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CINE, TRAUMAS, Y VAMPIRAS…

Publicado el 4 de febrero de 2022.

Me diréis que fui o bien un privilegiado o un bicho raro, porque recuerdo cómo de sigiloso me colaba con facilidad en la sala del cine de mi abuelo Miravete, para ver furtivamente y desde el gallinero aquella película para mayores cuasi prohibida, y encima, clasificada «S».

LAS VAMPIRAS

Tenía que aprovechar el descuido de los acomodadores para escabullirme y colarme, entre las pesadas cortinas de terciopelo granate que cerraban por completo e insonorizaban la sala. Pese a la casi completa oscuridad y una vez dentro, sabía perfectamente que a mi derecha quedaban las escaleras que conducían al gallinero; y que si seguías subiendo por ellas se estrechaban hasta llegar a una angosta escalera de caracol que llevaba directamente a la cabina de proyección… Como en Cinema Paradiso, casi igual.

Bajar yo sólo a las calderas sí me daba un poco de miedo pero por aquello de las ratas; subir a la cabina no. Al contrario.

¡Madre mía…! El hecho de estar allí arriba en el gallinero, yo solo y a oscuras, unas veces excitado otras aterrorizado por aquellas señoritas vampiras tan estupendas, era toda una experiencia de lo más vibrante y calentona… Se me enhestaban hasta los vellos con tanta carne y tanto susto.

Me conocía casi todos los recovecos del cine. Era una sala enorme, ya entonces muy anticuada, pero con un fantástico suelo curvado de madera y unas paredes forradas también de madera, que le proporcionaban una visibilidad y una acústica casi perfectas. Un gran espacio oscuro, en el que se podía oír hasta el batir del volar de una moscarda…

Uno de los recuerdos más vívidos que tengo de la sala de cine, era por las mañanas, cuando completamente a solas y envuelto en aquella penumbra de olor a tabaco y a sitio vacío y cerrado, me subía al escenario y me situaba justo en medio del mismo pero de espaldas a la sala… Luego, me giraba lentamente y me enfrentaba poco a poco al imponente patio de butacas vacías, estirando los brazos, saludando haciendo reverencias y mogigangas, e imaginándome vete tú a saber qué clase de tonterías… Impresionaba.

Sería el año setenta y siete, y era una de aquellas películas típicas de la época del destape, y como que de miedo, pero de un miedo picantón muy manido y algo inocente. Pero sí, es un hecho que para mis once años era una película de verdadero miedo…

Peeero, no paraban de salir desnudas aquellas vampiresas estupendísimas, que se ve, que estaban las pobres atrapadas en una isla tropical en medio del océano y sin mucho que hacer… Y el caso, es que así como por casualidad, arribó a la isla un barco con unos marineros totalmente perdidos en busca de alivio. Y claro, como las señoritas vampiresas repito que estaban tan estupendas y se ve que todo el mundo tenía tanta hambre, aquéllo se convirtió en una vorágine de comilonas y mordiscos picarones, colmillos y tetas, miedo barato y refociles, que he de reconocer que es posible que me dejaran marcado y traumatizado para siempre… ¿El cine no es una fábrica de sueños…? Pues eso.

eeen fin.

Desde aquel momento «me gustan las mujeres me gusta el vino, y si tengo que olvidarlas me voy, y olvido…»

Gracias por leerme… 💕 😂🤣

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

La trinchera infinita…

Publicado el 2 de marzo de 2020.

Más de lo mismo… Después de verla, no puedo evitar dos formas de afrontar una crítica seria a esta película: la primera, como un impecable ejercicio cinematográfico en lo visual; y la segunda, como un ideológico y paupérrimo pastiche cinematográfico en lo intelectual.

Bajo la primera de las perspectivas la película es más que buena. Pero casi sólo, por el detalle del acierto en la elección de mi tocayo el actor principal, un verdadero genio. Un artista comecámaras que absorbe cualquier historia haciéndotela real, creíble (os recomiendo que veáis Balada triste de trompeta) Este monstruo interpretativo es capaz de dar vida a casi cualquier cosa, y dotarla de una tensión interior y de una verdad que pocos actores consiguen. Por otro lado está ella, Belén, que es el contrapunto de toda la historia. Magnífica ella… Con estos actores, y poco más de mil pavos, también podría hacer yo una buena película…

Pero por otro lado, si analizamos la película como ejercicio cinematográfico en lo intelectual, ésta se deshilacha como los intelectos de quienes hayan financiado semejante panfleto ideológico de casi dos horas y media… Menos mal, que yo lo que he visto es una copia pirata excelente y no he pagado un céntimo por ella.

