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LA GUERRA

Publicado el 4 de marzo de 2022.

En vez de sólo el móvil en el bolsillo, va empezando a ser mejor llevar también una buena navaja albaceteña de tamaño suficiente; una faca de aquéllas de muelles, trapera y si es posible cachicuerna… Ciertas cosas parece que se ponen realmente feas, y si se desatara una guerra te ibas a quedar tarde o temprano sin cobertura o sin batería, sin resuello o sin palabras de indignación, o mudo de miedo. Pero sobre todo, lo que te ibas a quedar es desvalido cual cordero frente a lobos sin un arma.

El teléfono móvil puede ser un arma, sin duda alguna; pero salvo para tirárselo a la cabeza de alguien no te serviría para casi nada si las cosas se pusieran muy muy mal, todo se derrumbase a tu alrededor, y de verdad tuvieras que luchar por tu vida cuerpo a cuerpo… Podríamos decir que el móvil es un arma que no mata de inmediato, sino que lo hace con la lentitud propia de la dosis de un veneno: para ser efectivo necesita tiempo. También lo necesitan las mentiras, la cobardía de los insultos vertidos desde la distancia telefónica y el anonimato, o el miedo que provocan la ignorancia y las infamias de la propaganda ideológica, la no información, y la desinformación.

Nací en mil novecientos sesenta y seis y no había conocido guerra alguna en Europa salvo la de los Balcanes. Aquélla, fue una barbarie de guerra como lo son todas, pero nada parecido a lo que los rusos están perpetrando en la pobre Ucrania… La guerra de los Balcanes fue una pobre y triste guerra civil yugoslava, en una zona de Europa pequeña e históricamente muy propensa a ello por desgracia. Sin embargo ésto de los rusos destrozando Ucrania es una asquerosa infamia catastrófica, una barbarie moral propia de terroristas, una canallada. Un miserable atentado colectivo perpetrado por un bravucón contra todo un pueblo, a sabiendas que ese pobre pueblo no va a tener oportunidad alguna de defenderse.

Por lo poco que yo sé de historia, creo, que para el acendrado e intenso nacionalismo ruso, Ucrania es una tierra sentida siempre como propia y querida tal que a una hermana. Una tierra añorada, anhelada y ahora deseada hasta el punto de llegar por ella a una guerra… Una tierra, como Cataluña y el País Vasco lo podrían ser para los españoles, pero por motivos, afectos, historias y sentimientos distintos.

Y me explico…

El caso es que no sé porqué pero he encontrado una especie de retorcida coincidencia, de opuesta semejanza, entre esta infamia de guerra sangrienta que Rusia ha declarado contra Ucrania, y la infamia de guerra hoy incruenta, que Cataluña y el País Vasco declararon hace tiempo contra España y los españoles… Rusia es una nación muy muy grande, hostil y nacionalista, mientras Ucrania es la nación pequeña y democrática. Por otro lado, España es también una gran nación y democrática mientras Cataluña y el País Vasco son unas regiones pequeñas, nacionalistas y hostiles, ya que fueron ellas las que nos declararon la guerra hace ya tiempo.

Pero al contrario que los rusos y siendo España el pez grande, lejos de comernos al pequeño, somos nosotros los demócratas integradores mientras ellos son los nacionalistas que si pudieran, nos atacarían de nuevo con armas, por que de hecho llevan tiempo atacándonos constantemente sin ellas… Son nuestros hermanos, primos, amigos la mayoría y hasta socios, o al menos conocidos…

Seres humanos, vecinos españoles que hemos vivido unidos desde casi siempre, y encima, hace más de cuarenta años que lo hacemos en democracia… ¿Me pregunto qué harían esas regiones tan díscolas si España entera fuese insultada, ultrajada, o invadida por extranjeros queriendo entrar con tanques en Barcelona o tomar por la fuerza San Sebastián…?

¿Qué harían…?

eeen fin.

Duro con Pútin.

«La guerra es muy mala escuela…»

J.Drexler. Milonga del moro judío 🎶

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

……

LOS MAYORES Y LOS BANCOS

Publicado el 18 de febrero de 2022.

De bancos solo hay dos clases: sitios que sirven para sentarse o asentar algo, y sitios donde hay mucho de algo. ¿No…? Hoy, ésto de la relación de los bancos y los mayores es que es la ostia; los han dejado de pie en la puta calle pulsando teclas en un cajero sin saber los pobres qué hacer. En mi época las personas mayores daban la seguridad jurídica, y no digamos nada de la económica o de la moral.

Recuerdo, cuando entrabas en las oficinas y salía a recibirte el director porque percibía negocio. Ahora los bancos principalmente perciben problemas. Y en connivencia con los políticos se han hecho tan tan grandes que claro, en verdad que se la sudamos literalmente… Y como además son dueños y señores del manejo de nuestras nóminas y dineros, se han convertido por ello, en una especie de Gran Hermano omnisciente que sólo sirve para recordarnos una y otra vez, que somos el mero número de una cuenta totalmente prescindible.

Supongo que muchos de vosotros conocéis ese dicho que dice, que un banco es el sitio ése, donde parece que te regalan un paraguas cuando hace sol y te lo niegan o incluso te quitan el tuyo cuando llueve.

Acababan de reformar las oficinas de la Caja de Ahorros y El Monte de Piedad de Monserrate-Orihuela; fijaros en qué nombre tan bonito; y hace de ésto no tantos años…

Aparte de con la novedad de la modernísima puerta de apertura automática, y también como gran innovación, en la oficina bancaria empezaron a embobar a los clientes entregándoles aquellas libretas de ahorros tan chulas, forradas de piel azul y con el anagrama del banco grabado en dorado a fuego. El señor cajero anotaba en ella con la solemnidad de su puño y letra cada asiento contable de la cuenta. Sencillo. ¿No…? Años más tarde empezaron con lo de las tarjetas de crédito, y ahora están con lo del rollo éste de internet. Nada nuevo bajo el sol.

Todavía entonces había gente que ni muerta ni viva dejaba su dinero por ahí, a no ser que fuera guardado bajo un colchón o escondido en cualquier otro sitio donde pudiera vigilarlo, y bien de cerca.

Y la anécdota, fue la del vecino aquél -ya muy mayor el pobre- que llegó, y se plantó en la caja con bastante más de un millón de pesetas en billetes, metidos de cualquier manera en una bolsa de tela azul y cerrada con un nudo. Una pequeña fortuna en aquella época… Y así, como desconfiado y mirando a diestra y siniestra hizo el ingreso pareciera que a hurtadillas. Alerta, e incluso diríase que a regañadientes, le entregó los billetes al cajero y se quedó mirando fijamente sus manos… Aquél, tras contar con parsimonia el parné, anotó el asiento de la cantidad en la cuenta con una caligrafía impecable, y le entregó algo ceremonioso la libreta con el saldo debidamente actualizado: el debe y el haber.

El anciano se iba alejando en dirección a la salida y leía la libreta con la humildad de sus pocas letras, cuando con un gesto alarmado paró en seco, y girándose, llamó al cajero a lo que éste salió y corrió a atenderle solícito:

— ¿Qué ocurre caballero…?

— Hazme el favor nene y mira a ver ésto, anda.

Y al entregarle la libreta se le notó algo contrariado, porque empezaban a hinchársele las venas del cuello, se ve que debido al berrinche que estaba empezando a tomar…

— Nene, ¿cómo puede ser posible, que hace un momentico te haya’dao los billetes en mano y en este papel diga ahora que debehaber algo…? ¿Cómo que debehaber ni que ostias…? Yo te’dao los billetes en mano y tién’questar… ¿Qué mierda es ésto de que debehaber ni que cojones…?

