La cuna….

Publicado el 8 de diciembre de 2022.

Eras muy pequeña y lo más importante era que no te sintieses desplazada en forma alguna. No se trataba de que tu hermana viniese a cambiar nada sino de que viniera como vienen los premios, con la alegría que traen las noticias fantásticas.

Tu hermana iba a venir en breve, y solo teníamos una cuna: la tuya. Y por ello, me aproveché de lo gran persona que eres para empezar a engañarte solo un poquito diciéndote que no teníamos dinero para comprar otra, y que tu hermana tendría que dormir en una bonita caja de cartón que teníamos decorada y preparada para tal fin. Y te enseñé la caja… Lo hice -lo de engañarte un poquito- con la intención de que sólo por decisión tuya, consintieras el pasarte a tu cama en vuestra habitación de al lado…

Recuerdo que como eras tan inteligente y pese a que no tenías ni tres años, empecé a comerte la cabeza con lo de «que no pasaba nada porque tu hermana tuviera que dormir en una cajita en el suelo junto a nuestra cama…» Tú, veías algo raro en éso de prepararle la cama a un bebé dentro de una caja de cartón. Como que no lo tenías muy claro, y menos, siendo tu hermana la que tendría que dormir encajonada. No, no lo entendías, pero, bueno… 💕🤗 Eras tan pequeña, y tan buena… Yo, confiaba en ti.

Pasó el tiempo y tu madre, claro, se puso de parto. No se me olvidará nunca cuando te llevé junto a ella y por primera vez viste al bebé. La expresión de asombro en tu cara cuando abriste los ojos como platos entusiasmada de que aquella niña tan pequeña fuera ahora tu hermana, fue uno de los espectáculos más hermosos a los que he asistido nunca. ¡Qué bonito…!

Recuerdo la mañana que regresamos del hospital los cuatro a casa. Te pasaste el día entero jugando junto a tu hermana, y preguntándole a tu madre cosas como que por dónde le había salido el bebé, qué íbamos a darle de comer ya que solo bebía teta, cómo se ponían los pañales a una persona tan pequeña -tú los llevabas puestos- o porqué se pasaba la niña todo el día o durmiendo o llorando…

Y claro, llegó la hora de irnos todos a la cama y recuerdo, la cara que pusiste cuando viste que efectivamente íbamos a acostar a tu hermana en aquella caja de cartón, arropada entre aquellas extrañas sábanas con tanta puntilla y ese almohadón para muñecas tan chiquitín.

Te lo pensaste muy muy poco.

— Papá, he decidido, que voy a dormir esta noche como las mayores yo sola, en la cama de la habitación, y así mi hermana puede dormir en la cuna… Nos dijiste, por fin.

¡Ufff, menos mal…! Ya me veía durmiendo esa noche con tu hermana al lado de nuestra cama dentro de una caja de cartón tirada en el suelo.

Y oye, no hizo falta más. Y además, al día siguiente te despertaste tú sola, viniste a nuestra habitación, y al subirte a la cama nos dijiste tajante aquéllo de que a partir de ese momento, te quitásemos los pañales «porque he pensado, que ya no me voy a hacer pipí más…»

eeen fin.

Te quiero Pequeña Flor… 💕🤗

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

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