Las simples definiciones de palabras al inicio de las escenas, como en el cine mudo; cual si fuésemos ágrafos o lelos… Esos tres polvos mal echados y como a destiempo en el relato de la historia. O el cartero maricón que se hace amigo suyo: su único amigo en toda la película.

¡Y qué mala siempre la Guardia Civil…!

Mediocre en el plagio de recursos técnicos manidos; torticera en sus diálogos; y vulgar en el lenguaje, por el abuso de unos acentos cerrados en exceso en el habla de los personajes, cosa que provoca un verdadero desperdicio de lo que esa historia habría podido ser… Partidaria, sectaria. En ningún momento habla ni de errores ni de perdón. Ni de evolución. Ni de España… Al final, el protagonista, un felón, se va a esperar a la puerta de la casa de su vecino, otro felón. No lo sabemos, pero todo parece que para vengarse… Una buena historia pero una mieeerda de relato revanchista de malos y buenos. Un asco más del cine rojo español éste de ahora.

🙄😳 …Y para colmo la aparición del fantasma del guardia civil -violador y asesinado por el protagonista- diciéndole lo héroe que en el fondo había sido por no suicidarse durante su encierro.

eeen fin. ¡Qué asco de rojos…! 💕🇪🇸

Una filfa, un mejunje, metralla ideológica para que os atontéis más todavía. Ir metiéndoos los Goya por donde os quepan… Una película muy a tener en cuenta si nos queremos parecer a algo así. O si queremos seguir así, en este agujero:

El relato revanchista de la izquierda.

Que no nos engañen.

💞💞

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras

Cuando escribo de cine

Publicado el 21 de agosto de 2021.

Cuando me pongo a escribir después de ver una buena película, lo primero que me viene a la cabeza es el recuerdo de cómo salía yo del Cine Miravete, con doce años, y después de ver el segundo pase de una película de aquéllas de Bruce Lee o de Chuck Norris… Luego tenía que vencer al canguelo de volver yo solo a mi casa, y ya de noche.

Pero después de ver tanto guantazo, tanta patada volante, tanto pirigallo y tanta llave de kárate, y como si me hubiera tragado un avispero, era yo el que salía del cine con un peligro que metía miedo: hinchao como un pavo, creía realmente que nada ni nadie podría conmigo. Ya podían atacarme en la oscuridad o venir cuantos quisieran a por mí, que yo lo tenía bien claro: guantazo, patada volante, pirigallo y llave de kárate…

¡Jáaajaja…! Con un par, doce años, y pa’mi casa.

Siempre busco sensaciones como aquéllas cuando salgo de un cine creyéndome lo que me han contado. Eso de que no termine la película cuando termina, sino cuando después de pensar mucho en ella querrías volver a verla.

eeen fin. Gracias, y sigue leyéndome… 🙏

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

COSAS QUE HARÍAS SIN COBRAR

Publicado el 21 de febrero de 2021.

Volver a criar a tus propios hijos, ser capaz de dibujar cualquier cosa en blanco y negro y leer y follar constantemente, creo que serían lo más de lo más… Escuchar música de jazz y conducir o viajar, me llevan gratis siempre a otros sitios. Pero andar el camino de Santiago y escribir, cocinar y enamorarme a diario es justo lo que hay… ¡Y oye, muy a gusto…!

¡Ah, y el cine…! Ver cine; que no se me olvide el cine.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

El cine español y los ciegos.

El otro día me di cuenta que en la espantosa televisión española -ahora y por ésto de las tonterías rojas- cuando estás viendo una película hay una voz en off que te jode la experiencia cinematográfica, ni más ni menos para que de alguna forma «la puedan ver los ciegos…»

¡Toma ya…! Cosas de la igualdad.