— ¡Tién’questar, mis billetes tién’questar…!

— ¡¡Llama al jefe…!!

😂🤣 ¡Qué cosas estás, las de las palabras y el dinero…! 🤔

eeen fin.

Gracias por leerme 🙏

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

RECUERDA, TIENES QUE SUICIDARTE

Publicado el 13 da marzo de 2021.

Paco Sanz. Médico. RIP. ✍️

Marx acababa sus obras con un DESAM: dixit et salvavi animam meam… En mi caso, cada vez que doy por acabado algo de lo que escribo debiera poner RTQS: recuerda, tienes que suicidarteComo hacía una escritora cuyo nombre prefiero no recordar y que efectivamente acabó suicidándose.

Digo esto por ver si así, si llego a tener que optar entre convertirme en un deber penoso para mis hijas o hacerme cuidar por extraños, conserve la suficiente voluntad memoria y pericia, como para acabar conmigo mismo.

Paco Sanz. Médico. RIP. ✍️

¡VIVA EL 8 DE MARZO…!

Publicado el 25 de abril de 2020.

Y no nos dimos cuenta.

En la segunda guerra mundial el orgulloso pero ciego y suicida gobierno japonés, sabiendo perdida su guerra de todas formas y que la derrota por aplastamiento era sólo cuestión de tiempo, no dudó en sacrificar lo mejor que quedaba de sus pilotos cual carne de cañón… Estrelló sus aviones uno a uno y sin piedad, en un intento último, inútil y postrero, de ataque contra los imponentes buques de guerra norteamericanos… El valor del suicidio. Pura propaganda.

Utilizó el gobierno japonés la censura y el engaño a los japoneses, no sólo para ocultarles su inexorable derrota, sino para además exacerbar sus ánimos de pueblo ignorante… Hicieron mera propaganda de la muerte y del valor de aquéllos sus héroes kamikazes, sacrificados en pos y la inutilidad, de la gloria, el coraje, y el orgullo japonés.

Dictadura, derrota y alienación ideológica en estado puro. Pura propaganda… Perdieron la guerra sí; pero demostraron tener muchos pero que muchos cojones los japoneses. Hicieron falta dos bombas atómicas para que se rindieran; dos. Y ahí están… Al menos los japoneses, tenían como excusa a su estupidez bélica y su locura el hambre y la necesidad; el patriotismo y el valor; el orgullo como pueblo; su gobierno, también. Y acordaros también, de los cerca de seiscientos mil «liquidadores» de Chernobyl…

¿Qué excusa tiene nuestro gobierno, para la derrota en esta guerra ya perdida por tantos miles de bajas, para encima sacrificar carne de cañón sanitaria sin siquiera mascarillas decentes, batas adecuadas o test fiables ni suficientes…?

¿Tampoco tienen líderes en quién confiar…? ¿Qué excusa tiene nuestro gobierno para hacer propaganda de semejante derrota…?

Están sacrificando a los mejores, solo por la baratura de salvar sus culos.

Y pienso en la hidalguía de mi sobrina la enfermera, enfrentándose casi sola y con el solo entusiasmo de sus veintipocos años y una valentía casi ciega, a estos amenazantes molinos de vientos infecciosos, con el ínfimo yelmo de una mascarilla; con adargas así de antiguas; y subida al rocín de un presente así de flaco… Y por enmedio escurriendo el bulto, mucho galgo corredor.

¡Qué valiente mi sobrina…! «Qué buen vasallo, si tuviere buen Señor…» Que no nos engañen.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras

¡¡BASTA YA DE INSULTOS…!!

Publicado el 11 de septiembre de 2017.

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¿Vamos a ser doblegados, vencidos por un puñado de abducidos orates con una estelada pegada al culo…?

¿Es que no hay nadie que actúe frente al insulto y a la vejación de nuestra pobre España…?

Estoy espantado, escandalizado y furioso por lo inane y cobarde de nuestros políticos. En cualquier otro país con el que nos queramos comparar, esta locura independentista hace tiempo que estaría contrarrestada, sofocada -y hasta aplastada- por el peso de las leyes, de la justicia y si fuere necesario del ejército.

En ninguna otra nación del orbe se consentiría alimentar una bicha que seguro se revolverá traidora -se ha revuelto ya- contra los que la ceban. Cada día que pasa aumenta más la ignominia de las afrentas a nuestra Nación, a nuestro Pueblo, a nuestra Historia.

¿Por qué nuestros políticos no aprenden de las lecciones que nuestra enorme historia nos imparte…? Todo esto nos ha sucedido ya. Cual vergonzante y repetido «dejavú» consentimos que vuelvan a sucederse los errores cometidos como nación. ¿Dónde está nuestro orgullo, dónde nuestro sentido del deber como colectivo; dónde habita escondido nuestro pasado glorioso, y por qué no tiramos de él para restañar las heridas que su duro discurrir nos ha inflingido…?

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No nos damos cuenta que los independentistas no son -porque no quieren- españoles, no son nuestros amigos; no son nuestros compatriotas, es más, nos odian, nos desprecian y aprovechan cualquier ocasión para cagar donde han comido todos estos años de subvenciones, enchufes y tres por cientos.

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Así, se han convertido por méritos propios en nuestros peores enemigos al actuar invariablemente como tales.. Sé que cuesta admitirlo, pero es como cuando te das cuenta tras el divorcio que la pareja que siempre habías creído leal, se torna en el peor y más traicionero enemigo que podrías tener. Precisamente porque sabe de tus interioridades, de tus defectos y debilidades, y puede, por ello, causarte a propósito más daño que cualquier extraño que pretenda tu mal…

Así, estos mamarrachos independentistas de meninges perforadas por el odio y la estulticia no son compatriotas míos, no los reconozco como tales… Se han (los han) convertido en zombies devoradores de ideología incendiaria y cultura nula, que pretenden de forma mañaca y chapucera salirse siempre con la suya pero que el precio lo paguen otros. ¿Y sabéis lo que yo digo…?

¡QUE LES DEN…!

¡¡BASTA YA DE INSULTOS…!!

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Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

GÉNEROS DE VIOLENCIA

Publicado el 25 de mayo de 2017.

Había mantenido una, he de reconocerlo, frágil entereza de ánimo durante todo el espurio proceso en el que me veía inmerso. Pero finalmente, con ese pinchazo sutil y esa sensación áspera subiéndome por la garganta, no pude contener las lágrimas… Rodaron tímidas y amargas por mis mejillas cuando el agente comenzó a tintar mis dedos; con un rodillo untado en una especie de betún, de textura densa, como de pomada negra. Negra, como el color de las entrañas de quién me había metido en la situación en la que me encontraba.

Todos y cada uno de mis dedos, resignados y dócilmente guiados por las enguantadas manos del agente, dejaron su impronta indeleble y obediente en la ficha policial. Aquél, amablemente dejó que amainasen mi ánimo y la impotencia de mis lágrimas y mis pucheros, antes de comenzar a hacer las fotos de rigor que el proceso de mi detención requería: sentado, de pie, de frente, de perfil, en escorzo.

Era la primera vez en toda mi vida que me encontraba en una situación semejante. Jamás salvo en la mili, en mis cincuenta años había yo pisado cuartel, comisaría o retén alguno; jamás.

Aún con las manos sucias de esa grasa negra –como de entraña negra– fui acompañado a una celda de predetención «para que no pudiera hacerme daño» me dijeron… Y quedé recluido a cal y canto al cerrarse con un sonoro giro de llaves tras de mí, una estrecha puerta de barrotes sólidos e infranqueables. El tiempo, y el sonido reverberante y metálico del portazo al cerrar aquella celda, parecieron como coagularse lentamente.

