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Cosas de Neanderthal

Publicado el 3 de junio de 2022.

En los neanderthales, creo que ésto del pensar, es una manía que empezaríamos a adquirir seguramente hace mucho tiempo. Quizá, cuando uno de nuestros adolescentes espantado, quedara huérfano asistiendo al espectáculo terrible de ver morir a sus padres despedazados y devorados, sacrificándose mientras le defendían del ataque por sorpresa de un tigre dientes de sable en su propia cueva… Aterrorizado, la lógica nos dice, que el joven neanderthal salpicado por la sangre de sus padres huiría de semejante carnicería en cuanto tuviese la menor oportunidad, escapando de aquella cueva despavorido, y perdiéndose sólo y para siempre entre los miedos del bosque. «…No tengo garras pico ni colmillos; no soy especialmente fuerte ni rápido; mi vista oído y olfato tampoco son gran cosa; y no tengo una piel dura ni llena de pelos…» Pensaría.

Pero, una vez que se reconociese en su orfandad y completa soledad, es muy probable que por puro instinto de supervivencia, el joven neanderthal, superase poco a poco semejante trauma refugiándose al abrigo de cualquier oquedad rocosa que encontrara vagando por ahí, perdido, pensando… Y seguro que, también por instinto y después de mucho pensar, tarde o temprano tomaría la decisión de luchar, de vivir a cualquier precio, y de depredar si fuese preciso hasta matar para no morir… Así, escarmentado como Olivia De Havilland en Lo que el viento se llevó, pondría a Dios por testigo, y de pie en su cueva se juraría solemnemente aquello de que ¡Nunca más, ni de coña, volvería a pasarle algo así a él o a sus descendientes…!

También posiblemente llegaría a la conclusión, el pobre, de que lo único que lo hacía temible era que pensaba, que era capaz de esgrimir armas, y que dominaba el fuego y otras habilidades frente a los ataques del resto de bestias que habitaban el Mundo. Eran sus únicos poderes, lo que lo distinguía de los otros seres: que pensaba y usaba artefactos. El ser humano no lo sabía pero justo ahí, comenzaríamos, seguramente… Y empezó el coco a darle vueltas en su oquedad rocosa cagado de miedo, y confundido, el desvalido neanderthal vería cómo cada día el sol parecía que salía por un sitio diferente.

Primero sería lo de dominar el fuego, algo difícil de controlar sin herramientas; luego vendría lo de echarse una chorbi y que saliera buena; y por último, lo de alargar las crianzas… Éso de tener que criar varios monos a la vez durante diez o quince años era mucha faena; algo complejo, y que debía tener un muy buen porqué ya que tomaba tanto trajín. Y el porqué, no sería otro sino el de que el grupo había ido acumulado una sabiduría tan valiosa que al no tener casi ni lenguaje, solo a fuerza de memoria, de atención y dedicándole mucho tiempo, eran capaces de transmitirla a las siguientes generaciones. Vamos, que había que pasar mucho tiempo con los hijos… ¡Fíjate tú, qué descubrimiento…! No se tarda ni mucho menos tanto en criar un oso, un león o un cocodrilo, y a las serpientes, ni siquiera recién nacidas les hace falta un padre.

Luego, pasó mucho tiempo hasta ésto de ahora, con todos los Sapiens pegados a un móvil.

……

Hoy, trasteando con mi dedito índice de acá para allá deslizándolo de pantalla en pantalla, y leyendo por ahí, he tropezado al azar con una de esas listas que proliferan en la web y que lo saben todo: Los cien mejores libros; así, a lo bestia… Menos mal que para desasnarse un poco y entender algo este Mundo, el autor humildemente reconoce que muchísimos otros títulos y autores quedaban fuera… Que aquella lista era solo fruto de una elección personal y subjetiva: la suya.

Una vez, un gran profesor de lengua y literatura que tuve, nos dio una lista de cien libros que podríamos llevar a una isla desierta para no perder del todo nuestra condición civilizada. Estábamos comentando una de nuestras lecturas obligadas: Robinson Crusoe, de Daniel Defoe. Cuando ya llevábamos varios de aquellos libros leídos a lo largo del curso, un día le oí decir que álguien que no leyese al menos la mitad de esos cien libros nunca terminaría de entender este Mundo, medianamente.

eeen fin.

👇👇👇🙏

Los 100 mejores libros

Gracias por leerme 🙏

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

España. La primera globalización…

Publicado el 20 de mayo de 2022.

Acabo de terminar de ver un documental de Historia que debería ser obligatorio en los colegios de primaria para padres, interesados en dejar algo de valor y que merezca la pena enseñar a sus hijos que no sean los cachivaches éstos viejos de la lucha de clases entre comunismo y capitalismo… Creo, que ha llegado el momento de que los españoles empecemos a enseñar al Mundo los muchos y grandes momentos que tuvimos, puesto que a lo largo de la Historia hemos aireado bastante ya nuestras miserias… Durante trescientos años, antes de la Revolución Industrial, hubo otra forma de entender el mundo y gobernarlo: la nuestra, la hispana. Pero perdimos… Se ve que no supimos hacer buenos negocios; a nuestros mandamases no les sentó bien la modernidad.

No sé por qué nos empeñamos en negar la virtud y la legitimidad de lo que hicimos al descubrir, ponerle nombre, ley, y límites al Mundo… Más importante aún, le dimos también un orden moral, cristiano -católico era el que teníamos- creando una diría hermosa forma de convivencia que estuvo floreciendo durante tres siglos sin problemas, hasta que la avaricia del mundo protestante no paró hasta que nos la arrebató; secándose desde entonces aquella flor de nuestra convivencia y parece ser que sin remisión… Cosas de los venenos de las Leyendas Negras, de la envidia; o de la soberbia, mi favorita…

También se ve que según los protestantes éramos un poco más pacatos y beatos de lo normal en los siglos XVI, XVII y XVIII; aunque por otro lado, es evidente que se nos ponía mucho más dura que a ellos porque mira cómo de hispanos están de llenas las tierras en América… Eran nuestras tierras creíamos que por Ley, y claro, aquéllo había que gobernarlo y defenderlo de alguna forma, por lo que no se nos ocurrió otra que seguir utilizando lo del mestizaje. Ni más ni menos que como habíamos hecho desde siempre: nada de colonias… No íbamos allí a conquistar sin más como bárbaros cualesquiera -aunque qué verbo tan bonito el de conquistar- íbamos allí a hacer otros españoles para fundar nuevas ciudades provincias y universidades, como aquí en España, pero allí; en aquéllas tierras que creíamos como nuestras por Derecho.

El mestizaje es la expresión de que ya bien sea por amor, cópula, o por un pacto amigable, una diferencia entre nosotros se extingue convirtiéndose en una hermosa igualdad nueva, que crece y se manifiesta públicamente. Y lo hicimos ley hace quinientos años, con dos cojones…

Ahí queda eso. ¡Qué gran idea…! Otorgar el derecho a cualquier mujer del mundo a parir un español donde quiera que fuese… Algo apenas nunca visto, casi inaudito, salvo en Roma y poco más.

eeen fin.

No dejéis de ver las casi dos horas de este enorme documental:

ESPAÑA, LA PRIMERA GLOBALIZACIÓN – trailer

Gracias por leerme. Muchas. 🙏

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

Autoayuda…

Publicado el 18 de abril de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

Los libros de autoayuda apestan a moral de pedo y a paja. Stercus cuique bene olet: a cada uno le huele bien su propia mierda. Es como la filosofía cuando se resiste a devenir en política: resulta que lo mal que te va no es por lo enferma que está la sociedad sino por lo enfermo que estás tú. Que si tuvieras una mejor actitud en la vida te iría mejor, y que no es que haya demasiado hijo de puta medrando por tu incapacidad de ocuparte de tí y de los demás… Que a ver si eres un poco más proactivo, o al menos un poco más como ellos, majo.

Me doy cuenta de que la manía que le tengo a los libros de autoayuda, es, porque han devorado en las librerías el espacio que antes ocupaban los de filosofía e incluso han empezado a copar el de los de psicología, o porque soy un autodidacta compulsivo y no quiero aceptarlo, quién sabe… Me recuerdan a aquel campesino al que predicaban otra religión: “¡si no creo en la mía, que es la verdadera…!”

Ahora estamos siendo testigos de la aparición de “religiones a la carta”, en las que cada uno moldea a Dios a su gusto con el objetivo de “sentirse bien” y como un medio terapéutico de “autoayuda”. Se trata de un proceso de psicologización de la fe y de las relaciones sociales, de individualismo, de un Dios sin comunidad y una religión sin ética colectiva. El viejo propósito de “cambiar el mundo” se transforma en el de “encontrarme bien”. En buscar, la satisfacción emocional de los “sentimientos” en lugar de adaptar mi conducta a la norma, que viene de la religión del bien y la riqueza común.

Los posmodernos (o trasmodernos, o póstumos, o lo que diantre seamos) hemos extraviado las ilusiones de los antepasados, pero no así el catálogo de miedos que les atenazaron, listado al que hemos agregado infinidad de horrores adicionales. Con miras a atajarlos contamos con medios de última generación, brindados por legiones de coaches, psicólogos positivos, manuales de autoayuda y profesores de mindfulness… Todos ellos a una sostienen, que existe una ciencia de la felicidad que acredita que por muy amargas que sean las circunstancias de desempleo, enfermedad, pobreza, luto, fracasos, etc, resulta absolutamente viable ser felices. ¿Que qué hay que hacer…? Practicar la autodeterminación, la flexibilidad y la resiliencia, más la habilidad de fijar la atención en el presente y coartar los pensamientos pesimistas. Ahí lo tienes…

Mi Santa y un servidor tenemos antepasados de las tierras altas de Soria, una de las regiones más despobladas del mundo. Hace muchos años mi hijo me dijo que un pueblo sin bar no es un pueblo. Hoy leo en la prensa que cuando cierra el último bar del pueblo, el pueblo como tal desaparece. Recuerdo a uno de mis cuñados cuando le pregunté qué pensaba de no sé qué: “¡Ay!” me dijo, “no lo tengo hablado con nadie…”

A veces pregunto: ¿en qué estás pensando si no puedes verbalizarlo, hablarlo con alguien? en nada, supongo. ¿De qué hay que hablar…? De la alegría, de la buena voluntad, del cuidado, sin duda. De cómo evitar el sufrimiento de quienes no tienen la capacidad de “autoayudarse”.

Historias de Paco Sanz ✍️

FILIAS Y FOBIAS

Publicado el 18 de febrero de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

El miedo al contacto tiene hasta nombre: hafefobia. Es tanto miedo a tocar como a ser tocado. Las fobias son la leche, son como la ansiedad, bicamerales las pobres. Pasa también con aporofobia, (del griego ἄπορος áporos ‘pobre’ y φόβος fóbos ‘miedo’ ) que es tanto el rechazo hacia la pobreza como hacia las personas pobres.

Recomendaba Talleyrand a los secretarios a los que daba clases, que desconfiaran de sus primeros movimientos porque eran generalmente generosos. Propios de un hombre primitivo. Era un tipo serio, según él: “Con las bayonetas se puede hacer de todo. Todo, menos una cosa: sentarse en ellas”.

Hoy, el antiguo proverbio sumerio que ha sido traducido como “Obra prontamente, haz feliz a tu Dios” tiene vigencia, sobre todo en el mercado. Pide que ignores al enemigo. Que no seas paranoico. Paranoia, viene de para y nous. Otra mente, describe tanto el estado alucinatorio de la esquizofrenia como el de la mística del hombre bicameral, que escucha voces, o se imagina enemigos.

Algunos pueblos de África Occidental cuentan que, antes de llegar al mundo, cada uno establecemos contacto con un doble celestial que prescribe qué haremos con nuestra vida: cuánto viviremos, con quién nos casaremos, cuántos hijos tendremos, etc. “Entonces, justo antes de que nazcas, te conducen al Árbol del Olvido, al que abrazas y a partir de ese momento pierdes todo recuerdo consciente de tu contrato”. Sin embargo, si no cumples todas tus obligaciones contractuales, “enfermarás y requerirás la ayuda de un adivino, que empleará toda su habilidad para contactar con tu doble celestial, y descubrir qué artículos de tu contrato estás incumpliendo”.

No está mal eso de creerse varios para enfrentarse a las fobias. La poesía también ayuda. “Me bañé, afeité, vestí; me miré en el espejo./ “Vamos”, le dije a mi agorafobia, y salimos/ juntos a dar un paseo por el parque”. El otro lado de las fobias son las filias. Los que disfrutamos de la comida y de la música lo sabemos. El conflicto entre la necesidad de resistirse y la necesidad de adaptarse, es un modelo que se repite a todas las escalas, desde la cocina, con la necesidad de conciliar la neofobia y la neofilia, hasta la música, con la de armonizar la repetición y la diferencia.

Sucede algo parecido con los viajes. Se puede viajar por filotopía, por amor a un lugar. Pero también por topofobia, es decir viajar contra un espacio, partir impelidos por la imperiosa necesidad de no estar en un lugar. Tanto fobias como filias tienen un efecto rebote que vendedores y políticos usan sin manías.

Por ejemplo, la invención de la Islamofobia ha sido ha sido hábil pues ha acabado convirtiendo al Islam en un objeto intocable bajo pena de racismo. Alimentados desde hace medio siglo en el respeto a la diferencia, se nos invita a no evaluar una religión extranjera con criterios occidentales. El relativismo cultural, nos manda ver lo que llamamos nuestros valores, como simples prejuicios, creencias de una tribu particular que se llama Occidente. Pasa también con la xenofobia. La xenofobia no es una actitud exclusiva de las culturas invasoras, se da también en las invadidas, en las culturas de los vencidos. La sensación de que los propios dioses han muerto conduce a veces a perseguir a los propios abuelos.

El Gran Inquisidor de la España cristiana del siglo XVI oculta sus orígenes judíos, y se vuelve con odio contra aquellos de los suyos que han conservado sus raíces. El que ha tenido que aprender catalán de mayor, es el que más insiste en que sólo se hable en catalán.

Historias de Paco Sanz ✍️

Desgracia y Estulticia

Publicado el 30 de marzo de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

Ni la atharaxeia ni la apatheia eran en principio sinónimos de pasividad. Ni la ataraxia era falta de acción ni pereza la apatía. Ninguno de esos términos se refería directamente a la acción práctica, sino al conocimiento de los movimientos del ánimo del alma y a su dominio… La atharaxeia se entendía como falta de perturbación de ánimo, y la apatheia era la neutralidad, la ecuanimidad del ánimo. Con la primera te distanciabas de tu noble ira, y con la segunda te sacabas a ti mismo de en medio de la ecuación…

Me decía ayer mi nieto que como no podía hacer gran cosa por evitarlo: «Si las cosas iban a venir mal dadas era mejor no saberlas…» Es una especie de pasividad al cuadrado. Piensa, que la ignorancia de los males futuros es más útil que su conocimiento cuando lo que se puede hacer es tan poco, al menos en teoría.

Nunca he podido con eso…

Seguramente es que no soy del todo demócrata. Las mayorías no siempre me van. Se ve que a los no del todo demócratas la pasividad no nos va. La democracia -que como se sabe es un régimen social ficticio- posee su propia teoría equivocada y su propia práctica errónea; pero resulta imposible determinar tanto teórica como prácticamente qué es la teoría y qué la práctica, y dónde está el error.

Desgracia, es que la mayor prueba de una verdad sea el número de sus creyentes. Siendo así, en toda multitud los tontos sobrepasan en mucho a los sabios. Como si no hubiese cosa más vulgar que el no saber juzgar de nada; y por decirlo como San Agustín: Sanitaris patrocinium est, insanientium turba? ¿Daría testimonio de cordura una turba de insectos…?

En líneas generales, los prejuicios y el horror al error nos paralizan y aseguran nuestra perenne sumisión a las reglas establecidas. La pasividad, se instaura así debido a las pobres expectativas de acción política por parte de individuos, que son incapaces de actividad alguna ni en el plano social ni en el personal. Las sociedades humanas se hunden por el cataclismo, la decadencia, o la entropía. Es decir, porque sucede un desastre, porque cada vez se va a menos por hacer las cosas cada vez peor, o porque las cosas cada vez van a peor hagas lo que hagas.