Me explico: hay una voz, una voz en off, como que muerta, susurrante y molesta que te va molestando, describiéndote cosas tan evidentes como las que estás viendo: que si el protagonista entra o sale de la habitación, que si el niño se mete los dedos en la nariz buscando mocos secos, o si ella parpadea extasiada cuando mira al guapo de la película… Todo lo que no sea diálogo ¡van y te lo cuentan…! Es decir, te joden el cine para que los ciegos tengan lo que los listos éstos rojos llaman una experiencia cinematográfica para invidentes.

¡Manda huevos…!

…eeen fin.

Cosas de la igualdad.

¡Es el colmo…! En vez de hacer buenas películas hacen tonterías… El otro día no sé dónde leí el dato de que el cine español había recaudado en un año apenas poco más de la mitad de lo que habían sumado todas las subvenciones que había recibido… Como veis, es un gran negocio ésto del cine español.

Sólo los tontos quieren que todos los demás hagamos tonterías. Aunque ahora que lo pienso los tontos siempre han podido ir al cine y ahora, además, también pueden ir hasta los ciegos… No sé si es un avance, peeero… 🙄😳

Son cosas de la igualdad. 🤔

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

Y Garci, sin móvil.

Hoy casi todo el mundo lleva una aplicación en el teléfono móvil para filtrar las llamadas comerciales ésas de mierda, que te tocan los huevos a la hora de la siesta para venderte un seguro maravilloso, una tarifa plana telefónica cojonuda, o vete tú a saber qué otra puñetera cosa. ¡Coño…! ¡Me cagüen sus…! Recuerdo, cuando era impensable no contestar al timbre de un teléfono porque una llamada telefónica era todo un acontecimiento, y nadie lo hacía por un motivo fútil; siempre era por algo importante… Eran otros tiempos, aquéllos, en los que no habían móviles ni mandos a distancia ni tantas tonterías confortables.

Yo de mayor quiero ser como José Luis Garci: una pequeña enciclopedia de andar por casa, que no necesita móvil ni inteligencia artificial alguna para sentirse seguro, porque o bien se sabe las cosas, o bien sabe de las cosas. Así de sencillo: cultura. La otra tarde en la radio le estaban intentando explicar lo que era un like: que si tus followers en Twitter, que si los me gusta en Facebook, los vídeos virales, o éso de los haters… Garci, aunque no tiene teléfono móvil sabe inglés bastante más que bien; pero oye, no hubo manera de que entendiese qué coño era eso de los social media y los likes.

«¿Si algo te gusta o no, para qué quieres enseñarlo y que lo sepa todo el mundo, para qué sirve eso…? ¡Qué tontería…!» Decía.

También intentaron explicarle, que con semejante aparato tecnológico podría tanto escribir una buena historia como crear un buen guión. Que podría también hacer fotos y vídeos de una calidad más que aceptable. Y que además, podría editar todo ese material y retocarlo, añadirle efectos visuales, sonidos, música, voz… Y finalmente, que sólo y con un simple teléfono móvil podría montar y crear por completo una verdadera película…

Tras tanta explicación se hizo un brevísimo silencio en la radio, y diríase que con algo de sorna y una media sonrisita radiofónica en el tono de su voz, Garci, respondió algo así como: «A mí, todo eso me parece muy bien, aunque también me parece demasiada la faena y mucha gente la necesaria, para que todo eso quepa en un aparato tan pequeño y que al final salga la cosa bien…»

¡Genio y figura…!

Como no tiene teléfono móvil y no le gusta estar solo, no lo está casi nunca. Por eso, sus amigos saben, que sólo tienen que llamar al que esté con él en ese momento y decirle aquéllo de: «dile que se ponga…» Y como José Luis Garci es un caballero, siempre responderá a la llamada de un amigo.

…eeen fin.

No me pierdo, casi nunca, la película que pone los viernes a eso de la diez de la noche en su fantástico programa Classics… Os lo recomiendo encarecidamente, si os gusta el cine, claro.