Una celda absolutamente vacía «para que no pueda lesionarme» me repiten, de seis pasos de largo por tres de ancho… El olor agrio y africano del lugar delataba, junto con la roña amontonada y rancia en las cuatro esquinas del piso basto, que hacía semanas nadie había pasado una escoba, fregona o cualquier otro útil de limpieza por esa sentina inmunda en la que ahora me encontraba preso… Los restos de vomitona chorreada en el gris de las paredes, y las pintadas bastardas y soeces que los presos aburridos y embrutecidos habían ido dejando en ellas, aumentaban el ambiente morboso y perro de mi lugar de reclusión; y cómo no, el de mi ánimo.

Estaba formalmente detenido por la Policía Nacional; todas mis pertenencias en una puta bolsa de plástico con un número en ella; y encerrado como un criminal en una cloaca vil.

Meditando en cada una de las calculo más de noventa, veces que le di la vuelta nerviosamente a la celda en las más de cuatro horas que duró mi reclusión, iba reafirmándome en la decisión de no involucrar a mis hijas en ésto… Siempre he creído que el ideal o la imagen arquetípica que debemos tener de nuestros padres -al menos yo sí la tengo- es sagrada. La familia es sagrada, y ésa ha sido una de las constantes en la educación de mis hijas.

Juro que sólo le escribí por güasap, literalmente, aquéllo de «…pagarás en vida todo el daño que hagas.»

Al día siguiente y muy temprano, tenía una pareja de la guardia civil en la puerta de mi casa con una orden de detención por amenazas.

eeen fin.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

INMIGRACIÓN ILEGAL

Publicado el 17 de noviembre de 2020.

Bungalows Vistaflor. Gran Canaria.

Lo mejorcito de cada casa…

Españoles

Que estemos alojando intrusos ilegales (me niego a llamarles inmigrantes) ni más ni menos que en hoteles, con las excusas primero de que los centros de acogida están saturados, y segundo porque así además los trabajadores de esos establecimientos no pierden su trabajo, es de imbéciles, de estúpidos suicidas… Cosas así no se le ocurren ni al que asó la manteca, ni al que vendió el coche para comprar gasolina; y ni siquiera, a ese otro que dicen que era más tonto que Abundio. 🙄😳

Lo primero que hacen esos intrusos ilegales en el hotelito una vez que se han duchado, puesto la ropa limpia que les dan y puestos también de comida hasta las trancas en el bufet libre; lo primero que hacen, repito, es tumbarse a la bartola a media tarde ya tranquilos en una de las tumbonas de las terrazas, y llamar sin falta con sus smartphones a sus familiares para convencerles de que se vengan pa’cá echando ostias…

Que ésto, es Jauja.

¿Y quién paga semejante despropósito y a quién beneficia, convendréis conmigo que está muy claro…? ¿No…?

La ignorancia

La cobardía

La traición

La maldad

— Repetid conmigo: ¡Somos giiilipollas. Somos giiilipollas…!

— Otra vez: ¡Somos giiilipollas. Somos giiilipollas…!

— Y una más. ¡Vamos…! 🙄😳

eeen fin.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras

LA LÁMPARA…

Publicado el 26 de febrero de 2021.

Llevo espantado varios días, sin dormir, y prácticamente sin comer desde que nos enteramos del luctuoso suceso. Con la impresión del acontecimiento, casi sin quererlo, comencé a recordar algunos detalles.

Aquel olor era desagradable sí ¿pero cómo íbamos a imaginar semejante cosa…? Tampoco es que fuese algo nauseabundo, como se esperaría de un hecho como el sucedido. Creíamos que aquel hedor se debería a emanaciones producidas en algún sumidero sucio o mal ventilado.

Quizás un animal muerto, atrapado en alguna de las tuberías de evacuación de la terraza del edificio, fuera la causa de aquel persistente y pestilente tufo… Recuerdo, ahora con estupor, aquel ya lejano y caluroso verano en el que apareció la extraña mancha en el techo de mi habitación. Se había producido al filtrarse aquel líquido de color parduzco por el agujero de la lámpara, empapando la escayola del cielorraso y deslizándose, denso, por la cadena y el cable blanco y rizado que mantenían suspendida a aquélla.

Parecía una mancha casi seca de algo así como óxido; al fregarla y mojarla reavivaba, difuminado, aquel desagradable aunque familiar olor fétido, como pegajoso y hasta dulzón, que se había adueñado de la totalidad del inmueble y al que, en cierta forma, ya nos habíamos acostumbrado. También recuerdo el restregar aquella mácula con ahínco y desagrado… En varias ocasiones tuve que limpiarla porque que de cuando en cuando volvía a aparecer tozuda, como queriendo avisarnos de lo sucedido.

Pero no nos dimos cuenta.

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Las relaciones entre vecinos anónimos furtivos y huidizos, de un inmueble ajado y rancio como el nuestro, no fueron nunca las más cordiales ni fluidas. Por ello, me conformé al no obtener ninguna respuesta en todas las veces que toqué la puerta de mi vecino de arriba, para comentarle aquello que chorreaba por el cable de la lámpara de mi dormitorio… Vivimos en esa burbuja aislada y miserable de nuestra cotidianidad lenta, pobre e insulsa: desamparo, cuernos, enfermedades, drogas, vejez, soledad.

El revuelo de la policía primero, y minutos después el de un juez entrando por la destartalada puerta principal del edificio junto con una especie de enfermeros, nos alarmó a todos.

Tras hora y media aproximadamente, los enfermeros bajaron un cuerpo en una bolsa de plástico blanca, sobre una camilla que, extrañamente, parecía no pesar nada. La bajaban a mano maniobrando con dificultad aunque sin esfuerzo, por el estrecho hueco de las angostas escaleras en penumbra…

Finalmente, fuimos informados por la policía de que el cuerpo era el de Don Ramón.

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Fue Don Ramón un pobre tipo huraño y taciturno, esquivo; álguien al que se le notaban las heridas abiertas en su vida. No se relacionaba mucho con el resto de los vecinos: más bien nada; sobre todo desde que su mujer y su hija lo abandonaran como a un perro… Lo dejaron justo en el umbral de la puerta de entrada de su mísero piso, tirado, con el corazón hecho jirones y un caudal de lágrimas goteando hasta sus zapatos.

Ninguno de los vecinos recordamos que desde aquel momento, álguien le hiciese visita alguna: ni familiares, ni amigos, ningún envío. Nadie… Su anodina existencia pasó desapercibida para el resto de los habitantes del inmueble y del mundo.

Hasta ese día.

Después de que su ex-mujer no tuviese respuesta alguna al intentar notificar a Don Ramón la muerte reciente de su única hija, la policía encontró el cadáver seco, momificado.

Habían pasado ocho años desde su muerte; al parecer se suicidó con el gas de una bombona abierta de la estufa que encontraron junto al cuerpo. Completamente vestido y tirado en el suelo de lado; estaba en medio del minúsculo salón de su casa, justo sobre el punto donde en el piso de abajo, colgaba la solitaria lámpara de mi dormitorio.

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Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras

Este relato es una recreación libre de una noticia real: el hallazgo, en un piso de un edificio cualquiera, de un cuerpo momificado muerto hacía ocho años… Nadie se había dado cuenta ni lo había echado de menos.

Sucedió hace unos cuantos meses, y me dejó un sabor acre.

…eeen fin

¡TOQUE DE QUEDA MULTIMEDIA…! 😳

Publicado el 25 de enero de 2021.

