La molla de su pan

¡¡ Cumpleaaños feeeliz…!! 💕

Aunque refunfuñe, cuando nos sentamos a comer juntos siempre me da por quitarle alguna molla de pan, a menudo bebo de su copa de cerveza, y a veces hasta le quito el último trocito de lo que sea que le quede en el plato. Y cuando terminamos de comer y necesito fuego para fumar también disfruto escarbándola y sirlándole el mechero, o pidiéndole una caladita de su cigarrillo guiñándole un ojo y poniéndole carita de bueno… Me encanta hacerla rabiar sólo un poquito quitándole sus cosas en broma, claro: porque en el fondo es un juego cariñoso y nuestro. En el fondo, adoro sus cosas y por eso me encanta todo lo suyo. Así, cuando necesito algo de su boca también me gusta quitárselo: al cruzarme con ella por casa la beso sin venir a cuento y sin su permiso, y luego de jugar sólo un poquito la aprieto contra mí y la palpo también un poco… Me hace falta.

Vivir con ella es como estar en el mismísimo cielo y encima tener enchufe con el jefe. No se puede estar mejor; no la puedo querer más; no sólo estoy en el mejor sitio del mundo sino que encima me mima, ella… La sola idea de perderla –de cuando la pierda– me da un pánico que no se puede aguantar. No sólo estoy enamorado hasta las trancas y los tuétanos sino que desde hace muuuchos años sólo tengo ojos, neuronas, intenciones para con ella… Estoy felizmente obsesionado con la idea de hacerla feliz el mayor tiempo posible.

— ¿Será grave ésto mío, Doctor…? 🙄😳

Una de sus amigas, cuenta la anécdota de una comida en la que habían quedado con los niños en llevar algo de comer cada una… Una de ellas llevaría pechugas de pollo rebozadas, la otra un conejo frito con tomate, y la amiga ésta -de la que hablamos- algo preocupada llamó a mi Señora: «Manuela… no sé cocinar» 🙄😳

El día de la comida, y mientras la una presumía de su conejo frito y la otra de sus pechugas de pollo empanadas, la amiga de mi Señora ni corta ni perezosa también presumió: «pues yo, como no sé cocinar me he traído a Manuela…»

🙄😳

Y se hizo como un pequeño silencio entre ellas porque aquélla, había preparado una de sus legendarias tortillas de patata; también había desespinado con esmero y macerado en aceite de oliva unas anchoas de esas de bota que te quitan el sentido; y por último -y por si fuera poco- para los postres hizo un simple y humilde flan de huevo que hizo saltar las lágrimas a más de una que llevaba siglos sin probar nada parecido.

Pues eso: yo, también presumo de Manuela… 😍 Recuerdo, cuando de niño mi padre y mi madre sostenían mi mundo y ahora -yo algo más mayor- parece que es ella quien me lo sostiene y no es dependencia sino devoción; no es que la necesite es que la amo. 💕 Que estar con ella me hace creer ser mejor persona de lo que realmente soy.

eeen fin.

¡Qué gustico…! 🤣😂😎💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

9 comentarios en “La molla de su pan

  1. Enhorabuena. En casos como este se suele decir “siento una sana envidia”, pero no sería verdad, porque tengo en casa, desde hace 48 años, alguien muy similar a tu Manuela, aunque la mía se llama Mari Carmen. Por tanto, envidia no, pero sí felicitaciones. Y alegría de que haya más gente que tiene una suerte similar. Un abrazo.

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