Y gracias por leer mis tonterías. 💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras

El cine español, hoy…

Y la televisión, y la radio, Tiktok, y Facebook Twitter e Instagram, y el periodismo…

Ayer, volví a ver la película de Blade Runner pero esta vez de la mano de José Luis Garci en su magnífico programa de los viernes, y sé, que no voy a ser del todo justo siendo tan vitriólico como voy a serlo en este escrito, peeero, es que dan mucha penica el cine español y los pobres espectadores a los que nos gustaba.

Una cosa, que sólo hace películas de personajes como Ángel Cristo y Bárbara Rey, Torrente, la Veneno o Maixabel, comedietas de no sé cuántos apellidos vascos y Mari(dos), la vida y obras de Nacho Vidal, Miguel Bosé, el Sapo o ejemplos de mugre así, no merece llamarse cine pero sí se merece todo lo malo que le pase.

No sé cuánto tiempo llevo sin ver una verdadera película española: una, a la que podamos llamar cine. Una, que no sea sibilina y aleccionadora, y que no intente decirme constantemente lo que está bien y lo que está mal, además de lo que tengo que hacer con el medio ambiente y con mi vida sexual, moral, nutricional, o política…

El buen patrón, Madres paralelas, As bestas, Alcarrás, o Irati y Handia: el invento cinematográfico éste de ahora de los mitos vascos llenos de gigantes y de mariposas y bosques medievales encantados, además de historias tontas de balleneros en el Atlántico Norte y de aquelarres; todo como muy bruto y metido con calzador pero eso sí, todo muy vasco… Os recomiendo escuchar los euskopodcasts.

…🤣😂

En realidad, pretenden tapar con filfa y mentiras la vergüenza de la Historia reciente de sus crímenes como sociedad: callando, como desde que son nacionalistas siempre hacen los vascos… Podríamos contar la Historia de la España de todos, o de lo mucho que hicimos en América y de lo mucho que nos queríamos los hispanos pero de éso nada: de esas cosas no se habla en el cine español. Durante siglos y hasta hace muy muy poco, del norte Méjico al estrecho de Magallanes, cuando había que referirse a España hablaban de La Madre Patria y sería por algo. ¿No…? 😳 Pues nada: filfa y mentiras.

…eeen fin.

¡Qué malos son los malos…!

«¿Me daría Usted un puro por favor…?»

Pienso, que nuestro cine ha devenido en una actividad insana subsidiada que tiene muy poco que ver con el arte o el entretenimiento, y sí mucho con una maquinaria propagandística progre y cursi que hace a la perfección el trabajo por el que se la subvenciona. Porque mira que me gusta el cine, pero lo que sale hoy de las productoras nacionales, en general, es una especie de mierda a la que no se puede llamar cine… Lo de este país ahora es una industria deficitaria endogámica de propaganda de izquierdas, y hortera.

Nunca, ni en la época del destape, había caído tan bajo nuestro cine. El peor cine español de la Historia sin duda -y yo diría que el sector audiovisual entero- parece estar secuestrado por una especie de secta de pseudoartistas pocopensaores pero bienpagaos, abrazados al machito, e incapaces de hacer otra cosa que no sea lo que les mandan aunque al arte que le den por el culo.

Con la de historias que hay por ahí para lucirse, usando «las artes del bien contar…»

…de verdad, con la que está cayendo, gracias por leerme 🙏

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

Joaquín Sabina

Sintiéndolo mucho

Él mismo confiesa que sus aspiraciones eran mucho más machadianas, es decir, que pensaba que terminaría de profesor de literatura en un instituto de provincias.

Como desde siempre me gusta tanto el jazz, y por ello me atraen mucho más las músicas que las letras, musicalmente Sabina nunca me pareció cosa de otro mundo pero poéticamente siempre supe que era un gran genio… Su música no fue nunca la que me ponía, pero era imposible ignorar la calidad de sus letras siempre tan sentidas y descarnadas. No olvidaré el concierto que dió en la plaza de toros de Alicante hace ya muuuchos años. ‘Diecinueve días y quinientas noches’ vino después.

Acabo de ver el documental de Fernando León de Aranoa, y he de reconocer que es casi una obra maestra que logra que Don Joaquín, cinematográficamente, se desnude en público casi por completo y además, tiene el mérito de estar filmando siempre pareciera que momentos clave, aunque constantemente creamos que es Don Joaquín quien lleva la batuta artística… Eso, me ha gustado.