Ahora resulta que por la noche no sólo se apagan las luces sino que también cierran, o al menos se entornan, las redes sociales. Nos quedamos mudos sordos y ciegos, tontos como en suspenso, gilipollas multimedia. Toque de queda multimedia: hoy, me he enterado que uno de los grupos de télegran en los que estoy, digamos que «se apaga» más menos a eso de las 11.00 pm.

¡Qué cosas…! Yo, si quisiera apagar de una vez mi préstamo hipotecario, arrancar de cuajo el contador de la luz, boicotear el pase el agua, conectar el router de forma pirata o cobrar mi sueldo sin una cuenta bancaria, simplemente no podría. Hace poco me cambié de güasap a télegran, y me quité también de feisbuc istagrán y hasta de tuiter; y eliminé, o eso me aseguraron, absolutamente todos mis datos de esas aplicaciones tipo vieja del visillo… Pero nada: toque de queda multimedia. Esto es un corralito; estamos encerrados en un corral.

¡Ehhh, estás encerrado…!

¿Qué te parece…? ¿Para qué coño queremos tanta tecnología tanta aplicación y tanta polla, si las apagan o nos las quitan cuándo y cómo les sale del capullo…? Somos muy manipulables, reconozcámoslo. Esto de la IA se está convirtiendo en una mierda porque por ejemplo, sé, que ahora mismo me está leyendo feisbuc…

¿Y qué hacemos ahora? ¿Dónde o a quién recurrimos para informarnos…? ¿En quién podemos confiar? Yo lo tengo claro vosotros no sé: volviendo a los clásicos, a lo clásico. Ahora con lo de la tecnología e internet es todo mucho más fácil; la literatura y música clásicas libres de derechos de autor están al alcance de cualquiera… Ya no hay excusa para desenmascarar a lerdos memos y necios; o a malintencionados, que pretendan manejar a su antojo la Realidad, la Música o la Historia, amañándola a sus pretensiones.

Vamos a tener que volver a la música en directo y la carta en papel, o al sms, al mensaje de pago a través de la empresa de servicios y no al gratuito de la empresa traficante. ¡Qué asco, en qué asco se han convertido las rrss…! Que me cobren, pero que no me toquen los huevos.

eeen fin. Que no nos engañen, y gracias por leerme. 🙏

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

NO LE HABLES A LA TELE

Publicado el 3 de febrero de 2021.

— ¡Pero Nene…! ¿Qué haces hablando, qué digo hablando, discutiendo con la tele…? Tú no te ves, no te das cuenta, pero a veces te pones hecho un basilisco por no sé qué coño del Pedro Sánchez ése y del gobierno.

— Nena, tú no lo entiendes porque…

— Y tú eres tonto. ¿Cómo que no lo entiendo…? Yo, lo que no tomo son berrinches por lo que sale por la tele. ¿Mira a ver si el tonto eres tú…?

— ¡Coño Nena…!

— ¡Ni coño ni leches…! Mira a tu alrededor, a tu casa, a tus hijas y mírame a mí. Y anda y deja de dar follón preocupándote por las cosas de fuera, que se te agría el carácter.

Perooo

— Anda, y ven aquí, tooonto… 💕💞

¡Qué sabia es mi Señora…! 🤣😂

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

PROCOBRO, Y EL BANCO DE SANTANDER…

Tras dieciséis años, empecé a trabajar de nuevo en lo mismo: cobrando morosos para el BANCO DE SANTANDER. Hace once meses.

Os sorprenderá, el saber que me hacía mucha ilusión pese a que todos seguro que pensaréis que qué ilusión puede hacer un trabajo semejante. O el de enterrador… Pues bueno, yo os lo explico: es una faena que siempre se me dió muy muy bien, y además, los morosos sólo son gente muy agradecida aunque con problemas en los bancos, como tú y como yo… Peeero, que en un momento dado pueden tener un bache económico y ya sabéis el dicho: «el banco es un sitio donde te dan un paraguas cuando hace sol y que te lo quitan cuando llueve…» Y claro, cuando llueve me mandaban a mí a quitárselo; a meterme en el bache con el moroso. Alguien, tiene que hacerlo.

Menos mal, que hace casi treinta años cuando empecé en ésto me dió por pretender lo contrario, es decir, por ayudarles. O al menos por intentarlo… Y tuve éxito al menos durante once años: gitanos, empresarios, ancianos con problemas, moros, divorcios, autónomos agobiados, alcaldes, dentistas… Siempre se puede; siempre hay un posible pacto, un acuerdo; pero claro, es difícil: mucho…

Pues once años estuve así hasta que me cansé de luchar contra molinos gigantes… Cobrar cobraba, y ayudar al prójimo también, pero sólo con lo poco que yo podía hacer; sólo, hasta lo poco donde me llegaba el brazo… Por eso cambié de trabajo. Luego: tumbos y más tumbos, carambolas y rebotes, hasta que llegué de nuevo a este sector de la mano de la empresa ésta tan lacaya. PROCOBRO, que me contrató hace once meses con tanto empeño, pero me ha despedido ahora despeñándome de forma tan precipitada.

¡Fíjate tú…!

Cincuenta y siete años, y soy objeto de una de tantas injusticias laborales pero ésta doblemente miserable por parte de los bancos y sus adláteres: no sólo maltratan económicamente a sus clientes con problemas sino que también a los empleados que tratamos con ellos… Es siniestro, funesto. Me han utilizado para hacer un trabajo si no de cloaca, cuanto menos, ‘delicado…’ y una vez exprimido me tratan como una mierda, también. Se ve que eso, es ‘la cosa’ de los bancos.

Y una mañana y sin venir a cuento, van, y me tiran a la calle mediante una simple llamada, una patada en el culo y una amenaza. Ni me pagan ni me han pagado nunca lo que me corresponde. Las razones para despedirme son insultantes, esclavistas, y una pura mentira apañada, para extorsionarme desde su posición de empresa ventajista chulesca y abusona… Y de ‘lo de los quince días’ a los que obliga la ley para notificar al que va a ser despedido: tampoco, nada de nada. Se ahorran quince días de sueldo y de paso me chantajean, para que firme inmediatamente el finiquito que me pongan delante, o no cobro nada hasta que lleguemos a juicio…

¡Ahí te pudras…!

Que no, que no estoy dispuesto a que me introduzcan elementos extraños por el orto. Que no; y que voy a luchar por todos mis derechos, hasta el último… Que ya mi Maestro Don Quijote, aunque de antemano seguramente se sabría derrotado por tan enormes gigantes o molinos, no dejó nunca de presentar batalla. Nunca… Porque una gran guerra, es lo que hay que presentar siempre contra todas las injusticias. ¿No…?

eeen fin.

Ayúdame y comparte ésto. Por favor. Y recuerda:

PROCOBRO, Y EL BANCO DE SANTANDER…

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

REDES ASOCIALES

Publicado el 15 de enero de 2021

Al principio, allá en 2007, era algo realmente cojonudo, nuevo y divertido, tecnológico, enriquecedor. Y gratis… Cuando algo se expande como se expandió feisbuc a nivel mundial, es porque ése algo era realmente bueno. Esa red, tu red, se comportaba difundiéndose de forma puramente viral, es decir, tenías acceso directo y completo a todos tus contactos y aparecía en tu línea de tiempo todo lo que ellos publicaban. El lío, lo tenías tú para ir discriminando toda esa información que recibías, y claro, ellos decidieron hacerlo por tí… Ésa, fue la cuestión clave.

Recuerda siempre eso de que si es gratis el precio eres tú: tus datos, tu vida. Vale. ¿Pero a que no creías que fuese tan caro…? Un precio altísimo éste de las redes sociales porque mira la mierda en la que se han convertido, y mira la mierda en la que están convirtiendo al mundo: bandos, trincheras, ideologías, mercados.

aaanda y que les den.

