Dulce enemistad… 💕

Historias de Paco Sanz ✍️

Me descubrí ayer diciéndole a mi amiga, a mi amor, que seguramente por lo alejados que estamos de todos, incluso de los que más queremos, estamos tan locos el uno por el otro. Me dijo que algo de eso habría, sin duda… Es posible, que pensara como yo que también por lo alejados que estamos cada uno por el otro, estemos además tan locos cada uno por sí mismo. Al menos yo sí lo pensé… Y estamos tan unidos, que a veces no tenemos los mismos sueños sino incluso los mismos pensamientos.

La mujer que ama ofrece al hombre amado una enemistad dulce; la que no, una amistad amarga. A mí me pasa conmigo mismo. «No os extrañéis mis dulces amigos, que esté mi frente arrugada, pues vivo en paz con los hombres y en guerra con mis entrañas…» En mi lucha contra el mundo, defiendo al mundo.

Lo de la schadenfreude, lo de que en las pequeñas desgracias de algunos de nuestros mejores amigos haya algo que no nos disguste, lo llevo a la práctica casi siempre limitándome a mi mismo, a mi cuerpomente de cada día… Por ejemplo: estoy en guerra con mis costumbres, no me aguanto cuando veo que me conformo, que me someto a esas gratificaciones de mierda que nos dan por ahí cada dos por tres…

Me siento tontamente vanidoso cuando entiendo que creo que la inteligencia es una exigencia; que soy tan tonto porque no me fijo más, vaya… Me siento lejos de todos, de ella, de mí mismo. Es posible que lo de Dios, sea un intento de buscar en el fondo de los abismos de uno mismo la compañía. Cuando por la noche dejo de abrazarla para abrazarme a la almohada, pienso, en que muchas veces, cuando cambiamos ella y yo de postura pero sin perder el contacto, es para intentar sentir cuál de esos contactos, tocándonos, es más compañía… Quedamos entonces ambos así en los brazos de Madre. Dormidos.

Mi enemistad dulce conmigo mismo me mantiene en mi amor con ella, y con los que sigo queriendo, con los que me descubro soñando… Sólo algunas veces me doy cuenta de que no los aguanto por ser quién me da por ser y por decir, cuando estoy con ellos. ¡Vaya…! Que es muy posible que el capullo sea yo.

¡Qué pena…!

Mi abuelo catalán, que a pesar de ser un excelente músico era también una gran persona, me dijo una vez: “Tingues per cert que si ets massa tancat et guanyaràs enemistats, però si ets excessivament obert captaràs mals amics, i t’asseguro que la vilesa d’un mal amic és més nociva que l’odi de un enemic”.

O, me dijo algo parecido… Pero así en su día lo transcribí en mi diario y si ahora lo evoco así, en catalán, es porque del catalán de mi infancia siempre me ha parecido que estoy excesivamente alejado.

El que escribe «sobre sí» es aquél a quien la distinción entre «yo» y «el sí mismo» le da siempre algo que pensar… Y tiene que estar en juego la curiosidad y el pensamiento exuberante, el enamoramiento de sí mismo y la enemistad consigo mismo. «Queremos ser poetas de nuestra vida…”

Pero también tengo bien claro que acepto el hecho del enemistamiento y acepto en secreto el hecho de pensar de una manera lógicobélica. Creo que hay que saber llevar el saber de uno mismo como un arma, y si es posible, como un arma secreta… Que no hago más que huir de mí mismo lo tengo claro: creo que hay que huir, que sólo el que huye escapa… Pero reconozco, que a lo largo de todas mis huídas siempre busco un arma.

Historias de Paco Sanz ✍️

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