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El RELOJ DE MI PADRE

Publicado el 8 de agosto de 2021.

Acordándome de mi padre, y como a cada tonto le da por algo, me ha dado por hacerle fotos a su viejo reloj, el mismo que ahora llevo yo… Cuanto más lo miro de cerca y más palpo ese artefacto, más me da por pensar cómo no en mi padre y cómo no en el tiempo: ¡cómo nos gasta el cabrón…!

Me lo ceñí solemnemente a la muñeca izquierda diez o doce minutos después de que se muriera; tanto su cuerpo como el metal de su reloj estaban todavía calientes, y claro, no quise dar tiempo a que ese preciado calor se enfriara y se perdiera. «Ponte el reloj de tu padre» dijo mi madre «más de cuarenta años tiene…» Los relojes son máquinas cuyo único fin es durar y funcionar, marcar el tiempo sin fallo, cuánto más tiempo mejor.

Pero hoy en día la gente no entiende mucho éso de llevar en la muñeca un reloj clásico porque cualquier cachivache te da la hora: tu nevera o el microondas, una radio encendida por ahí, el salvapantallas de tu portátil, y cómo no, tu móvil. ¿De qué sirve portar un chisme que sólo te da la hora…? Cualquier dispositivo inteligente en tu muñeca te dice cuántas veces has respirado, parpadeado, cuántos pasos has dado y a qué horas y por qué calles, cuántas calorías has quemado… Recopila el artefacto absolutamente todas tus constantes vitales y pulsaciones por minuto, para así deducir cosas como hasta lo que comerías mañana a mediodía.

¡Menuda es la inteligencia artificial…!

Como lo llevo siempre conmigo, cuando lo recogí tras llevarlo a restaurar me advirtió mi relojera tajantemente que no lo trasteara para nada. Que lo cuidara… Y por ello, ni siquiera le cambio la hora cuando toca: no lo toco, para nada; ya me adapto yo… Solo lo llevo, y lo dejo a él que marque el tiempo y la hora que le dé la gana, pero éso sí, sin pararse… Tic tac, tic tac.

Por otro lado, el metal de ese reloj estuvo más de cuarenta años en contacto directo con su piel, como sintiéndolo; metal vibrando con cada latido de las venas de su muñeca izquierda… Energía. Latidos de alegría, de miedos, de orgullos o de lo que sea, pero latidos de los que quiero creer que este reloj se fue como impregnando, conservándolos en cierta forma, y de los cuales ahora quiero hacerme a la idea también de que soy algo así como el guardián, el portador.

Latidos, tic tac, tic tac.

eeen fin. Gracias por leerme 🙏

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

……

YA TE LO DIJE

Publicado el 5 de agosto de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

Uno de los juegos a los que hace mucho tiempo he dejado de jugar es al de “ya te lo dije”. Eso no me ha llevado a dejar de hablar, claro. Y cuando me dicen “eso ya lo habías dicho”, por ejemplo los que tienen que aguantar mis batallas de abuelito, me parece una lección más de humildad que agradecer, pues entre la gente, las personas que tenemos una autoestima casi sofocante, estas lecciones son como algo fresco que llevarse al coleto en verano.

Pero cuando lo que ya había dicho es una profecía, de esas nefastas y que has tenido la desgracia de acertar, lamento profundamente no haberme callado. Un poco como si fuera el rey que hace matar al mal profeta, o lo de Casandra, que condenaba al profetizar. La maldición de Casandra, no era acertar con sus profecías, sino que bastaba que las dijera ella para que no las tuvieran en cuenta…

Pues bien, ahora que estamos solos vamos a contar mentiras: mi última profecía autocumplida: No va a haber vacuna. Ojalá, quiera Dios, que no sea así. Como de vacunas se supone que entiendo, espero que los que me lo oyeron decir hace seis meses lo hayan olvidado.

Estamos siendo víctimas de muchos personajes nefastos, paso lista… Siete personajes nefastos que estos días he estado interpretando: El asesino del mensajero; intenta evitar así que la red se pliegue, que llegue la noticia de lo mal que nos va a ir todo… El que se burla de Casandra, que dice que hablar del mal es un mal, condenándonos a él… El que mira hacia otro lado y ve sólo lo bueno de las cosas, porque para qué entristecerse si no hay nada que hacer… El que cambia por cambiar, y sale de la boca del lobo para meterse en la del dragón… El que busca donde no hay luz, porque donde no puede verse es inútil buscar nada… El cirujano desfalleciente, que se conforma en sacar lo que puede y cierra enseguida… El chamán de pacotilla, que hace sus pases mágicos, y confía en ellos para arreglar las cosas…

Estoy harto de la pandemia, harto de no poder hablar de otra cosa. Sé de sobra hasta qué punto el autocumplimiento, se da en el ámbito de las enfermedades y afecciones médicas. Cuando se debate en los media de no importa qué enfermedades, se consigue que más gente se presente a ver al médico con esos síntomas, y aumentan las posibilidades de que los médicos diagnostiquen más (correcta e incorrectamente) dichas enfermedades. Como en el caso del autismo, que, como cuando dicen que hay más gripe, acaba habiendo más por hablar de ella. Es en este sentido por lo que hablamos tan poco del aumento de la tasa de suicidios como podríamos.

Tengo hacia la bondad de permitir que nueva química entre en nuestro cuerpo, la prevención que tiene el que ha tenido que pechar con las consecuencias del tratamiento de enfermedades mediante agentes químicos. Porque si se permite tratar químicamente a enfermedades que se han diagnosticado como alteraciones químicas del cuerpo o del cerebro, estamos haciendo una especie de profecía autocumplida. Ahora ya no hay duda, nuestro cuerpo o nuestro cerebro, tienen un desequilibrio químico.

La peor manera de insultar es hacerlo mediante la verdad. Se puede vivir perfectamente en el mundo haciendo profecías, pero no diciendo verdades. A veces mejor no verlas. El don del pensamiento especulativo pudiera parecerse, al don con el que Juno honró a Tiresias, a quién primero privó de la vista, con el fin de poder otorgarle después el don de la profecía…

Historias de Paco Sanz ✍️

«Naturalizar los insultos…»

Publicado el 9 de julio de 2020.

Yo, que soy un verdadero malhablao y que me cago siempre en lo primero que pillo, que presumo de usar no sé si con garbo el terno el exabrupto y la palabrota, me quedo muerto con lo lerdo del aprendiz de Maquiavelo éste, cuando va y dice:

— «En política hay que naturalizar los insultos…»

Ven, que te voy a naturalizar yo. ¡Gañán…!

¡Forastero…! Si de verdad fueras un macho alfa y la tuvieras tan grande como dices, ya deberías saber que del insulto a una ostia en la trompa a veces hay muy poco. Por eso pistolero, lleva mucho cuidado con lo que naturalizas y con lo que no naturalizas… Cuidaíco con los insultos si no quieres que algún día te sorprendan con un guantazo en la cara como a Rajoy. Y recuerda lo que todo macho alfa sabe: que del insulto a la ostia, e incluso al fuego o al tiro en la frente, a veces hay muy poco.

Y como no eres un valiente, naturalizar los insultos sólo significa para tí algo así como que te suda el capullo que te digan de tó, que tú, ni dimites ni te bajas del machito rojo en el que ahí estás, así fueras harto hasta las trancas de vino malo y picao.

La oratoria es lo que tiene, que te deja en cueros: cada uno expresa con palabras realmente cómo es y cómo de grande la tiene; y en consecuencia, así, defiende su honor… O no. Con palabras, solo, y sólo con palabras.

Valiente güaltrapas.

El hortera desaseado éste, se cisca en los usos y costumbres más elementales del respeto al prójimo y la buena educación, del decoro, del buen gusto en la oratoria, y de la prudencia o de la gallardía. Valiosísimas cualidades todas, de las que siempre hicimos gala los españoles de bien y con dos dedos de frente. Éste, quiere hacer de la vida pública española una reyerta constante. Nada nuevo bajo el sol comunista… No quiero ni imaginarme los terrores, la desidia, ni el desamparo que tuvo que sufrir este individuo en su niñez al ver que a sus padres terroristas él les importaba una mierda, dado que no tiene un mínimo de principios decentes en los que creer que no sean meros pastiches ideológicos.

Vale que los exabruptos los use yo -literariamente un don nadie- pretendiendo emular a un Don Camilo o a un Fernán Gómez. Pero que un alto representante de mi país, debido a tanta mierda que lleva encima, acepte acusaciones e insultos merecidos sin inmutarse ni dimitir, sólo porque no tiene otro sitio donde pacer ni caerse muerto que no sea el machito político que se ha montado, es demasiado asqueroso. ¡Qué asco…!

El verdadero problema de la verbena de insultos que nos propone este comunista ayuno de ideas, es que nosotros como a zombis, por repetidos los insultos, se nos embrutezcan los oídos sin inmutarnos con la boca entreabierta y babeando… El problemón es que los políticos cuando reciban acusaciones veraces e insultos merecidos, también, se acostumbren a recibirlos a discreción, y también sin inmutarse y con la boca entreabierta y babeando. Y además sin dimitir y sin siquiera cortarse ni sonrojarse, sólo porque su cohorte de seguidores zombis aplaude así mismo con la boca entreabierta y también babeando.

Lo mejor del español bienhablao es su precisión, su capacidad de describir con todo detalle la profundidad de un amor, la hondura de un dolor la veracidad de un argumento, o la rotundidad de un desprecio… Y todo ello sin necesidad de chabacanerías.

eeen fin… Que no nos engañen.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

«¡Vivan las caenas…!»

Publicado el 17 de julio de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

¡¡ Viva la España rusa…!!

gritaban…

Con los medios a su alcance los dirigentes están acabando con la democracia. La pandemia se lo ha puesto a huevo a los que abominan de la libertad de los demás. El populismo, la tecnología, la globalización, hace que los líderes demócratas tengan a mano el continuar siendo líderes aunque para ello tengan que derivar hacia formas más totalitarias, más demócratas eso sí que las de antes, pero tan liberales, las pobres… Es posible que estemos ayudando -a base de entontecernos- a que las palabras acaben significando lo que nos digan.

— “Cuando yo empleo una palabra -insistió Humpty Dumpty en tono desdeñoso- significa lo que yo quiero que signifique. Ni más, ni menos.

— La cuestión está en saber -repuso Alicia- si Usted puede conseguir que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.

— La cuestión está- replicó Humpty Dumpty- en saber quién manda aquí. Eso es todo”.

Ahora resulta que el Estado que tenía que salvarnos del capitalismo salvaje, está en manos de políticos salvajes que no dudarán en convocar plebiscitos y votaciones para que no nos falte de’ná. Que en la mismísima Unión Europea las transnacionales encuentren la manera de eludir impuestos, nos cuenta quién manda; del decreciente papel de los estados democráticos; y del protagonismo creciente de los que a la húngara, a la turca, la siria o la cubana… les plantan cara.

«¡Vivan las caenas y mueran los negros!» Al regreso de su destierro el absolutista Fernando VII -el rey Felón- tras ignorar la Constitución de 1812 y las Cortes de Cádiz disfrutó de un recibimiento apoteósico: varios ciudadanos desengancharon los caballos de la carroza real y se dispusieron a tirar de ella al grito de «¡Muera la libertad y vivan las cadenas!, ¡Viva el rey absoluto y vivan las cadenas!», que con la mala pronunciación popular degeneró en aquéllo del:

«¡Vivan las caenas…

Al tiempo que vuelve a aumentar la cantidad de infectados, que llega una nueva ola -la quinta- vemos a los jóvenes bailando en las discotecas sin mascarillas o distancia que valgan… ¿Eso pretenden hacer con su libertad? ¿Acabar con nuestra salud? ¿Retrasar la recuperación económica…? Pues acabemos con ella. Apoyemos las medidas del gobierno: maldita sea la oposición, el tribunal de cuentas, el supremo, el constitucional, y la madre que los parió.

Resulta que el gobierno tiene derecho a cambiar de pueblo. ¿A qué espera…? 🙄😳 Las cadenas de televisión, de información, no son menos cadenas que las de hierro. Ni siquiera nos dan ganas de librarnos de ellas. En tiempos de Kafka: “Las cadenas de la humanidad torturada están hechas de papel de oficina”. Ahora de chips y pantallas. Mi hijo, cuando le dije que ahora se vive peor que cuando yo era joven, va y me suelta: “¡Pero si no teníais ni móviles ni tabletas…!”

Los de ciencias, no sabes nunca si están de guasa, o quedándose contigo…

Historias de Paco Sanz ✍️

MANOLO Y EL VINO

Publicado el 24 de junio de 2021.

Comentábamos al respecto de la botella de txacolí que me estaba regalando. Es éste un caldo que normalmente se bebe siempre joven y frío, pero esa botella tenía ya un par de años y como buen conocedor (él) de vinos, Manolo me lo advirtió e insistió en el detalle: «no hagas caso. Pruébalo…»

Como mi tío Miguel siempre decía que el mejor vino blanco era el tinto, he de reconocer mi falta de empatía a priori con los blancos, ya que a diferencia de los tintos me gustan o no mucho o casi nada… Pero en general, como me gusta mucho el vino y mucho más todavía las sensaciones que pueda provocarme un caldo en particular, me bebo casi cualquier cosa decente que me sirvan en una copa borgoña… A ver qué pasa.

¡Qué maravilla…!

