SOÑAMOS…

Publicado el 3 de mayo de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

Los primeros relatos de Ciencia Ficción del tema que cayeron en mis manos llevaban por título: Soñadores Expertos… Entonces se la llamaba también Anticipación, hoy Fantasía. En aquella época todavía recordaba bien mis sueños; como entonces lo del psicoanálisis estaba de moda lo primero que hacía cuando me despertaba era anotarlos, para que no se me olvidaran. En algún momento me cansé del juego, pero aún hoy si he soñado mucho, aunque no lo recuerde, sé que he dormido bien. Pero… «¿Cómo sabes que has soñado mucho si no lo recuerdas…?»

Porque has despertado sonriendo.

Estos días de encierro he echado de menos el agua, mis sueños han sido de agua: “El dormir es como un puente/ que va del hoy a mañana./ Por debajo, como un sueño,/ pasa el agua…” Debo haber también echado de menos a mis viejos amigos, sobre todo a los muertos, porque estos días he soñado más con ellos de lo normal.

Estos días de estar en casa es como si nos estuviéramos recuperando de alguna enfermedad. Convalecemos… En general, somos criaturas que no aprendemos ningún arte u oficio ni siquiera el de disfrutar de la vida. Extraños a convivencias prolongadas, nos aburrimos en general de los mejores amigos después de estar con ellos a penas media hora; sólo, ansiamos verlos cuando pensamos en verlos, y las mejores horas en que los acompañamos son aquéllas en que sólo soñamos que estamos con ellos. No sé si ésto indica poca amistad… Las cosas que más amamos, o creemos amar, sólo tienen su pleno valor real cuando son simplemente soñadas.

Hoy todavía no sabemos dónde se oculta la vida, qué clase de sitio es ése ni cómo se llama. Si nos abandonan, si nos retiran libros y pantallas nos veremos inmediatamente en un embrollo, todo lo confundiremos, no sabremos a dónde ir ni cómo; ignoraremos lo que se debe amar y lo que se debe odiar, lo que debe respetarse y lo que sólo merece desprecio. Empezaremos a soñar, de cualquier manera: “…érase una vez/ un lobito bueno/ al que maltrataban/ todos los corderos/ Y había también/ un príncipe malo,/ una bruja hermosa/ y un pirata honrado/ Todas estas cosas/ había una vez/ cuando yo soñaba/ un mundo al revés…”

Necesitamos seguir soñando porque necesitamos haber dormido bien. Hay que defender los sueños, los deseos, lo que deseamos realmente lo necesitaremos siempre… Lo necesitaremos para volver a trabajar. Cada trabajo tiene su onirismo, cada materia trabajada aporta sus sueños íntimos. El respeto a las fuerzas psicológicas profundas debe conducirnos a preservar contra todo atentado el onirismo del trabajo: nada bueno se hace a desgana, es decir: a contrasueño. El onirismo del trabajo es la condición misma de la integridad mental del trabajador. ¡Ojalá venga un día en que cada trabajo tenga su soñador titulado, su guía onírico, en que cada manufactura tenga su oficina poética…!

“Como en el bosque umbroso los caminos,/ he perdido en un sueño mi esperanza:/ un sueño tan oscuro, tan profundo,/ que no puedo encontrarla./ Si alguna vez despierto de este sueño/ al clarear el alba/ creeré que estoy soñando todavía/ y seguiré buscándola…” Para huir de la gran enfermedad, del horror del domicilio, salimos a reconstruir nuestras ciudades con la esperanza de poder así soñar nuevas islas.

Me parece bien que mis hijos se hayan ido de casa, el ganao a su aire decían mis bisabuelos, pastores. Sueño pocas veces con ellos… ¿Por qué se alejarán tanto los hijos hasta volverse casi inaccesibles; mucho más que los padres, con los que por otra parte con tanta frecuencia también soñamos…? Los padres, están siempre presentes.

Historias de Paco Sanz ✍️

1 comentario en “SOÑAMOS…

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.