Las redes sociales permitían el acceso a una forma totalmente nueva de relacionarte con el prójimo. Algo revolucionario, un salto adelante brutal en tu capacidad de comunicar. Unas herramientas, en apariencia gratuitas, que te proporcionaban una potencia extraordinaria para expresarte en sociedad, en público. Las personas con algo meritorio, talentoso o interesante que contar, tenían más éxito, más seguidores… Así de sencillo.

Llevo tiempo mascullando la idea de que las redes sociales se convierten en redes asociales, justo, en el momento justo, en que se monetizan descarada y salvajemente y se proveen de esos algoritmos, tan listos ellos, que sibilinamente nos van convirtiendo en mercancía clasificándonos para vendernos luego por ahí… Y tengo también la teoría de que si nos dejasen a los usuarios tranquilos, si no hurgaran como lo hacen esquilmando nuestra intimidad y tergiversando nuestras preferencias, las redes se autoregularían por el simple principio de la prevalencia, de la preferencia de los contenidos de calidad frente a los contenidos basura. La gente no es tonta…

Porque la tontería frente a el talento no tiene nada que hacer; porque la verdad es mucho más potente que la ideología; y porque la bondad es a la larga más rentable que la maldad y la lealtad más que la perfidia.

Justo al darse cuenta de la potencia del juguete que nos habían proporcionado, en ese momento, comprendieron que podían empezar a enredar y a joder traficando con nuestros datos; y claro, ahí la cagaron, nos cagaron, la cagamos… Y la hemos cagado, porque nos han tangado, cambiándonos aquel juguete original tan potente y placentero por otro impotente y castrado, aburrido e inútil; y encima, seguimos pagando sin rechistar aquél mismo precio tan caro de nuestra intimidad…

Mal negocio.

…eeen fin. Que no nos engañen.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras

…….

LA TRAMPA

Publicado el 25 de septiembre de 2020.

Historias de ésta gente…😠

Gora ETA. GC jota bertan hil

«Viva ETA. Guardia Civil muere aquí…»

No pude evitar parar mi coche y telefonear desde una cabina al cuartel, para denunciar de una vez la mierda de pancarta ésa que colgaba ya dos días del puente sobre la carretera nacional. Nadie se atrevía entonces ni se atrevería ahora a quitar una pancarta de ETA; nadie. No quise dar mi nombre porque estaba de permiso, y porque sabía de sobra que traía problemas.

Gora ETA. GC jota bertan hil

«Viva ETA. Guardia Civil muere aquí…»

También lucía aquella pancarta el dibujo de una diana en rojo, con la silueta negra y como sangrante de un tricornio en su centro. Tomaron nota del aviso, y esa misma tarde enviaron un operativo a quitar la infamia aquélla.

Fue al día siguiente en el cuartel, al volver de permiso, cuando me enteré de que habían reventado a mi compañero Juan Carlos con al menos quince kilos de amonal y otros quince de tuercas y tornillos. Lo peor, fue cuando me informaron de que el atentado sucedió, justo, cuando se personaron para quitar un asco de pancarta sobre el puente de la nacional que un desconocido denunció por teléfono… El equipo forense necesitó muchas horas para recoger concienzudamente, todos y cada uno de sus pedazos esparcidos en un radio de al menos cuarenta metros.

No encontraron mecanismo alguno asociado a la pancarta, nada, por lo que una vez comprobado ese detalle procedieron el sargento y el cabo a retirar la leyenda infame:

Gora ETA. GC jota bertan hil

«Viva ETA. Guardia Civil muere aquí…»

La bomba, enterrada de forma que orientara bien su onda expansiva, explotó a solo un par o dos de metros de la pancarta y del cabo. Uno de aquellos hijosdeloba tuvo que estar al menos tres días agazapado a medio kilómetro del lugar, pendiente noche y día tan solo del latir de su odio y de unos prismáticos, para terminar apretando el botón asesino en cuanto se acercara el primer guardia civil a retirar aquella pancarta del demonio.

¡Qué valientes…!

Los otros cuatro componentes del operativo se salvaron de la muerte, aunque no del horror de contemplarla ni del dolor de las heridas. Todos, resultaron en mayor o menor medida malheridos por esas tuercas y tornillos volando a doscientos metros por segundo. Tornillos y tuercas asesinas incrustándose y sangrando en sus carnes, reventando sus ojos o desfigurado sus caras, quebrando sus huesos, y casi destrozando del todo sus vidas.

Juan Carlos Beiro Montes, de 32 años de edad, estaba casado con María José Rama y tenían dos hijos: un niño y una niña, mellizos de 6 años. Era natural de Cotorraso, en el municipio de Langreo (Asturias) y vivía en el barrio de La Milagrosa de Pamplona. Beiro Montes llevaba tres meses destinado en Leiza cuando fue asesinado.

Sigo atormentado, por el remordimiento del secreto de haber sido yo la espoleta que activó aquella bomba llamando por teléfono… Quizás, si no hubiese llamado, tal vez aquel hijodeloba se habría cansado con los días de espera y quién sabe, si se hubiera marchado a su guarida sin apretar el botón y sin su presa. ¡Qué hijodeputa…!

Gora ETA. GC jota bertan hil

«Viva ETA. Guardia Civil muere aquí…»

¡Qué valientes…!

…eeen fin. 😠

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

LA RADIO Y LA ETA

Publicado el 14 de febrero de 2020.

Hace no sé cuánto fue el día de la radio… En un programa de gran audiencia pedían la participación de gente contando sus historias de radio…

Yo he crecido y vivo, oyendo la radio… Además de que por siempre me ha recordado a mi padre, porque siempre he pensado que cambiar con frecuencia el dial de la radio era y es, el mejor medio, el más inmediato y fiable de proveerme de información veraz, actual y fresca… Pero os confieso que sobre todo me gusta la radio porque si os fijáis, es una especie de sucedáneo para magantos a los que nos gustaba la lectura…

Escuchar con atención y en vivo a gente inteligente hablar de cosas interesantes, es algo parecido a leerles… Además, la gente puede mentir en una rueda de prensa o en una comparecencia ante los medios, pero no, en una entrevista radiofónica ante un periodista que como tal se precie… La radio es en verdad, y sucede en ese preciso momento; es en directo; y precisamente por eso la gente se cuida más de quedar en directo, como cagancho en Almagro…

Yo, he vivido siempre en mi pueblo o cerca de él, gracias a Dios. Pero no siempre vivíamos tan lejos de donde explotaban aquellas bombas infames… Y recuerdo que despertaba de pequeño, muchas veces, percibiendo el luto en el ánimo de mis padres y sin entender nada… ¿Otro día más? ¿Hoy también? Otro día igual… Ellos procuraban no encender la televisión para que no lo viésemos. Pero la radio siempre encendida era, y decía, la verdad. No sé cuántos muertos más en otro atentado de la puta eta ésa… Todavía me acuerdo de el de Alicante, en un hotel justo frente a la playa de El Postiguet, en la boca misma del puerto deportivo, en pleno centro de la ciudad… Hijosdeperra.

Pero a diferencia de hoy, como en aquella época todos éramos españoles menos aquellos asesinos, los atentados nos dolían como si hubieran reventado la bomba en tu mismo pueblo, justo en tu calle… Así nos dolía; y dolía siempre…

Compatriotas asesinados con vileza por meros terroristas, en unos tiempos aquellos de profundo y auténtico deseo colectivo de paz en el alma de la inmensa mayoría de los españoles… Y ellos, hijosdeputa, matándonos como a perros, no por ser franquistas sino solo por ser españoles… Lo recuerdo bien.