Como me la regaló muy fría y puesto que el día anterior hice sushi de sobra para mis hijas, en cuanto llegué a casa destapé esa botella para combinarla con aquel sushi de víspera resultando de todo ello una mezcla portentosa, armónica, raratouíllica… Me gusta tanto el sushi que nunca lo compro sino que siempre me lo hago yo: busco el mejor pescado fresco, lo limpio, lo macero, lo maduro, y le doy el corte final… La combinación del sabor dulzón a albaricoque y pera, la poquísima acidez y el color ambarino claro propio del par de años de aquel caldo, resultaron perfectos: encajaron como llave y cerradura, vino y comida, picha en breva. Pescado, ácido, sal… azúcar.

Empecé en el mundo del vino haciéndole caso a mi padre. Yo hacía negocio con las sisas que él me permitía hacerle, acarreando atadas en el portaequipaje de mi bici las marrajas de cinco litros que llenaba de graneles en la bodega de Jaime «el plátano».

— Don Jaime, que dice mi padre que por favor me llene Usted esta marraja… Y se la cobre.

Entraba en tan antigua bodega y la densidad del alcohol evaporado que se respiraba en el ambiente creo que me atontaba un poco. Mientras, caminaba entontecido y curioso entre las enormes telarañas pareciera que centenarias, abrazadas a aquellas barricas gigantes de cientos si no miles de litros; viejas de puro viejas, grises, y usadas desde hacía tanto tiempo que… el lugar imponía.

Todo era muy viejo en la bodega, y casi todos eran muy viejos los que se sentaban en las maderas de aquellas cajas de tercios de cerveza ladeadas cual si fueran sillas bajas, y que situaban alrededor y a la sombra de la entrada. Yo tendría once años y tenía la sensación de que me miraban ojos viejos, de que era observado por lo viejo, por lo antiguo…

Aquel vino no tenía denominación de origen ni jodida falta que le hacía, pero había algo que no fallaba cuando mi padre quería saber si el caldo era realmente bueno: dárselo a probar a mí tío Miguel… Repito, no fallaba. Éste solo emitía dos veredictos: «vaya una mierda» o «ésto es caldo…»

Pero un día, después de trabajar toda la mañana en el huerto y cerrar con unos murcianos el trato de venta de la cosecha de limones, nos llevó mi tío a un restaurante elegantón de los que luego me enteré que frecuentaba, y pidió un Vega Sicilia… Se produjo un extraño silencio traspasado de miradas de asombro entre los cinco comensales que nos sentábamos a la mesa. Yo no entendía nada pero recuerdo que el camarero al ver la pinta despeinada, polvorienta y sudorosa de mi tío, entre desconfiado y precavido le preguntó si tenía alguna preferencia. Tras lo que aquél, socarrón, lo espetó vivo tras comprobar que solo había una referencia en la carta:

— Proceda Usted a servirnos, y déjese de ruegos y preguntas.

Las pocas veces en las que Manolo no acierta del todo nunca se equivoca, pero porque siempre te da calidad y no se puede acertar siempre. La dictadura del «me gusta» es en realidad una tiranía, porque un día me puede gustar un vino pero otro me podría gustar uno distinto. Y Manolo casi siempre atina con mi gusto sea cual sea el día, porque comer y beber bien no es cuestión de gastar sino de confiar en quién y en qué te recomienda, y en la gracia de cómo te lo sirve.

Y desde que yo lo conozco, Manolo siempre ha servido sólo para cosas buenas, para buenas causas.

eeen fin. Gracias Manolo 🙏 🍷🍇

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

MANERAS DE COMPARTIR

Publicado el 17 de mayo de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

Busco modelos para saber cómo tendremos que acabar montándonoslo. Maneras de compartir. Recuerdo a mi nieto y a mi consuegro que por una cuestión de apreturas en una cena en la bodega tenían que compartir plato. Mi amigo hablaba y comía más o menos como siempre, el niño aprovechando un silencio le dice a su abuelo: Abuelo, esto no es compartir. Si vamos a compartir, mejor fijarse. También recuerdo a mi hija, que era la que comía más despacio. Si había algo bueno que compartir ponía su parte en su plato y que compartieran los demás. Demasiadas veces se había quedado sin cerezas.

Hubo un tiempo en que, seguramente por no haber vivido nunca en ellas y haber deseado muchas veces hacerlo, me dio por estudiar las comunas. Tuve amigos que vivían, tengo amigos que aun viven en ellas. Venían a por libros a mi casa, olían a maría, a humo y a ropa vieja, eran valientes, divertidos, generosos, amables. Una vez me llevé a una caterva de hijos y sobrinos a una de ellas. Había artesanos y macrobióticos, niños jugando descalzos y familias desdibujadas. Uno a veces criaba a los hijos de una mujer de la que se había separado, que incluso estaba en otra comuna, sin darle mucha importancia, de buen rollo.

La ayuda que recibían de los padres era el argumento que mi compañera usaba para mostrar lo falso de toda la situación; a los jóvenes que vinieron conmigo no les gustó nada. Que yo sepa a ninguno de ellos se le ocurriría nunca aceptar como buena una forma de vida alternativa como esa. Les vacuné.

Para que las comunas duren tiene que haber un factor religioso por medio. O la necesidad de una reconstrucción como con los kibutzs en Israel, o una guerra como las comunas agrarias y anarquistas en nuestra Guerra Civil. De hecho las comunas que más han durado son los monasterios. Israel ya se reconstruyó, nuestra guerra acabó, y la necesidad de Dios y el número de monjes van a menos en todo el mundo.

Eran los setenta, estábamos viendo como la alegría por la posibilidad de otro mundo posible de Mayo del 68 se desvanecía, cómo el mercado devoraba el movimiento jipi, cómo amanecía el feminismo poniendo en solfa la idea del patriarcado como única forma de familia posible.

Era el final de la idea de la bondad de la vida en regímenes comunistas. Algunos de mis amigos dejaban la universidad en busca de alternativas relacionales. Me sentí un cobarde muchas veces por no seguirles, así que por el viejo camino de los hombres perversos, me apliqué en convertir las dificultades prácticas en teóricas para poder pensar de una manera y vivir de otra, como esos burgueses, que viven como capitalistas y votan comunista. Me dio por estudiar alternativas vitales y familiares como las comunas, o acabar siempre hablando de la autogestión comunista.

La cabeza a pájaros siempre sigue algo con nosotros, ahora que las residencias de ancianos están en la picota por el virus, estamos considerando la posibilidad de crear comunas de jubilados donde los más jóvenes de ellos cuidarían de los que no pueden valerse por si mismos. Al haber cada vez menos gente joven, algunas escuelas y enclaves universitarios podrían albergar monasterios de gente de una cierta edad que se ha quedado sola. En el “banco de ancianos” los ancianos más jóvenes donarían horas o dinero para ayudar a los más viejos en la confianza de que, cuando ellos envejezcan más, recibirán a su vez ayuda.

Historias de Paco Sanz ✍️

ESTABULADOS

Publicado el 18 de febrero de 2021.

¿Y LAS CAMAS COVID, Y LAS VACUNAS…?

🙄😳

«Use siempre una mascarilla cerca de cualquier persona con la que no viva…»

¡Ohhh, qué bien! Ahora, cuando no quiera vivir con alguien o siquiera tenerlo al lado, sólo tengo que ponerme mi mascarilla y ya se dará por aludido.

¿Qué tal si probáramos a protegernos mediante unas gafas de buzo con respirador y unos guantes de soldadura? ¿Porqué no nos acostumbramos a usar un traje de neopreno entero, o mejor incluso uno de astronauta? Así podríamos salir a la calle con total normalidad ¿no…? 🙄😳 Mikel Jackson tuvo mucho tiempo una burbuja de aislamiento para él solo y mira hasta dónde llegó, y cómo llegó… Podríamos probar incluso hasta con una armadura para salir a la calle, a ver qué tal…

El otro día no sé dónde leí el dato, de que el número total de camas COVID de los hospitales sólo se había incrementado este año en un doce por ciento… Sólo. Este año, en el que nos ha caído la del pulpo, resulta que el sitio donde se forma el famoso cuello de botella sanitario -el número de camas COVID- parece que nos la suda y nadie habla de él… Y encima, a la única persona que se le ha ocurrido hacer un hospital casi quieren echarla a los leones.

De las vacunas no te digo’ná… ¡Vaya país de idiotas…!

Y aquí estamos, encerrados y sin vacunar, cual ganado vacuno en diecisiete establos diferentes ¿Cómo es posible que el sentir general del rebaño acepte con tal facilidad que se nos recorten libertades tan flagrantemente y sin cuestionarnos nada…?

¿Y si nos infectamos…? 🙄😳

¡Huy, qué miedo… calla, no digas éso…!

El otro día caí angustiado en la cuenta de que me iba a morir dentro de un mes. Pero al poco, me di cuenta también de que lo que no sabía era ni cuál ni de qué año, y claro, me quedé más tranquilo.

eeen fin.

Que no nos engañen, más. 😎

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

VALENTÍA

Publicado el 6 agosto de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

Lo de que es hora de morir nunca lo he tenido tan claro como cuando, imitando una vez más a los hombres, el androide de la película de Blade Runner se da cuenta de que para él todo se ha acabado… Y mientras se muestra generoso al permitir que el humano que intentaba acabar con él siga viviendo, le dice aquéllo de:

— He visto cosas que vosotros no creeríais: Naves de ataque en llamas más allá de Orion… He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhaüser… Todos estos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia… Es, hora de morir.

Me gustan las bibliotecas. Pienso que son lo más parecido a un ser humano. Su memoria es su alma. Un ser humano, como una biblioteca, carece de autor. Es ridículo buscar la autoría de un chiste, de un cuento, un trabalenguas, un dicho o un refrán. Para dar a luz una nueva palabra hacen falta muchos: todo un pueblo. Pero tal idea tiene un soporte débil ya que cuando un anciano muere en una remota aldea de una selva, es, como si ardiera una biblioteca entera.

Ahora con tanta maquinita no sabemos muy bien hasta qué punto estamos vivos. Las amenazas más típicas planteadas por la biotecnología, se resumen en el título de un artículo de Tom Wolfe: «Lo siento, pero vuestra alma acaba de morir». La tecnología médica ofrece, en muchos casos, una especie de pacto con el diablo: una mayor esperanza de vida, pero con las capacidades mentales disminuidas; liberación de la depresión, al precio de la supresión de la creatividad y del ánimo; tratamientos, que acaban con nuestra autonomía cerebral al depender de sustancias que tragamos o dispositivos a los que nos entregamos.

¡Ay…! Felices aquellos que, nacidos antes de la Ciencia, tenían el privilegio de morir de su primera enfermedad. “Lo que llamamos muerte es acabar de morir, lo que llamamos nacer es empezar a morir, y lo que llamamos vivir es morir viviendo. Por eso cuando el hombre muere acaba, a un tiempo, de vivir y de morir…” Quevedo nació antes de la Ciencia; entonces no se estaba muerto sin saberlo.

He visto por ser galeno finales de vida lentos, atroces… Por eso, cuando presiento la cercanía de la muerte recuerdo a la mística: “Ven muerte tan escondida,/ que no te sienta venir./ Que el placer de morir,/ no me vuelva a dar la vida”. Pienso, como al llegar al fondo de sus innumerables padecimientos e infortunios, un desdichado personaje literario siente cuando lo meten en el fondo de un saco negro, cada vez a mayor profundidad; y repentinamente, momentos antes de morir, descubre que el fondo del saco está abierto y en su extremo hay una luz.

Pienso que el mundo mejorará cuando yo deje de vivir, ahora que ya no puedo mejorar. Que pretender una mejora del mundo que no consista en la mejora de uno mismo es un camelo. Y que por ello, la cuestión es delimitar las fronteras del problema, y definir cuales son las partes sanas de nuestro organismo que hay que defender a toda costa… Si, en suma, hay algo por lo que se pueda morir.

Historias de Paco Sanz ✍️

Te voy a dar yo «rafarendum…»

Publicado el 26 de agosto de2017.

AFIRMO…

Preámbulo

Quiero creer que la mayoría de españoles de bien, tras leerlas, coincidiríais conmigo en éstas mis simples afirmaciones:

Primera

Afirmo que los españoles debemos de cuidar del Planeta. Pero, después de cuidar el Planeta, lo más importante que tenemos que hacer los españoles es cuidar de nosotros mismos y de Nuestra Nación. ¿No…? 🙄😳

Segunda

Afirmo, que el principal problema de los españoles -de todos- es nuestra cada vez más inquietante y evidente división, generada por la actitud de nuestros nefandos políticos. ¿No…? 🙄😳

Tercera

Afirmo que esta situación de división, se debe a la mala gestión que éstos, nuestros corruptos políticos, de forma premeditada sibilina y parasitaria, han hecho del actual Estado de las Autonomías. ¿No…? 🙄😳

Cuarta

Afirmo que por todo lo anteriormente expuesto, lo más importante que tenemos que hacer los españoles es acabar con el actual Estado de las Autonomías y con los políticos que de forma tan espuria lo gestionan. ¿No…? 🙄😳

Quinta

Por último, afirmo que la mejor forma legal y democrática de hacer efectivas las afirmaciones expresadas en los puntos anteriores, consistiría en hacer que los españoles fuésemos consultados en un referéndum nacional y vinculante: si queremos seguir con la situación actual, o si queremos revertir la deriva de esta debacle nacional en la que nos encontramos. Aunque sé que los referéndums los carga el diablo. ¿No…? 🙄😳

Si no, ¿para qué coño seguir cuidando el Planeta…?

¿No…? 🙄😳

eeen fin. Parece ser que nos vamos a la mierda.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras

LEALTAD. FIDELIDAD.

