EN LAS ÚLTIMAS

Publicado el 7 de febrero de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

Estoy llegando a las últimas. Me doy cuenta de como me muero por cómo me estoy quedando sin compañía. Recuerdo al viejo judío saliendo del campo de concentración, cuando le preguntaron cómo se sentía, decía que le sorprendía seguir vivo pues todos los que quería se habían muerto. O del viejo poeta español que dejó escrito eso de: “No me duele de mi muerte, porque yo morirme tenía, más me duele por mis hijos, que pierden mi compañía”.

Cuando acabé con mis ritos de iniciación, cuando por fin no tuve que depender de mis superiores en la universidad, la mili o el trabajo, me di cuenta de que había generado una especie de alergia a las jerarquías. No he sido maestro de nadie, y en general mala compañía para todo el mundo. Cuando le digo a mis hermanas de lo insociable que soy levantan las cejas, pues estoy siempre entre parientes y amigos, por no decir de mi matrimonio que es de una duración escandalosa.

Esta pandemia nos está matando porque cada vez somos menos compañía, nos necesitamos menos unos a otros. Eso consigue que acabemos siendo extraños para nosotros mismos incluso sin salir de casa, que nos sintamos otros. Otro, imaginándolo todo para hacerme compañía. En la misma oscuridad que tu criatura, o en otra. Rápido, imagina.

Ahora mismo, escribiendo en la tablet, me doy cuenta de que busco compañía al otro lado del cristal. Hago como si hubiera otro mundo al otro lado del espejo, del cristal. ¡Cristal, espejo nunca! reclama el buen amante. Como aquel poeta que escribió una vez ”¡Besame!, dices, te beso, y mientras te beso pienso en lo fríos que serán tus labios en el espejo”. Hago por seguir escribiendo para no estar tan solo. En fin, que cierta actividad mental es complementaria de la compañía.

Bien pensado estoy en compañía de otro ser vivo, que también está al otro lado de un cristal: Un pez. Da vueltas en su pecera, veo sus ojos al otro lado de su pantalla. Está en cierto modo navegando como yo, dando vueltas, como yo. Es el primero de los vertebrados, yo soy uno de los últimos. Cada dos días le doy de comer, cada cuatro le cambio el agua. Yo leo casi siempre. A veces escribo, a veces salgo a la calle. A él, el otro pez se le murió. Mi Santa sigue a mi lado.

Nietzsche llamaba a su dolor su perro. Le hacía compañía, le era fiel. Estos días veo pasear a mucha gente con su perro por el descampado, algunos incluso los llevan atados. En el gusto por estar así acompañados se ha reconocido siempre el alma del eremita. San Roque, el patrón de los apestados, es representado en pinturas y esculturas con su perro a su lado. Como es imaginario, en fotos no.

Al haber envejecido un poco más deprisa que de costumbre por la falta de compañía, nos hemos vuelto un poco más religiosos, un poco más solitarios. Los mejores cristianos primero renunciaron a las mujeres, después al mundo, y finalmente a la compañía de otros hombres, eran los hombres del eremos, del desierto. El desierto crece ¡ay de aquel que en sí albergue desiertos! Pues a volar.

Las condiciones del pájaro solitario son cinco. La primera es que se va a lo más alto; la segunda que no sufre compañía; la tercera que pone el pico al viento; la cuarta que no tiene determinado el color; la quinta que canta suavemente…

Historias de Paco Sanz ✍️

4 comentarios en “EN LAS ÚLTIMAS

  1. Soledad, ausencia de amigos que se pierden, unos transportados por Caronte a otra orilla de la laguna Estigia, otros, que se apearon en marcha para seguir otro camino pues el que habían llevado con nosotros dejó de interesarles, por seguir mejor los cantos de sirena que desde los medios de desinformación masiva que le hablaban de pandemias, de virus, de «casos», de inexistentes «colapsos» de Hospitales, llegando incluso a oponerte el argumento «ad hominem», a falta de razonamiento válido en esta operación de desintegración de la sociedad, la familia y la economía de la que estamos siendo objeto para implantar un Nuevo Orden Mundial.
    Bien, pues que sean felices en él, que es lo que se desea a quienes un día consideró amigos. A veces, como cuando se peregrina, el camino, mejor solo.

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