En nuestros tiempos, el aumento de la independencia ha conducido a un aumento parejo de la pasividad. Asistimos a una extraña mezcla de resentimiento, pasividad de la imaginación, y andar a la defensiva.

A mi nieto le hacen falta enemigos, sin ellos nos entontecemos. Los amigos se dicen sinceros, los enemigos lo son. Los teóricos andamos siempre en guerra, en guerra contra la estulticia. Porque la estulticia hace soportable lo que es contrario a la dignidad humana, es decir, hace compatible la existencia pasiva, sumisa, cuando no alcahueta, de los hombres con la tiranía.

Historias de Paco Sanz ✍️

SUBNORMALIDAD

Publicado el 15 de enero de 2022.

Normalidad, era percibir el verdadero cariño y la naturalidad con que mi madre, me llevaba a casa de mis abuelos para ayudarle a limpiar el culo y darle de comer a la suya con alzheimer… Estuvo haciéndolo durante dieciséis años, hasta que mi abuela se nos apagó muriendo como durmiendo cual si una niña grande acurrucada en su cama. Recuerdo su viejo cuerpecito aovillado sobre sí mismo y en posición fetal… Pesaría veintipico kilos y lo recuerdo bien porque recién muerta, mi madre me pidió con total normalidad que la tomara en brazos, y que con cuidado la acostara en la otra cama limpia que había en aquella habitación tan vetusta de mis abuelos.

Me crié y fui educado con entera normalidad siguiendo casi a rajatabla unos principios hoy tan raros, como el de que si no estudias no apruebas; el de que los castigos no se levantan porque el que la hace la paga; ése de que quien no llora no mama; el de que quien bien te quiere te hará llorar; o el clásico aquél de que la letra con sangre entra… Creo, que también tenía entonces bastante claras las principales diferencias entre el bien y el mal, y sabía de los enormes beneficios de tratar a los demás como me gustaría que me trataran a mí… Hoy lo llamaríamos empatía, religión, disciplina o no sé cómo. Pero entonces era lo normal.

La normalidad era que la puerta de mi casa estuviera siempre abierta… Las de los vecinos también lo estaban, y sólo había que apartar un poco las persianas para colarse en cualquiera de ellas.

Con toda normalidad y sólo ocho años, ya me mandaban solo a la tienda de Manolo, bien a por una botella de lejía, una bacalá seca, tal vez media docena de huevos, o cuarto y mitad de jamón serrano en lonchas… ¡Y oye, que no me engañaran con las vueltas…! ¡Y cuidado con los huevos no tengas un percance…! ¡Y sobre todo, cuidado con los coches y con las calles: primero mirar y después cruzar…!

También era lo normal a esa edad después del colegio y por las tardes, el que saliéramos corriendo a perdernos en bicicleta por las veredas de la huerta kilómetros y kilómetros… Y por ello, lo normal, era que casi siempre alguno de nosotros volviese lisiado y con algún raspón en las rodillas o en los codos: o bien por un batacazo en la bici, o tal vez por la caída desde lo alto de un árbol debido a las prisas de estar robando fruta para merendar y que te pillara el dueño.

Desde siempre, cuando estabas en la huerta ya fuese jugando o trabajando y si te estabas cagando, lo normal era que te apañaras limpiándote el culo con lo primero que pillaras ya fuesen hojas o piedras, un trozo de cartón viejo, o cualquiera otra cosa que pudiera serte útil para semejante fin… Y normal, también eran cosas como mezclar tierra y orines si te picaba una avispa y restregarte luego con el mejunje para aliviarte.

Insisto, eran cosas normales pero oye: funcionaban.

O nos revelamos, y cuanto antes, frente a tanta tontuna y tanto miedo que pareciera que nos han inyectado contra los virus, el clima, el prójimo o el futuro, o vamos a asistir a la regresión como especie más importante de la Historia de la evolución del Hombre.

Vamos pa’trás.

Y si os fijáis, la cosa se acelera porque hace sólo unos años éramos diríase que normales, y ahora y más con ésto de la pandemia parecemos casi por completo todos unos subnormales… Y por favor, entendamos el adjetivo subnormal simplemente, como todo aquéllo o todo aquél que se encuentra por debajo del umbral de normalidad respecto de una realidad determinada… No vaya a ser, que debido a la corrección del lenguaje éste de mierda y tan moña que padecemos ahora, alguien se la coja con papel de fumar, se dé por aludido, y se me ofenda.

eeen fin.

Sabéis que os quiero. 💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

Ésto de los test…

Publicado el 1 de enero de 2022.

Se tiran los pájaros a las escopetas.

Ésto de los test, es que es la ostia, cuantos más haces más positivos salen. Cuanta más gente va a la playa más gente se baña. ¡Qué cosas…! Los de los test tienen que estar frotándose las manos al ver que les están haciendo el trabajo; ya hay incluso escasez de ellos. ¿Avalancha de contagios…? Claaaro.

Si estoy vacunado tres veces, no tengo síntomas de nada, pero corro como una loca a una farmacia a comprarme un test porque me quiero ir de fiesta, debido a que me han dicho que una amiga ha dado positivo y resulta que estuve de fiesta con ella hace un par de días, lo que soy es imbécil… Un poco sí, no me lo negaréis. Y así sucesivamente. ¡A hacernos tests todos como locos…! ¡Y vennnga positivos…! Claro.

No sé si ponerme una mascarilla o una EPI completa, tal vez un traje de buzo o una escafandra e incluso un traje de astronauta, todo con tal de no contagiarme de tanto tonto… Con lo que a mí me ha gustado siempre contagiarme de todo, comer, beber y chuparlo todo, fumar y probarlo todo.

eeen fin. ¡Quién me ha visto y quién me ve…!

Sabéis que os quiero 💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

EL NOMBRE DE UNO

Publicado el 12 de diciembre de 2021.

Mis tías paternas se llamaban una Tránsito y las otras Genoveva, Feliciana, Vitoriana y Nicasia. Nicasio también se llamaba mi único tío, y Damián, mi padre… Unos nombres no me negaréis hoy en día que originales, sonoros y feos como ellos solos, pero que al menos y si os fijáis siempre tenían un porqué… El nombre conservaba la estirpe y se te ponía por algo importante; daba continuidad a la familia y lo familiar; recordaba el pasado. Las modas cambian.

Cuando veo que algunos padres les ponen a sus hijos nombres como Elvis o Yaris, Jon, Winston o Yénifer, Míchel, Sindy, Wilson, Barby o Yelena, se me cae el alma al suelo. ¿A santo de qué le hace éso un padre a su hija…? ¿Por cómo le suena de bien el nombre, por cuánto sale por la tele, o porque es un pocooo…?

eeen fin.

En cuanto supimos que iba a ser una niña ya sabíamos del rosa de su nombre, aunque ni lo habíamos hablado siquiera. Nuestra primera hija… Si hubiese sido un niño se habría llamado como su padre, a no ser que mi nombre hubiese sido Romualdo Eustaquio Baltasar Segismundo, o algo así.

Pero bueno, ésto del nombre tampoco era tan importante hasta cuando nació mi segunda hija, entonces sí hubo polémica con la elección del mismo. Y tras descartar muchos, finalmente yo me decidí por el de Lorenza y su madre por el de Paula. Y claro, después de valorar infinitas opciones a favor y en contra su madre y yo acordamos entre risas y por fin, echar una moneda al aire y así decidirlo. La elección del nombre de una hija es algo siempre muy importante y serio. ¿No…? Pues eso.

Ignacio, Isabel o Alberto, Amelia, Fernando, Carlos, Raúl o Rosa, o Luis, o Carmen… ¡Anda que no será por que no hay por ahí nombres bonitos y en español…!

Gracias por leerme 🙏

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

¡Desinfectad malditos, desinfectad…!

Publicado el 10 de diciembre de 2021.

Acabo de ver por televisión que hay un aparato doméstico ni más ni menos que para desinfectar el móvil, las gafas o el reloj, o unos pendientes si llevas; también los auriculares, unas llaves o tu bolígrafo. Y no sé si también desinfectaría cepillos de dientes, un peine, un cortaúñas, o quizás dentaduras postizas u ojos de cristal… Ufff. ¡Pero qué asco qué grima y qué tiricia de artefacto…! Pero tal y como está de tonto el mundo, vete tú a saber…

El caso, es que me acabo de acordar de cuando obrábamos en el huerto y para limpiarnos, escogíamos una piedra lo más lisa posible si no habían hojas tiernas a mano. Y siempre, siempre, terminábamos nuestra faena de forma digna con el ojal y el resto del culo lo suficientemente limpios… Y luego, cuando llegábamos a casa, la ducha diaria y el jabón terminaban de hacer el resto.

También, me acuerdo cuando jugábamos atrapando avispas en bolsas de plástico transparentes, medio llenas de agua; y para evitar el dolor de los picotazos que a veces nos daban mezclábamos tierra y orines. Y a modo de cataplasma, nos embadurnábamos las zonas afectadas una y otra vez con aquel mejunje. Y oye, mano de santo: funcionaba. Cosas del amoníaco.

Y no te digo ná cuando para quitarnos el dolor de muelas empapábamos en Brandy aquellos trozos de algodón en rama, que metidos luego en la boca, apretábamos con la muela dolorida durante largo tiempo y muchas veces… Os aseguro que al rato, y en verdad que se te quitaba el dolor de muelas aquél. Cosas del alcohol.

Aquellas prácticas no nos parecían entonces disparates, pero ahora sí parecería que estamos todos en verdad infectados de algo: cada uno de lo suyo claro…

¡Qué disparate…!

¡Qué manía ésta la de desinfectar…!

La única forma de inmunidad es la capacidad de exposición al virus; la única forma de combatir una reacción alérgica es la de acostumbrar el cuerpo al alérgeno; y la única forma de superar el miedo es enfrentarse a él… Y nosotros, que si desinfecta por aquí y que si desinfecta por allá.

Seguro que yo, con la de gérmenes virus bacterias y otras pestes amén de tanto alcohol y tanta droga, tanto agente químico y tanta radiación solar iónica o electromagnética a las que se ve que mis muchos años me han expuesto, debo por todo ello de estar muy muy mal… O no, como decía el gallego.

eeen fin.

¡Desinfectad malditos, desinfectad…!

Gracias por leerme 🙏

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

Policías y Maestros

Publicado el 21 de noviembre de 2021.

Se ve, que defenderse golpeando con flotadores de piscina en vez de con porras, y armarse en vez de con pistolas con molinillos de viento, serán a partir de ahora los medios disuasorios principales de que dispondrán nuestras pobres Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para intimidar a delincuentes y asesinos, y mantenerlos así lejos y a raya del crimen y el delito.

¡Ay Señor…!

Y además, en el caso hipotético de que detuvieran a algún prenda, sólo podrán retenerlo durante dos horas sin identificarlo. Y si no lo consiguieren en tal plazo, tendrán entonces la imperiosa obligación de devolverlo con diligencia al mismo lugar donde el prenda fue detenido. Y no sé si también habrán de ducharlo, vestirlo, echarle colonia y peinarlo con primor, para por último llamar a su papá y que venga a recogerlo o en su defecto pedirle y pagarle un taxi a casa. No sé, todo se andará.

…y claro.

Jóvenes, que pasan de curso y hasta se titulan suspendiendo, maganteando su tiempo y malgastando su juventud creyéndose lo que no son debido a que todo les ha sido regalado. Así acaban convencidos, pobrecillos, de que el sólo hecho de desear algo mucho les da algún tipo de derecho a alcanzarlo. Pero porque nadie les ha explicado nunca que el disfrute de cualquier derecho es siempre un mérito, una conquista, consecuencia del trabajo y del esfuerzo de alguien… Que son frutos de la democracia.

eeen fin.

¿Hay algún Maestro por ahí…?

Gracias por leerme 🙏

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

RECUERDA, TIENES QUE SUICIDARTE

Publicado el 13 da marzo de 2021.

Paco Sanz. Médico. RIP. ✍️

Marx acababa sus obras con un DESAM: dixit et salvavi animam meam… En mi caso, cada vez que doy por acabado algo de lo que escribo debiera poner RTQS: recuerda, tienes que suicidarteComo hacía una escritora cuyo nombre prefiero no recordar y que efectivamente acabó suicidándose.

Digo esto por ver si así, si llego a tener que optar entre convertirme en un deber penoso para mis hijas o hacerme cuidar por extraños, conserve la suficiente voluntad memoria y pericia, como para acabar conmigo mismo.

Paco Sanz. Médico. RIP. ✍️

Ya, somos una dictadura

Ésto de la amnistía y nuestro Estado de amnesia y anestesia tan imbécil, está consintiendo todo lo que le venga en gana al perro Sánchez: a partir de ahora ya se puede cagar donde le salga de sus Bolaños.

Y encima éstos -sus Bolaños- van y se felicitan a sí mismos jactándose por ser los mamporreros que nos clavan el orto al resto de los españoles con ésto de la amnistía, y tal. No podemos caer más bajo… ¿No, verdad…?

¿O sí…? 🙄😳

eeen fin.

¡Ojo…!

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

ARTE EMÉRITO

Publicado el 27 de agosto de 2021.

Según la RAE

1. Capacidad, habilidad para hacer algo.
2. Manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros.
3. Conjunto de preceptos y reglas necesarios para hacer algo. Maña, astucia.
4. Disposición personal de alguien. Buen, mal arte.
5. Instrumento que sirve para pescar.

Mérito, cualidad que hace que lo que haces sea digno de que alguien se pare a mirarte y a pensarte… Si no tiene mérito no es arte: es suerte o arte malo.

Gracias por leerme 🙏

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

ÉXITO. IGUALDAD. LIBERTAD.

Publicado el 2 de agosto de 2021.

Historias de Mayo Von Höltz ✍️

«El éxito es la capacidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo.»

Winston Churchill.

A la célebre frase de Honoré de Balzac «La igualdad tal vez sea un derecho, pero ningún poder en La Tierra podrá convertirlo en un hecho», solo le cabe una aclaración: la de que ningún poder en La Tierra podrá por su mera enunciación o por su obligatoriedad igualar lo malo a lo bueno.

Pero el proceso inverso perfectamente podría lograrlo: igualar lo bueno a lo malo. Por ejemplo: nada ni nadie podría hacer que un enano por naturaleza tuviera la misma altura de un gigante, pero si se le serrucharan los fémures al gigante lo suficiente se lograría el que tuviera la misma altura que el enano.

Fidel Castro no logró igualar el nivel de vida de la clase pobre cubana al de la clase media ni rica cubana, tal cual prometió en todos sus discursos siguiendo su afán igualitario. Pero logró en cambio que todos los habitantes de Cuba sean igual de pobres que eran todos los pobres.

Sin importar cuán desventajosa sea la situación inicial, nunca se saldrá de ella si en lugar de buscar los recursos para salir, se buscan las excusas para justificar porqué no se sale… La victimización sensiblera es el signo distintivo del alma cobarde del mediocre.

Todo el que logró algo antes pensó que iba a lograrlo. Y todo el que se queja de su aciago destino -sea éste proveniente de una aciaga fatalidad o sea la inexorable consecuencia de una no confensada abulia e ignorancia- victimizándose lastimosamente y poniendo fuera de la órbita de su voluntad e inteligencia el rumbo de su propio destino, no logrará hacer nada nunca con su vida. Y éso mismo es lo que se merece: nada, ya que nada pensó y nada hizo para salir de su nada.

«Tanto como si crees que puedes como si crees que no puedes, estás en lo cierto.» Frase que pertenece a Confucio pero popularizó Henry Ford.

Historias de Mayo Von Höltz ✍️

SER DE IZQUIERDAS HOY

Publicado el 20 de junio de 2021.

