Buda…

Publicado el 30 de marzo de 2022.

Historias de Paco Sanz ✍️

La infelicidad existe, algo la causa, la infelicidad puede no existir. Hay un camino para conseguirlo. Puede que sufra, sufro por algo; puedo no sufrir, a ver qué hago. Éstas son las cuatro “nobles verdades” del budismo… Las últimas palabras que dicen que dijo fueron:

«Perseverad, atentamente…»

Lo de no tomarse el nombre de Dios en vano era para los budistas el primer mandamiento. El budismo en sus orígenes no era una religión; se trataba de una meditación sobre la vida, y el establecimiento de una norma de la misma vida no sólo sin referencia alguna a Dios, sino además sin concesiones religiosas… La eliminación del nombre de Dios era para Buda el pensamiento religioso por excelencia. Como Einstein, que por no nombrar nunca a Dios se creía profundamente religioso… A más de un ateo nos pasa eso.

La ocasión, el lugar, la postura, la duración de los ejercicios espirituales. Cosa de monjes. El hacer las paces con uno mismo y luego empezar a apreciarse activamente. Ampliar el campo… Dejo entrar a los que quiero, luego a los que conozco, luego a los que no quiero nada, luego a los desconocidos… Me miro como miraba a mis hijos pequeños, me sostengo en mis manos; hago por sentir lo mismo por los demás.

Las tres fases de la oración… La primera es la atención focalizada, el momento presente permite una distancia clara sobre todo lo que te sigue pasando por la cabeza. Durante la segunda todo lo abarcas, lo llenas de mente, formas parte del todo con todo. En la tercera la benevolencia se dirige hacia todo, pues todo conduce de nuevo hacia ti. La separación sin rencor, budista… Los que de niños rezamos lo tenemos más fácil.

Busco el momento en el que entré en el convento, a partir del que me distancié de todos… Algo así como el personaje de La Caída de Camus, que buscaba el momento a partir del cual empezó a ser una mala persona. Cuando lo encuentra, se da cuenta de que nunca tuvo otra opción… Comparto con los monjes zen budistas, los sadu hindúes, los sufís islámicos, los hasidín judíos o los místicos cristianos, las técnicas de estar ahí, de prestar atención… De niño “ayudé en misa” y me estremecía cuando subía la hostia; me creía “en gracia de Dios”.

A mi hijo mayor cuando tenía cinco años, la maestra, al verle un día en el patio un poco apartado de todo le preguntó: «¿qué haces…?» «No me moleste señorita, ¿no ve que estoy pensando…?» Cuando ella me lo comentó le dije, que cuando uno está encantado es cuando menos necesidad tiene de que le interrumpan. Le hablé de la primera de las invasiones: el distraer a alguien que está ensimismado. Se había quedado encantado, quizás estaba en contacto con su ángel bueno… Meditando.

Cuando terminas con un pensamiento y antes de empezar el siguiente ¿no se produce una pequeña pausa…? Ésa, es la entrada a tu casa de eternidad… Alarga ese momento, agranda tu casa, sigue ahí. En un lugar así se está definitivamente bien. De repente parece que la felicidad sobre la tierra, la de ese tipo y en este cuerpo, están a mi alcance.

Historias de Paco Sanz ✍️

4 comentarios en “Buda…

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.