Muchas noches sin dormir con drogas y alcohol amén de con diferentes dolores del alma, son el origen de donde parece ser que surgen las obras maestras… Son sublimes un par de improvisaciones, versiones que le cazan, que le roban al bueno de Don Joaquín borracho como una cuba. Emociona y de verdad… Es un kamikaze de las cosas que se arroja sobre ellas precipitándose al estrellarse cantándolas, y que define los sentimientos del alma con una precisión lírica clásica diríase que casi como la de Santa Teresa, aunque con mucha más canalla claro.

Cuando le veo descompuesto después de tanta y tanta, y de tanto, y luego veo que canta así en privado, ciego perdido, se me ponen los pelos de punta. Como con las tripas chorreándole en las manos, como si le acabasen de rajar el vientre; canta Don Joaquín como si estuviese desangrándose vivo por amor, o tal vez por desamor… Creo que no soy nada original cuando afirmo que el canalla de Sabina, el bueno de Serrat o el fino de Drexler, son los mejores letristas en lengua española… Y todos mis respetos a los Rosendo, Perales, José Alfredo, Calamaro, a Fito y tantos otros.

Siempre he pensado que las películas sobre músicos no deberían descuidar la música. Pero como el cine es cine y siempre quiere contar de los músicos algo más que su música: sus amores su pasado y cosas así; por eso mismo me jode… Porque humildemente insisto, creo que el cine sobre música tendría que centrarse en la música: tipo Calle 54 de Fernando Trueba, por ejemplo… Pero bueno, las comparaciones son odiosas y el documental es fantástico y no hay que dejar de verlo, te guste Sabina mucho poco o nada.

Y ahora que lo pienso, ni en España ni en Argentina ni en Méjico, encontraríamos a casi nadie que dijese que no le gusta Joaquín Sabina o este documental.

…eeen fin.

🤜🤛

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras

Escuela de Sirenas

¡Cómo no estará de pachucha la pobre, que ha accedido a quedarse este fin de semana en una casa ajena…! Tiene ochenta y siete años y como se crió en el cine de su padre mi abuelo Manuel -a mí también y por lo mismo me encanta el cine- le propuse, el juego de que me pidiese dos películas que desearía que viésemos juntos para recordar sus días mozos y que me fuese contando historias: ‘Levando anclas’ y ‘Escuela de sirenas’ me dijo casi sin dudar.

¡Me quedé a cuadros…! 🙄😳 Una película del año 1944 y la otra de 1945. Ella tendría no más de diez años cuando se estrenaron pero casi catorce cuando las vio: cosas, de las telecomunicaciones de hace casi ochenta años.

Ya me había hablado de aquellas dos películas legendarias: ¡qué grande José Iturbi con la orquesta..! que si fueron lo más de lo más del cine musical en aquella época; que si fue un verdadero hito eso de ver en la gran pantalla una mujer tan deslumbrante como Esther Williams en bañador; o que si fíjate tú qué jovencicos Frank Sinatra y Gene Kelly… Me puse a buscar como un loco por aquí y por allá, que si en ésta página pirata o que si en aquélla otra que también; y confieso, que aunque soy un experto me costó un huevo encontrar esas dos rarezas cinematográficas… Finalmente, conseguí dos copias de una calidad más que buena pero por pura suerte pirata.

Cuando terminó ‘Levando Anclas’ y como hice la primera noche, la segunda, también le dije si la acompañaba arriba para ayudarla a desvestirse y meterse en la cama pero me contestó que no, que ya no hacía falta, que se podía apañar sola… Y sola, dándonos un beso a Manuela y a mí, agarró la barandilla de la escalera y empezó a subir a su habitación con el ritmo lento y ese gesto como acabado que tienen los viejos subiendo escaleras… Me quedé mirándola. Luego, me despisté, pasó un rato, y me di cuenta que ya había apagado la luz de la habitación por lo que subí a darle un beso antes de dormir como siempre que pueden hacen los hijos y sus padres. Abrí despacio la puerta del dormitorio y rodeando la cama en penumbra me fui inclinando acercándome a su cara, para darle un beso en la frente, arroparla, y desearle buenas noches. Y fue justo al despegar mis labios de su frente cuando noté que rompió como a llorar un poco, pero sonriendo… 💕