El otro día, en prime time, le preguntaron en la radio a un somierda que otrora fue alcalde de Sevilla y al que han votao ahora pa’presidente autonómico, si estaba de acuerdo con los indultos.

Criii, criii, criii…

Y el gañán, trastabillando dialécticamente acertó a balbucear que en el fondo no, pero que ahora sí porque así lo había decidido su partido, claro.

Criii, criii, criii…

Y lo bueno, fue cuando el periodista entró a matar con el verduguillo, y le volvió a espetar, que entonces si su partido decidiera lo contrario o cualquier otra cosa él también estaría de acuerdo, ¿no…? 🙄😳

A lo que el caradura que fue primer edil de Sevilla, respondió aquéllo de:

— ¡Claro…! 😳

Criii, criii, criii…

¡Qué vergüenza…! 🙄

Falsificar por completo tu moral, tus estudios y tu currículum, tus méritos y tu pasado, ha dejado de ser algo deleznable o vergonzoso. Es más, parece ser un mérito para estos mindangos el ser un tahúr, un canalla y un traidor; para medrar hay que ser un gusano comerrabos cuanto más rastrero mejor…

eeen fin.

Criii, criii, criii…

¡Votad y vomitad, malditos…!

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

LA NUEVA SUBNORMALIDAD

Publicado el 28 de abril de 2020.

¡¡Qué cosas…!!

Lo de la nueva normalidad es en sí mismo un oxímoron, una nadería; otro de vuestros eslóganes tramposos, para que como silbido de pastor haga entrar a vuestro rebaño por la vereda zurda.

Meteros ésta nueva normalidad que por doquier pregonáis por donde quiera que os quepa, y poneros a trabajar de una vez para devolvernos la normalidad de siempre… Aquella normalidad de besar a nuestras madres en vez de acostumbrarnos a este infame presente de distancia y mascarilla. La normalidad, de apoyarnos con naturalidad tanto en la barra de nuestro bar como en el hombro de nuestro amigo. La normalidad de arrancar nuestro coche para ir donde nos salga de los huevos. La normalidad de volver a confiar en mi médico y él en mí, sin que nos miremos recelosos de reojo porque ni a él ni a mí nos hayan hecho la dichosa prueba del bicho ése.

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Dejaros de nuevos pactos de la Moncloa, de inventar el hilo negro, de desescaladas locas hacia nuevas normalidades, o de creeros que sois los primeros en asar la manteca. Poneros a trabajar… ¡Magantos…! Empezad ya a hacer vuestro trabajo, en vez de hacer vuestro agosto con nuestra ruina. ¡Que llevamos más muertos por millón de habitantes que ningún otro país del mundo…!

¡Miles y miles de españoles muertos o infectados por el virus éste de vuestra desidia…!

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Nueva normalidad dicen…

Majaderos.

Que no nos engañen…

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras

¡¡Todos a la calle, pero ya…!!

Publicado el 12 de junio de 2021.

Érase una vez, en un país que si nos descuidamos dentro de poco estará muy muy lejano y de cuyo nombre no hay día que no me acuerde, no ha mucho tiempo que vivía gente tranquila, alegre, laboriosa y confiada. Un pueblo que podía hacer planes a largo plazo porque las instituciones funcionaban, se respetaba la ley, y a los políticos todavía les quedaba algo de vergüenza.

Pero llegaron unos bárbaros sin memoria ni cultura suficiente, mérito ninguno y sin escrúpulos. Un puñado de mañacos adanistas, chulos, faltos tanto de moral como de una mínima educación y hasta de aseo… Y trajeron espíritus macarras, lenguajes soeces y modales sin desbastar.

eeen fin.

¡Vamos a la calle todos, pero ya…! Pero nada de pegar fuego a contenedores ni ostias; ni que fuésemos borrokas. Si hay que salir a la calle a manifestarnos que sea por algo digno y de forma digna. ¡Coooño…! No somos hienas peleando carroña. ¿O sí…?

Paz señores, paz siempre… La única guerra justa sería una guerra a la defensiva pero ya no las hay defensivas; ya no quedan. En todo caso sería un oxímoron, porque toda guerra ha pretendido siempre una derrota. Entonces vamos todos a las calles sí, pero no a la guerra: a la paz.

Vayamos a las calles sí, pero como se hacía antes, como al principio, con redaños: «esgrimiendo una barra de pan en una mano, y en la otra a nuestros hijos y a nuestros viejos enseres; para que se nos vea tal y como somos de verdad…» Vayamos, sí, pero para ver cuántos y cómo somos en verdad, y para comprobar lo mucho que todavía nos queremos.

Salgamos todos pero para saber cómo estamos de humor haciéndonos reír unos a otros; o para saber qué o cuál coño necesitamos en verdad… Tomemos las calles pero yendo a por algo digno; vayamos a esa manifestación «con un pan en una mano y una flor en la otra…» Vayamos, a por algo que sea para todos, a por algo en beneficio de todos.

¡Y ojo…! Hay que reventar esta basura de redes sociales ya, de verdad… Pero no sólo porque no nos informan realmente de lo mal o bien que van las cosas, sino porque encima, no nos sirven tampoco para insuflar de forma colectiva y manifestar las ganas que en verdad todos tenemos de vivir intensamente, de innovar, y de buscarnos y ganarnos justo ésta vida nuestra, aunque haya a quién pueda parecerle una vida de mierda…

Yo recuerdo en los inicios, cuando era sólo y puramente viral todo el rollo éste del caralibro y las demás plataformas virtuales juntagentes… Y lo era, porque de verdad funcionaba eso de los likes: cuantos más tenías más gente te veía, compartía, se corría la voz y tal… Y claro, poco a poco creabas tu red social. Así de sencillo.

Pues con una idea tan bonita y que funcionaba tan bien, en vez de no rebuscar o al menos no interferir en la difusión espontánea del talento y de la verdad de las cosas, estas redes siniestras se decidieron por lo contrario: lo que se llama monetizar la idea. O sea, importan una mierda la calidad de tus habilidades, sólo quieren dinero…

Ahora, ésto, es basura publicitaria. Da igual lo bien o mal que escribas, toques, pintes, cantes, fotografíes o esculpas. Ahora, algo, decide por su cuenta que sólo si gastas dinero tendrás audiencia. ¡Ahhh amigo, así cualquiera…! Pues bien, que les den. ¿Porque para qué queremos entonces las redes dizque sociales éstas si en absoluto nos mejoran siquiera socialmente…?

¡Vamos a la calle todos, pero ya…!

Os quiero.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

¡Oyeee, que te has cagao…!

Publicado el 10 de junio de 2021.

— ¡Oyeee, que te has cagao…!
— Sí, ya. Pero no te preocupes que la mierda es mía, es de las nuestras.

— ¿Cómooo…?

Los españoles deberían renegar, sublevarse, indignarse y luchar contra dos cosas en especial, para desterrarlas de una puta vez de nuestra idiosincrasia y superarlas también de una puta vez. Curiosamente, una es muy antigua mientras la otra es relativamente moderna: ésta -la moderna- es el comunismo, y aquélla -la antigua- es nuestra leyenda negra.

Haría falta un nuevo partido de izquierdas, no sé si socialista o qué sé yo si laborista, demócrata o quizás socialdemócrata, pero ante todo decente y español… Que no cagara donde come, y que amara y respetara siempre a su país y sus vecinos.

¡Y hace falta ya, ahora…!

Si aún quedaran socialistas honrados y cabales, o si todavía hubieran españoles de izquierda que no fueran cobardones que mean en el mismo sitio en el que abrevan; todos ellos, sin duda alguna, deberían plantearse fundar un partido de izquierdas, español, íntegro, eficaz, y moralmente ejemplar.

Y yo, ni así les votaría, ya les voté bastante cuando era joven hace muuuchos años.

Hoy en día en España no hay nada a la izquierda que no sea traición, mal ejemplo, erial.

¿Y ahora qué hacemos…?

¿Quién arregla ésto…?

Como dice el gran JC Girauta: «ésto es acongojante o acojonante. No estoy seguro…»

eeen fin.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

«¡¡ QUÉ ESCÁNDALO…

Publicado el 27 de mayo de 2021.

Mejor no beber, o no fumar; no arriesgarse… Mejor no jugar.

– «¡Qué escándalo, en este local se juega…!»

Casablanca.

En este presente hipócrita y tan huero de ideas e iniciativas verdaderamente brillantes, lleno hasta arriba de tecnotonterías y políticamente correcto tan en exceso, nos estamos acostumbrando también a una vida tan artificiosa previsible y controlada (nos creemos) que parecemos tiernos y manejables niños de colegio… Como si fuéramos pavos nos espantamos casi por cualquier cosa y con mucha facilidad; y como pollos sin cabeza echamos a correr delante de lo primero que llega y nos asusta. ¡Buú….! ¡Uy, qué susto, uy, qué miedo…!

¡Que viene no sé qué virus…!

Entre otras lindezas y se ve que para no castigar tampoco mucho a nuestros hígados, ya nos están vendiendo por ahí gintonics de ginebra Tanqueray casi cero alcohol, y whisky Ballantines de dieciocho grados o menos. ¡¡Jájaja…!! ¿Pero es que no teníamos bastante ya con la cerveza o con el café sin cafeína…?

Vamos a terminar comprando hijos con posibilidad de devolución, cuerpos de quita y pon, coches sin conductor, vacío en los libros digitales, y hasta ese olvido propio de los tontos del capullo… Y es que sí, es que compramos, u olvidamos, cualquier cosa que nos vendan bien vendida…

«¡A la mieeerda…! ¡Vayan Ustedes a la mierda…!»

Diría a sus admiradores plastas, aquél gran señor Fernán Gómez, ahora ya tan clásico si levantará la cabeza…

«Van a echar agua al vino, luego va a costarnos más caro…» Es el colmo. ¡Qué vergüenza, qué escándalo…! Es como una Ley Seca pero para ovejas, para bebedores rebañudos como que de segunda B, y que sólo salen de su establo cuando se les da la suelta… En vez de buena bebida, venga bebida fácil y que la paguen más caro, claro. Ése, parece ser el plan.

eeen fin.

– «¡Qué escándalo, en este local se juega…!»

Casablanca.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

PALABRAS Y DEBERES

Publicado el 13 de diciembre de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

Los dos deberes que dejo siempre para mañana: buscar la propia perfección y promover la felicidad de los demás, desde que aislamiento, confinamiento, distanciamiento y enmascaramiento están con nosotros, se quedaron en mejorar en lo que puedo, y aun gracias.

Las palabras, pensar con palabras, que es para muchos una servidumbre, para mí, en mis días felices, es una fiesta y una orgía. Una fiesta que incluye el orgullo, la insolencia, el exceso; la chanza de toda seriedad y filisteismo; un asentimiento divino hacia mí mismo por plenitud y perfección animales: el paganismo por excelencia.

Con ellas –las palabras– me da por aceptarlo todo. Incluso la ciencia natural. Me da por negar que sean un medio que sirva a los fines materiales del hombre, ni a su técnica, con cuya ayuda pueda sentirse menos incómodo en un mundo imperfecto y que le abra la vía del progreso. Por el contrario, me da por entenderlas como un medio para la elevación del espíritu, una vía para hallar reposo y consuelo en la contemplación de la eterna perfección del universo tal como ellas lo muestra.

¿Qué es lo que insufla vida a nuestras ecuaciones y crea para ellas un universo que describir? ¿Qué tiene el conocimiento para hacer de la vida algo afirmativo? ¿Es la vida un experimento del conocimiento? ¿Cómo es que la teoría es tan precisa describiendo? ¿Cómo es que va por delante de nuestras observaciones más finas? ¿No es la pregunta acerca de la bondad de nuestras teorías, razón suficiente para seguir perfeccionando nuestros instrumentos de medida…?

No nos atrevemos a afirmar en toda su plenitud nuestro deseo de existir sin límites: nos da miedo. Pero aún nos inquieta más sentir un momento de alegría cruel en nosotros, cuando surge la evidencia de nuestra miseria.

La manera más corriente de hacer el tonto es ser un vago. Se habla de tres formas de pereza: la primera consiste en pasar el tiempo simplemente comiendo y durmiendo; la segunda es decirse: “Alguien como yo no llegará a perfeccionarse, a conseguir una realización espiritual nunca”. Y la tercera, consiste en agotar la propia vida en tareas de existencia secundaria, sin abordar nunca lo esencial.

También me han dicho que hay tres formas de superar la tontería: la primera es que hay muchas cosas de las que puedes disfrutar, y la vida es demasiado corta como para dejarlo para luego; la segunda, es hay que pensar que para vivir mejor es necesaria una transformación interior que sólo depende de cada uno y que está incluso a tu alcance; y la tercera, es que hay que dejar de permitir que el detalle pase antes que lo esencial… Que hay que librarse cuanto antes de lo que, no permitiéndonos desarrollar nuestras cualidades interiores, no nos permite llenar de alegría, dar con el sentido de, nuestra existencia.

Historias de Paco Sanz ✍️

INMIGRACIÓN ILEGAL

Publicado el 17 de noviembre de 2020.

Bungalows Vistaflor. Gran Canaria.

Lo mejorcito de cada casa…

Españoles

Que estemos alojando intrusos ilegales (me niego a llamarles inmigrantes) ni más ni menos que en hoteles, con las excusas primero de que los centros de acogida están saturados, y segundo porque así además los trabajadores de esos establecimientos no pierden su trabajo, es de imbéciles, de estúpidos suicidas… Cosas así no se le ocurren ni al que asó la manteca, ni al que vendió el coche para comprar gasolina; y ni siquiera, a ese otro que dicen que era más tonto que Abundio. 🙄😳

Lo primero que hacen esos intrusos ilegales en el hotelito una vez que se han duchado, puesto la ropa limpia que les dan y puestos también de comida hasta las trancas en el bufet libre; lo primero que hacen, repito, es tumbarse a la bartola a media tarde ya tranquilos en una de las tumbonas de las terrazas, y llamar sin falta con sus smartphones a sus familiares para convencerles de que se vengan pa’cá echando ostias…

Que ésto, es Jauja.

¿Y quién paga semejante despropósito y a quién beneficia, convendréis conmigo que está muy claro…? ¿No…?

La ignorancia

La cobardía

La traición

La maldad

— Repetid conmigo: ¡Somos giiilipollas. Somos giiilipollas…!

— Otra vez: ¡Somos giiilipollas. Somos giiilipollas…!

— Y una más. ¡Vamos…! 🙄😳

eeen fin.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras

¡QUÉ RISA…!

Publicado el 12 de abril de 2021.

Me despertaron aquellos golpecitos insistentes en la ventanilla de mi coche. Toc toc toc…

Vaya nochecita de marcha tan potente la que me pegué, lo malo, es que sólo tenía recuerdos hasta las cinco o así de la madrugada; del resto no me dejaba acordarme la melopea. Toc toc toc… Envuelto por completo en la niebla del tablón que aún llevaba tardé en reaccionar. Toc toc toc… Poco a poco fui percatándome de que lo que oía, también, eran pitorradas de coches enfadados que me rebasaban por la izquierda ya que estaba parado así sin más justo en medio de mi carril, y en una de las principales calles de entrada a mi pueblo… ¡Qué extraño…!

Toc toc toc…

Lo raro es que eran ya más de las ocho de la mañana; lo malo es que llevaba un pedal tremendo y estaba parado en un semáforo; y lo peor es que me había quedado durmiendo mientras ese semáforo estaba en rojo… Lo que no sabía, era cuánto tiempo había estado ahí tirado con el motor en marcha, con la cabeza apoyada en el cristal de mi ventanilla dándome todo el sol en la cara, y roncando hasta babear con la boca abierta de par en par. Toc toc toc…

El susto me lo pegué unos segundos después -mientras aclararaba aquella espesa niebla etílica- cuando giré la vista a la izquierda y me crucé con los ojos de aquel guardia civil al otro lado de la ventanilla. ¡Joooder…! Era aquélla una mirada severa, aunque diríase que a la vez como asombrada e incluso tierna; luego, hasta me pareció detectar la mueca de una ligerísima sonrisa en su cara… Me hizo aquel agente el gesto imperativo de que bajase la ventanilla, tras lo que me saludó de forma reglamentaria llevando el canto de su mano derecha recta y a la sien.