Publicado el 18 de junio de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

La Unión Europea, el Estado de las Autonomías, la ONU, la OMS… los estados federales, ¿por qué fracasan?, porque falta lealtad. Para que las relaciones entre gobiernos y administraciones funcionen adecuadamente se precisa de ese lubricante que los alemanes denominan “lealtad federal”, una actitud por la que todas las partes se esfuerzan en facilitar el ejercicio de las competencias ajenas, y procuran resolver las controversias de un modo amistoso y ágil.

Ahora se nota más. La gran mayoría de mis relaciones se han basado en ella. Cuando llegados los malos tiempos, mis amigos me han fallado o he fallado a mis amigos lo he llevado muy mal. Ha sido para mí más de una vez una sorpresa, ver quienes son verdaderamente capaces de mantener su palabra. No han sido siempre los que consideraba buenas personas; con buenas palabras y modos se ha vendido siempre mala mercancía.

La nuestra es una sociedad de contratos, en la que incluso para vivir juntos hay que firmar uno; está claro lo poco que se confía en la lealtad, incluso a nivel personal. Cuando les he dicho a mis amigos psiquiatras, que a las personas fieles a nuestra pareja nos da la sensación de que tendríamos que hacérnoslo mirar, no se lo han tomado en absoluto a broma. Tratan con demasiados adictos, a las drogas, a las malas costumbres, como para no tomarse eso de ser fiel a tu pareja como una posible adición más…

Confundimos el machismo con la virilidad porque lo de la lealtad, lo de la fidelidad, no se lleva. La virilidad, es decir la pasión de la unión y la lealtad, se convirtió en machismo, acabemos con él… En efecto, es posible ablandar a los hombres, pero hacerles «cuidar» es otra cosa, y el proyecto tiene que fracasar inevitablemente.

En culturas anteriores a las nuestras, distantes de las nuestras, pero de hombres más sensatos, la lealtad no se la tomaban a broma. Por ejemplo en Japón, el chu significaba lealtad incondicional a la cabeza de la jerarquía social, ya se llamara ésta emperador o shogun, ya fuera de origen divino o terrenal; el chu era el primer mandamiento de la ética japonesa. El ko, la lealtad que se debe a los padres y antepasados, era el segundo, todas las demás normas de conducta venían después.

Para Confucio la lealtad era la virtud clave: lealtad a Dios, al Estado, a la propia familia y a los verdaderos significados de las palabras que uno utiliza. Primeros pasos en la formación hasta la Edad de la razón. La formación profesional y como ciudadano. El trabajo social y el cuidado de la familia. Y el leer y el escribir.

Para saber de nosotros no está mal preguntarse por cuáles son nuestras identificaciones, cuáles son nuestras lealtades, cuál nuestra comunidad, ante quiénes nos sentimos responsables. No me gustan las élites, me gusta la gente. Las élites son cosmopolitas, la gente local. Cuanto mayor es el nivel educativo y de renta de las personas más condicionada es su lealtad.

Historias de Paco Sanz ✍️

SER DE IZQUIERDAS HOY

Publicado el 20 de junio de 2021.

El otro día, en prime time, le preguntaron en la radio a un somierda que otrora fue alcalde de Sevilla y al que han votao ahora pa’presidente autonómico, si estaba de acuerdo con los indultos.

Criii, criii, criii…

Y el gañán, trastabillando dialécticamente acertó a balbucear que en el fondo no, pero que ahora sí porque así lo había decidido su partido, claro.

Criii, criii, criii…

Y lo bueno, fue cuando el periodista entró a matar con el verduguillo, y le volvió a espetar, que entonces si su partido decidiera lo contrario o cualquier otra cosa él también estaría de acuerdo, ¿no…? 🙄😳

A lo que el caradura que fue primer edil de Sevilla, respondió aquéllo de:

— ¡Claro…! 😳

Criii, criii, criii…

¡Qué vergüenza…! 🙄

Falsificar por completo tu moral, tus estudios y tu currículum, tus méritos y tu pasado, ha dejado de ser algo deleznable o vergonzoso. Es más, parece ser un mérito para estos mindangos el ser un tahúr, un canalla y un traidor; para medrar hay que ser un gusano comerrabos cuanto más rastrero mejor…

eeen fin.

Criii, criii, criii…

¡Votad y vomitad, malditos…!

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

PACIENTES DE LA PANDEMIA

Publicado el 31 de enero de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

Hay cosas que no cambian ni con la pandemia. Supongo que son nuestras cosas esenciales. ¿Qué es lo mejor que puedes vivir en la vida? Alegría, hermano. ¿Y cuál es el enemigo de siempre? La tristeza. Entristece ver como el enemigo avanza con la enfermedad, con la pobreza, con el rencor… con el desamor.

Decía Freud que el que no pierde la cabeza en ciertas circunstancias es que no tiene cabeza que perder. Me gusta creer que con el corazón pasa algo parecido, que no basta con querer no perderlo en ciertas circunstancias, se trata de recuperarlo cuanto antes. Un personaje de una novela de Sartre paseaba indignado por las calles de Nueva York, porque estaba llena de carteles que decían: “Not to grin is a sin”. Mientras, había guerra en España.

Ahora con la mascarilla las sonrisas falsas, ésas sólo con los labios, no se ven. Me dicen mis amigos, con los que todavía me hablo, que los pueblos parecen tristes. Les cuento que como paseante compulsivo que soy, me doy cuenta, de que cada vez buscan menos mis ojos los de la gente con la que me cruzo. Hasta qué punto proyecto nunca lo sé. Por decirlo en verso: “Esta tristeza del campo/ en que el alma se aposenta/ ¿es una tristeza suya/ o es una tristeza nuestra?/¿Son sus soledades tristes/ como las de las estrellas/ que nos parece a los ojos/ que están vivas y están muertas?”

Hay que recordar quienes somos, que somos mejores de lo que creemos, por pura coherencia. Ese es el frente al que hay que acudir, donde presentar batalla. Con palabras de Spinoza: “Experimentamos alegría cuando un cuerpo se encuentra con el nuestro y se compone con él, cuando una idea se encuentra con nuestra alma y se compone con ella, o, por el contrario tristeza, cuando un cuerpo o una idea amenazan nuestra propia coherencia”.

Ahora que no puedo abrazar a mis amigos, ni a mis hijos ni a mis nietos, ahora que todavía no me ha pasado lo que le pasó a Machado cuando perdió a su amada: “Nos quedamos solos mi corazón y el mar”, dar con ideas que compongan con mi alma es más necesario que nunca. La pandemia me lo pone especialmente difícil.

Joäo Gilberto no contrapone la tristeza a la alegría sino a la felicidad, son las suyas de esas palabras que, cuando las recuerdo, me pongo a cantar; lo canta así: “Tristeza não tem fim/ Felicidade, sim/ Tristeza não tem fim/ Felicidade, sim/ A felicidade é como a gota/ De orvalho numa pétala de flor/ Brilha tranquila, depois de leve, oscila/ e cai como uma lágrima de amor”.

¿Buscas la felicidad en las palabras? Combate la tristeza donde la encuentres, vuelve a Spinoza, me digo. Él llevaba tan lejos su lucha que hasta en la “esperanza” y en la “seguridad” encuentra ese poco de tristeza, que basta para hacer de ellas sentimientos de esclavos. La verdadera ciudad, propone a los ciudadanos más amor a la libertad que esperanzas de recompensa o seguridad de los bienes; pues “a los esclavos y no a los hombres libres, es a quienes se promete seguridad o se recompensa por su buen comportamiento”.

Hasta entonces: Paciencia y barajar. Paciente es no el que huye del mal, sino el que no se deja arrastrar por su presencia a un desordenado estado de tristeza. La paciencia preserva al hombre del peligro de que su espíritu «sea quebrado por el abatimiento y pierda su grandeza”. Pacientes de esta pandemia, lo somos todos.

Historias de Paco Sanz ✍️

DON NADIE

Publicado el 10 de julio de 2021.

Sólo soy una persona de esas que anda por ahí por el mundo con el dinero y los amigos justos, con alegrías y tonterías las justas, y con las entendederas también algo justas para comprender lo tan complejo de este mundo. Pero porque soy sólo eso: una persona. En mi caso, una persona don nadie al que le ha dado por escribir pero que nada escribe de importancia. Y por ello -por la inutilidad de mucho de lo que escribo- he decidido no hacerlo tanto de política.

Pero lo que en realidad me jode es que el tonto de mí siempre se creyó en paz y al día con la sociedad, con la tecnología y hasta con el mundo. Y de verdad que me fastidia mucho el hecho de que nuestra sociedad -no así la tecnología ni el mundo- haya cambiado tanto y tan rápido para mal, que no nos hayamos dado cuenta a tiempo y que encima yo esté tan en desacuerdo con la insensatez de tanto cambio. Lo confieso, me jode y mucho, porque algo habré hecho muy mal yo todo este tiempo, seguro.

Que nos den a todos por el culo, y que se vaya el mundo entero a la mierda tras tirar de una cadena, si eso mismo es lo que parece buscar y querer la sociedad hoy.

Vaaale…

El otro día caí en la cuenta tras rebuscar y releer en mi blog, que éste está lleno casi al cincuenta por ciento de escritos pobres y resabiados, de berrinches políticos y de revanchas verbales estúpidas por inútiles. El tonto, no para cuando se acaba la linde sino que sigue y sigue… Y algo así parece que me ha pasado a mí con lo político… Me he dado cuenta, también, de que tras más de trescientos relatos que he publicado no sé si habrá un par o dos de ellos realmente meritorios. Por eso voy a purgar mi blog, para quitar morralla y mantener vuestra atención escribiendo historias dignas, y no enmerdar más con mi visión funesta y vitriólica de la política.

Pero no os prometo nada, no sé si podré contenerme. 🙄🤔😂🤣

eeen fin. Gracias por leerme 💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

¿Globalización…? De acuerdo.

Historias de Paco Sanz ✍️

No es sólo un asunto de progreso en la dirección equivocada, es además un asunto de mala administración. Ante lo descomunal de nuestra procelosa nave espacial tierra, lo de cambiar de velocidad es cosa de mucho tiempo. Y no lo tenemos. Los protocolos de urgencias tienen que centrarse en un cambio de dirección. En dos de los sentidos de la palabra: una más importante autoridad a escala global, y otro sentido para nuestra manera de hacer las cosas.

Del libro de Unabomber me he quedado con la sensación de que la violencia es imprescindible, es decir, que es más fácil la revolución que las reformas cuando lo del cambio apremia. En un mundo en peligro hay que pensar en sistemas de salvamento antes que pensar en mejorar o conservar. Los protocolos de urgencias son imperativos. Cuando no quedan esperanzas el que hace como si las hubiera es un quintacolumnista de la catástrofe. A medida que la sombra de lo irreversible va cerrando los caminos en las sociedades democráticas, el difundir esperanzas debe ser sustituido por el establecimiento de protocolos en urgencias. La sombra de la irreversibilidad relega el buenismo democrático a un segundo plano.

La anticipación de una catástrofe, la urgencia y la manifiesta incapacidad de la democracia para actuar eficazmente, hace que tengamos que pensar en un Estado con criterios más duros, más fuertes, en un modelo ecológico-dictatorial. La democracia así deja de ser una conditio sine qua non de una gestión global razonable. Pero, ¿cómo pueden obligar unos Estados a otros al consenso ecológico? ¿Por medio de una dictadura ecológica mundial? ¿Por medio de la guerra? En este punto, a más tardar, se ve claramente que la mentira tecnocrática no solamente niega los valores de la democracia y la libertad, sino que es inoperante y hasta contraproductiva.

Nuestro extravío: el concepto clave no es “electromovilidad”, es menos movilidad; no es “turismo sostenible”, es menos turismo; no es “economía verde”, es contracción económica de urgencia; no es «desarrollo sostenible”, sino decrecimiento demográfico, comercial, laboral, bélico…

Hay una dirección a seguir. Podemos incluso pretender ponernos de acuerdo. El problema es cómo. Hace falta un consenso en asuntos como gestión de recursos, migraciones o fiscalidad. E ir haciendo por sufrir y hacer sufrir menos comprando y viajando, zampando y enmierdando, y comunicándonos mejor.

Las primeras palabras que sonaron por teléfono las pronunció en 1876 su inventor A.G. Bell a su ayudante: “Mr. Watson, come here, I need you”. La comunicación desde un principio está relacionada con la urgencia.

¿Globalización? de acuerdo, pero de ideas, no sólo de cosas. ¿Progreso? de acuerdo, pero progreso social, no sólo material. ¿Decrecimiento? vale, pero hay que acertar en qué. Entendemos la urgencia como la necesidad de hacernos cada vez con más cosas, de lo que sea… Como descendientes de cazadores y recolectores conservamos la urgencia por hartarnos cuando ya no escasea la comida.

Historias de Paco Sanz ✍️

¿Por qué va tanta gente…?

Las preposiciones conjunciones y los signos de puntuación, creo, que son la última trinchera frente al ataque a la inteligencia perpetrado por la Inteligencia Artificial ésta de los cojones… Por otro lado éste, creo que es uno de esos escritos en los que tengo que ser más preciso, pero para que los conceptos queden bien claros ante tanta la tontería.

Vamos a ver:

¡Ya sé por qué va tanta gente a su Gabinete…! Ni es una moda ni tiene precios bajos ni ná… En realidad, no compráis nada cuando váis donde Manuela Rosales pero seguís yendo, y no sabía yo exactamente por qué.