La abracé como hacen los padres y sus hijos en la cama, y aplaqué con caricias y susurros sus lágrimas hasta que al fin, pude preguntarle que porqué lloraba: «por nada nene…» me lo dijo besándome y abrazándose a mí como muy sentida, pero sonriendo… 💕 Transcurrió un pequeño silencio entre nosotros y claro, no se lo volví a preguntar… Pero me jugaría algo a que acostada en la cama estaba pensando, esperando, a ver si yo subiría a darle un beso como ella siempre había hecho conmigo. Como que estaba poniéndonos a prueba alegrándose mucho de que no nos decepcionásemos; o algo así me pareció…

💕

Al día siguiente por la mañana y muy animada me pidió que le pusiese la película de ‘Escuela de Sirenas’… Y al rato, fui yo el que recordé a mi padre muerto ya, canturreando en la ducha las canciones aquéllas.

…eeen fin.

¡Qué cosas, éstas las de hace casi ochenta años…! 💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

LA INNEGABLE VERDAD.

LA LUCHA, EL AMOR.

Cuando me pongo a escribir después de ver una buena película, lo primero que me viene a la cabeza es el recuerdo, de cómo salía yo del cine con doce años después de ver el segundo pase de una película de aquéllas de Bruce Lee o de Chuck Norris… Luego, tenía que vencer al canguelo de volver yo solo a mi casa, ya de noche.

Pero después de ver tanto guantazo, tanta patada volante y tanta llave de kárate, y como si me hubiera tragado un avispero, era yo el que salía del cine con un ímpetu que metía miedo: hinchao como un pavo, creía realmente que nada ni nadie podría conmigo… Ya podían atacarme en la oscuridad o venir cuantos quisieran a por mí, que yo lo tenía bien claro: guantazo, patada volante y llave de kárate… Con un par, doce años, y pa’mi casa.

Siempre busco una sensación como aquélla cuando salgo de un cine creyéndome lo que me han contado. Éso de que no termine la película cuando termina, sino cuando después de pensar mucho en ella querrías volver a verla.

Acabo de terminar de ver una miniserie titulada de forma irrecordable «La verdad innegable». Para escribir correctamente el título he tenido que volver a asegurarme. Pero daría igual el título, porque si bien es verdad que la historia habla de verdades innegables, también es una historia de verdades oscuras aunque hermosas; de verdades infinitas, de historias inconfesables: de verdades al fin y al cabo… Así que da igual el título, pero no lo olvidéis.

LA INNEGABLE VERDAD
Sinopsis: Miniserie de TV (2020). Seis episodios. Relata la problemática relación de Dominick Birdsey con Thomas, su hermano gemelo esquizofrénico, y sus esfuerzos por sacarle del centro donde está internado.

Yo creo que no es una miniserie sino una obra cinematográfica tremenda: una maxipelícula. Un compendio de virtuosismo técnico narrativo y visual; el trabajo de un director y un actor animales, haciendo cine en estado puro y animal. Y encima, las casi seis horas de duración de sus seis capítulos como que se te quedan cortas, aunque no se podría ni debería añadir una coma a la historia. La gracia del formato de las miniseries es que, a diferencia de las series de temporadas interminables, ofrecen la profundidad temporal suficiente al director para poder sumergirte en la historia completamente, sin tener que embobarte con sucedáneos ni metralla pseudocinematográfica durante capítulos y más capítulos.

La historia ésta es una historia completa, cinematográfica, redonda; un maravilloso pez que se muerde la cola en sólo seis capítulos. Y con un montón de preguntas sin respuesta. El director debe ser un Maestro, el actor principal es casi genial, y el guión y el resto de actores son irrepetibles. Pero la historia es una historia pequeña, como podría ser la tuya.

No dejéis de verla. Y gracias por leerme 🙏

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

……..

ARDE MADRID. PACO LEÓN.