— ¿Buenos días, se encuentra Usted bien…?
— Pues hommmbre, mire, yo…
— ¡Salga del coche, por favor…! Me interrumpió drástico al ver que sí, que yo al menos reaccionaba, resucitaba…

Cegado por los rayos de sol mañaneros a tan tempranas horas, salí del coche a trompicones todavía bajo los efectos de tanto cubalibre: todo borroso, confuso, muy mareado… Tanto es así, que el agente, muy suave y amablemente me agarró del brazo y me acompañó a la sombra de la acera opuesta, introduciéndome en una especie de soportal que estaba abierto, y haciéndome sentar con cuidado en un banco de madera que había junto a la entrada… Pasaron los minutos, y despacio, fui pudiendo enfocar tanto la vista como los pensamientos, hasta que conseguí hacerme una ligera idea de lo que me estaba pasando.

Me levanté de aquel banco procurando dar muchos menos trompicones; salí de nuevo a la calle, y allí estaba el agente tomando notas junto a mi coche… Pero lo mejor fue cuando al girarme mareado con intención de volver al abrigo del soportal, levanté un poco la cabeza y con algo de dificultad, pude leer en el frontal de las puertas, aquéllo:

TODO POR LA PATRIA

¡Ostiaaas…! 😟😳

No sólo iba conduciendo curda perdido y me había quedado durmiendo al volante parado en un semáforo en rojo, sino que además el semáforo donde tan plácidamente dormía, resulta, que encima era el que estaba justo frente a la Casa Cuartel de la Guardia Civil de mi propio Pueblo… ¡Mira tú, qué casualidad, coooño…!

Y claro, setenta y dos horas me tuvieron cómodamente alojado allí mismo y a pensión completa.

Creo, que absolutamente todos los agentes de la Casa Cuartel se interesaron con verdadero cariño por mí, y por conocer la mayor cantidad posible de los detalles de mi digamos que peripecia…😳 Fueron amabilísimos conmigo, a la vez que también condescendientes y comprensivos con aquel suceso tan insólito y chocante, que había yo, digamos que protagonizado…🤣😂 Años más tarde, uno de aquellos agentes me confesó con sincero cariño y todavía meándose de la risa, que pasaron unos ratos estupendos partiéndose el culo conmigo todo lo que quisieron.

eeen fin. 😂🤣

¡Qué cosas…! Yo ahora también me río. ¡Venga, supéralo…! 😳

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

….

TIRICIA

Publicado el 24 de octubre de 2020.

El hecho de cruzarnos con gente casi sin rostro, enmascarados de mirada gacha, esquiva o ensimismada, nos está acostumbrando a algo así como lo que se debe sentir al cruzarse -y tener que interactuar- con uno de esos inquietantes robots cinematográficos cuasi humanos… Es como el miedo, diríase que una especie de leve repulsa o de extraña tiricia, que actúan como freno irremediable ante la posibilidad siquiera del mero contacto físico con un prójimo ajeno.

Repasaba el expositor de los quesos en el supermercado, cuando al girar la vista a mi izquierda tropecé con la hermosísima mirada de los ojos de Manuela; pese a las mascarillas, noté que ella también había reconocido los míos de inmediato. En su mirada gris verdosa leí alegría sincera, sorpresa, alborozo y hasta cierto rubor… ¡Cuánto tiempo, qué bien te veo…! Sé que me lo dijo algo socarrona detrás de su mascarilla, y pillandole yo la broma y sonriendole detrás de la mía cogí su mano y la levanté, me separé un poco de ella con intención de piropearla, y haciéndola girar como que bailando le dediqué una miradita lenta y de alto en bajo…

— ¡Pues anda que yo a tí…! le respondí enmascarado guiñándole un ojo.

Sólo la mirada para comunicar la intención. Esas miradas solitarias; besos sin dar, abrazos castrados, amagos de gestos cariñosos que se quedan sólo en éso: gestos y amagos… Se te va sin querer un guiño cálido, una mueca apenas de la intención al menos de querer abrazar, de dar la mano, o de chocar las palmas… Pero nada, lo reprimes, porque no sabes si la otra persona quiere o no ser tocada.

Estamos perdiendo la cualidad de lo espontáneo al aceptar sin rechistar, esta forma forzosa de autismo gestual y emocional al que estamos siendo sometidos con el uso obligatorio, de las putas mascarillas y el mantenimiento del jodido distanciamiento social.

El uso masivo de mascarillas está causando unos estragos en la sociedad tan trágicos que pareciera, que las propias mascarillas son más peligrosas que el sentimiento mismo de tragedia que nos provoca el número de muertos que está causando el mismísimo coronavirus…

Mierda de bicho.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

EL ALCOHOL Y EL NACIONALISMO

Publicado el 17 de septiembre de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

Millones de años atrás, termitas y hormigas empezaron a la vez a colocarse con productos fermentados por levaduras y a socializarse y pastorear. También muy atrás en la historia de los primates, la alcohol deshidrogenasa cambió, e hizo posible que el alcohol no matara a los que se bebían la miel que había fermentado. Los hombres saltamos de cazadores-recolectores a agricultores-ganaderos, casi al mismo tiempo que empezamos a gustar más de la miel fementada que de la miel sin más. El aguamiel, es seguramente la primera bebida alcohólica.

Tiene más calorías que la miel, y se puede metabolizar hasta llegar al ATP. El alcohol se convierte en acetaldehido por la acción de la alcohol deshidrogenasa. El acetaldehido deviene en acetato. En las personas sensibles al alcohol, la velocidad de catálisis del acetaldehido sólo funciona con concentraciones muy altas del mismo, por lo que la ingesta de alcohol les afecta más. Además también hay diferencias de la alcohol deshidrogenasa inherentes al sexo. Con el alcohol, cuanto mayor la concentración más rápida la absorción. Y cuanta más grasa, más se retarda su eliminación.

Me he hartado de decirles a pacientes y amigos que el alcohol es malo a cualquier dosis. Que eso de que un poco de vino en las comidas es bueno para la salud es un cuento, chino iba a decir. Pues como lo del virus, no sé si es chino o no, pero menudo cuento. Lo de que la gente joven prefiera beber para socializar, me lleva a pensar en los monos rebuscando miel fermentada en los huecos de los árboles. «En la embriaguez del éxtasis nos encaramamos en el carruaje de los vientos…» según dice el Rig-Veda.

No puedo predicar con el ejemplo, claro. Pero por eso no puedo hablar tan mal de lo de alterar la conciencia metiéndonos venenos en el cuerpo. Cuando empezaban a a hacer soplar a los conductores, mis hijos me regalaron un alcoholímetro. Cuando la reunión de amigos en la bodega se había acabado, medíamos el alcohol en sangre de los que parecía que podían conducir para llegar al pueblo de al lado, y el que tenía menos, conducía. La broma de que había que estar francamente bebido para dejar conducir a según quién, normalmente a alguna señora con más sentido común que los demás no solía hacerle ninguna gracia.

El imperio que el alcohol ejerce sobre la humanidad, se debe a que puede estimular facultades generalmente trituradas por los fríos hechos y las críticas descarnadas. La sobriedad reduce, discrimina y dice no; la embriaguez expande, une y dice sí. Del mismo modo que el café estimula la racionalidad y el individualismo, el alcohol estimula las virtudes proletarias de colectividad y solidaridad.

El alcoholismo tampoco tiene maldita la gracia, como no la tiene el nacionalismo. El nacionalismo se nutre de esos seres medio cultos, sensibles pero elaboradamente tontos, que tienen presbicia intelectual y no ven jamás lo obvio, sólo lo remoto y traído por los pelos… Carecen de sentido común. La identidad nacionalista es para la mente como el alcohol barato: primero te emborracha, luego te ciega, y al final, te mata.

Historias de Paco Sanz ✍️

¿Tot aixó qui ho paga…?

Publicado el 21 de febrero de 2021.

No nos hagamos los tontos. Todos estos chicos del adoquín, de los rodamientos de acero y los tirachinas, de los saqueos y la gasolina súper, casi todos cobran. Cobran dinerito… Por lo menos muchos de ellos: los listos del sindicato, los jefecillos politiqueros, los promotores ésos que pagan pancartas, camisetas serigrafiadas, porros y litronas; pagan las pegatinas, las batucadas y la publicidad para tener viralidad en las redes sociomierdales Los tontos no cobran nada: penan. Les pagan sólo el autobús y los bocadillos.

Para entender lo que pasa deberíamos recurrir al viejo dicho, avaro y catalán, que decía aquello de «¿Tot aixó qui ho paga…?»

Si no, ¿de qué, y porqué coño iban a salir de su casa toda esta panda de catalufos incultos, hijosdeputa y magantos…? ¿Para luchar por unos derechos y unas libertades de las que no han oído hablar en serio en su puta vida? Jájajaja… ¿Por la libertad de expresión? ¿Por el progreso? ¿Por els països catalans? ¿Para trabajar…?

Jájajaja…

Por los veinte, treinta o cuarenta euros al día que se ve que les deben dar por dar leña, toda esta caterva de inútiles hijosdeputa catalotarras, lanzarían las piedras que hicieran falta y le pegarían fuego incluso hasta a su propia casa y hasta con su madre dentro. No tienen, se ve, ni madre ni casa alguna… No tienen padre parece. No tienen vergüenza, conciencia, seny, ni cualquier otra cosa decente que les frene; salvo seguro que un buen par de buenas ostias bien dadas… Es ésta, una solución que hace mucho que no probamos…

Si te dan una buena paliza después de merecértela, no me negaréis que a no ser que seas tonto del culo, tarda uno bastante más en volver a ponerse pesado otra vez por lo mismo. ¿No…?

La tontuna es libre, pero que me rompas las pelotas no. Y sólo, hasta que yo te deje, te lo consienta… ¡Desperta ferro…! Si tuvieran ametralladoras las usarían, no lo dudéis.

Que no nos engañen.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

………..

COMUNISMO Y CIRROSIS. TE MATAN

Publicado el 16 de febrero de 2021.

CIRROSIS:

“Enfermedad caracterizada por una lesión que se desarrolla en las vísceras, especialmente en el hígado, y consiste en la induración de los elementos conjuntivos y atrofia de los demás.”

No te digo ná.

El comunismo es como el alcohol barato… Primero, no es que te guste mucho ni lo entiendes pero te calienta; luego, no es que te embriague un poco sino que te emborracha como un perro; más tarde te deja ciego; y finalmente, te mata de cirrosis pero en vez de hepática, mental, moral.

Que no nos engañen.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

FALTA DE VOCABULARIO

Publicado el 19 de febrero de 2021.

Cuando sales de tu pueblo al mundo exterior, y ves que te falta vocabulario, puedes reaccionar o bien aprendiendo el idioma del mundo o también pensando que la gente habla raro, que no habla como debería. ¡Vamos, que no habla como tú…!

No hay nacionalismos buenos, sensatos o pacíficos, no los hay. Cualquiera que sea su credo y procedencia todos son provincianos y castrantes en su fondo; incultos, radicales e intrínsecamente malvados por racistas y sectarios. No olvidéis lo que pasó en el País Vasco: unos mil cuatrocientos muertos y más de doscientas mil personas expulsadas de las que nunca se ha hablado…

Y si no, que nos pregunten a los de Alicante porque aquí se afincaron casi todos: en Jávea y Benidorm los que tenían más pasta, y en San Fulgencio o Torrevieja los que tenían menos, en total ciento y pico mil…

¡Qué asco de País Vasco…!

¿No…? 🙄😳 Pues eso.

Hay mucho dinero y mucha indecencia invertida en el proceso; también mucho tonto y mucho odio inventado recientemente. Hay una supina ignorancia en el fondo del rebaño, y una legión de otras maldades políticas, maquiavélicas, y periodísticas… Y sobre todo lo que hay son muchos hijosdeputa y otros hijos que no lo somos. ¿Por eso tú, de quién eres…?

¿O ya eligió tu madre por ti…?

eeen fin. 🙏

¡VIVAN ESPAÑA Y TODOS LOS ESPAÑOLES…! 💕🇪🇸 TODOS…

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

Andorra y El Rubius… 🙄

Publicado el 29 de enero de 2021

Sólo un país de gilipollas se queda mirando y riéndose, cuando mucha de su gente -algunos con verdadero talento y la mayoría sólo con pasta- se van a Andorra precisamente porque tienen pasta; se tienen que ir a Andorra… País el nuestro, que luego se queda igual cuando gentecilla como «el coletas» que con pinta de haberse terminado un par de libros e ínfulas de mirlo blanco, va, y se queda… Y vaya si se queda porque habrá que echarle aceite hirviendo para que se vaya; no tiene otra: ni oficio ni beneficio. No ha trabajado nunca.

Porque Andorra está muy bien, sí, pero si tiras una piedra con demasiada fuerza sale de Andorra; es decir, que es muy pequeña. Yo he ido varias veces, y a menos que te guste mucho la hierba muy verde o el esquí, no se pueden hacer muchas más cosas de las que nos gustan a los españoles, aparte de lavar dinero, claro… Se puede comer algo de jamón por ahí, sí; pero, o estás todo el día también comiendo nieve o hierba muy verde, o te tiras todo el día haciendo monerías delante de internet, o te gustan mucho las series y te acuestas a media tarde, porque todos los días madrugas mucho para ir al centro comercial.

eeen fin.

Un gran amigo mío, al preguntarle por su reciente viaje de novios a Viena me dijo que Viena era maravillosa. ¡Que qué bonita…! ¡Que era un placer pasear por esos bulevares tan amplios y tan hermosos; que el ambiente musical de la ciudad lo impregnaba todo y que su estilo arquitectónico imperial era imponente, una maravilla…! Que muy bonico todo sí, que muy limpio; pero que a mí no se me ocurriera ir ni loco… 😳 Que a las cinco de la tarde en Viena no se podía hacer absolutamente nada que no fuese pasear; que no habían bares; que tenías necesariamente que tener reserva para ir a alguno de los pocos sitios a los que se podía ir… Y todo ello cuando no había restricciones.

Eso de vivir en Andorra, de verdad, manda huevos… ¿Cuánto dinero no ganarán, como para hacer el sacrificio de tener que vivir todo el año aburridos en Andorra…? ¡Chico calla…! Pues imagínate ahora con lo de la pandemia. Y para más INRI, dicen, que debido a la altitud no se puede ni jugar bien un partido de fútbol porque el sitio es tan pequeño que no da para un campo decente; si se te cae la pelota rodando pendiente abajo igual puedes terminar en Teruel… 😂🤣 Vamos, que hay demasiadas cuestas en Andorra.

Que no nos engañen.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras

…..

NO LE HABLES A LA TELE

Publicado el 3 de febrero de 2021.

— ¡Pero Nene…! ¿Qué haces hablando, qué digo hablando, discutiendo con la tele…? Tú no te ves, no te das cuenta, pero a veces te pones hecho un basilisco por no sé qué coño del Pedro Sánchez ése y del gobierno.

— Nena, tú no lo entiendes porque…

— Y tú eres tonto. ¿Cómo que no lo entiendo…? Yo, lo que no tomo son berrinches por lo que sale por la tele. ¿Mira a ver si el tonto eres tú…?

— ¡Coño Nena…!

— ¡Ni coño ni leches…! Mira a tu alrededor, a tu casa, a tus hijas y mírame a mí. Y anda y deja de dar follón preocupándote por las cosas de fuera, que se te agría el carácter.

Perooo

— Anda, y ven aquí, tooonto… 💕💞

¡Qué sabia es mi Señora…! 🤣😂

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

SE HAN MASCULINIZADO

Publicado el 5 de diciembre de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

Me gustan las personas, las feministas no tanto, qué le vamos a hacer. La incorporación de las mujeres al mundo del empleo y del sueldo (porque trabajar en lo que hay que trabajar, cuidando, eso siempre lo han hecho) ha sido un desastre. La medicina y la sanidad es lo que más ha mejorado por su incorporación al mercado laboral. En otras cosas se ha cumplido la vieja amenaza: más que conseguir introducir la inteligencia y la delicadeza femenina en el entorno laboral, ellas se han masculinizado. Y la educación de los niños y el cuidado de los viejos, “personalizados”, en casa, se ha vuelto imposible.