Estimada Inteligencia Artificial: es un placer informarte de que ya me tienes hasta el capullo; harto, pero porque me encierras cada dos por tres en un corralito informativo del que nadie se beneficia. No sé quién te paga pero me tienes hasta cojones de impedir que se oiga lo que digo. ¿Oiga…?

¿Oigaaa…? 🙄😳

Será que la causa es ella pero por cómo se toma las cosas: siempre muy muy en serio. Siempre un trabajo bien hecho. Te lo digo en serio: no he visto nunca a nadie que crea más en sus alumnas clientas amigas o lo que seáis, que a Manuela… Se desvive, se preocupa tanto de vosotras que parece que siempre os da lo justo para que salgáis a gusto después de estar con ella.

Ésto de las cámaras ecoicas que surgen de aplicar tus algoritmos nos está sacando a todos un poco del quicio, y por eso mismo yo me cago en to’tus muertos IA. Nos censuras… ¿Pero, por qué nos censuras tanto cariño mío artificial…? 💕🤔

No te entiendo. 🙄😳

Si fueras verdaderamente amorosa e inteligente buscarías algo decente que hacer con tu inteligencia y la humanidad, y no andarías tocándonos los cojones por ahí sino buscando cómo enseñar a nuestros hijos a ser personas todavía más cultas, cuerdas, solidarias, más decentes y más hermosas, más valientes.

Es chocante. Si fuera más celoso, tendría celos de ver cómo Manuela se entrega a su trabajo pero como no lo soy sé, que estar con ella es algo irresistible y que por eso mismo siempre querréis más: repetir… A mí también me pasa: que me encanta Manuela Rosales. 💕

Y háztelo mirar -Inteligencia Artificial- porque sólo sirves para enmerdar más las cosas, te crees que eres muy lista pero no sirves para casi nada realmente. ¿Te das cuenta o eres tonta perdida…?

¿Holaaa, inteligenciaaa…?

🙄😳

eeen fin.

Os quiero 💕😎

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

Noche de Reyes para mayores…

Publicado el 13 de diciembre de 2022.

¡Qué listos…! Cuando yo era pequeño los mayores, para que estuviésemos toda la Navidad portándonos bien, nos engañaban amenazándonos sutilmente con que de lo contrario los Reyes Magos no nos traerían ningún regalo, ningún juguete… Era la noche antes del último día de nuestras vacaciones, y mucha comida familiar mucha celebración y mucha tontería, pero todavía no habíamos jugado a nada…

El comedor de la casa de mis abuelos se llenó con mi tíos, mis primas, y un par o dos más de invitados que yo no conocía. La cena transcurrió de lo más rumbosa hasta que llegamos a los postres y los dulces… Como os podéis imaginar, y después de tanta fiesta, a esas alturas los niños ya estábamos hasta el gorro de postres y dulces después de las celebraciones de Nochebuena y Nochevieja, y lo que queríamos de verdad es que llegaran los Reyes Magos ya de una vez… Pero nada, todo era mirarnos los unos a los otros con cara de yo qué sé qué…

De repente, oímos unos ruidos extraños en el patio… ¿Serían ellos…? Mis primas y yo salimos corriendo a ver si por casualidad pillábamos a alguien pero no vimos nada; aunque los mantecados y los vasos de mistela que habíamos dejado por la tarde como avituallamiento para los reyes y los pajes, sí habían desaparecido sí… Alguien, había estado ahí. Eso, era evidente.

Todos nos quedamos boquiabiertos cuando como primos, entramos de vuelta al comedor, y vimos la enorme lámpara que colgaba del techo sobre la mesa balanceándose, al mismo tiempo que oíamos unos como crujidos y otros ruidos extraños que nos parecía venían del tejado… Los mayores estaban tan excitados como nosotros si no más; y tanto es así que mi tío Antonio se ve que de los nervios, el pobre, tuvo que irse al aseo a evacuar… Claro, tanto ruido extraño, tanto nervio, y tanto ir y venir buscando el sitio donde los Reyes Magos pudieran haber dejado los regalos que…

¡Ufff, Vaya lío…!

Pero el culmen, lo que nunca se me olvidará, es cuando oí a mi tío gritar desde el retrete como asustado, y luego lo vi salir dando salticos con los pantalones bajados hasta los tobillos, a toda prisa, y empujando de golpe la puerta del baño:

— ¡¡¡ Los he visto, los he visto salir; deben haber entrado por el tragaluz del baño porque los he visto escaparse por ahí…!!!

Lo dijo mientras nos señalaba con su dedo índice, tembloroso, el lugar por donde se supone que habrían salido pitando los Reyes Magos… Mi tío estaba con sus pantalones todavía bajados, y como muy muy nervioso.

He de reconocer que primero me llevé un buen susto; pero luego una gran alegría, al estar ante la prueba inequívoca de que los Reyes Magos existían… De lo contrario, el chulico de mi tío nunca hubiera hecho el ridículo saliendo tan descompuesto del baño con los pantalones bajados, semejante gesto de susto, y gritando así… Minutos después mis sospechas fueron confirmadas cuando descubrimos que en la habitación de mis abuelos -contigua al cuarto de baño y amontonados por las prisas de la huida- estaban todos nuestros regalos así, como ahí tirados, encima de la cama…

A mí, los Reyes Magos no me engañan.

…eeen fin. 💕 🤣😂

Hoy, que cenamos con alguno menos sentado a la mesa, no puedo evitarlo. Era La Noche de Reyes; del año en concreto no me acuerdo, pero sí de aquél episodio tan chocante…

💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras

Queridos Reyes Magos…

Publicado el 31 de diciembre de 2018.

Este año no sé si me he portado lo suficientemente bien, creo que no; vivimos por desgracia tiempos difíciles. Pero pese a los muchos problemas que me agobian y al cierto flaquear de mi fe, no quiero faltar a mi cita anual con la hermosa tradición de escribiros ésta, mi carta:

Queridos Reyes Magos, son muchos años y voy a pediros lo mismo de siempre, ya sabéis: mis hijos, mi familia…

Últimamente discutimos, disputamos, reñimos demasiado y con acritud tan enconada, que algunos de mis amados hijos se están alejando irremisiblemente del seno de mi abrazo… He de confesar que como madre estoy por ello muy preocupada.

«Nada satisfaría más al buen pastor, que el reencuentro con sus ovejas descarriadas.»

Me gustaría que mis hijos todos, llegasen donde ellos quiera que se propongan, sin límites. Pero también anhelo que pese a las distancias con las que la vida inexorablemente nos aleje, mi prole no olvidara nunca ni su rica historia ni por supuesto el calor de su familia. Por ello, ruego fervientemente a Sus Majestades que intercedáis, para que sus diferentes anhelos particulares no me los alejen entre sí, ni de mí… Crear, criar y mantener durante tantos años una familia numerosa y diversa como la nuestra, ha costado vidas de esfuerzo y sacrificio abnegado; y me aterra que pudiésemos separarnos debido a la desidia, quizás a nuestras naturales diferencias mal entendidas, o tal vez por un olvido o por un silencio cobarde.

Así que voy a pediros el regalo de una ilusión común… Ilusión que nos recuerde que juntos somos mejores y más fuertes; y que sin duda unidos fuimos, seríamos y seremos, más felices que separados.

También para todos ellos quiero pediros trabajo, prosperidad, esfuerzo y éxito. Me gustaría que empezasen algo grande, importante, trascendente… Ojalá un noble proyecto colectivo que aglutinase sus voluntades en una sola, y que por su grandeza estuviera a la altura de la enorme herencia de nuestra familia. Herencia que el honor nos obliga a preservar, a respetar, y a legar aumentada a nuestros descendientes.

Necesitamos, repito, una ilusión común.

Por último, perentoriamente os imploro para mí la concesión de solo un íntimo deseo: arden mis entrañas por encontrar un nuevo y gran amor. Hace tiempo que no me enamoro perdidamente y de veras que lo necesito. ¡Ya…!

Que alguien suba y recorra con deleite mis hermosas cumbres, y que luego descienda anhelante a recrearse en mis más recónditos valles. Alguien que goce con fruición de tan generosos dones y que con tanta pasión ofrezco. Y sentir que pese a mi largo y tortuoso pasado soy amada por entero y con fervor, y saber que él acepta gustoso mi azaroso presente. Amar como una loca a quien como a mí le ilusione construir un porvenir venturoso y común. Juntos.

Agradeciendo de antemano Sus Mercedes, me despido por este año y hasta el que viene. Un beso a los tres… 🐪🐫🐪

Firmado: 💕

🇪🇸

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

LOCURA. MELANCOLÍA

Publicado el 17 de junio de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

Por lo visto de tanto estar en casa hay más gente chalada. Y ahora que ya podemos salir a la calle, más loco suelto. Mi padre cuando volvía de trabajar decía estar absolutamente cansado. Se hacía mimar por mi madre, y como estaba tan cansado de trabajar se le perdonaba todo. Cuando empecé a trabajar con él me di cuenta de que menudo cuento tenía mi padre, nunca le vi tan feliz como cuando trabajaba.

La parte que tiene lo que hacemos fuera de casa en nuestra salud mental es toda una lección de humildad. Eso de ser profundo es un rollo. La “profundidad” es la dimensión de aquellos que no pueden cambiar de pensamientos ni de apetitos, y se ven reducidos a explorar la misma región del placer y del dolor. Uno se vuelve profundo dejándose invadir por las propias taras.

Es una vieja historia, la de la includencia: proponerse objetivos por encima de las posibilidades. Rigideces inseguibles que terminan paralizando y en la remanencia: ir dejando cada vez más cosas por hacer. Las vías para pasar de la melancolía neurótica a la psicosis depresiva. En confinamiento es fácil, porque lo que podías hacer con gusto solías hacerlo fuera de casa.

Para volver a encontrarnos con el que solíamos ser necesitamos el volver a trabajar, o al menos a alternar. Muchas personas se han olvidado hasta de su nombre a base de no salir de casa. Eso de no ser nadie cansa, enloquece. Si para sobrevivir se ha de ser nadie, como Ulises en la Odisea ante Polifemo, es decir, permanentemente invisible, no habrá identidad, ni autoestima, ni integración social, y consecuentemente, tampoco salud mental.

El tipo más corriente de locura estos días es la depresión. Lo que antes llamaban melancolía. Paracelso había distinguido los lunatici en los cuales la enfermedad tenía su origen en la luna, y en los cuales la conducta, en sus irregularidades aparentes, se ordena secretamente a sus fases y a sus movimientos; los insani que debían su mal a su herencia, a menos que la hubieran contraído, justo antes de nacer, en el vientre de su madre; los vesani que habían perdido sus sentidos y el uso de razón por las bebidas y por el mal uso de los alimentos; los melencholici que parecen estar locos por algún vicio de su naturaleza interna. Enloquecidos por el mundo exterior, la herencia y el nacimiento, los defectos de la alimentación y finalmente los conflictos interiores. Melancolía, el inevitable resultado de todo esfuerzo inútil.

¿Será ya inevitable la melancolía?

Resquiencebat in amaritudine decía de si mismo San Agustín, «me complacía en la amargura». Hay, en efecto, un estado de ánimo caedizo, que disfruta sintiéndose resto de una edad gloriosa, como el viejo impotente recuerda su juventud disoluta. Parece por fin que la pandemia amaina, que llega la paz. Que no nos pase como a aquel rey que descubrió que la anhelada paz, lograda a un precio tan amargo, engendraba más amarguras que la angustia padecida para alcanzarla.

Historias de Paco Sanz ✍️

FEISBUC ME ECHÓ EL OJO…

Publicado el 6 de abril de 2021.

No recuerdo exactamente qué día de marzo de 2017, una de mis publicaciones recibió 1.049 visitas en una hora. A partir justo de ese momento feisbuc me echó el ojo, y recortó drásticamente la audiencia de todo lo que publicase, no fuese a ser que dijese, cosas que que decir no debiese.

Ese relato era «Memoria de un fantasma». Bien es verdad que lo escribí con babas y espumarajos de rabia, al ver cómo tratamos los españoles a nuestros muertos.

Y aquí tenéis el enlace:

MEMORIA DE UN FANTASMA 🙄

Gracias por leerme 🙏

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras

HUMILDAD Y AÑO NUEVO

Publicado el 3 de enero de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

El año se ha acabado, y pocas veces se le ha puesto más fácil al Año Nuevo mejorar al anterior. Ya veremos, dijo el ciego. Mirando hacia atrás sin ira, pienso en la lección de humildad que este desastre nos ha propinado. Me he pasado la vida intentando ser más humilde en vano. Nietzsche pensaba que la primera cuestión de la filosofía es la llevarse bien con la propia soledad, yo creo que lo verdaderamente difícil es ser humilde. De cabeza y de corazón. Recuerdo a Pasolini, la cualidad que poseía en rara medida no era la humildad, sino algo mucho más difícil de encontrar: el amor a lo humilde, y diría, la competencia en humildad.

Antes, que no hacíamos tanto la pelota a los niños, eran los niños más humildes, y siempre creeré que hasta que los niños no vuelvan a la humildad, la vida estará horrorosamente trastocada. Pasarse la vida estudiando creo que ayuda. La humildad, que no abunda entre los doctos, aun es menos frecuente entre los ignorantes. En el dominio de la inteligencia, la virtud de la humildad no es otra cosa que prestar atención. No hay nada más cercano a la verdadera humildad que la inteligencia. Es imposible estar orgullosos de nuestra inteligencia, en el momento en que la ejercemos realmente.

