¿Qué, dialogando…?

Publicado el 11 de diciembre de 2019.

«Es difícil conseguir que alguien entienda algo, cuando su salario depende de que no lo entienda…»

Vergüenza tendría que daros, hijosdeputa.

Toda esta mierda progresista; toda esta filfa ideológica, roja e independentista, ha sido creada, apoyada y amplificada por una legión de ratas políticas y pseudoperiodísticas, al frente de boletines oficiales, televisiones, y medios de intoxicación de intención oscura; muy oscura.

Unos medios de comunicación y unos políticos, rateros, rastreros, corruptos, rendidos y genuflexos ante el sueldo que los compra… Televisiones sanguijuela y políticos vampiro, dopados ambos, con inyecciones constantes de sangre roja oscura, sucia de dineros negros… Dineros siempre robados, hurtados con guante blanco al bien común del resto de los españoles.

Una pléyade canalla de opinadores mercenarios, tanto nacionales como autonómicos, que han convertido los diferentes canales informativos en sediciosos púlpitos multimedia desde los que sólo, se escupe veneno ideológico en el erial periodístico y moral, en el albañal, en el que pretenden convertir la realidad, la actualidad, la Historia y la cultura de éste nuestro país, la pobre España…

¿Estamos locos, o qué…? ¿Tontos acaso?

¡Qué vergüenza colectiva…!

Y yo me pregunto: ¿ésto pasaría también en cualquier otro país que como tal se estime…?

Iros a la mierda.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

🤔

6 comentarios en “¿Qué, dialogando…?

    1. No, querido hermano Antonio, no. A la muerte no se le puede engañar, y por lo tanto, tampoco se puede negociar con ella.
      Los demás negocios, son, cuasi parafraseando al grupo Kansas, simplemente polvo en el viento, Dust in the Wind.
      Decía el Dios de la literatura moderna por boca de uno de sus personajes más famosos de la universal, (aunque no por ello, su mejor personaje), algo así como…
      «La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura».
      No me vale que «los eruditos» me cuenten que el autor utilizase la figura retórica denominada políptoton u otros tipos de paronomasia, palabros cuyo significado consisten en «el empleo repetido de distintas formas gramaticales de una misma palabra en una sola frase», porque lo que realmente me vale, lo que bajo mi humilde y desilustrado punto de vista vislumbro, es que don Miguel de Cervantes y Saavedra quería hacer ventriloqueando esta frase en boca del Ingenioso Hidalgo, (que era mucho más profundo e irónico que lo que esos mismos «eruditos» nos quieren hacer creer), era en realidad un intento de dar sentido al sin sentido, colocando orden en el aparente caos del yo interno, indagar el significado del mismo y preguntarse por él en un acto compulsivo y repetitivo de introspección, cuyo final acababa justo después de haber arribado el mismísimo Caronte al borde de nuestro lecho de muerte.
      Es ahí donde la mente sana, donde el distinguidor de lo verdadero versus lo falso, donde el famosísimo señor Don Sentido Común y su señora esposa, Doña Razón, colisionan con sus propios límites, o dicho en otras palabras, surge el pensamiento normal, pero únicamente justito cuando ya se ha convertido en el pensamiento anormal para el resto de los mortales.
      Sólo nos queda la paz que hay dos metros bajo tierra, para comenzar el camino hacia la comprensión del todo, pues de todos es sabido que los cementerios están a rebosar de sabios.
      Bajo tierra, de pronto empiezas a comprender a la sinrazón y el caos, milagrosamente se torna en orden.
      Así pues, más vale que esperemos a las instrucciones de la Parca para averiguar el motivo del porqué ocurren las cosas y cuál es el sentido de la vida, porque desde luego, es absolutamente imposible que Caralibro pueda contestar alguna vez algo o a alguien, querido hermano Antonio. Somos 7.500 millones de seres humanos, cada uno con su culo. Y como acertadamente decía Clint Eastwood en su película «Harry el Sucio II», las opiniones como los culos: cada uno tiene el suyo. Y yo añado que, como cagamos una o más veces al día, es fácil de calcular que 7.500 millones de seres humanos cambian de opinión varias veces al día, y mucho más, si tienen diarrea.
      En fin, amigo Antonio, si alguna vez has sido hombre de mar, sabrás que “el mar dará a cada hombre una nueva esperanza como el dormir le da el sueño”. Cristóbal Colón.

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  1. Lo de Facebook me dicen que yo soy omofogo y estos tios que están aquí arriba queeztan poniendo que se ríen de toda España váyanse ustedes de Facebook a la mierda los boy a denunciar que trabajan para el gobierno doud unos indolentes iros a la muerda y yo escribo lo que quiera vale

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