Mi generación ha sido testigo de todo el proceso. Mis hijos pudieron ir “tarde” al colegio porque su madre pudo dedicarse a criarlos, e incluso a traer algo de dinero a casa trabajando fuera, porque sus padres vivieron esos días de crianza con nosotros. Morirían en un entorno doméstico. También habían criado a sus hijos con abuelos en casa. Sin embargo, mis padres, ni admitieron a los suyos en casa ni vivieron con nosotros más que en vacaciones. Murieron en residencias.

En la ciudad donde he ejercido la medicina durante más de cuarenta años, asistíamos a mucha gente de los pueblos cercanos. Los más mayores habían sido pacientes de mi padre, incluso alguno de mi abuelo. Cuando les decía que mi padre había perdido la cabeza, que mi madre ya no podía con él ni a pesar de tener ayuda en casa, y que habíamos decidido que estaría mejor en una residencia después de muchas dudas sobre todo por parte de la familia que vivía en otras ciudades, me decían que habíamos hecho bien… Sin embargo venían a la consulta con sus hijos, me hacían ir a su casa para visitarles, y estaban peor que mi padre pero los aguantaban en casa, incluso los que tenían más dinero que nosotros. Cuando veía a las nueras pensaba en la sopa de amapolas, y en el dejar dormir al abuelo de las matronas romanas, cuando la eutanasia, la buena muerte, se cocinaba en casa.

Mi madre sin embargo, maternalizó las relaciones con sus hijos hasta el final. No quiso venir a vivir con nosotros para no darnos la lata, cuando le llegó la hora de los pañales y la silla de ruedas, ingresó en una residencia “pues tenía dinero para pagársela” Y yo no podía dejar de ir a verla casi cada día. Porque con la mala conciencia sí me quedé. La cuestión era para ella: que nosotros estuviéramos bien. En comparación con otros padres, cuya longevidad y dependencia caen como una losa sobre los hijos ya mayores, ella nos lo puso muy fácil.

Marx acababa sus obras con un DESAM: Dixit et salvavi animam meam. En mi caso cada vez que doy por acabado algo de lo que escribo debiera poner RQTQS: recuerda que tienes que suicidarte, como hacía una escritora cuyo nombre prefiero no recordar, y que efectivamente acabó suicidándose. Digo ésto por ver si así, si llego a tener que optar entre ser un deber penoso para mis hijos o hacerme cuidar por extraños, conserve la suficiente voluntad y memoria como para acabar conmigo.

La verdad es que las personas que les ha tocado hacer de mujer últimamente lo han hecho muy mal. Somos demasiados porque ellas lo han permitido. Lisístrata, la de Aristófanes, propuso una especie de huelga sexual: no acostarse con los hombres que fueran a la guerra. Se ha quedado como personaje de una comedia. Además, seguimos creciendo y multiplicándonos como animales. Porque nos encantan los niños.

Las instituciones imperantes siguen creyendo, en la primacía y la eficacia del crecimiento económico como indicador clave del bienestar del sistema, incluso a la luz de unos recursos en continua disminución. No sería necesario, según este dogma, aceptar la realidad de que un crecimiento económico en continua expansión, es en realidad un absurdo en un sistema finito: algo ridículo, y que pronto acabará, incluso aunque los activistas no hagan nada para oponerse a él.

Historias de Paco Sanz ✍️

COMITÉ CONTRA LA DESINFORMACIÓN

Publicado el 7 de noviembre de 2020.

¿¿CÓOOMO…😳??

Pues no que, después de que un troll energúmeno se cansara de llamarme fascista de mierda entre otras muchas lindezas, y justo en el momento que yo me defendí calificándole de mierda roja y asegurándole -eso sí con corrección- que de tan maleducado le haría saltar todos los dientes si lo tuviera enfrente; va el feisbuc e ipso facto me bloquea la cuenta… Hasta ahí podría entenderlo, por voceras que soy… ¿Pero qué curioso…? sólo me la bloquean a mí.

Unos, usan constantemente y sin recato la mentira, el odio larvado, la desmemoria histórico-democrática, y el burdo insulto… Y resulta que otros, no pueden siquiera defenderse usando exabruptos parejos a los que reciben, porque son bloqueados siempre y al instante como si fueran niños castigados a la silla de pensar.

Ya estoy hasta el capullo de esta red social convertida en asocial, que como araña te atrapa en su tela pegajosa, y una vez inmovilizado al embobarte con tanta basura ideológica y publicitaria, finalmente se alimenta sorbiéndote los fluidos vivos que aún queden en tu intelecto, o en tu criterio…

Tres días de bloqueo dicen; y una mierda. Que le den definitivamente por el culo al feisbuc éste: he eliminado por completo mis publicaciones y mi cuenta, y la de istagrán también. Harto estoy de este corralito, me voy.

– «¡Si me queréis, irse…!» dijo Lola Flores aquella vez agobiada entre la muchedumbre… Para encontrarnos, algunas veces hay que irse.

¿Hay vida fuera del feisbuc y del rollo éste de las redes sociales…? Mi padre no supo lo que eran, y el rojo de mi tío Miguel o ahora mi amigo Eugenio tampoco… José Luis Garci no las tiene, ni Jiménez Losantos. Ni Escohotado o De Prada. Muchos tienen a un negro a cargo de sus redes; y yo, ya estoy negro pero de gangrenarme el ánimo sufriendo esa vorágine de desinformación sesgada y prostituta, administrada por no sé qué infame empresa, ente, o siniestros personajes…

Me arrogo el mérito de ser una de las muchísimas personas, censuradas a los pocos minutos -diez o quince- de conocerse la oficialidad de la entrada en vigor de esta mierda de comité contra la desinformación, que esta mierda de desgobierno rojo se ha sacado no de la chistera sino de la faltriquera, cual navaja trapera… Así reventara, el que haya decidido dar luz verde a un puto comité de censura pura y dura.

Lo he borrado todo. Estoy muerto para feisbuc, o eso me creo… ¡Qué alivio…! Y sé, que el no participar hoy en día del rollito éste de las redes sociales, es una forma voluntaria de aceptar la condena a un tipo de ostracismo. Sí, pero bendita condena y bendito ostracismo que me liberan de este mundo mentira y virtual tipo Matrix, en el que o caminas en el mismo sentido que camina la multitud o eres una anomalía, un dejavú, un peligro, y por todo ello un objetivo a eliminar.

Y como para el feisbuc éste, parece ser que fuésemos todos unas meras mierdas secas que flotaran en su sentina de aguas fecales, flotamos sí, pero nadie distingue nada entre tanto detritus al no vernos unos a otros casi ahogándonos en basura mediática…

¿Entonces, qué coño hacemos aquí dentro, si es un sitio donde ni se nos estima ni se nos respeta…?

…eeen fin.

aaanda y que le den…

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

….

Facebook

Publicado el 27 de septiembre de 2020.

Eres muuu tonto, mucho… Te lo dijeron muchas veces y tú: que nunca, que no. Y mira: ¿lo ves…? Que sí. Eres tonto.

Lo malo del caralibro éste de mierda, no es que te inunde con publicidades sino que a la vez tiene la desfachatez de decirte lo que no tienes que comprar. ¿No te has dado cuenta…? 🙄😳 Pues sí. Son dos cosas distintas: puedo a regañadientes adaptarme a la primera pero la segunda me toca profundamente los huevos. ¿Quién es caralibro para decidir qué publicaciones puedo ver y cuáles no, de mi prima Paula, por ejemplo…?

Me encantaría poder seguir libremente a la buena de mi prima Paula, sin que me pusieran como un filtro en la cara que decidiera qué cosas sí y cuáles no, son las que más me convienen saber de las que mi parienta cuenta… También, tengo un gran amigo en Perú -Iván Figueroa- que sé que es un fiera y del que caralibro también ha decidido que yo no sepa nada. Y mira que lo sigo con el dedito ok, y él sabe, que tengo muchas ganas de saber de él y que lo quiero mucho pero nada, no hay manera: caralibro no nos deja… Inexplicablemente, caralibro no quiere que él sepa -aunque yo sé que en el fondo él sí lo sabe- que a mí me gustaría mucho saber de él…

¡Qué extraño y qué siniestro…! ¿No…? ¡Pues vaya mierda de red social…!

¿Y la política…? ¿Por qué nos encierra caralibro a cada uno en un corralito ideológico? ¿Por qué, sólo vemos una y otra vez las publicaciones de los mismos cansinos repitiendo lo mismo…? Y sabéis, que todos sois mis cansinos favoritos: mis queridos cansinos.

Caralibro pareciera ser que sí, que sí te informa de cuánta mierda hay en tu mundo, pero lo que no te deja es pasar la fregona de la verdad; ni siquiera la de tu verdad porque gritas y no se te oye; ni siquiera los tuyos te oyen. Caralibro te asfixia si le conviene y te deja sumergido y solo ahogándote en sus algoritmos siniestros… Y te pierdes, en el éter del silencio en tu línea de tiempo sin que nadie oiga el grito en tu muro… Y como si detrás de un muro y aunque te estuvieras muriendo a gritos, esos algoritmos lerdos son capaces de bloquearte digamos que por facha o por suicida; y claro, te morirías como un sordomudo: solo, y como que detrás de un muro.

Inteligencia artificial, lo llaman. ¡Vaya mieeerda de red social…!

…eeen fin. Me voy.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

BESTIAS

Publicado el 4 de diciembre de 2020.

Empezó a anochecer y buscábamos desesperados un lugar seguro donde protegernos de aquellos bichos. El estado de la rodilla, y sobre todo del tobillo de mi compañero, no nos permitirían regresar a tiempo al campamento y sabíamos que era de locos quedarnos por ahí a la intemperie y completamente expuestos… Toda la tarde llevábamos cagados de miedo en medio de esos páramos, huyendo, y esquivando como fuese el peligro de cualquier tipo de contacto con aquellas bestias oscuras, grandes y tan agresivas. Nos habíamos equivocado de ruta de vuelta, y lo teníamos francamente muy mal cruzando aquel secarral donde sólo habían olivos, matorrales y encinas… No había cueva, refugio, cobertizo o abrigo alguno donde poder pasar una noche a salvo de los ataques de esas alimañas.

Pese a que sólo nos quedaban seis u ocho kilómetros era imposible completarlos sin que nos los cruzásemos; y eso, y a oscuras, resultaría mortal… Con el último arrebol de la tarde llegamos -menos mal- junto a un olivo enorme al que me encaramé encontrando por suerte y a una altura suficiente como para mantenernos a salvo, dos fuertes ramas casi paralelas y sobre las que podríamos acoplarnos de alguna manera, y apañarnos, para pasar esa noche como fuese…

Llevábamos una mochila cada uno: él con la comida, sacos y abrigos, y yo con el botiquín y los aperos de montaña. Pude aprovechar aquellas últimas luces para inmovilizar y vendar el tobillo de mi compañero. Luego, no sin mucho dolor, logró subir y acomodarse penosamente en aquellas ramas, apoyando en ángulo recto su cuerpo contra el tronco principal hasta quedar en una posición lo razonablemente cómoda como para pasar las horas que nos esperaban bien agarrado -o atado si hiciese falta- a las ramas de más arriba… Una vez aupadas las mochilas a aquellas ramas también subí yo, y no sé si fue debido al canguelo pero me pareció que justo en ese momento, nos invadió engulléndonos por completo la oscuridad espesa de aquella noche zahína y sin luna.

Fue al encender estúpidamente la linterna mientras nos abrigábamos cuando empezó todo. Como bobos, habíamos delatado nuestra posición y comenzamos a oírlos acercarse, despacio. Completamente a oscuras sentíamos sus resuellos, el golpe de sus pisadas, pesadas, acercándose, cercándonos… Y empezaron aquellas embestidas contra el tronco de nuestro árbol. Cada cierto tiempo, como si pareciese que se turnaran, se acercaba uno de ellos para arremeter contra nosotros y nuestro ánimo, una y otra vez; oyéndolos durante horas bufar al recular para volvernos a embestir…

Y así, estuvieron durante casi cuatro horas hasta que se ve que decidieron sin más que mañana más, que ya estaba bien… Y cejaron en su empeño yéndose todos también así, sin más.

¿Alguna vez habéis dormido como los monos o como los pájaros sobre una rama, agarrados…? ¡Jájajaja…! nosotros sí: maldormimos, pero sí. Recuerdo, que una vez asegurado al tronco con una cuerda por debajo de mis sobacos y totalmente vencido por el cansancio y el sopor del sueño, más de una vez, me desperté alarmado creyéndome al punto de caer, pero abrazado por instinto no sé si de pájaro o de mono a una de aquellas ramas.

Y como hubiera sido insensato bajar antes de que amaneciese, lo más chocante del caso es que yo volvía a dormirme como un lirón careto cada vez que me despertaba: una y otra vez me dormía… Como intentando aprovechar al menos esas breves cabezadas aunque estuviéramos encaramados a las ramas de un árbol. 🙄😳

¡Hay que ver, cómo somos los dormilones…! 😂🤣

¡Vaya nochecita nos dieron jodidos los toros bravos aquéllos…!

…eeen fin.

Gracias por leerme 🙏🤗💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

LA REBELIÓN

Publicado el 15 de agosto de 2020.

Historias de Paco Sanz

¿Hasta qué punto puedes aguantar según qué? Es un misterio. Recuerdo una propia de nazis: dejaban a un sujeto en una habitación con un niño que lloraba constantemente, con un llanto especialmente angustiante, y que no dejaba de hacerlo hasta que le daban de comer. Era una habitación pequeña, mal iluminada. El niño estaba en una cuna. Era vigilado por una cámara.

Cuando el pobre tipo se había cansado de sostener al llorón, cuando se había cansado de acariciarle, de intentar calmarle, de pasar de él a base de acurrucarse al otro lado de la habitación tapándose los oídos… llegaba un momento que iba a por el niño con malas intenciones, entonces se abría la puerta y se acababa el experimento… Se intentaba relacionar la formación, el sexo, la raza, la edad de los sujetos, con el momento de no poder aguantar más. El intento de maltrato era en todos los casos una cuestión de tiempo… No sé si creérmelo.

Nos han obligado a quedarnos en casa, a no salir de la ciudad, del territorio. A guardar la distancia de seguridad, a llevar la mascarilla, a usar guantes, a untarnos de gel, nos han recomendado no tocarnos tanto la cara, ahora incluso no nos dejan fumar en la calle. Lo han hecho tan mal en tantas cosas que dan ganas de llorar. ¿Hasta qué punto aguantaremos? Es un misterio. Estos bichos de dentro y de fuera nos están convirtiendo en bichos a nosotros mismos. El heroísmo de quedarse aguantándolo todo, es el heroísmo de la cucaracha.

Vuelvo a Cumbres Abismales, aquella novela de Zinoviev de cuando en la Unión Soviética estaban a punto de no poder aguantar más, y viene alguien de fuera a ayudar: “¿Qué siente usted ahora? preguntó el Visitante. Confusión, dijo el Charlatán. ¿Qué desea? preguntó el Visitante. Tranquilidad, dijo el Charlatán. Tenga fé, dijo el Visitante. La fé no da seguridad, dijo el Charlatán, resígnese. Nos imponen un estado de angustia e ira, luche, dijo el Visitante. No puedo, dijo el Charlatán. Hay que luchar pero no por eso. Y bien, dijo el Visitante, aguante. Falta poco…”

Nos están obligando a desobedecer ya. Antes de embarcarse en un acto de desobediencia civil deberíamos: Informarnos de los hechos, la injusticia de los hechos que nos llevan a esta acción, contrastarlos adecuadamente, considerar cómo pueden cambiar por lo que vamos a hacer. Negociar a muerte apurando todas les medidas legales a nuestro alcance. Examinarnos para precisar si somos lo bastante fuertes para aguantar lo que se nos viene encima, por ejemplo una enfermedad. Y finalmente: hacerlo, y mantenernos firmes en ello sin dar marcha atrás.