Y hoy, de aquella infamia parece que ya no se acuerda nadie. Por eso, iros a la mierda hoy…

Os quiero lectores, lo sabéis 💞

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras

LA VIDA EN UN MOMENTO

Publicado el 25 de marzo de 2018.

HABITACION

Me despertó bruscamente aquel sordo ronquido, entre agónico y estertóreo, que apartó de mí el rácano pero necesario sueño que comenzaba a conciliar. Eran las once de la noche; del cuarto día ya.

Mis lumbares crujieron al incorporarme de aquel sillón infernal de la habitación del hospital donde la habían operado… Una vez que embotado conseguí levantarme sin quebrarme, observé los labios amoratados y me alarmó su respiración sibilante, trabajosa y desacompasada; síntomas que a sus ochenta y cuatro años no presagiaban nada bueno.

La llamé por su nombre, y solo acertó a balbucear sonidos guturales deslavazados que, junto con lo perdido de su mirada, confirmaban el síncope inesperado que estaba sufriendo tras su colectomía de la víspera… Como aturdido, y embridando el miedo y mi alarma, llamé a las enfermeras de guardia; quedé en silencio y a solas con ella, con la frustración de comprobar lo poco que yo podía hacer.

Mi entereza estaba a punto de romperse por el pánico de asistir a solas, a la muerte de mi madre. Pensaba en llamar a mi única hermana cuando, de repente, entraron en tromba al menos tres enfermeros y un médico, quién con una rotundidad calculada, me sugirió que era mejor que saliese de la habitación.

El pánico seguía ganando terreno en mi espíritu cuando, al controlar mentalmente lo desbocado de mi respiración asustada, y así, aquietar aquel redoble miedoso de mi corazón, extraña y lentamente experimenté rompiendo a llorar, una especie de revelación, al recordar…

En esos críticos momentos, un extraño carrusel de instantes de mi vida, de alguna manera, se proyectaron desordenadamente frente a mí… Me di cuenta de que ahora, éste y no otro, era el mejor sitio donde podía estar dado el trascendente momento. Si mi madre iba a morir, no había nada más importante que hacer que estar a su lado; pero no solo por ella, sino también por mí.

regalo

El ejemplo que mis padres siempre me han dado, ha sido un verdadero regalo de amor; y con el ejercicio constante de ese amor, me han dotado de un universo moral hermoso, basado en la verdad y en el sacrificio personal. He sido inculcado con nobles principios que creo han hecho de mí, al menos, una buena persona.

He de reconocer que la mayoría de la multitud de mis defectos, de mis fracasos y decepciones, han sido precisamente fruto de las veces en las que de forma insensata, he ignorado las normas de mis padres, desoído sus consejos, y ninguneado sus ejemplos.

Untitled. (Photo by LJ)

He visto a mis padres honrar a los suyos con un sempiterno respeto; los he visto a ambos, cuidar de sus ancestros con sincera compasión, en la vejez y hasta la muerte; haciendo de ello no una obligación sino un orgullo, al devolverles con verdadero sacrificio y verdadero agrado, aquéllos cuidados que un día sus padres les entregaron amorosos cuando niños.

Oyendo el ruido acompasado del taconeo de mis pasos en el pasillo, me percaté de que el control de mi agitada respiración y mis latidos, la reflexión del curso calmado de mis pensamientos, y el disfrutar del tierno vagar de mis recuerdos, acallaron mi pánico inicial dando paso a una sensación calmada, como de una obligatoria aunque feliz aceptación del inevitable dolor por venir.

Tenía, la trascendente oportunidad de asistir a la muerte tranquila de uno de mis progenitores, y de honrarles a ambos con la dignidad de mi entereza.

El caso es que a día de hoy, a meses de este suceso que os relato, por suerte todavía sigo disfrutando de la presencia y el ejemplo de ambos.

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Antonio rodríguez Miravete. Juntaletras.

Maltrato y Amor – JM de Prada

Publicado el 28 de febrero de 2018.

Nunca antes había colgado en mi blog un artículo que no sea mío. Pero este escrito de Juan Manuel de Prada me parece una maravilla, y por ello lo comparto con vosotros.

Artículo de Juan Manuel de Prada, publicado el 27 de Noviembre de 2017 en ABC

«Remedios Maltratadores»

Allá donde no hay sacrificio, el amor se convierte en orgullo narcisista de poseer y dominar

Los remedios con que nuestra época pretende combatir la calamidad del maltrato a la mujer sólo contribuirán a exacerbarla, como ocurre siempre que se desarrollan remedios contra las calamidades sin querer renegar de la filosofía que las inspira.

Al fondo de esta calamidad hay una antropología nefasta que se afirma en principios tan aborrecibles como el narcisismo, la codicia de mando, la divinización de la sensualidad, la búsqueda egoísta y utilitaria del goce inmediato, la sed vulgar de una felicidad impermeable al compromiso y al deber. Pero, en lugar de combatir esta antropología nefasta que convierte a muchos hombres en maltratadores, se pretende que las mujeres afirmen también los mismos principios aborrecibles, lo que inevitablemente redundará en mayor número de mujeres maltratadas; pues, allá donde dos bandos defienden los mismos principios erróneos, se impone el que tiene mayor fuerza bruta.

Para combatir la calamidad del maltrato habría que empezar por combatir lo que nuestra época diviniza: una felicidad que se logra a través de la satisfacción inmediata del propio deseo y la exaltación del yo. Es grotesco que una época que aplaude la infestación pornográfica y la sexualidad más pluriforme y animalesca, a la vez que persigue y escarnece las virtudes domésticas, pretenda al mismo tiempo que los hombres vean en las mujeres seres dignos de respeto.

Es por completo demente que una época que glorifica el utilitarismo, la soberanía de la pasión y la búsqueda constante de goces inmediatos y novedosos pretenda al mismo tiempo castigar las violencias que brotan de las aberraciones que glorifica.

Para combatir el maltrato a la mujer hay que asumir primeramente que toda relación humana digna del tal nombre se funda sobre la noción de sacrificio.

No hay vida feliz sin sacrificio mutuo, sin renuncia a uno mismo, sin paciencia abnegada y constante. Los seres viles se afanan por imponer su voluntad y su deseo; los seres nobles se esfuerzan por cumplir con su deber, por aprender a donarse, por dejar de pertenecerse. Sólo así uno se siente ligado al otro e invadido por su destino, incluso cuando se extingue la pasión, incluso cuando acecha el tedio vital; de lo contrario, el tedio vital y la extinción de la pasión hacen odioso a quien nos acompaña.

Decía Thibon que cuando falta el sacrificio uno sólo puede amar en el otro un brillo superficial que no tarda en desgastarse; y cuando ese brillo se desgasta, el amor se convierte en aversión y desprecio. Y a las cosas que despreciamos terminamos tratándolas, inevitablemente, a patadas. Allá donde no hay sacrificio, el amor se convierte en orgullo narcisista de poseer y dominar. Así las relaciones entre hombres y mujeres se convierten en un duelo de egoísmos en donde no tardan en aflorar las susceptibilidades, las desconfianzas, los recelos, las irritaciones y, finalmente, la animadversión y el aborrecimiento.

Cuando en las relaciones entre los dos sexos media el sacrificio, el amor es una ofrenda; y el ser amado se convierte en una auténtica patria: una tierra que se cultiva y se cuida, que se hace grata y fecunda a través de nuestros desvelos. Cuando en las relaciones entre los dos sexos media la exaltación del yo, el amor es codicia y afán de anexión; y el ser amado se convierte en una triste colonia: una tierra que se expolia y ordeña, que se pisotea y escupe, para después abandonarla.