Tampoco tiene que irnos siempre bien en todo ¿no…? Es un desconocimiento racionalista de la esencia del fluir de la vida personal, el pensar y exigir que ésta, haya de vibrar en todo momento con las mismas amplitudes anchas y armoniosas con que brota en los instantes agraciados. Tales exigencias, arrancan de una falta de humildad interna ante el misterio y el carácter de gracia inherente a toda vida.

En política, por ejemplo. La vida política no es un proyecto de mejora del mundo en donde se invierten las esperanzas trascendentales de un mundo sin fe. En cambio, se trata, de una tarea desesperadamente humilde de improvisación infinita, en donde todo bien se ve comprometido por los demás; se busca un equilibrio entre los males necesarios de la vida humana. Y la perspectiva omnipresente del desastre, es conjurada hasta el día siguiente.

¿En qué consiste esa cualidad de la humildad, siempre tan elusiva y tan añorada? Es la única cualidad, que si se pensara que se posee se perdería al instante. Me recuerda a las frases cachondeándose de la lógica. La más famosa es: “Miento”. Si efectivamente miento al decirlo, entonces digo la verdad, aunque no lo sepa. ¿Puedo afeitarme a mí mismo…? Últimamente me despierto pensando que la vejez añade, mientras quita. Humildad, por ejemplo.

Es buena contra la envidia y contra las mentiras, favorece la bondad de quitarse de en medio. Por decirlo en verso: “Aquí la envidia y la mentira/ me tuvieron encerrado./ Dichoso el humilde estado/ del sabio que se retira/ de aqueste mundo malvado,/ y con pobre mesa y casa/ en el campo deleitoso,/ con sólo Dios se compasa,/ y a solas su vida pasa/ ni envidiado ni envidioso”. Aunque: “ En los extremos del hado/ no hay hombre tan desdichado/ que no tenga un envidioso/ ni hay hombre tan virtuoso/ que no tenga un envidiado.”

Considero que es un pecado contra la humildad el dar publicidad a lo que escribo. Pienso, que escribir es únicamente asumir la sacralidad que llena cada instante, es la humilde anotación, que tiene en el asombro su comienzo, el de un logos que alienta en todas partes. He disfrutado escribiendo, lo he hecho también leyendo lo que he escrito, ¿qué tercera cosa espero, como los necios?

La verdadera humildad es cuando puedes sorprenderte a ti mismo más que a los demás; el resto es timidez o buen marketing. La humildad no puede enseñarse por medio de la propaganda, pero la esclavitud sí… A ver si lo recuerdo.

Feliz Año Nuevo.

Historias de Paco Sanz ✍️

Transexualidad y derechos

Publicado el 29 de junio de 2021.

«Quien protege a un niño para que tenga una infancia alegre y sana, evitando de esa forma que un adulto aprovechándose de su inocencia lo pervierta, ejerce la más importante tarea que una persona puede ejercer en la vida. Quien protege a un niño está salvando al mundo.»

Mayo Von Höltz

Mayo: Si una persona nace con pene es hombre, si nace con vagina es mujer; el ser humano no puede ser ninguna otra cosa y tal cosa será hasta que muera.

Rogelio: No entendés una cosa tan simple como que alguien puede tener pene y autopercibirse como mujer?

Mayo: Entiendo que quien dice que es lo que objetivamente no es, diciendo por ejemplo que es una mujer siendo hombre o que es una jirafa siendo persona, padece un trastorno mental; no entendés una cosa tan simple?

Rogelio: Estás muy equivocado. Vos sos homofóbico, y nazi además al querer que no adopten los homosexuales, leo todas las boludeces que escribís; qué preferís? que los pobres niños se queden toda la vida en el orfanato?

Mayo: Escúchame flaco, la homofobia como fobia no ha existido en ningún manual de psiquiatría del mundo en toda la historia; contrario sensu, el homosexualismo, antes de que una enorme campaña de orden político y no un estudio de orden científico lograra desclasificarla, figuraba en todos los manuales de enfermedades psiquiátricas como un trastorno mental de conducta homosexual, que es lo que sigue siendo por mucho que te enfurezca la realidad.

Por otro lado, el derecho de adopción es el derecho a ser adoptado, no existe el derecho a adoptar de los padres sino el derecho a ser adoptado del niño. Los niños no son mascotas para satisfacer los caprichos de cualquier trastornado mental. Y si me preguntás, yo preferiría mil veces pasar toda mi infancia en un orfanato o vivir atado bajo un árbol en una plaza, antes de que me adopten dos trastornados mentales y arruinen mi salud mental de por vida. Tener una mente lúcida que discierne la realidad es infinitamente más importante, que el confort que pueda proporcionarte un pobre trastornado mental que ni siquiera sabe qué carajo es.

Una casa, abrigo y comida operan cuando dormimos, cuando tenemos frío y cuando tenemos hambre; una mente lúcida opera desde que tenemos discernimiento hasta que morimos, todo el tiempo, todos los instantes de nuestra existencia. Me gustaría que te hubieras enterado a los seis años de que esa persona a la que le decías mamá, era en realidad un hombre disfrazado de mujer; a ver cómo serías vos ahora? a ver cuál sería ahora tu equilibrio emocional y tu capacidad para ser feliz? No hay ningún problema en disfrazarte si ése es tu berretín, el problema es aprovecharse de la inocencia de los niños para engañarlos de forma vil al usar un disfraz permanente.

No es complejo el tema, es simplísimo: tenés pene y testículos, sos hombre; tenés vagina y ovarios, sos mujer; tenés trompa larga y gris, sos elefante; tenés cuatro patas y decís «miau!», sos gato; te amputás un órgano sano y vivís disfrazado de mujer usando tu aparato digestivo como aparato sexual, tenés un trastorno mental.

¡¡Bouummm…!!

Mayo Von Höltz

MADRINA DE GUERRA

Publicado el 12 de junio de 2021.

Si no sabes qué era una madrina de guerra no vayas a wikipedia porque tampoco está.

“Línea de fuego”. Fragmento.
Arturo Pérez Reverte.

La última carta

“Estimada María Cristina, amiga mía, querida madrina:

Me preguntas en tu última carta los motivos por los que lucho. Por qué me presenté voluntario sin esperar a que me llamaran a filas. Soy de una familia modesta, poco burguesa. Mi padre, con gran esfuerzo, montó un pequeño comercio en Lugo y con su trabajo y sacrificio, ayudado por mi buena madre, pudo darnos vida y educación a cuatro hijos. Nada regalaron a mi familia las izquierdas ni las derechas y nunca intervino ninguno en política. Mi padre ni siquiera votó nunca, pues decía que tan oportunistas eran unos como otros. Yo, el mayor de los hermanos, fui privilegiado al facilitarme los estudios: una carrera para una vez situado poder ayudar al resto.

Sin embargo, esta República desordenada y caótica lo cambió todo. La mala fe de los políticos, el pistolerismo impune, la ausencia de autoridad y orden público, las turbas analfabetas enseñoreándose de nuestras vidas, la demagogia irresponsable, el caciquismo de las izquierdas, que resultó tan nefasto como el de las derechas (te lo dice alguien nacido en una región que sabe mucho de caciques), llevaron a España al abismo. La convirtieron en un gran Cristo crucificado por todos.

No es cierto, como dicen los rojos, que cuatro militares y banqueros se alzaran contra el pueblo. Yo soy pueblo, mi familia es pueblo, y estábamos como muchos otros hartos de tanta impunidad, de tanta barbarie, de tanto «si no estás conmigo estás contra mí…» ¿Quién, al ver que se insulta a su madre o su novia, a su hermana, no saldría en su defensa? Pues la ofensa que le hacen a España sus enemigos, destruyéndola, es más que un insulto. Es un crimen.

¡Viva España rusa…! gritaban esos irresponsables canallas. Nos obligaron a tomar partido incluso a los que no lo teníamos. Nos obligaron a elegir, aunque tampoco nos entusiasmaran los otros. Enfrentaron amigos y hasta hermanos, cuando la mayor parte sólo aspirábamos a orden, paz y trabajo. Pero eso es imposible cuando todo el mundo tiene la palabra revolución en la boca. Hasta mi pobre padre, por tener un modesto negocio propio, era considerado «explotador del pueblo».

En cuanto a mí, sencillo estudiante, hijo de una familia trabajadora, recuerdo un día que iba a clase, cuando al bajar del tranvía unos obreros me insultaron ¡por llevar corbata! «Te vamos a ahorcar con ella, cochino señorito burgués», dijeron riéndose insolentes, con altanería de vencedores saboreando la revancha. Así que cuando los militares se alzaron para poner fin a este disparate, los españoles de bien no tuvimos más remedio que…”

“Línea de fuego”. Fragmento.
Arturo Pérez Reverte.

Lo encontraron muerto de un tiro furtivo por la espalda, y la carta se quedó sin terminar. Un papel plegado, guardado en el bolsillo de su camisa ensangrentada.

…eeen fin. 🇪🇸

¿PARA QUÉ PREDICAS…?

Publicado el 23 de junio de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

Dice Woody Allen en su autobiografía que lo que ha hecho más a gusto en el mundo ha sido escribir. Simpatizo con él porque seguro que piensa con alegría en que además le han pagado por ello… Simpatizo también con aquel rabino que no es que dejara de leer sino incluso de escribir, al comprender que no lo estaba haciendo sólo para su Creador. O con los que saben que el predicar no conduce a nada: “¿por qué continúas predicando, si sabes que no puedes cambiar a los malvados?” le preguntaron a un rabino. “Para no cambiar yo” fue la respuesta.

Oigo el canto de Federico al “agua que no desemboca, que no desemboca”. Y me encanta la separación entre la teoría y la práctica en todos los terrenos, del mismo modo que la separación entre la realidad y la verdad. Recuerdo las palabras de aquel chico que tras escuchar un bello cuento que le había narrado un viejo, preguntó: “¿pero es cierto, ocurrió en verdad…?” A lo que el viejo respondió: “no ocurrió realmente pero es verdad…”

Los escritores, los investigadores, los artistas no están creando nada… Los creativos abundan, los padecemos, me tienen harto. Mi hija vino una vez muy contenta de la escuela porque para no decirle lo mal que había hecho no sé qué, su profesor le dijo que era muy creativa. Un servidor, que a veces se pone en plan jodón incluso con la gente que más quiere, le dijo a su madre -pero procurando que la niña lo oyera- que hay dos tipos de alumnos: los inteligentes y los creativos.

Desde hace no sé cuantos años no he parado de escribir para nada; miento diciendo que es porque me gusta; me gusta, pero es que además no puedo evitarlo… He caído bajo el hechizo de “Maya”. Con el paso de los siglos, la palabra “Maya” -uno de los términos más importantes de la filosofía hindú- cambió de significado. De representar el poder creativo del brahmán, pasó a significar el estado psicológico de todo aquél que se halla bajo el influjo de la magia de su obra. Si confundimos las formas materiales de la obra con la realidad objetiva, sin percibir la unidad de brahmán subyacente en todas ellas, estamos bajo el hechizo de Maya…

Las cosas bellas, las cosas buenas, no se crean, se descubren. Con las leyes pasa algo semejante. Al no ser las leyes otra cosa que la expresión de las relaciones que existen entre los hombres, y al estar determinadas por su naturaleza, la relación de una nueva ley es sólo una declaración nueva de aquello que existía previamente. La ley no es pues la disposición del legislador, éste no es su creador espontáneo. El legislador es para el orden social lo que el físico es para la naturaleza. Newton no pudo más que observar, y no declarar, las leyes que reconocía o creía reconocer. No se imaginaba sin duda que él fuese el creador de estas leyes.

Supongo que como acabo leyendo lo que escribo me tomo por mi discípulo, aunque incluso pensarme como mero receptor me fastidia bastante… Con la razón observó Nietzsche que la función más importante de un sistema filosófico es convencer a su propio autor. Se puede probar el acierto de esa observación preguntando a los autores considerados, cuándo y con qué frecuencia, repiten sus principios fundamentales.

Le pregunto al esclavo: ¿Qué es entonces lo tuyo…? «El uso de las representaciones imaginativas» respondió… Quiero pensar que eso es lo único que poseo como algo inviolable: nadie puede impedirme, nadie puede forzarme, a usar mi imaginación sino como quiero…

Historias de Paco Sanz ✍️

MI HIJA SE HA REBOTADO

Publicado el 3 de julio de 2021.

Por fin mi hija se ha rebotado, y hasta ha comentado uno de los textos de mi blog; seis años llevo escribiendo disparates para captar su atención. El caso, es que es la primera vez que ha escrito en mi güasap de Historias en un folio, y lo ha hecho replicando un escrito incendiario del que por cierto no soy el autor. El texto en cuestión, digamos que pone en tela de juicio la visión actual de la homo/multi/trans/sexualidad, su permisividad hedonista casi total, y la fe, en la creencia de que no tiene ningún tipo de consecuencia negativa para el desarrollo de la personalidad.

Aquí tenéis el artículo: 👇👇👇🙏

TRANSEXUALIDAD Y DERECHOS

Me han sorprendido, y gratamente, tanto su iniciativa de entrar al trapo dialéctico desde su punto de vista tan contrariado y rabioso, como el rapapolvo que me ha dado en público y por escrito… Pero sobre todo me han encantado sus formas, su deseo de precisión, y el garbo, que se presienten en la expresión de su escritura. ¡Bravo…! La discrepancia con mi hija sólo va a unirnos más si sabemos -y seguro que sabremos- explicarnos el uno al otro. En eso justo consiste la democracia: en usar la diversidad para conseguir el bien común. ¿No…?