Entiendo a esos que hartos ya van a por el bebé… En los términos de hoy, que hacen por contagiarse. Una vez en la vida el hombre tiene que hacer experiencia de su pobreza, de su soledad y desarraigo frente al mundo. A lo largo de una noche tiene que aguantar a pie firme, mirando a los ojos de la muerte.

Historias de Paco Sanz

censurado-bloqueado-tocadoloshuevos

Publicado el 15 de septiembre de 2020.

Llevo muy a gala el que estos enanos anónimos que controlan el rollo éste del Facebook, me hayan censurado-bloqueado-tocadoloshuevos muchas veces ya… Debe de ser porque parece que tengo el honor de que, o bien a Ana Pastor o a vaya Usted a saber quién, o le gustan mucho mis huevos o me tiene algo de ojeriza.

Escribo mal según dicen, porque cuando utilizo palabras simples como mierda o coño, subnormal, rojo, negro o maricón, parece ser que saltan las alarmas del mecanismo imbécil éste de la red social: no sé qué coño del odio, dicen… Mierda de tela de araña ésta que no es red social, sino mecanismo que hace de la mera palabra trampa ideológica, siniestra, y comercial…

¡Aaanda y que le den por culo al Facebook éste…! ¡Qué cambien de algoritmos…!

…eeen fin. Como veis soy un ingenuo. Mi único consuelo es que de vez en cuando me leéis.

Os quiero… 💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

¿QUIÉN SOY YO PA’ESCRIBIR…?

Publicado el 22 de junio de 2020.

«¿Que quién soy yo pa’escribir por ahí…?«

Amplía para admirar…

Hay quienes se quejan, hasta de que los minutos duren sesenta segundos. Todo lo malo les pasa. Todo conjura en su contra: el pasado, el presente, y por supuesto el futuro. ¡Qué mala es la ignorancia…! Se quejan, de que se haya que cumplir con la ley, y de que se haya que estudiar para aprobar o que trabajar para vivir; ignoran, que es necesario amar al prójimo y honrar a tu padre y a tu madre. Y en defensa de su ideología son capaces de negar, cosas como que dos y dos sean cuatro y otras muchas verdades por el estilo… Son pensadores de lo inútil y especialistas del gafe; demócratas rojos; artistas de lo vacuo, escritores de la filfa; filósofos de lo desastroso y periodistas de lo falso. Meros esclavos del «y tú, más…» Tergiversadores en cadena.

La Historia del hombre es la que es, y juzgar el pasado con criterios de presente es de imbéciles.

Amplía con tus dedos… ¡Racista…!

Porque no le gusta lo que escribo, va, y me pregunta un gañán rojo de éstos que ahora nos toca sufrir en las redes, «que ¿quién soy yo pa’escribir por ahí…?»

Líbreme Dios de compararme, pero imaginemos a un Miguel cualquiera; o a un pringao de Almoradí, de al’lao, de cerca. A catorce o quince kilómetros justos de su casa vivo: sí, de la de Miguel. De la de Miguel Hernández el de Orihuela, el de las ‘Nanas de la cebolla…’ Con poco siempre hicimos mucho en mi tierra. Se piensa desde hace mucho y muy bien a la sombra de Alicante.

¿Habéis visto el contraste de lo humilde de su casa en el centro de Orihuela; justo al’lao, casi paré con paré, con con el imponente palacio centenario del Colegio de Santo Domingo…? Un cabrero, un disidente, un matao, fusilao por unos valentones.

¿Que por qué escribo, yo qué sé…? Yo no lo sé pero pasa: empiezo, sucede y punto. Emerge negro sobre blanco en palabras como si me salieran de los cojones. Perdonadme el lenguaje pero así me ha salido. Yo aquí lo pienso, lo dejo, y lo doy: la gente luego que haga lo que quiera…

¿Que quién soy yo pa’escribir…?

Va, y me pregunta el gañán.

Según él, en su día, hace quince mil años, habría que haberle preguntado con impertinencia al pintor de Altamira que qué coño hacía, ensuciando de humo y pintarrajeando a su antojo la cueva.

…eeen fin.

Que no nos engañen.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

Estulticia

Historias de Paco Sanz ✍️

La filosofía es una guerra contra la estulticia, porque la estulticia hace soportable lo que es contrario a la dignidad humana; es decir, la hace compatible con la existencia pasiva, sumisa, cuando no alcahueta, de los hombres con la tiranía. Por ello, siendo incompatible con la estulticia, la filosofía es intrínsecamente rebeldía.

Se supone que el artista es un hombre rebelde. Que el arte denuncia el abuso, glosa al humilde, y habla al corazón de los hombres. Pero eso no es más que un velo, una mentira de ricos porque desde siempre su función social efectiva y real, fue la de ser un entretenedor que nos distrajese precisamente de lo real, fabricando gracias a la técnica, un universo ilusorio para ayudar al hombre a soportar la horrible condición a la que era reducido.

La necedad y la tontería confluyen en la estulticia; palabra que ha caído en desuso, gracias a Dios. La generosidad, la amplitud de ideas y de conducta, la grandeza, y la constancia de ánimo en las adversidades confluyen, a su vez, en la longanimidad; palabra que también ha caído en desuso, desgraciadamente.

Pagamos por el desuso de ciertas palabras al llegar a viejos. Antes de serlo no existe el desuso sino el desconocimiento. Hay que hacerse no sólo con dinero sino sobre todo con buena suerte para envejecer como Dios manda… El término senectud no implica senilidad, un término que ha caído también en desuso en gerontología. Y la terapia, debe comenzar en la buena elección de las palabras.

El abuso de ciertas cosas lleva implícito el desuso de otras. Vivimos sobre nuestros móviles igual que los hunos sobre sus caballos. El artefacto llevado lo suficientemente lejos tiende a incorporar al usuario. Los hunos vivían sobre sus caballos día y noche. La tecnología señala y enfatiza una función de los sentidos del hombre; y al mismo tiempo otros sentidos se amortiguan o caen en un desuso temporal. El proceso, recupera la propensión del hombre a adorar extensiones de sí mismo como una forma de divinidad, de idolatría… Llevado hasta el extremo, el hombre se convierte en “una criatura de su propia maquinaria”.

El abuso de las diferentes formas de conectividad eléctrica parece ser que lleva a la estulticia. Existe un uso ideológico de internet en orden de aparentar cercanía, limitar la participación, protegerse mediante la supuesta transparencia, o simular comunicación. La construcción política de un espacio deliberativo, capaz de generar relaciones de responsabilidad empatía y respeto entre representantes y representados, puede hacerse más difícil todavía, precisamente por el abuso de inputs y outputs en las pantallas táctiles.

No todo el mundo ve con buenos ojos que los sistemas cognitivos se hagan más inteligentes que nosotros e incluso nos superen… Temen que vendedores o políticos, servicios secretos u organizaciones criminales, puedan cometer abusos si los ordenadores descubren fácilmente nuestras preferencias a través de nuestro lenguaje… En la naturaleza humana existen, al menos en la medida en que el hombre convivía con otros hombres, tres causas principales de conflicto: la competencia, la desconfianza, y el afán de fama… La primera conduce al abuso de las ganancias, la segunda al abuso de la seguridad, y la tercera al abuso del prestigio. A veces al estar solo me quedo en la gloria…

Historias de Paco Sanz ✍️

DISCUTIR EN LA RED

Publicado el 1 de mayo de 2020.

Hace unos cuantos años me denunciaron arteramente y por el vil metal, esgrimiendo ella ante el juez lo muy amenazada que se sintió, debido a un inocuo comentario que le hice por escrito en una de nuestras tan frecuentes como inútiles discusiones (creía yo privadas) por WhatsApp. Cosas de la ideología de género.

Por ello, ya debería yo de haber aprendido que estos modernos medios de comunicación tecnológica, son nefastos para disentir. Medios éstos de comunicación paradójica, ya que cuando se desata de verdad una discrepancia, es casi imposible comunicar argumentando. Y voy a intentar explicarme.

Los que alguna vez hayáis discutido de verdad y agriamente con alguien por las redes, y si os fijáis un poco me lo reconoceréis, que en medio de la indignación y el acaloramiento de esas discusiones epistolares, todos, sentimos una especie de urgencia, de prisa rabiosa por teclear y explicarle al otro lo irrefutable de nuestros argumentos.

Pero fijaros también, en el hecho de que al no percibir presencia física alguna, no tenemos ningún mensaje del lenguaje corporal de ése otro con el que discutimos. Y por ello no percibimos, esos otros matices tan necesarios para mantener una comunicación intensa como sin duda lo es una discusión… Y así, a ciegas, al no ver ni el rostro ni la expresión en los ojos del prójimo, solo sentimos una estéril aunque imperiosa necesidad de justificarnos constantemente; de defendernos.

Y precisamente ese tipo de detalles hacen, que no estemos atentos a lo que el otro nos argumenta. Pareciera, que solo estamos como esperando a que él termine de teclear, para darle su merecido escarmiento dialéctico, tecleando ahora nosotros nuestras propias razones.

Es un hecho comprobado, que es casi imposible discutir con hondura y ordenadamente por estas redes sociales de los cojones… Siempre, casi siempre, terminan interrumpiéndose emisor y receptor, pisándose las réplicas, y sin poder llegar razonablemente a ningún sitio común, acuerdo, o conclusión.

El otro día he de confesar que cometí la torpeza de discutir, nada menos que de política y por WhatsApp, con un muy viejo y buen amigo. Un antiguo camarada, con el que por otra parte no me une casi nada aparte de un profundo y verdadero cariño, ya que fuimos y somos hermanos boinas verdes; viejas glorias. Nos queremos mucho porque sí, y porque además nos da la gana… El caso es que él es muy de izquierdas, y yo no soy muy de casi nada.

Al comunismo sí que no le he votado ni le votaré nunca; pero se ve que fui de centro cuando voté a la UCD. Creo, que de izquierdas también fui porque voté tres veces al PSOE. También de derechas se ve que podría ser, tras votar otras dos al PP… Y ahora, porque he votado a VOX según dicen, debo de haberme convertido en un fascista.

…eeen fin. Yo, si hay que cambiar, se cambia.

El problema de muchos de nosotros es, la casi total incapacidad para cambiar nuestra opinión acerca de ciertas ideas adquiridas, bien por la costumbre o bien por inducción. Lo que se llaman comúnmente prejuicios.

La costumbre, nos hace añorar aquella cocina de nuestra madre pero no porque fuera la mejor, sino simplemente porque crecimos con ella. Y así, también nos acostumbramos a la lengua materna. Y nos convierte la costumbre, por ejemplo en zurdos, en lectores, o en dibujantes… Las costumbres de nuestros hábitos hacen, y luego dicen de nosotros, si somos buenas o malas personas, educados o maleducados, atentos o casquivanos.

Las ideas inducidas en cambio, nos influyen, en detalles diríase más primitivos como por ejemplo el de ser de nuestro equipo de fútbol; a muerte con nuestra tribu aunque juegue como el culo; a muerte somos del Betis ‘manque’ pierda… Debido a ese mismo tipo de tribales resortes psicológicos, somos inducidos también y por multitud de razones, a identificarnos o a simpatizar, a alinearnos, o hasta finalmente afiliarnos a tal o cual partido político. Y nos suscribimos de por vida a una ideología ya sea diestra o zurda.

Las ideas inducidas, también nos convierten por ejemplo en adictos al tabaco o a las drogas; o nos inducen a dar por hecho cosas tan extrañas y erróneas, como que nuestra pareja no solo ha de acompañarnos sino que también nos pertenece.

Creo, que todos deberíamos relajar el músculo de la intransigencia y acostumbrarnos, disponernos, a cambiar aunque sea alguna de nuestras muchas e inducidas convicciones erróneas.

Que no nos engañen.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

Duermevela

Historias de Paco Sanz ✍️

“Lo digo sin quejarme,/ pero siento mi cuerpo de manera/ que pienso, y no quisiera equivocarme/ que al cuerpo hay que dejarle que se muera”.

Cuando la necesidad de Dios desaparecía me dije que mi indignación subsistiría aunque estuviera equivocado… Así, he vivido con la vaga prudencia de un caballo de cartón dándose un baño, sabiendo que jamás me he equivocado tanto en nada como en las cosas que yo más quería… Equivocarse en la vida es necesario para la vida. Pienso, que puedo estar equivocado, y eso ayuda a alegrarse por la vida.

Me he pasado la vida leyendo-escribiendo y estudiando-olvidando, pendiente de mi respiración, de la intencionalidad de mi vida… Sometido al yugo de objetivos y costumbres para darle sentido, sometido a su dominio, a su ascendiente, influencia, y sugestión… Para ir tirando ¿de qué? me pregunto. De mi identidad, de mis equivocaciones, supongo.

La teología, la moral, la historia y la experiencia de todos los días, nos enseñan que alcanzar el equilibrio no es una cuestión de infinidad de secretos; que no hay más que uno: someterse. “Aceptad un yugo, nos repiten, y seréis felices; sed alguna cosa y os veréis libres de vuestras penas”.

Se ha creído ver en las categorías de la razón un criterio de la realidad, en lugar de darse cuenta de que aquéllas, deberían servir como maneras de hacerse dueño de la realidad para equivocarse inteligentemente acerca de ella.

Avancemos un poco más, y veremos que todos los legisladores impulsados a romper el yugo de una moral establecida y a proclamar nuevas leyes, cuando no están verdaderamente locos, no tienen más remedio que tornarse tales o fingir ser socialistas… El socialismo, es un régimen social ficticio que posee su propia teoría equivocada y su propia práctica errónea, pero resulta imposible determinar tanto teórica como prácticamente, qué es la teoría y qué es la práctica del socialismo.

Decía Simone Weil que “lo difícil, es observar que una revolución se equivoca y seguir sin perder la fe en su necesidad… Ése, es precisamente nuestro dilema…” Y Mark Twain dijo que “Toda situación difícil tiene una solución sencilla… y equivocada”. Es corriente hacer lo correcto por el motivo equivocado, y para algunos es la mejor de las traiciones. El privilegio, literalmente, es poseer una ley propia, una regla propia, soberanía, autonomía: la gente no se equivoca.

No deseamos profundamente la autonomía sino el privilegio:

Si el político sólo tenía que aparentar que creía en lo que decía, el elector sólo tiene que aparentar que en realidad es él, quien se ha equivocado… Las fantasías no son sólo mentiras, y la frontera entre la realidad social y los sueños políticos, es inestable en la época ésta tonta del duermevela de la tontería.

Historias de Paco Sanz ✍️

¡Qué gran oportunidad…!

Publicado el 15 de marzo de 2020.

Supón que apagas whatsapp, instagram, facebook y netflix; y finalmente hasta el wifi… Y decides que le den por el culo ya de una vez a tu móvil en un lejanísimo cajón cerrado, habiéndolo silenciado antes por completo, claro. ¿Un poco de ansiedad al principio sí sentiríamos, no…? Pues no.

Recuerdo el ir a la huerta en carro, subido encima del lomo caliente de la mula que tiraba de él. Y ahora, resulta, que ya casi no sé escribir a mano de tanto que me gusta escribir en un teclado… Y sin embargo, ésto sigue siendo escribir aunque ya no haya carros porque yo en cierta forma sigo yendo subido en aquél, sentado sobre la mula aquélla, y escribiendo… Dejaros de ostias, porque el hombre siempre ha sabido pensar por sí mismo. Yo escribiría sobre cualquier soporte ya fuese en papel o en un pergamino, en un posit, en un archivo de word en la nube, o en formato PDF. Y seguro, que me las apañaría también para entenderme tanto en lengua de signos como en Braille… Escribiría, aunque fuese con la sangre y la pluma de un pollo sobre cualquier cosa, sobre cualquier tema. Creo que sí…

Tanto rollo de tecnología tanto rollo, y resulta que es solamente una filfa. Una caja más de herramientas. Luz, agua o fuego; basuras, desagües, medicinas; necesidades de comunicación o de compañía; necesidades de amor. Las necesidades del hombre siempre han sido las mismas, y han sido siempre así, desde que lo son… Lo que pasa, es que a día de hoy, ya no sé si somos tan hombres como lo fuimos siempre.

