Trabajando…

Publicado el 26 de enero de 2022.

Historias de Paco Sanz ✍️

Los que trabajan se pasan trabajando. Keynes pensaba que cuando la industrialización se generalizara, con tres horas de trabajo al día bastaría para todo el mundo. Se equivocó, la vida y el trabajo se entremezclaron, y los hombres hicieron del trabajar como si eso fuera en realidad vivir.

Cuando la Inteligencia Artificial se haga cargo de la gestión del planeta, de sus finanzas, de sus recursos y de su gobernanza -que a eso llegaremos- espero que no les carguen a los hombres con lo del trabajar por trabajar, esa maldición a la que Dios nos condenó, y de la que tanto la industrialización como la informatización todavía no nos han librado; como si lo de Dios expulsándonos del paraíso aun siguiera operativo. De momento se hace cargo de eso el Estado, que en este aspecto sigue siendo su cómplice.

La fobia al Estado y el cambio de la idea de Estado: Primero el Estado-Iglesia, más tarde en los siglos XI y XII el Estado-Iglesia que separaba y jerarquizaba el poder espiritual del papa y el poder militar del emperador. Luego el Estado-Soberano, asociado a la Reforma Alemana y más tarde a las revoluciones inglesa y francesa. Y por último el Estado-Empresa, producto de las revoluciones industriales y gerenciales de los siglos XIX y XX. El Estado-Empresa es propio del siglo XXI, seguramente dejaremos su administración a automatismos, programas… máquinas.

En 1948, cuando acabábamos de dar a luz al transistor, un padre dominico escribía lo siguiente viéndolas llegar: “Podemos soñar con tiempos en los que una máquina de gobernar llegaría a sustituir la insuficiencia, hoy en día patente, de las mentes y los aparatos habituales de la política”.

En un cuento de ciencia ficción que no he olvidado, un día las máquinas lo fabrican todo solas, y es que lo hacen todo mejor. Pero los hombres sin poder trabajar se deprimen. Entonces las máquinas hacen que tengan que trabajar. Luego, reconvierten constantemente sus productos sin que ellos se den cuenta.

Da la sensación de que la humanidad emplea, sin confesárselo, a todos los individuos como combustible para calentar sus grandes máquinas; pero, ¿qué objeto tienen esas grandes máquinas si todos los individuos, (es decir, la humanidad) no son buenos para nada sino para mantenerlas funcionando? Máquinas que tienen su fin en ellas mismas, ¿es ésta la comedia humana?

Primero se aleja al trabajador de sus herramientas, después de sus productos, a continuación de su actividad productiva y finalmente de los demás trabajadores. O la alienación por el trabajo según Marx. Máquinas que no entendemos, producen cosas que no reconocemos como propias, llevando a cabo un trabajo que no sabemos a qué viene, y en compañía de unas personas con las que me parece que no tengo nada que ver… Pobre de mí.

Sudo, luego soy. Y si no puedo sudar porque estoy paralizado por las máquinas, hago deporte, incluso hay máquinas para eso. Si no encuentro sentido a mi trabajo busco un hobbie; si no me siento protagonista, una historia; si tengo miedo, un héroe; si no sé cómo vivir, un sabio; si no entiendo las cosas, un maestro; si no me quiero, un amante.

Historias de Paco Sanz ✍️

7 comentarios en “Trabajando…

  1. El sentido a todo debemos dárselo nosotros mismos. Creo que el problema no está en trabajar, sino que otros te exploten y te exijan más cada día llevándose ellos el mérito, si cada uno pudiera trabajar en lo que le gusta, dedicarle las horas que vea conveniente y recoger él todo el fruto de su esfuerzo, entonces otro gallo cantaría, y por supuesto viviríamos en una sociedad feliz y satisfecham

    Le gusta a 1 persona

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.