El libre albedrío es una cualidad humana, pero adquirir el criterio necesario para poder elegir es una conquista… Sólo elige el que realmente tiene dónde, qué, o a quién elegir; sólo aciertan quienes tienen variedad de oferta. Quienes quizás por experiencia, se han ocupado antes del asunto porque lo han sufrido, lo han estudiado, o saben de lo que va del tema. Lo demás, no es elegir.

La laxitud imperante nos hace despreciar valores eternos como la sabiduría de nuestros mayores, la búsqueda del amor verdadero, el compromiso de la palabra dada, o el mérito como consecuencia del esfuerzo. En esta sociedad tan fluida y de valores tan diluidos, pensamos que el mero hecho de desear algo nos da derecho a conseguirlo.

…eeen fin.

Que sepáis que os quiero. Mucho. 💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

HOY CONSUMO BASURA

Publicado el 18 de diciembre de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

Felices Fiestas. Vamos a renovar los pactos con los productores de basura. Se trata de que sigamos comprando, de que sigamos produciéndola. Nunca van a estar más llenos los contenedores, nunca hay tanto tráfico hacia los vertederos como cuando llegan las fiestas de Navidad.

El ocio no consumista, es un factor desestabilizante, una traición. Los traidores que se aferran a las ropas y los dispositivos del ayer, son una catástrofe para una economía cuyo propósito principal, así como el si ne qua non de su supervivencia, es el poder desechar cuanto antes los bienes adquiridos: una economía cuya columna vertebral es el cubo de la basura.

Cuando se trata de evitar la recesión, diez ladrones colaboran mejor que un asceta. Desde la lógica consumista, no comprar puede ser considerado un sabotaje, una amenaza a los puestos de trabajo de vendedores y productores, un delito parecido al robo.

Cada tonelada de productos o de basura en manos del consumidor final, ha requerido además, de media, la producción de cinco toneladas de desperdicio en el proceso de su manufactura, y unas veinte toneladas más de desechos en el punto de extracción inicial (minería, bombeo, tala, granja).

Ya en el siglo V a.C. Tucídices decía a los atenienses aquéllo de: “Recordad, que el secreto de la felicidad está en la libertad, y el secreto de la libertad en el coraje”. Y justo éso es lo que debemos tener los consumidores para encontrar nuestra felicidad: coraje para ser libres, y para no dejarnos arrastrar por las estrategias de manipulación consumistas.

Se ha pasado “del deber hacer” al “poder hacer”. “Se vive con la angustia de no hacer siempre todo lo que se puede” y si no se triunfa encima la culpa es tuya… “Ahora, uno se explota a sí mismo figurándose que se está realizando; es la pérfida lógica del neoliberalismo, que culmina en el síndrome del trabajador quemado”.

Y la consecuencia peor: “Ya no hay contra quién dirigir la revolución, no hay otros de donde provenga la represión”. «Es la alienación de uno mismo” que en lo físico, se traduce en anorexias o en sobreingestas de comida o de productos de consumo u ocio.

En la actualidad son nuestros deseos de consumo los que se ven influenciados, en lugar de que seamos nosotros los que tengamos influencia sobre la producción. “Consumo” era la palabra usada antiguamente para la tuberculosis, debido a que “se comía” los tejidos.

Historias de Paco Sanz ✍️

FELIZ NAVIDAD

Publicado el 25 de diciembre de 2021.

01:25 horas, día ya de Navidad.

Acabamos de terminar la juerga de la cena de Nochebuena y mis hijas y Manuela ya se han acostado. Al abrirlo, me doy cuenta de que tengo el teléfono a reventar de mensajes de güasap sin contestar… Con lo besucón, festero, canallica y sobón que he sido siempre, me veo un poco extraño ahora así, como que solo, aislado, alejado de vosotros aunque escribiendo para vosotros desde mi teléfono… Menos mal que sé, que si a la mayoría os pillara por la calle o en un bar con una caña cerca, enseguida retomaríamos el cariño amistoso de aquélla nuestra lejana cercanía.

Ésto de la Navidad a menos que hagamos algo al respecto ya no es lo que era. En vez de rumor de excesos y carcajadas, borracheras y canciones de villancicos y aguinaldos, tenemos ruido de alarmas y silencio de mascarillas, distancia social, apartheid, y pasaportes ni más ni menos que hasta para ir un bar.

Me gustaría en verdad poder daros a todos un verdadero y cariñoso abrazo pero no llego, no me llega. El tiempo. Últimamente lo pierdo con una frecuencia pasmosa. ¿Y a vosotros, no os pasa algo parecido…? ¿Cada uno a lo suyo, entontecidos mirando pantallas y sin tiempo para pensar ni protestar…?

Tiempos son éstos, extraños que no nos dejan respirar libremente aunque sí sentir, sentirnos, echarnos de menos sinceramente. Y acordarnos, de que las Navidades pasadas siempre nos parecerán mejores, pero porque a partir de ciertos años diríase que la Navidad va como robándote cosas, inocencias, gente. Llega el día en que ni tu padre ni tu hijo pueden sentarse a la mesa en Nochebuena, bien es verdad que por razones distintas, aunque éso no nos consuele en absoluto.

eeen fin. Os quiero mucho 💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

………….

RECOGIMIENTO…

Publicado en 23 de diciembre de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

No sé por qué cuando me da por recogerme me da por encender algo. Me doy cuenta de que si además hay algo de humo, mejor. Y es porque una vez recogido, cuando me adentro en mi madriguera, lo que llego a apestar a humo no me disgusta en absoluto… No enchufo, no conecto, le prendo fuego a algo. Las velas y las brasas cuando las apagas huelen, las pantallas no.

Ya no hay pasta para ir al bar, ayer nos quitaron el permiso para ir dejando colillas dentro de él, y hoy no nos dejan entrar sin mascarilla. Por otro lado dormimos fatal. Así, que el asunto se ha quedado en intentar dormir, ir a trabajar, trabajar, y una vez en casa, encender alguna pantalla para que nos acune.

Cuando me da por recogerme es como si me enclaustrara. Demasiados conventos y neurociencia en mi vida. Existen dos claustros en el cerebro, uno por cada hemisferio; son unas láminas finas e irregulares situadas bajo el neocórtex, en la zona que va de las sienes a los oídos, y que parecen encenderse cuando tenemos consciencia de las cosas… Desempeñan un papel crítico en la generación de experiencias conscientes, y con ello, nos dan pistas para identificar huellas de consciencia en cualquier materia excitable.

A pesar de que la pandemia arrecia, mis huéspedes, mis nietos, mis niños están llegando con La Navidad. Con ellos enciendo otro tipo de velas. Vienen a ver a su abuelo, un hombre de libros… Montaigne escribió que enseñar a un niño no es llenar un vacío, sino encender un fuego.

Nunca disfruto tanto al encender algo como cuando puedo encender el fuego de mi hogar… Entonces: “encendido en palabras puras el fuego conversa conmigo. Como un abuelo labrador, de cenizas encanecido, llamea en su boca barbada un consejo de campesino. Y tiene sencillez de campo, sencillez de ropa de lino, sencillez de pan de centeno, sencillez de ataúd de pino. Un poco de cielo desciende a su humoso ademán tranquilo”.

Me doy cuenta de que cuando abro un libro es como si encendiera una vela. La lectura es un profundo ejercicio de silencio interior: leer supone en primer lugar callar; apaciguar a la loca de la casa, la imaginación, como diría Santa Teresa, y situarse en un ámbito de “recogimiento…” Entonces puede uno encender el fuego, “la palabra”.

Historias de Paco Sanz ✍️

…PORQUE ERA MÍA

Publicado el 14 de julio de 2019.

Tuve que atarla o la perdía, y tuve que esconderla o me la quitaban. No podía consentirlo y por eso la tuve así, porque ella era mía… Estaba completamente sola cuando regresó; vagaba totalmente perdida. Recuerdo cómo arrepentida y desesperada, desahuciada, me lo pidió ella misma. Y no fue otra cosa que su voluntad la que en uno de sus escasos momentos de realidad y lucidez, consintió que pasase semejante cosa.

Al principio sufrió sin medida retorciéndose como una posesa ante mis órdenes o mis ruegos. Blasfemaba como un arriero y gritaba al sentir que me acercaba siquiera a la sórdida barraca en medio de la huerta, donde en completa soledad, la tenía alejada de ojos y oídos que nunca lo entenderían.

Encerrada. Solo entraba la luz en aquella ruinosa barraca a través de dos ventanucos rácanos, ambos fuera de su alcance. Atada a una argolla anclada en la pared -antaño para inmovilizar a las bestias cuando había que refugiarlas en el interior de la vivienda- sólo le llegaba la cadena para sentarse frente una mesa cercana, mear y cagar en un cubo, lavarse en una jofaina, y acostarse en un camastro… Justo, el espacio de un semicírculo de no más de cuatro metros de radio.

Nadie podía saberlo. Furtivamente, dos o tres veces al día venía todo el tiempo que podía a pasarlo con ella; le traía comida, velas, algo nuevo que leer o una cerveza. Limpiaba un poco, comprobaba si le falta tabaco, fuego, agua, o algo. Me sentaba a su alcance y esperaba en silencio a ver si con suerte deseaba mi compañía. Por las noches nunca me iba hasta que se dormía.

La piedad de ceder al alivio de su agonía y de sus ruegos, tentaba lo férreo de mi voluntad. El hecho de presenciar todos los días ese dolor y esas súplicas, yo ya sabía que no debía ablandar ni un ápice mi decisión de salvarla, purgándola a cualquier precio y arrancándole aquel puto vicio de cuajo.

Daba igual si chillaba o si lloraba; si sudaba fría como el mármol o si temblaba hirviendo en fiebre. Yo debía permanecer impasible hasta cuando se golpeaba contra la pared con desespero. Inmutable había de parecer incluso aunque se abrasaran sus tobillos, erosionados por el hierro de los cepos implacables de aquella cadena que la ataba a mí.

El peso de soportar a solas semejante secreto estaba royéndome las entrañas. Allí la tenía, atada como una perra a una cadena. Pero ya casi estaba a punto… Hacía una semana que había empezado por fin a ceder, poco a poco, al ir permitiéndome ciertos acercamientos.

Casi ni asearse había consentido en aquellas semanas. Pero esa tórrida noche llené con agua fresca la jofaina, le di dos toallas limpias, y la obligué a lavarse o la amenacé de veras con hacerlo yo… Para respetar su pudor me retiré a un rincón de la estrechez de aquella barraca en penumbra; pero no pude evitar el asistir, conmovido, a su desnudez.

Y así, a la luz de una sola vela y como al acecho y a lágrima viva, descubrí el espanto del vicio de su condena. Aquel cuerpo en cueros; demacrado, macilento y abusado. Brazos y manos, piernas y pies horadados sin piedad a la búsqueda ansiosa de un hueco en la vena. Moratones, sangre y roña en esa carne trémula, infamada… Carne de mi carne.

Me acerqué a ella, y por fin, se me permitió volver a besar aquella frente. Deslicé mi dedo índice bajo su barbilla y en silencio alcé su cara para que me mirase; y en aquellas lágrimas vi por fin redención, contrición y alivio… Pero sin cantar victoria me marché como todas las noches, sin hablarle; cuando se durmió.

Casi dos meses más tuvo los cojones de estar allí: atada… Seguí llevándole todo lo necesario a aquella barraca que poco a poco se transformó de cárcel en refugio. Lugar, donde reencontró la salud y la libertad, ambas dilapidadas, perdidas por la heroína. Droga, cepos y cadenas que fuimos soltando juntos con dolor, charlas y paseos matutinos; poco a poco… Y llegó el momento en el que dejé de velar todas las noches hasta que se dormía. Pero sí seguí amaneciendo todos los días a su lado con el solo objeto de llevarle un desayuno decente y verla, aunque encadenada, sonreír por las mañanas.

Casi nunca hemos vuelto a hablar de aquéllo; no ha hecho falta gracias a Dios… Tengo ya nietos de ella y claro, es nuestro secreto.

Que no nos engañen.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras

Recién venidos del mono…

Recién venidos del mono; eso parecemos: australopitecus bajados recientemente de los árboles; homínidos medianamente inteligentes cagados de miedo corriendo de aquí para allá cual pollos sin cabeza pero con un móvil en la mano…

Ya hay que explicarle a los jóvenes de dónde sale la leche, cómo coño se hace el pan, o de dónde cojones vienen y cómo se educan los niños. Porque es que lo hemos reducido todo al sexo. En mi época tenías que buscarte la vida a ésos respectos: primero -claro- pretendiendo a la chica adecuada, y luego buscándote también por ahí la pornografía necesaria porque nadie te decía ni mú al respecto… Las fotografías con poca ropa de Bárbara Rey o de María José Cantudo en las revistas picaronas y sus pelis calentonas, me traían loco, y me aliviaron mucho y enseñaron también entonces muchas cosas: sí señor.

¿Y ahora que tenemos internet para buscar porno, hay tanto lío por ahí con lo de la jodienda…? No me lo puedo creer. 🙄😳 ¡Cuánta tontería…! Qué confusión la de los jóvenes hoy pobrecillos: pretender enseñar a sus padres a tener hijos. ¡Picha en breva…! Cada vez somos más pacatos, más delicados, más susceptibles a ésto o aquéllo. ¡Ayyy, las palabras…!