Por whatsapp me dice mi hija mayor que se aburre; y por whatsapp le respondo que si se acuerda de aquél libro que hace años le recomendé: Sinuhé el Egipcio… Se lo dejó a medio leer porque se ve que el libro se le puso algo farragoso, parece ser que como los tiempos que corren. Yo, sólo sé que tal y como está el mundo de voluble voy a seguir fiándome de mis instintos y de lo que mi madre me decía siempre: «nene, intenta amar al prójimo como a tí mismo…» 💕

…eeen fin.

Que no nos engañen.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

…..

Ferreras-La Sexta

Ésto, no te lo enseñan por ahí. 🙄😳

El mismo Ferreras admitió torpemente en una entrevista que le perpetró un follonero apellidado Évole, que lo suyo no era el periodismo sino el negocio, el rojerío, la propaganda «para aprovechar cualquier oportunidad…»

«¡Nos conviene la tensión…» dijo en su día el canalla de Zapatitos.

Ved cómo son realmente los que reparten las noticias, y la verdad, de las cosas zurdas en este país.

¡Cómo se relame…! 🙄😳

…y aquí, tienes el fragmento del vídeo original:

🙄😳

Ésto, no te lo enseñan por ahí…

Y no hay trampa ni cartón, os lo aseguro… Porque yo mismo he hecho esa ampliación con una sencilla aplicación de edición de vídeo gratuita, tras capturar con mi grabadora de pantalla un antiguo archivo escondido y casi perdido en el éter progre de Youtube.

…eeen fin.

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PASTOR-FERRERAS

Y gracias por leerme…🙏

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

El grito

Publicado el 1 de diciembre de 2016.

El sopor y la morriña que el calor provocaba en la tarde de un miércoles de agosto, en plena canícula estival, era irresistible. Las sombras caían perpendiculares al suelo, apenas rebasando el contorno de los objetos que las proyectaban, el calor espeso parecía que detenía el tiempo, lo ralentizaba pesado y pegajoso. A la hora de la siesta, en la huerta, solo se oían el crujido de mis pasos en la hierba seca y el chirriar de las cigarras.

El grito de auxilio sacudió mi pereza y mis embotados sentidos… Respondí con otro, esperando respuesta para poder ubicar el origen de donde provenía. El consiguiente grito hizo cambiar bruscamente el rumbo hacia donde desorientado me dirigía.

No acertaba ver a nadie; largas filas de algodón plantado geométricamente a lo largo y ancho de un enorme bancal frente a mí, más atrás, la línea verde intenso de la acequia bordeada de cañaverales que partía en dos la finca. Volví a gritar y la respuesta me mantuvo en la dirección hacia la que me dirigía, pero seguía sin ver a nadie. Corría alarmado a horcajadas evitando pisar las hileras de las plantas, acercándome rápidamente a la acequia, no parecía haber nadie, sin embargo los gritos no cesaban.

Llegué hasta la mota de la acequia, junto a una compuerta, ésta retenía el agua haciéndola subir de nivel hasta que rebosaba hacia una “regaera” que distribuía finalmente el líquido, progresivamente a cada uno de los márgenes del bancal. Las cañas se dejaban caer lánguidamente de las motas hacia el cauce de la acequia cerrándome la vista del mismo; estaba muy cerca del lugar origen de los incesantes gritos pero el espeso follaje me impedía distinguir nada. Finalmente pude atisbar una cabecita que apenas asomaba del nivel del agua, y unos brazos que agarraban frenéticamente cañas y follaje para mantenerse a flote, las paredes lisas de hormigón de la acequia impedían apoyarse en lugar alguno para poder izarse y salir; los dos metros largos de profundidad tampoco ayudaban.

nina-gritando

Al acercarme más pude darme cuenta de que se trataba de una niña. Los gritos cada vez eran más débiles debido al cansancio; el esfuerzo de mantenerse a flote y de luchar contra la corriente, que arreciaba justo en ese punto junto a la compuerta, estaban desgastando la tenacidad de la pequeña. Los remolinos del agua apretujándose por la presión, arrastraban y succionaban a la niña hacia abajo venciendo poco a poco, pero de forma inexorable, su resistencia… Me lancé al agua, con precaución para no golpearme con las paredes de hormigón de la acequia, a la vez que me agarraba de alguna de las cañas que se vencían hacia el cauce… Conseguí acerqué a ella y me di cuenta que era una gitanilla de no más de ocho años que gritaba y se agitaba como una loca.

En cuanto sintió mi contacto al agarrar su bracito, bruscamente se giró; con la agilidad de un mono me agarró ella y, literalmente, trepó primero por mi brazo, luego pisó sin misericordia mi cabeza con sus pies desnudos, arañándome e impulsándose hasta agarrar mi otro brazo que sujetaba la caña que nos sostenía a ambos. Finalmente consiguió otro agarre más arriba hasta que, con una rapidez y habilidad inesperada, en un último impulso y golpeándome sin miramientos con sus piernas, de un brinco consiguió salir del cauce.

Allí me quedé yo, hablándole para tranquilizarla, pidiéndole que me ayudase ahora ella buscando una caña robusta o algo que sostuviese mi peso para salir; me preocupaba mucho que estuviese asustada o herida, no paraba de hablarle y de pedirle que me hablase…

Tras un instante me di cuenta de que se había largado… la cría había salido corriendo dejándome allí tirado, mojado, sin ayuda y hablando solo; ni gracias.

Sin mucho esfuerzo conseguí salir de la acequia y, refrescado eso sí, comencé a espionar algodón.

Gracias por leerme 🙏

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

Drogas

Publicado el 11 de enero de 2019

Aparcamos aquel viejo Citroën Dyane 6 tan justo al borde de los acantilados de aquella cala, que sin asomarnos casi, podíamos ver el mar batiendo implacable las rocas de abajo. Tarde de invierno; el mar se estrellaba violento, furioso contra esos muros pétreos que abrazaban aquel trozo solitario de costa. El cielo gris mugriento, el paraje yermo, y aquel viento infernal húmedo y sucio, como que me enturbiaron la escena ya entonces, y parecería que hasta difuminan mis recuerdos todavía hoy… Apenas el coche se detuvo ‘El Tamo’ ya tenía el chute casi preparado; lo acabábamos de pillar en el puerto; muy buen material nos dijeron.

Él fue el primero… Silencio.

Solo había una ‘máquina’.

‘El Rigo’ ansioso, no dudó en arrebatar aquel asco de jeringuilla todavía tibia de sangre ajena, de las manos lentas del ‘Tamo’ ya vacilantes y rendidas por el ciego; unas manos parecieran que de sarmientos, que recuerdo huesudas, batracias, macilentas… El insensato, volvió a succionar tras mezclar una nueva dosis, en la misma cuchara quemada y sucia y a través de la misma aguja infamada.

Manejaba aquella jeringuilla resobada -que a mí su sola visión mareaba- con una soltura y precisión de sanitario. Con la destreza que sólo otorga la costumbre sus dedos daban leves golpecitos a aquel instrumento infernal para asegurarse, minuciosos, de sacar de él cualquier gotita de aire. Gotita que por ínfima que fuese transformaría en muerte segura e inmediata, lo que aquella tarde pretendía ser sólo un paso más en el camino a una muerte, también segura, pero más lenta.

Tras estirar con sus dientes y un leve giro de cuello la goma que regulaba la presión de las acribilladas venas de su brazo izquierdo, penetró sin miramientos y con pericia una de ellas… Transcurrieron un par de minutos creo, lentos. El émbolo emponzoñado, cadencioso, presionaba y succionaba viciando sin remisión con su bombeo un torrente de sangre adolescente, inocente, ignorante… La leve caída como boba de su mentón, el giro lánguido y vahído de su cabeza… ‘El Rigo’ sudando, escalofríos; un gigantón a punto del vómito.

Gracias a que ‘El Copas’ tomó la iniciativa, porque para evitar que debido al ciego y por un mal movimiento se le desgarrara aquella vena infamada, arrancó la jeringuilla que como olvidada, colgaba tozuda bamboleando sanguinolenta ensartada en aquel brazo.

La visión de conductor y copiloto en pleno viaje alcaloide me hizo pensar estúpidamente en el viaje de vuelta. Era evidente mi pánico; quería irme, desaparecer, escapar de la atmósfera espesa y opresiva del interior de aquel coche. Temblaba de nervios, de asco y de agudos remordimientos. A mi memoria vinieron mi padre, mi madre, mi novia; recordé mi afición al dibujo, a la música, a la lectura… Ya no me apetecía probarlo; para nada.

Y empezó a oler mal, muy mal.

A diferencia de conductor y copiloto ‘El Copas’ se preparó un tubo con un billete nuevo, y con él en la boca, empezó a ir detrás del humo azulado de una bolita negra que se consumía, al quemarse rodando sobre un tembloroso papel de aluminio calentado sobre la llama de un mechero también tembloroso… Con la última calada de aquellas volutas envenenadas azuladas y densas, le irrumpió la arcada.

Una asquerosa basta anegó por completo su regazo y mis alrededores, sin darle tiempo si quiera a abrir la puerta trasera para aliviarse. El interior del coche se infectó de ese hedor ácido y nauseabundo; miasmas que se mezclaban con el rancio de nuestro sudor además de con otras escatológicas pestilencias… Parece ser que en exceso, el ciego, relajó los esfínteres y estimuló las glándulas de mis desconsiderados acompañantes.

Ante el estropicio en su coche ‘El Rigo’ espabiló de su ciego lo justo para cagarse varias veces en la puta.

Ahora me tocaba a mí… Lentamente giró su cabeza. Sus tristísimos ojazos azules, desde una oscura lejanía y como a través de una bruma narcótica y vacía, lograron fijarse en los míos. Y vieron, seguro que lo vieron, en mi rostro el rictus del asco y el color del miedo… Y de verdad, os aseguro, que a día de hoy no sabría decir si fueron palabras dichas por él o las inmensas penas reflejadas en su mirada negra de gigantes pupilas perdidas y resignadas, las que gritando me advirtieron aquéllo de:

«Si tocas esta mierda te hincho a ostias…»

Gracias ‘Rigo’…

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.
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True crime, y la mierda…

Algo espantado sí estoy asistiendo a una de estas teleseries que enaltece el robo, el crimen y la infamia, pero porque parece ser que tienen éxito. De ésto, a embobarnos viendo asesinar y descuartizar a alguien solo hay un paso… Vale, lo sé; sé, que desde siempre ha habido historias de criminales y canallas de todo pelo: mira Putin, Alejandro Magno o Arnaldo Otegui, Julio César, Atila o el Joker, o Pedro Sánchez y Napoleón… Pero es que enaltecer el crimen de los criminales, y hacer si quiera parecer algo atractivos sus actos infames, es profundamente perverso y solo propio del mismísimo Josehp Goebbels. ¿No…? ¡Ah…! ¿Que no sabéis quién fue Josehp Goebbels…? Pues venga, a wikipedia. Corriendo.

¡Es que no hemos aprendido nada con lo de la propaganda, nada; es una mierda; como si no supiéramos hasta dónde podríamos llegar…! «¡A la guerra, idiotas…!»

Me acuerdo de cuando empezamos con lo del true crime: Drácula, Jack el Destripador, el Doctor Jekill y Mr Hide, Bonnie and Clide, Hitler, o Billy el Niño… Todo fue evolucionando hasta un Viernes 13, y luego, fuimos comiéndonos el cerebro de nuestras víctimas tras el Silencio de los Corderos. Más tarde tomaron el relevo las televisiones, y terminamos haciendo negocio hasta con la vida seriada del canalla de Pablo Escobar… ¡Qué tiempos aquéllos…! Ahora, estamos con los concursos éstos de quien la tenga más grande en la isla se folla a la más receptiva… Cosa, que tampoco es que sea muy novedosa, ya que en las cavernas de nuestros antepasados antediluvianos -tan vintage y tan peludos ellos- ya era un espectáculo muy apreciado, y se estilaba mucho, éso de ir copulando de flor en flor por ahí.

El caso, es que es inquietante la avalancha de series y películas en las que de alguna manera se ensalzan la vida, estupideces, obra y paranoias, de criminales y tontolabas varios, más o menos famosos… Crímenes y miserias que pareciera surten en nosotros cierto efecto se ve que muy atractivo, como el de cuando pasas junto a los cadáveres de un accidente mortal: el morbo en forma de un deseo irrefrenable, asqueroso incluso, no nos deja dejar de mirar… Es cosa extraña y algo vergonzosa el gusto éste que tenemos por refocilarnos en historias truculentas. ¿Asombrarse de a cuántos mató fulanito, si se los comió o no, si se los follaba antes de matarlos, o del veneno tan sutil que usaba, es algo creo yo que un poco rarito, no…? Es algo así como gozar, extasiarse, viendo el escaparate de una ortopedia: qué bonitas la cuña orinal o el par de muletas y el braguero, qué lindos los pañales contra la incontinencia, la pierna ortopédica, la pera de los enemas, o el último modelo eléctrico de silla de ruedas… Precioso, todo.

No hay forma alguna de regatear ni de juguetear con la moral; jugarse aunque solo sea uno de sus valores es arriesgarse a perderlos todos. Pero porque en cuanto perdieras siquiera solo uno, todo tu mundo decente, honrado y justo, empezaría a desmoronarse como hacen los castillos de naipes o las teorías científicas con errores matemáticos. ¡Todo se iría a la mierda…! Tu edificio moral se destruiría, y ello, solo te conduciría a dos lugares: a la selva, o a la esclavitud.

¡Tú eliges…!

Repito, que el caso es que nos estamos acostumbrando a ver mierda, a leerla, oírla y comerla, a tocarla y a olerla, constantemente, pegada a nosotros como si fuera una cosa normal… Pero bueno, el mundo deriva siempre hacia donde sopla el viento, y claro, nunca sabe uno bien dónde ponerse para no oler demasiado mal.

…eeen fin.

No sé si se me entiende, pero mil gracias por leerme… 🙏 💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

¡Feliz Año Nuevo…!

Me despertaron aquellos golpecitos insistentes en la ventanilla de mi coche. Toc toc toc…

Vaya nochecita de marcha tan potente la que me pegué, lo malo, es que solo tenía recuerdos hasta las cinco o así de la madrugada; del resto no me dejaba acordarme la melopea. Toc toc toc… Envuelto por completo en la niebla del tablón que aún llevaba tardé en reaccionar. Toc toc toc… Poco a poco fui percatándome de que lo que oía, también, eran pitorradas de coches enfadados que me rebasaban por la izquierda ya que estaba parado así sin más justo en medio de mi carril, y en una de las principales calles de entrada a mi pueblo. ¡Qué extraño…!

Toc toc toc…

Lo raro es que eran ya más de las 8 de la mañana; lo malo es que llevaba un pedal tremendo y estaba parado en un semáforo; y lo peor es que me había quedado durmiendo mientras ese semáforo estaba en rojo… Lo que no sabía, era cuánto tiempo había estado ahí tirado con el motor en marcha, con la cabeza apoyada en el cristal de mi ventanilla dándome todo el sol en la cara, y roncando hasta babear con la boca abierta de par en par. Toc toc toc…

El susto me lo pegué unos segundos después -mientras aclararaba aquella espesa niebla etílica- cuando giré la vista a la izquierda y me crucé con los ojos de aquel guardia civil al otro lado de la ventanilla. ¡Joooder…! Era aquélla una mirada severa, aunque diríase que a la vez como asombrada e incluso tierna. Luego, hasta me pareció detectar la mueca de una ligerísima sonrisa en su cara… Me hizo aquel agente el gesto imperativo de que bajase la ventanilla, tras lo que me saludó de forma reglamentaria llevando el canto de su mano derecha recta y a la sien.