En lugar de hacer del otro una auténtica patria, mediante una antropología fundada en la entrega y el sacrificio, nuestra época pretende hacer de hombres y mujeres odiosos colonizadores. Así sólo lograrán exacerbar la calamidad que dicen combatir.

Juan Manuel de PradaJuan Manuel de Prada

VIOLENCIAS

Cuando era pequeño no lo percibía, pero se ve que ahora, que soy algo más mayor, empiezo a darme cuenta de la gran cantidad de violencias que hay por ahí… Y de gilipollas.

Violencia terrorista, medioambiental, de género, multigénero o patriarcal; violencia social, educativa, policial o vicaria; violencias sexuales y/o estéticas; homófobas, lingüísticas e incluso judiciales; violencia animal, intencional, y hasta violencias latentes. ¿Y violencias femeninas no…?

Yo, siempre había creído, que hacer distinciones entre el tipo, género, intensidad o carácter de la violencia era de verdaderos psicópatas. De puros enfermos, dignos de una buena lobotomía que nos librara de ellos al menos fuera de los manicomios… Los psicópatas no se curan nunca, si acaso se medican, encerrados.

Creo, que no hay diferencia alguna entre la violencia utilizada para ahorcar un gato, darle una ostia a una mujer, violarla o envenenar a su marido; ni la utilizada para golpear a un niño, a una vieja para robarle el bolso, o la cabeza de álguien hasta matarlo. Tampoco la hay -diferencia alguna- entre la violencia necesaria para resarcirse tanto del deseo de venganza como del resentimiento del despecho… El deseo de hacer todo el daño posible siempre es el mismo sea cual sea el motivo: el mal siempre es el mal. Maligno, mala señal, mal signo… Siempre.

Hacer clasificaciones, distingos entre violencias, es como remover una mierda con un palo. Como si en un concurso de mierdas de perro tuviéramos que elegir, y manifestar en público y de mayor a menor, cuáles, son los zurullos que más nos disgustan.

¡Iros a la mierda…! ¡Es inútil, y asqueroso…!

La violencia es siempre violencia, y siempre, es fácilmente distinguible de la bondad, de la firmeza de convicciones, de la disciplina y el convencimiento necesarios para conseguir cualquier objetivo decente en la vida.

Como las fobias, que también vienen de los odios, frutos de tantas y tantas violencias: elegetebeifobia, heterofobia, feminofobia, transfobia, disforiafobia, dimorfifobia, gilipofobia, locofobia, magantofobia, españofobia o estupidifobia…

Y no se vayan todavía, que según la RAE, aún, hay más:

acrofobia
aerofobia
agorafobia
amaxofobia
androfobia
anglofobia
aporofobia
aracnofobia
claustrofobia
clerofobia
dismorfofobia
ereutofobia
eritrofobia
fotofobia
francofobia

galofobia
germanofobia
ginefobia
hidrofobia
hispanofobia
homofobia
islamofobia
nosofobia
serofobia
tanatofobia
tecnofobia
xenofobia
zoofobia

Continuará…

¡Iros a la mierda…!

…eeen fin. Vosotros no 🙏… 😂🤣

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

El censor

Se ve, que los requisitos indispensables para acceder a este tipo de trabajos son seguramente los de ser un LGTBI del todo inclusivo y un poco friki de algo, disponer de un equipo con un mínimo de dieciséis gigas de RAM y Windows 10 actualizado, el CRM de empresa debidamente instalado y funcionando mediante conexión a internet por cable, y un procesador decente… Ocho horas como mínimo metido en un cuartucho puesto de auriculares; cercado por el panel verde oscuro de un biombo aislante tanto del sonido como de cualquier otra interacción humana; una luz gris claro que lo envuelve todo, fría, cenital; y todo el rato con los ojos pegados a la pantalla, pendiente sólo de las alertas del algoritmo ése de los cojones.

Te imagino un tío con gafas redondas de pasta marrón, algo obeso, pelirrojo y barbilampiño, guapico y con unos ojos azules bonitos sí, pero un poco como muy juntos detrás de esos mofletes tan llenos y esas lentes tan miopes… Diríase que te gusta poco la ducha, porque no hay día en que no lleves puestos uno de esos vaqueros caídos a medio culo que combinas siempre con tus camisetas oscuras… Supongo, que tampoco te gustan los tatuajes porque tú no llevas. Y seguro, que eres un tímido pollicorto y frustrado al que sin embargo en el fondo le gustaría mucho mandar en algo… Tu miserable trabajo maquinal consiste, sólo, en chivarte, al encontrar en nuestras pantallas palabras tan peligrosas como chupar, polla, rojo, o injusticia…

Yo necesito contar mi historia y tú vas y me la jodes, me la capas, la castras, sólo porque tal vez he usado las palabras picha, zurullo, maricón o nazi, y las has sacado de contexto… Vete a la mierda: eres tonto censor. Te usan, para impedir que se difundan contenidos que en el fondo a tí te la sudan, y pese ello, te comportas como un lacayo somierda, sometiéndote, plegándote, a la bajura moral de la misma censura que te paga.

Menuda basura de curro el tuyo; porque seguro, que eres perfectamente consciente de que la miseria de tu sueldo no paga el mucho daño que nos haces como sociedad, ya que nos jodes de verdad, y nos jodes a todos.

¡Caaabrón…!

¡Búscate un trabajo decente, anda…!

…eeen fin.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

…..

David Lynch…

Sé, que hago mal viendo Mulholland Drive de David Lynch en estos momentos de depresión, ruptura y escondite… Es una película críptica, retorcida, deprimente y cabrona… Pero me gusta el cine y me he dicho ¡vamos…!

Y acabo de ver, ésa segunda interpretación que Naomi Watts hace, del papel en el casting que la atormenta; en la película… Cuando se deja tocar el culo en la prueba… Ésto, es cine; dentro del cine, desde dentro…

Relato; algo que decir que no sea enseñar escotes en traje de superheroína… Que no sea hacer explotar todo lo que se te ocurra, con tal, que al espectador le suban las pulsaciones del susto y salte en la butaca.

Un monumento cinematográfico de dos horas y media; un recorrido en una catedral de los sentidos; un compendio de inteligencia cuentacuentos… Ni un solo efecto especial; casi, ninguna trampa al espectador: relato puro, pura estrategia narrativa. Un mundo latiendo a veinticuatro fotogramas por segundo…

La escena lesbiana cuando le pregunta si lo había hecho antes; y la otra responde: no sé… Una caja fuerte tan pequeña, en la que claro, no se puede guardar nada realmente valioso… Y cuando aquélla se muere, llorando en playback…

David Lynch tiene como mínimo dos cualidades como director de cine… Una es la de no cerrar, nunca, sus películas… Y la segunda es que, precisamente por ello, sería imposible hacer nada parecido a una segunda parte, un remake, o una de ésas impostadas precuelas que la gente se saca de por ahí… De absolutamente ninguna de sus películas… Porque son cine abierto, cine chorreando; abierto de piernas, abierto en canal… Un verdadero Maestro.

