pasado ya varias veces y no te digo nada a los toreros, a los cirujanos a corazón abierto, los motoristas, o a los marineros… Cada segundo, cuenta.

Los disparos fotográficos múltiples en ráfaga y eso de que la vida pase en un instante, se parecen un poco, ¿no…? 🙄😳

Tierna la foto, sí, pero mira su mirada: no sabemos si al pastel, si al número 88 o si a su pasado; o quizá sólo estaba pensando… Son muchos los años y seguro que hay algo mucho más hondo en esa mirada que la simple ternura o la felicidad… Ella, cree creer profundamente en Dios, y aunque me gustan mucho tanto la mirada como la foto, conociéndola, toda mi vida voy a estar preguntándome qué estaría en el fondo mi madre pensando en ese momento: ¿gracias…? Quizás…

eeen fin.

Que te quiero mucho, Mamá ❤️

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

12 comentarios en “el 8 y el 88

  1. Hermosa fotografía, tu mamá tan linda, sosteniendo en su mano el peso de los recuerdos, reflejados al lado de el número 88 ¡madre mía! Como resumir en pocas palabras los instantes de felicidad y las lágrimas derramadas. Me encantó, como siempre, tu reflexión.

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