— ¿Buenos días, se encuentra Usted bien…?
— Pues hommmbre, mire yo…
— ¡Salga del coche, por favor…! Me interrumpió drástico al ver que sí, que yo al menos reaccionaba.

Cegado por los rayos de sol mañanero a tan tempranas horas, salí del coche a trompicones todavía bajo los efectos de tanto cubalibre: todo borroso, confuso, muy mareado… Tanto es así, que el agente, muy suave y amablemente me agarró del brazo y me acompañó a la sombra de la acera opuesta, introduciéndome en una especie de soportal que estaba abierto, y haciéndome sentar con cuidado en un banco de madera que había junto a la entrada… Pasaron los minutos, y despacio, fui pudiendo enfocar tanto la vista como los pensamientos, hasta que conseguí hacerme una ligera idea de lo que me estaba pasando.

Me levanté de aquel banco procurando dar muchos menos trompicones; salí de nuevo a la calle, y allí estaba el agente tomando notas junto a mi coche… Pero lo mejor fue cuando al girarme mareado con intención de volver al abrigo del soportal, levanté la cabeza y con algo de dificultad, pude leer en el frontal de las puertas aquéllo:

TODO POR LA PATRIA

¡Ostiaaas…!

No sólo iba conduciendo curda perdido y me había quedado durmiendo al volante parado en un semáforo en rojo, sino que además el semáforo donde tan plácidamente dormía resulta, que encima era el que estaba justo frente a la Casa Cuartel de la Guardia Civil de mi propio pueblo… ¡Mira tú qué casualidad, coooño…!

Y claro, setenta y dos horas me tuvieron cómodamente alojado allí mismo y a pensión completa.

Creo, que absolutamente todos los agentes de la Casa Cuartel se interesaron con verdadero cariño por mí, y por conocer la mayor cantidad posible de los detalles de mi digamos que peripecia… Fueron amabilísimos conmigo, a la vez que también condescendientes y comprensivos con aquel suceso tan insólito y chocante, que había yo digamos que protagonizado.

Años más tarde uno de aquellos agentes me confesó con sincero cariño y todavía meándose de la risa, que pasaron unos ratos estupendos riéndose de mí todo lo que quisieron. ¡Qué cosas…! Yo ahora también me río.

¡Venga, supéralo…!

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

….

Vigilantes

El otro día mi socio me contó que en su colegio los profesores les nombran vigilantes; a unos, de otros. No me gustó, y se ve que me lo notó por el gesto que puse… Me quiso aclarar el pobre, que lo de la vigilancia era para cosas tan simples como que todos pudieran saber quién hacía o no los deberes, qué traían de almuerzo, si hablaban valenciano, árabe, eran revoltosos, raritos, o si se duchaban y se cambiaban de ropa o no después de hacer gimnasia… Me alarmé un poco, lo confieso. Tiene nueve años.

¡Qué enseñanzas más extrañas…!

Éso de que sean niños quienes se vigilen a sí mismos, a mí, me suena fatal, y perverso… Poner a niños vigilando niños me parece o bien una insensata dejación de funciones, o un método de intención abyecta para que se acostumbren a ver normal éso de la vigilancia y la delación. Cosas de chivatos, que son normales en las prisiones para sobrevivir, en las empresas para ganar dinero, o entre fascistas y comunistas por tontos… Pero en el resto de ámbitos de la vida, la vigilancia entre humanos es cuanto menos extraña si no nefasta; y en los colegios, ese tipo de control lo es todavía más.

¿No…?

En mi época eran los maestros quienes nos vigilaban y con mucho más detalle que ahora, pero solo para ver si nos desasnaban. Porque lo de educar era cosa que se hacía en casa, y al colegio tenías que ir ya llorado… Mis maestros y especialmente mis maestras nunca se preocuparon lo más mínimo de lo que hacía con mi pene, ni me dijeron nunca cosas tan castrantes como que tenía la culpa de lo del cambio climático o estupideces por el estilo… No se posicionaron tampoco nunca frente al machismo o al feminismo porque eran y siguen siendo tonterías; y porque hacer alarde de la superioridad que se tiene sobre alguien siempre fue una señal, inequívoca, de muy muy mala educación… Tan sencillas como matemáticas, geografía, lenguaje y a pensar, eran las cosas que pretendían enseñarme.

Recuerdo la vez aquélla que llevé a Mi Caramelo de Fresa por vez primera al colegio, dejándola en manos de la pobre de Su Maestra… Cuando volví a mediodía a recogerla, y a propósito, claro, le pregunté a la docente mirándola a los ojos:

¿Qué, qué tal se ha portado la joya…? Lo hice con algo de sorna, sabiendo de antemano la respuesta, y no solo por cómo me miró.

La niña era tremenda. Un terremoto.

Bueeeno, la niña es un pocooo, digamos que revoltosa. Me dijo la prudente… ¡Qué graciosa…! Fruncí un poco el ceño y sin dejar de mirarla me acerqué un poco más.

¡Como si fuera tuya, trátala como si fuera tuya…! Si la tienes que castigar y la tienes que castigar mucho, hazlo. A tu criterio… Eres Su Maestra, y yo sé, el tipo de bicho que te he traído ésta mañana para que me la amaestres.

Se lo dije creo que como muy rápido, de corrido, sonriendo un poco… Luego, también me sonrió ella.

— Es Usted el primer padre que me dice semejante cosa, y así.

…eeen fin.

Hay que llevar cuidado por ahí…💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

CLASE MEDIA Y TRABAJADORA

Para los rojos éstos de hoy se ha acabado lo de la clase obrera; ni la nombran ya, ya no representan a los obreros: claro, los han arruinado. El socialismo ha arruinado a los obreros en el primer mundo de tal manera que están todos en China. Solo quedan electricistas, albañiles, fontaneros, carpinteros, camareros… En cuanto te descuides te servirá las cañas un chino, o te arreglará el grifo un vietnamita… Y no es racismo no: es mirar el presente dado cómo se presenta el futuro.

Ahora, aquéllos mismos imbéciles pretenden asaltar a la clase media y trabajadora. En Europa y en la América del segundo mundo quieren ascender, ser clase media y trabajadora; y la verdad es que mediocres han sido siempre pero trabajadores nunca… Los rojos éstos de hoy, no sé si fueron obreros en algún momento pero trabajadores como adjetivo, insisto, no lo fueron nunca. Pero nunca, que no os engañen.

Cualquiera que se declare rojo hoy, es alguien maganto debido a su propia naturaleza roja; muy confundido en todos los sentidos además de envidioso en el fondo; infeliz, sibilino, y hasta traidor si hiciere falta; y que encima, presume de todo ello simplemente porque se autoproclama rojo, de izquierdas, y progresista. Y oye, sin vergüenza ninguna… Como si la Historia no hubiera demostrado ya, y sobradamente, que progresista es a progreso lo que carterista es a cartera.

Y aunque reconozco que si bien muchos de los que no somos rojos también podríamos ser todas aquellas cosas deleznables, al menos, no presumiríamos. Los que no somos rojos conservaríamos cierta decencia moral para sentir, al menos, vergüenza cuando nos acusasen públicamente y con pruebas de corruptos, puteros, asesinos, o embusteros hijosdeputa. No como ellos, que se indultan los unos a los otros impunemente.

Derecha o izquierda, cuánta tontería: decencia frente a indecencia.

…eeen fin.

Gracias por leerme 🙏💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

…..

El Arte, hoy…

Hoy casi cualquiera de nosotros se considera fotógrafo, tatuador si dibuja, músico porque es rapero o escritor porque tiene un blog, dice saber manejar redes sociales, es coaching de algo, dietista, influencer, o solo friki. Y lo último de lo último es lo de ser creador de contenidos… ¿Pero contenidos de qué tipo: de calidad, o de basura multimedia…? También es chocante comprobar, cómo un número cada vez más ingente de jóvenes afirman sin rubor ser modelos fotográficos porno, actrices polivalentes, cantantes eclécticos, o quizás monologuistas humorísticos… ¡Vete tú a saber por qué caminos nos lleva a cada uno el arte…!

O sea, que en ésto del arte, hoy casi todo el mundo es oficial de mucho y maestro de Que rezaba el clásico.

Recuerdo una antigua discusión con mi hija pequeña al respecto del arte: ella sostenía que arte podía ser cualquier cosa creada con intención artística, y yo le rebatía afirmando que algo para ser en verdad arte necesita además de intención, mérito, esfuerzo, un estudio previo… ¿Si un burro le da una patada a una flauta y ésta suena, podríamos decir que el pollino toca la flauta…? ¿Y si pasa dos veces seguidas…? ¿Eh…?

O en palabras del gran Albert Boadella:

«…El arte, en sí, gira en torno a la belleza. Y la construcción de la belleza es una verdad indiscutible. Promueve los mejores sentimientos. Induce a las personas a lo mejor de sí mismas. Verdad y arte van unidas, sí, pero siempre por intermediación de la belleza. Si no, la comunicación puede ser completamente maligna.»

Después de recorrer durante años el mundo del dibujo y el de la pintura con bastante detalle, y luego de darme en su día también en serio por el de la fotografía, la publicidad y el diseño gráfico, terminé aprendiendo diseño 3D y edición de vídeo digital con profundidad… Y todas estas habilidades están muy bien y me han ayudado también mucho en la expresión de mi vena artística, peeeero, se me han quedado como, cortas… A lo mejor me hace falta aprender música, o medicina, o practicar yoga… O yo que sé qué.

Creo que esta forma de escritura es de momento mi última frontera, el tramo final, filtro, tras el que solo quedamos mi imagen y yo como frente al espejo. Y en cueros, frente a ese reflejo, tengo que decir siempre verdad porque mentir no sirve. Es algo diría que fértil, reproductivo, un acto en el que crecen cosas… De repente, una idea aparece, retumba en mi pensamiento, y se va convirtiendo en palabra que luego he de combinar con otras y así sucesivamente hasta lograr que se me entienda, contarte historias, tenerte entretenida.

…eeen fin.

Gracias por leerme 🙏💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

AHORRO ENERGÉTICO

Es chocante que tengamos un gobierno, que la única solución que nos plantee frente a las escaseces sean las restricciones. Es una prueba, palmaria, de que no se puede ser más inútil; de que no podemos ser más tontos… En vez de plantear nuevas formas de producción, nos obligan a acatar nuevas formas de represión: de nuestros hábitos, deseos, necesidades y hasta libertades. ¡Ojo…!

¿Y el Satisfyer, puedo enchufármelo cuando yo estime conveniente y me apriete el cuerpo, o bien tengo que esperar a que el gobierno me diga cuándo puedo o no aliviarme…? Es que con los calores éstos, hay veces que a una… Bueno, no quisiera yo saltarme ley alguna, no vaya a ser que no ahorremos energía; por mí, que no sea.

¿Y el cepillo de dientes eléctrico… no me diréis que no es un derroche eso de lavarse los dientes tres veces al día, una barbaridad ecológica en gasto de agua y energía…? ¿Y el cortador de pelos de nariz y orejas de mi marido también gasta lo suyo, no…? Pues nada, que vuelva a las tijeritas, y así se ahorrará los pellizcos que le pega en la napia el aparatito y los lagrimones que le caen luego.

También tiene mi marido una de esas ingeniosas gorras con un ventilador frontal incorporado en la visera, que a su vez tiene una batería de litio que hay que cargar con un cable USB cada seis horas de uso: pues nada, fuera también, todo sea por el ahorro. Que sude.

El otro día en La Sexta-Secta un bufa barbudo imbécil, gañán y zurdo de ideas él, y presumiendo de ecologista y sindicalista, dijo, que frente a la sequía habría que cortar de cuajo el agua destinada a los regadíos… ¡Con dos cojones…! Álguien, que seguro que como buen ecologista come lechugas pimientos y tomates pero que como buen sindicalista no ha trabajado en su vida, diciéndonos lo que tenemos que hacer con la nuestra: vender el coche para comprar gasolina… Más tonto que Abundio.

Yo, voy a poner el aire acondicionado como me salga del capullo a mí, y sobre todo a mis clientes, ya que son los que con la que está cayendo me tienen que pagar las cañas casi a tres euros, los pobres.

…eeen fin.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

¡¡ FUEGO AL CABARET…!!

Primero fueron los sabotajes al Zendal solo porque su construcción fue iniciativa del otro partido. ¡Vaaamos qué hijosdeperra…! ¡Ni más ni menos que jodiendo un hospital con la que nos está cayendo…!

«El perro del hortelano, ni come, ni deja comer…»

¡Cuánto perro…! Y el otro día, volvieron con un autoatentado en la sede de Cartagena, debidamente televisado y publicitado para calentar no sé qué elecciones, y así conseguir, que sus legiones de infralectuales reaccionen violentamente y le peguen como represalia fuego al cabaret… Ésta es la catadura moral, se ve que de la mayoría de la gente de izquierdas: miserables morales. Capaces de salirse con la suya incluso con acciones hasta de falsa bandera contra sus propios intereses; contra todo, contra todos.

¡Qué asco…!

Y claro, ahora contraatacan enviándose balas para fomentar votos… Como cuando la ETA o peor. De aquéllos polvos, éstos fangos.

……….

Esto me recuerda algo que escribí hace ya un tiempo

Zapatitos-Zapatero dixit: «NOS CONVIENE LA TENSIÓN…»
👇👇👇👇 🙏
https://historiasenunfolio.com/2020/05/27/conviene-la-tension/

Gracias por leerme. 🙏

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

…..

LAS VACUNAS

Todos alojamos en nuestro organismo aunque desactivados por la inmunidad de las vacunas, al virus del sarampión, el de la varicela, la rabia, el tétanos, el tifus, la gripe o hasta el de la viruela… Ésto funciona así. Lo que no tenemos desactivado es la tendencia humana a la estupidez gregaria, al obcecamiento borrego, y a los sinsentidos ideológicos… Debería haber vacuna también para eso.

Nos hacen creer que enmascarados y encerrados en casa vamos a acabar con ésto. ¡Qué hijoputas…! En vez de en politiqueo, deberíais gastar el dinero en hospitales y en médicos, en trajes de astronauta o en cohetes a la luna; pero no nos culpéis de lo inevitable: vamos a morir todos…

Que nos vamos a infectar todos es una verdad matemática, impepinable; dos y dos son cuatro…. Es algo seguro. Ésto es tan contagioso que hasta te cascan trescientos euros de multa si te dejas la nariz fuera de la mascarilla; vamos, no me jodas… Por ello, el verdadero problema no está en que inevitablemente tarde o temprano me voy a contagiar sí o sí, sino en cómo me puedo curar… ¿No…? Otra verdad matemática y de sentido común dice, que no se debe luchar contra lo inevitable: los esfuerzos inútiles conducen a la melancolía… Por eso, a invertir en hospitales.

En la edad media, la ignorancia o el sentido común culpaba a los mismos hombres, a su suciedad, a sus pecados y su comportamiento, de los estragos de las epidemias. Castigos divinos: peste, gripe, poliomielitis, cólera, tifus, viruela… Éramos nosotros los pecadores, los sucios; era Dios el que castigaba… El ser humano aún se sabía en cierto modo responsable de su destino y consciente de su futilidad. Ahora no: ahora nos creemos dioses de no sé qué mundo pero sin responsabilidades. Ahora no: ahora la culpa es de los chinos, de Trump, de Bill Gates, o del murciélago de Pedro Sánchez… Queremos una solución, queremos la vacuna, ahora; somos gilipollas…

La clave para ganar cualquier guerra está en poner la atención en tus propias zonas críticas. Pero aquí no… Aquí la atención, tramposa, la estamos poniendo en ensuciar a La Monarquía, en Franco, y en el odio viejo de la memoria de unos muertos hace ochenta años, que olvida a los viejos actuales y a otros no tan viejos, muertos sin embargo hace tan poco…

Y mientras, nos están jodiendo.

No lo dudéis: a invertir en hospitales…

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.