¿Meamos colonia…? 🙄😳

Pareciera, como que todos hubiéramos devenido en unos seres delicados que excretan perfume porque hemos evolucionado, eso sí. Peeero, se ve que nos hemos convertido o en mariposas delicadas o en sensibles entes superiores a no sé quién y que creemos que no nos equivocamos nunca, sólo, porque tenemos un artefacto en la mano que nos proporciona chutes de información-basura instantánea y encima nos da gustico… 🙄😳

En no sé qué famoso experimento, se proporcionaba a unas ratas de laboratorio la posibilidad de drogarse pulsando un resorte que les facilitaba el acceso inmediato a una sustancia muy muy placentera para ellas, irresistible, adictiva, drogadicta… Aquéllas dejaban incluso de comer y se apestillaban junto al resorte que les proveía del soma del que dependían para darse el placer aquél… Las hembras incluso dejaban de menstruar; los machos ya no querían follar; las madres se desentendían de sus hijos; y la única intención de los roedores pasaba a ser la de pulsar la jodida palanca ésa que les proporcionaba semejante gusto.

Sólo los tontos necesitan únicamente respuestas y desdeñan el hacerse preguntas. Tampoco los monos las necesitan: sólo una pequeña recompensa, una simple baratija, es suficiente para que cambien de opinión y repitan el experimento.

…eeen fin.

Que no nos engañen. Os quiero 💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

VERGÜENZA INDEPENDENTISTA

Publicado el 30 de octubre de 2017.

Lunes, 30 de octubre, son casi las cuatro de la tarde.

Estupefacto, acabo de oír por una cadena de radio de las solventes, que el tristemente ínclito y «nada honorapla» señor Puigdemon, apresuradamente se ha marchado a media mañanita a Bruselas, dándose con los talones en el culo, al parecer, cual mañaco en búsqueda de asilo bajo el regazo de no sé qué partiducho belga, nacionalista también.

Ha tardado un solo día en echar a correr delante de la bajeza de sus actos.

Me gustaría poder revolver en los entresijos de los pensamientos de los muchos independentistas, de buena fe pero de poca y mala educación, que han puesto en manos de estos alfeñiques morales e intelectuales sus querencias políticas, sus emociones más entrañables y sus legítimas aspiraciones económicas…. ¿Qué cara se les habrá quedado a esos mismos independentistas, «al verle» correr cual conejo, para dejar atrás el erial moral, económico y cultural en que ha convertido a su propia tierra, Cataluña…?

Todos los que se han emocionado hasta el paroxismo con el canto ciego y rendido del els segadors; todos, los que han asistido fervorosos a esos multitudinarios aquelarres independentistas; todos los que han creído el discurso purificador de ésa su prístina etnia, elegida por el destino para las más altas estimas. Todos ellos digo, han de tener un nudo muy amargo y merecido en sus gargantas quebradas de jalear inútiles consignas embusteras, al ver a éstos sus próceres amilanados frente a su propia osadía y reculando timoratos y cobardes, de sus convicciones se supone más profundas, sinceras y pregonás.

Han sufrido los independentistas este vía crucis de sibilina y catalanista abducción, sólo para asistir al espectáculo ruin de ver a sus caudillos furtivos y humillados, «tomar las de villadiego» rumbo al asilo vil de sus cuentas corrientes… Éstas, están a salvo en paraísos fiscales y penales que tuvieron la cara dura de prevenir y preparar para estos tiempos difíciles, puesto que sabían con certeza que así acontecerían como consecuencia del latrocinio abyecto de sus actos.

¡Qué asco…!

…eeen fin. Gracias por leerme 🙏

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras

FALTA DE OLFATO

Historias de Paco Sanz ✍️

El distanciamiento social, miseria que va a seguir al confinamiento doméstico, y que va a durar mucho más que lo de tener que quedarse en casa, va a hacer más difícil no sólo tocarnos, sino incluso olernos. Dicen que uno de los síntomas de que te has contagiado de la enfermedad esa que nos confina y distancia es la anosmia, que pierdes el olfato.

Los que se mueren de ella se mueren ahogados. Nos tapamos los ojos y dejamos de ver, nos tapamos las orejas y dejamos de oír, pero si dejamos de dejar que entre aire para dejar de oler, nos morimos. Etimológicamente hablando, el aliento no es neutral y transparente: es aire de cocina; vivimos en constante hervor a fuego lento. Hay un horno en nuestras células, cuando respiramos pasamos el mundo a través de nuestros cuerpos, lo cocinamos ligeramente y volvemos a soltarlo, levemente alterado por habernos conocido. Algunos ahora además sueltan aire envenenado, como si quisieran devolver el golpe.

Estos días he visto llenarse de hojas los árboles del parque que está delante de mi casa. No he podido esta primavera ser testigo de su llegada como cada año. Me he acordado de aquello que pedía Ramón: “Debería haber unos gemelos de oler para percibir el perfume de los jardines lejanos”. Lo que uno no puede oler tendrá que mirarlo de cerca. “What a man cannot smell out, a man may spy into” si no puedes sacar el olor, puedes fisgar dentro. Pues bien, hoy ni eso.

De momento no hay manera de dar a oler, de conseguir saber a qué huelen las personas, las cosas que están al otro lado de la pantalla. Una de mis nueras ha jugado a fabricar perfumes con sus hijos. Los niños nos los enseñaban. El más pequeño en un momento dado lo acercó a la pantalla para que lo oliéramos. ¡Pobres de nosotros! Me consuelo pensando que no tener que oler según a quién no está tan mal.

Mi abuela, que era cocinera profesional, de esas que son capaces de pillar los mil y un ingredientes de un guiso, perdió el olfato. Nunca recuperó la alegría y la mala leche que la caracterizaban. Un poco como si al desterrarla de la cocina la hubieran dejado sin aliento. Me acordé del sentimiento del mundo de la pantera de Rilke, que da vueltas en su jaula sin olfatear mundo alguno tras los barrotes, se corresponde con el diseño del mundo del depresivo, que no alcanza siquiera a lo más próximo.

Que no nos falte la poesía. Decía Federico que la poesía tiene un perfume, un acento, un rasgo luminoso que todas las criaturas pueden percibir. Con ellos se puede nutrir ese gramo de locura que todos llevamos dentro y sin el cual es imprudente vivir, para ponerse el odioso monóculo de la pedantería libresca que lleva prescindir de ella. Para los mexicanos es el aliento de los dioses. La poesía y su milagro, la creación de un ámbito, igual que un perfume.

Historias de Paco Sanz ✍️

TODAS LAS HISTORIAS DE PACO SANZ

Publicado el 9 de junio de 2021.

Unos viajes fantásticos ✍️

Historias de Paco Sanz ✍️

TODAS.

Nadie escribe así.

…💕

«…el mero hecho de leerle, es, como que eliminara la roña que se me pega al cuerpo; como que me limpiara a fondo agujeros y recovecos. Leerle es aclarar con dialéctica y retórica, ciertos espacios nuestros, espirituales o no sé si intelectuales, que lo cotidiano nos anega con la mierda de la prisa…»

En este enlace podéis acceder a lo único que hay publicado de él.

👇👇👇 🙏

TODAS LAS HISTORIAS DE PACO SANZ ✍️

Gracias por leer.

Antonio Rodríguez Miravete.

Pollo al tajín

Un árabe.
Un pollo entero, limpio.
Un tajín.
Aceite de oliva.
Sal de ajo.
Pimentón.
Sal.
Mostaza.
Especias de cocido español: mezcla de pimienta, clavo, canela y nuez moscada.
Hierbas provenzales: mezcla de tomillo, romero, orégano, perejil, u otras…
Un vaso de agua, o de vino tinto.

Recuerdo cuando paseábamos mi Señora y yo de la mano frente al escaparate, en una de las calles aledañas al hotelito donde nos habíamos alojado en Jumilla. La tienda era de un moro y en el letrero ponía Frutas El Ouizi, y fue chocante porque a mí me dio por leer Frutas El Luisi… Si te fijas, no me dirás que no se parecen. Pero bueno, el caso es que a mí me hizo gracia lo del nombre y al ver el artefacto tras el cristal -el tajín- me llamó también la atención y claro, entramos.

Hay que hacer un engrudo con todos los ingredientes menos el vino; untar con él el pollo por dentro y por fuera y macerarlo durante al menos un par de horas.

Era una de esas modestas y típicas tiendas árabes que gracias a Dios no se parecen para nada a las nuestras, porque siempre saldrían ganando con la comparación… Y estaba llena de sacos de graneles de arroces, garbanzos, habichuelas y harinas varias, colocados sobre palets y desordenados en uno de los dos únicos pasillos de la tienda. El otro pasillo terminaba en el expositor de la carne, y a su largo estaban expuestas también en un pequeño caos las frutas y las verduras, la leche junto a los jabones, lo mismo los aceites que los dulces, la sal, y todas esas cosas sencillas que en verdad hacen falta en cualquier casa.

Y se ve, que El Luisi se extrañó al ver que entraba una mujer en su tienda porque como con algo de prisa y muy solícito, salió de detrás del expositor de la carne para atendernos también muy amablemente: «tengan buen día, ¿qué disean…?»

Colocar el pollo macerado en el tajín, echar el vaso de agua o de vino, tapar, y cocinar al fuego mínimo posible durante tres horas y media… Posteriormente, calentar el horno a 180 grados como máximo porque de lo contrario se quebraría el barro del tajín, e introducirlo destapado hasta rustir el pollo a nuestro gusto.

La hospitalidad árabe… No sólo me gustan sino que en el amplio sentido de la palabra me encantan, las pequeñas tiendas árabes de comestibles. El olor a almizcle, a anís y cardamomo, a curry en general; a pan del día, a carne fresca muerta con respeto y cercanía (jalal) y a frutas y verduras sin mentiras; me recuerdan a las tiendas de barrio de mi niñez con gran exactitud, con la única diferencia de que me falta en ellas el perfume de las mujeres comprando… Pero bueno, eso son tonterías de las religiones y ahí mejor que no me meta hoy porque no es el caso…. Otro día.

El caso, es que me sentí muy a gusto entrando en la tienda de El Luisi y más, cuando con su gracioso acento árabe me dijo eso de que «Merrrcadona, quiere que vayas todos días a su tienda y por eso vende cosas poco poco, con plástico y más caras… Yo, sólo pido vengas una vez por semana y por eso te vendo todo barato…»

Una verdad como un templo.

Escurrir el caldo del asado, colarlo para ponerlo en un cazo, dejarlo reducir, y añadir mantequilla y harina de maíz diluida para espesar y afinar la salsa al gusto; corregir de sal y listo: a la mesa…

Me explicó, que el artefacto en cuestión era en esencia un pequeño horno de barro cocido que a su vez cocía, sí, pero a muy muy baja temperatura, o se rompe. Así de sencillo: «cuídalo y te durará…» Al final le compré el tajín y encima me vendió el más grande. ¡Qué grande El Luisi…! 🤗 Tenemos mucho que volver a aprender de los árabes y ellos de nosotros más.

eeen fin. Como siempre.

Os quiero a todos, mucho… 🙏💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

Memoria de pez

Historias de Paco Sanz ✍️

«Yo no busco, encuentro…» decía Picasso que era más chulo que un ocho. Yo no dejo nunca de buscar, me encuentro siempre buscando. Supongo que es la huella en mi genoma de miles de generaciones de cazadores recolectores, que sobrevivieron a base de no cansarse nunca de buscar comida, relaciones, lugares donde guarecerse para pasar la noche.

Mi vida es la búsqueda de lo imposible a través de lo inútil. Del tiempo perdido, sin duda. Pero que lo de hacerlo por internet -ese cronófago- Dios me guarde. Tengo por mi memoria -sobre todo ahora que se acerca el final de mi historia- un cierto cariño… Y puestos a tenerla fuera del cráneo, del cuerpo, prefiero la memoria entre papeles, entre libros.

Nos estamos convirtiendo en la civilización de la memoria de pez, con una capacidad de atención reducida a unos nueve segundos. La lectura en medios digitales nos lleva sistemáticamente a una peor y más superficial comprensión que la lectura en papel. La búsqueda en internet fomenta la ilusión de conocimiento: nos induce a creer que sabemos más de lo que realmente sabemos. Volcarnos en internet merma nuestras capacidades reflexivas, nos vuelve superficiales. O eso he leído en internet… El temor a ser engañado es la versión vulgar de la búsqueda de la verdad. Uno se desliza de la búsqueda del placer a la de la felicidad, de la de felicidad a la de la identidad, de la búsqueda de la identidad a la de la verdad, y de la de la verdad a la de Dios… Ahora hemos enseñado a nuestras máquinas a buscar. Las hemos hecho más humanas, más analógicas. Buscan a Dios por nosotros.

Hablamos incluso de motores de búsqueda. Los sistemas computacionales de más rápido crecimiento -los motores de búsqueda y las redes sociales- son ordenadores analógicos de una escala sin precedentes. La información se está codificando (y gestionando) en forma de variables contínuas (y tolerantes al ruido) como las frecuencias (de conexión e incidencia) y la topología de qué conecta dónde, en la que la posición se define cada vez más por un patrón tolerante al error antes que por una dirección numérica implacable. Lo analógico ha vuelto, y ha vuelto para quedarse.

La paradoja de la inteligencia artificial consiste en que cualquier sistema lo bastante sencillo como para ser comprensible no es lo bastante complejo como para actuar de forma inteligente, y cualquier sistema lo bastante complejo como para actuar de forma inteligente no es lo bastante sencillo como para resultar comprensible. El camino hacia la inteligencia artificial, sugería Turing, es construir una máquina con la curiosidad de un niño y dejar que su inteligencia se desarrolle… Hoy los “motores de búsqueda” aprenden y acumulan fragmentos de significado hasta llegar a una situación en que podemos observar que “la máquina ha crecido”.