En el cine, el viaje cinematográfico, es más importante que llegar al final de la película…

Antonio Rodríguez Miravete

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El dilema

Va a hacer nueve años ya, desde que tuvimos que romper la infancia de mis hijas; nueve… ¿No fue suficiente con que inevitablemente, tuvieran que sufrir aquéllo…? No acierto a entender porqué, para hacerme daño a cualquier precio, tiene que volver a avergonzarlas y a hacerlas sufrir con esta infamia…

Después de todo este tiempo, resulta, que el próximo día 21 de este mes de Octubre, a las doce en punto y en la ciudad de Orihuela, como denunciado tengo obligación de asistir a juicio penal en calidad de acusado, onerosa, cicatera y falsamente, de un delito por impago de la pensión de mis hijas…

Y ahora que faltan solo unos días, he de confesar que sí, que ya tengo miedo…

La única manera que tengo de probar mi inocencia ante esta denuncia ratera, es, ni más ni menos, que subir al estrado a mis hijas… Usarlas cual armas arrojadizas como testigos, para que declaren, contradiciendo y por ello acusando a su madre en público y bajo juramento, que han sido siempre ellas las que todos los meses, han ido recibiendo de mis manos y en metálico, la práctica totalidad de la cuantía de esa mensualidad… Haberes que con tanta penuria y esfuerzo -a dios pongo por testigo- les he ido sin falta entregando…

Y mi gravísimo dilema es, que tengo que elegir entre defender legalmente mi libertad, o luchar moralmente por mi hondura y ejemplaridad como padre… Me encuentro ante la decisión salomónica de, o bien asumir el cáliz amargo del oprobio y la prisión; o bien de ser yo también la causa del trauma, que seguro sería para mis hijas el verse en la obligación, de tener que testificar ante un juez contra de las mentiras avaras de su madre. Con ello tal vez conseguiría librarme de la prisión, sí; pero traicionaria el lema que siempre he pretendido inculcar en mis hijas: aquél de que la familia, es siempre lo primero…

No estoy dispuesto, ni a obligar a mis hijas declarar en contra de su madre, ni a consentir que siquiera el juez lo haga… Solo consentiría que fueran su libre albedrío y su conciencia, lo que las hiciese subir al estrado…

Y como tampoco estoy dispuesto en forma alguna a volver pagar, un dinero que ya he pagado, precisamente porque el hacerlo sería aceptar esa espuria acusación de que no lo había hecho antes, creo que, a menos que suceda un milagro, voy a ir a la cárcel… Pagaré, con cárcel.

Me siento tan impotente y tan atrapado, tan enmarañado entre la injusticia y la indefensión de esta denuncia, que hace tiempo decidí plantarme ese día yo solo y a calzón quitado, en la Sala de lo Penal Número Tres de Orihuela… Voy a presentarme allí, siempre con el máximo de los respetos, pero a portagayola… Ni me he preocupado siquiera de disponer o no de abogado, ya que ni lo quiero, ni lo necesito dado cómo de en mi contra están estas leyes… Voy a comparecer, con las armas solas de mis palabras, la tranquilidad de mi conciencia, mis cojones, y mi profunda indignación…

Pero, pese a ésta mi pose digna y chulesca, confieso que necesito alivio y consejo, porque estoy comenzando a temblar ante la proximidad de los padecimientos de este cáliz que me espera… Cáliz, que no puedo apartar de mí en forma alguna, y cuyos tragos amargos son, precisamente, lo que quiero describir aquí, y ahora…

Antonio Rodríguez Miravete

El tonto y la «manifa»

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Estoy confundido, lo confieso… Esto de la manada nos ha revuelto las tripas a todos, cómo no… Pero también me está removiendo las meninges el hecho de esta extraña y masiva repercusión mediática y política de un suceso, luctuoso e indignante sí, pero no en puridad más grave que otros que se están cometiendo en la actualidad, a mi juicio de un peso y una gravedad muchísimo más preocupante y de mayor enjundia que este oscuro delito, fruto de los horrores que cinco hijosdeputa han cometido envueltos en vapores machistas, paranoicos y etílicos, y de una inmundicia moral inefable… Los crímenes, o los abusos, o las violaciones como ésta que nos atañe, no son sucesos extraños por desgracia, pero reconozcamos que tampoco frecuentes por suerte, en una sociedad como ésta en la que vivimos, henchida de placeres inmediatos e inanes que solo sirven para calmar un compulsivo deseo de satisfacción de cualquiera de nuestros apetitos desbocados…

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Y estoy confundido, porque no veo manifestarse a «esa masa» social y política con la misma y masiva repercusión mediática, para defendernos del independentismo traidor en Cataluña y terrorista en Alsasua; para librarnos de la política y los políticos rapiña; para acabar con los funcionarios corruptos y vagos; tampoco para acabar con este estado de las autonomías, sectarias y castrantes, que estamos padeciendo los españoles… No los veo manifestarse, no los veo… Y son, a mi juicio, asuntos éstos de mucho mayor calado e importancia vital para todos.

Pero, por otro lado, tampoco veo yo que las mujeres en este país, estén siendo sistemáticamente violadas en cuanto salen a las calles a manos de los infames machos que habitamos estas tierras… Yo, al menos, reivindico mi hombría, mi dignidad y mi bonhomía personal pese a mis originales, y por ello inevitables, atributos de género…

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Y lo reivindico porque muchos, al igual que yo, somos machos trabajadores y diligentes, varoniles y adorables padres proveedores y amantes de sus vástagos, y además, masculina e impecablemente respetuosos con sus semejantes del otro género biológico… Algunos, hasta somos, o intentamos ser, caballerosos, cariñosos y galantes ¿porqué no…?

Por todo ello, vería yo normal que se manifestasen al respecto de este infame suceso que nos abre las carnes; vería normal digo, que grupos de feministas, de familiares y hasta de religiosos porqué no, exteriorizaran con vehemencia su más que justificada indignación, y expresaran sus necesarios gritos de rabia contenida con completa libertad de expresión…

ARRAN

Pero lo que no acabo de comprender -bueno, sí lo comprendo- es el hecho de que se produzcan estas manifestaciones de virulencia social desmedida, y las declaraciones políticas manidas, extemporáneas y estúpidas, que se suceden después de cada delito de estas características que se perpetra en éste nuestro baqueteado país… Que yo sepa, si a cualquiera de los españoles no le gusta el veredicto de un juez, en vez de manifestarse y gritar a la puerta de su juzgado, lo que tiene por lógica que hacer, es recurrir esa decisión ante una instancia judicial superior que para eso están…

Al menos así sucede en las sociedades occidentales cultas y avanzadas que nos rodean… Toda ley se puede cambiar si para ello, hay acuerdo entre las partes necesarias; pero, ante todo, antes de cambiarlas, lo que hay que hacer con las leyes en vigor es acatarlas y cumplirlas, que por eso son leyes… Y nos las dimos en su día -las leyes- de forma democrática porque se aprobaron en un parlamento representativo de la soberanía nacional; y por ello, de la misma manera al tratar de cambiarlas, han de seguirse los normales cauces democráticos habilitados para esos fines; vamos, así lo creo yo, ¿o no…?

ley

Es decir: acatar y cumplir las leyes, en vez de “asaltar el palacio de invierno” como justicieros revolucionarios, cada vez que se nos soliviantan los ánimos airados, o nos manipulan con sobreabundancia de información sesgada y artera, manejada y dirigida por quienes se benefician de este estado de eterno conflicto y tensión social…

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Que estos justicieros revolucionarios, utilicen las vías legales de modo ordenado y civilizado para cambiar lo que no les gusta. Que este país, de momento, es España, un gran e histórico país que está a la altura democrática de cualquier otro de nuestro entorno occidental, ¿o no…?

¿Entonces, a qué vienen estos aspavientos sociales, a qué estas turbamultas ciegas de ideología cambiando leyes a golpe de suceso atroz, porqué este buscar culpables inmediatos para arrojarlos a la hoguera pública en la que se ha convertido la crónica de nuestro devenir diario…?

asombro¿Cui prodest…?

ZAPATERO A IÑAKI GABILONDO: «Nos conviene que haya tensión. Yo voy a empezar a partir de este fin de semana a dramatizar un poco… Nos conviene mucho; si no la gente…»

Antonio Rodríguez Miravete

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