Nunca fue muy santo de mi devoción pero acabo de terminar de ver la miniserie Arde Madrid, de Paco León. Mi Señora la ha tenido que terminar de ver puesta en pie, de los nervios… Creo que es buenísima. Unos doscientos cincuenta minutos invertidos en un recorrido de humor finísimo, a lo largo de una situación rocambolesca, y que a su vez te hace viajar por un pequeño episodio de la historia –no sé si llamar reciente– de esta España nuestra. Una historieta. Una nueva visión clásica, estereotipada pero genial, de cómo somos.

Me pareció en algunos momentos, ver juntos al Lazarillo de Tormes y a Alfredo Landa, a Teresa de Ávila y a Gracita Morales, incluso algo de Don Quijote, de Andrés Pajares y hasta de Dulcinea… He visto un blanco y negro propio de José Luis Garci, o unos diálogos como que de Berlanga, pero en una trama de humor Cervantino. He creído ver, diríase que el humor y el genio interpretativo de un Ozores, o una forma de contar propia de Chicho Ibáñez Serrador… He visto, lo que se llama una españolada. Una colección de tópicos; una especie magistral de película como aquellas del destape, pero de emociones… Picarona, y típica de aquél nuestro cine, de justo antes de antes de ayer.

He asistido a un repaso simpático, meticuloso –contado desde la perspectiva de un genio esperpéntico pero muy hispano– de nuestros estereotipos propios del carácter español. Me parece una maravillosa reivindicación humorística, de quién y de lo que somos, y de dónde venimos querámoslo o no. Una asunción, inteligente y graciosísima, de aquél pasado franquista y timorato que a todos nos ha traído hasta aquí… Somos españoles; muy en el fondo, muy buena gente.

La juerga final es portentosa, un clímax flamenco, cariñoso, completamente desmadrado. Y la escena última: la de la gamba y la petición de matrimonio, es genial. Y termina con otro berrinche. Todo son tensiones sostenidas en una película que no necesita de un final feliz… Tal, y como es la vida o como debería de serlo ¿No…? Una gran obra, que yo llamaría cinematográfica. ¡Todos los actores: excepcionales…!

¡Bravo Paco León…!

Si lograra reprimir un poco algunas moralinas fruto de sus digamos que pulsiones políticas, y si fuera capaz de cambiar su formato casi exclusivo de solo comedia, tendríamos un gran director en ciernes, seguro… Solo hay que esperar un poco.

¡Bravo Paco León…!

«Torrerro…» 🐂 😂🤣

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

David Lynch…

Sé, que hago mal viendo Mulholland Drive de David Lynch en estos momentos de depresión, ruptura y escondite… Es una película críptica, retorcida, deprimente y cabrona… Pero me gusta el cine y me he dicho ¡vamos…!

Y acabo de ver, ésa segunda interpretación que Naomi Watts hace, del papel en el casting que la atormenta; en la película… Cuando se deja tocar el culo en la prueba… Ésto, es cine; dentro del cine, desde dentro…

Relato; algo que decir que no sea enseñar escotes en traje de superheroína… Que no sea hacer explotar todo lo que se te ocurra, con tal, que al espectador le suban las pulsaciones del susto y salte en la butaca.

Un monumento cinematográfico de dos horas y media; un recorrido en una catedral de los sentidos; un compendio de inteligencia cuentacuentos… Ni un solo efecto especial; casi, ninguna trampa al espectador: relato puro, pura estrategia narrativa. Un mundo latiendo a veinticuatro fotogramas por segundo…

La escena lesbiana cuando le pregunta si lo había hecho antes; y la otra responde: no sé… Una caja fuerte tan pequeña, en la que claro, no se puede guardar nada realmente valioso… Y cuando aquélla se muere, llorando en playback…

David Lynch tiene como mínimo dos cualidades como director de cine… Una es la de no cerrar, nunca, sus películas… Y la segunda es que, precisamente por ello, sería imposible hacer nada parecido a una segunda parte, un remake, o una de ésas impostadas precuelas que la gente se saca de por ahí… De absolutamente ninguna de sus películas… Porque son cine abierto, cine chorreando; abierto de piernas, abierto en canal… Un verdadero Maestro.

En el cine, el viaje cinematográfico, es más importante que llegar al final de la película…

Antonio Rodríguez Miravete

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