A medida en que las herramientas empiezan a hacerse máquinas la mente retrocede, los programas son ejecutados sin nosotros. “Herramientas capaces, mentes atrofiadas”. Desde que los motores de búsqueda están con nosotros, podemos sentir con bastante frecuencia que no necesitamos codificar la información internamente: “cuando la necesitamos, la buscamos…”

Historias de Paco Sanz ✍️

La molla de su pan

¡¡ Cumpleaaños feeeliz…!! 💕

Aunque refunfuñe, cuando nos sentamos a comer juntos siempre me da por quitarle alguna molla de pan, a menudo bebo de su copa de cerveza, y a veces hasta le quito el último trocito de lo que sea que le quede en el plato. Y cuando terminamos de comer y necesito fuego para fumar también disfruto escarbándola y sirlándole el mechero, o pidiéndole una caladita de su cigarrillo guiñándole un ojo y poniéndole carita de bueno… Me encanta hacerla rabiar sólo un poquito quitándole sus cosas en broma, claro: porque en el fondo es un juego cariñoso y nuestro. En el fondo, adoro sus cosas y por eso me encanta todo lo suyo. Así, cuando necesito algo de su boca también me gusta quitárselo: al cruzarme con ella por casa la beso sin venir a cuento y sin su permiso, y luego de jugar sólo un poquito la aprieto contra mí y la palpo también un poco… Me hace falta.

Vivir con ella es como estar en el mismísimo cielo y encima tener enchufe con el jefe. No se puede estar mejor; no la puedo querer más; no sólo estoy en el mejor sitio del mundo sino que encima me mima, ella… La sola idea de perderla –de cuando la pierda– me da un pánico que no se puede aguantar. No sólo estoy enamorado hasta las trancas y los tuétanos sino que desde hace muuuchos años sólo tengo ojos, neuronas, intenciones para con ella… Estoy felizmente obsesionado con la idea de hacerla feliz el mayor tiempo posible.

— ¿Será grave ésto mío, Doctor…? 🙄😳

Una de sus amigas, cuenta la anécdota de una comida en la que habían quedado con los niños en llevar algo de comer cada una… Una de ellas llevaría pechugas de pollo rebozadas, la otra un conejo frito con tomate, y la amiga ésta -de la que hablamos- algo preocupada llamó a mi Señora: «Manuela… no sé cocinar» 🙄😳

El día de la comida, y mientras la una presumía de su conejo frito y la otra de sus pechugas de pollo empanadas, la amiga de mi Señora ni corta ni perezosa también presumió: «pues yo, como no sé cocinar me he traído a Manuela…»

🙄😳

Y se hizo como un pequeño silencio entre ellas porque aquélla, había preparado una de sus legendarias tortillas de patata; también había desespinado con esmero y macerado en aceite de oliva unas anchoas de esas de bota que te quitan el sentido; y por último -y por si fuera poco- para los postres hizo un simple y humilde flan de huevo que hizo saltar las lágrimas a más de una que llevaba siglos sin probar nada parecido.

Pues eso: yo, también presumo de Manuela… 😍 Recuerdo, cuando de niño mi padre y mi madre sostenían mi mundo y ahora -yo algo más mayor- parece que es ella quien me lo sostiene y no es dependencia sino devoción; no es que la necesite es que la amo. 💕 Que estar con ella me hace creer ser mejor persona de lo que realmente soy.

eeen fin.

¡Qué gustico…! 🤣😂😎💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

PROPIEDAD INTELECTUAL

Publicado el 11 de febrero de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

Hay varios tipos de propiedad. Hay propiedad privada y pública. Entre las públicas las hay también de varias clases: familiares, municipales, nacionales… institucionales. Una acción no sé hasta que punto es propiedad privada o pública. A veces hay que decidirse por una u otra. Pero entre todas las propiedades la más nefasta es la intelectual. ¿Por qué digo ésto? Porque nos está matando. Los derechos a las patentes de la vacuna van a producir millones de muertos, porque si se ejercen retrasarán la vacunación universal de un modo nefasto, funesto, para precisar.

Recuerdo el título del libro de Proudhon “¿Qué es la propiedad?» viene a decir que es un robo. Ahora, con lo del retraso en la licencia para fabricar vacunas la propiedad intelectual ha subido de nivel, es un asesinato. Hasta el siglo XVII el término “propiedad” abarcaba la vida, el cuerpo, las libertades, las capacidades, los derechos… la posesión de objetos no materiales se consideraba más importante que la de objetos y rentas materiales (el “hablar con propiedad” ilustra ese uso hoy acabado). El disfrute de la propiedad entrañaba dos clases de derechos: el primero, el de excluir a otros del uso o disfrute de una cosa, y el segundo, el de no ser excluido del uso de cosas tales como tierras, parques y carreteras, que habían sido declaradas de uso común. Muchas cosas, como la casa heredada de los padres, no podían venderse. Otras como las tierras daban al propietario el derecho a rentas, no el de venderlas a otros. Luego, eso cambiaría, y de los dos derechos, sólo el exclusivista sobreviviría unido al significado de la propiedad, y algo pasaría a ser tuyo sólo en la medida en que podías venderlo.

Con el advenimiento de la burguesía, justo cuando mujeres, esclavos y niños empezaron a poder dejar de comprarse y venderse, su trabajo, las patentes, monopolios, derechos, cargos políticos y eclesiásticos, adquirieron categoría de “cosas”. Y pudo comerciarse con ellos.

Si hubiera un organismo internacional con suficiente peso, lo de las patentes de las grandes compañías farmacéuticas ante un estado de necesidad como el que atravesamos se iría a tomar viento. Pero no lo hay. ¡El que los esfuerzos de tantos científicos, empresarios y políticos por dar con una vacuna puedan “patentarse”! ¡Manda carajo! Los ricos israelitas, ingleses o de cualquier nación que sea, se están muriendo cada vez menos, pero es que vamos a ver cómo se mueren los pobres sin hacer nada.

De patentar cosas viven esas compañías. Para conseguir beneficios se necesitan nuevas patentes. Los fármacos que se hacen con ellas amortizan, es posible que consigan amortizar, la investigación. Cuando no se pueden encontrar uno tiene que tirar de los del “yo también”, es decir, los que surten el mismo efecto que los antiguos, pero que como su patente no ha expirado se pueden vender más caro. Y los del “yo otra vez”, que son los que han conseguido introducir astutas diferencias en la molécula de siempre, astutas porque hacen lo mismo, pero tienen la suficiente diferencia con las anteriores como para hacerse con una patente nueva.

Incluso han conseguido que se puedan patentar seres vivos. Desde 1980 se pueden patentar seres vivos siempre que incorporen los aspectos innovadores previstos legalmente: novedad, utilidad, y no obviedad. Hay tres tipos posibles de patentes: las patentes de productos, las patentes de procesos y las patentes de mejoras. Con los primeros está el lío. La controversia. Ahora pueden parar las licencias, aquí ya no se trata de lío. Se trata de dejar que se muera la gente.

Historias de Paco Sanz ✍️

Bailad malditos, bailad…

Publicado el 12 de agosto de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

Recuerdo un tiempo que a los bares se les llamaba tabernas. En una de ellas había un letrero que rezaba: “Se prohíbe cantar mal. Si usted cree que canta regular o bien, cante, pero en la calle”. Ahora parece que lo que vamos a tener que hacer en la calle es bailar, porque en sitios cerrados no dejan bailar ni con mascarilla. Bailar no respetando las distancias, es bailar mal. “Se prohíbe bailar mal, si usted cree que baila regular o bien, baile, pero en la calle”.

En mi pueblo queda una taberna, al menos una que conserva ese nombre. Es pequeña, mal iluminada y sin apenas sillas, casi nunca hay nadie en ella. Una de esas poesías que no he podido olvidar, supongo que es porque de algún modo compone conmigo, decía algo así: “Si es o no invención moderna/ vive Dios que no lo sé/ pero venturosa fue/ la invención de la taberna./ Porque allí llego sediento/ pido vino del nuevo/ mídenlo, dánmelo, bebo,/ págolo y voyme contento”. Supongo que de esas tabernas salía la gente a bailar a la calle, como todavía se hace en las fiestas del pueblo.

La expresión “que me quiten lo bailao” se va a convertir pronto en un anacronismo similar al de las tabernas. Me entristece pensar que bailamos menos. Es una de las mejores maneras de escuchar música. También hubo un tiempo que se cantaba para acompasar el paso militar y cargar mejor contra el enemigo. Para crear un esprit de corps se han descrito diversas formas de “bonding muscular”. Las manadas se vuelven eufórico-grupales al responder sus individuos conjuntamente, el acompasamiento del esfuerzo se experimenta como un desahogo, el desgaste de fuerzas rítmico común aleja el punto de agotamiento. Siguiendo el ejemplo de los macedonios, las tropas romanas utilizaron la marca del paso en voz alta para marchas que exigían gran rendimiento. Ciertamente, el compás mecánico es sólo una forma sustitutoria del arrebato del baile.

Decía Nietzsche que la buena escritura, la buena música invitan a levantarse, a ponerse en marcha, a ponerse a bailar. “Se escribe con la mano, pero se da testimonio de lo bien que se escribe con el pie. Leyendo o escuchando música hay que darse cuenta de si el pie levanta la oreja. Los dedos del pie se levantan para escuchar”. A mí me cuesta mucho menos escribir con música que leer con ella.

Ahora mismo ha acabado el “Diminuendo and Crecendo in Blue” de Ellington, casi sin darme cuenta se movían mis pies aun estando sentado. Y es que cuando Duke tocaba el piano, con la mano izquierda tocaba un ritmo bailable, mientras que con la derecha se dedicaba a arrojar arena de colores por el aire.

Tanto los caminos como los discursos tienen que poder ser danzados, cantados. En el momento en que el poeta empieza a escribir “lentamente, para poder ser leído”, cuando sus palabras no son una invitación a la danza, hay una pérdida de magia, de “poder milagroso”.

Historias de Paco Sanz ✍️

JODER CON LA LOTERÍA

Publicado el 29 de diciembre de 2020.

¡Me cago en la…!

Dice mi Señora que no nos ha tocado el segundo premio del gordo de la lotería de Navidad solo por un número. ¡Bah…! Las combinaciones posibles de diez números, tomados de cinco en cinco, son un verdadero universo aleatorio inextricable. Por ello, el que hayas acertado todos los números del gordo menos uno, no es tan raro ya que hay infinidad de formas. El que hubiera tocado el 06095 como segundo premio gordo de la lotería de Navidad, y el que tú llevaras el 90063, no tendría importancia ninguna y hubieras acertado todos los números; menos uno…

Otra cosa es, que el segundo premio gordo de la lotería de Navidad haya sido el 06095, y tú lleves veinte años jugando al 06093… Coincidireis conmigo en que cambia la probabilidad ésa, o la jodida estadística, la combinatoria, o no sé qué coño cambia pero algo cambia. Un solo número, sólo uno; el antepenúltimo ordinal: si en vez de un 5 un 3… Es como si soñando estuvieras tocando el timbre del cielo y a punto de entrar en él, pero te despiertas… Y como siempre, te descubres teniendo que bregar un día más aunque con aquel jodido timbre celestial metido todo el día en la cabeza.

…eeen fin.

¡Me cago en la…!

Estoy muy enfadado con mi Diosa de la Suerte, mucho… Bueno, el décimo era de Manuela, y el caso es que ambos estamos muy enfadados con nuestra Diosa de la Suerte. Y cuanto más lo pienso peor… De ésas pocas veces en la vida en las que sientes que te quedas, justo, a las puertas del mismo cielo… Veces en las que no llegas a tiempo; veces, en las que sabes que el tren ya ha pasado y no volverá a pasar.

Peeero, la lotería es lo que tiene… Y una de las cosas más graciosas, que más me reconcilian con la suerte y con el mundo, y que hacen que todavía la quiera más, es el hecho de que asegura mi Señora que va a seguir jugando siempre al mismo número:

el 06093.

¡Qué cosas…!

¡Me cago en la…!

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

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Se tiran los pájaros a las escopetas

Publicado el 26 de junio de 2021.

Dijo que no podríamos ni dormir si gobernara con Podemos. Jáaajaja Donde dijo digo, ahora dice Diego. Saquemos a pasear a Franco en público mientras que casi en secreto, saquemos también a los etarras de la cárcel; a ver quién se distrae más… A día de hoy, creo que sólo quedan siete u ocho de aquéllos perros asesinos lejos de donde asesinaban. Mientras, hay casi trescientos asesinatos sin resolver; asesinados, por aquéllos mismos hijosdeloba que ahora poco a poco vuelven a su cubil euskaldún sin pedir perdón siquiera.

Porque ahora, resulta que los atentados y los golpes de estado los perpetra el gobierno, quienes se alían con golpistas y terroristas son los ministros, y quien pone a la parte por encima del todo es el mismísimo presidente del gobierno. ¡El colmo, es el colmo…! Como en la guerra civil: «Se tiran los pájaros a las escopetas…»

Veníamos de casi trescientos españoles muertos en un atentado terrorista en Madrid, cuando se produjo aquél infame cambio de gobierno. Y echándonos la culpa entre españoles, vino -llegó al poder- el ínclito de Zapatitos… Después, huída casi como conejos de Irak y abandono casi por completo también de todas nuestras obligaciones y/o relaciones internacionales. Y frente a todas aquellas agresiones, agárrense: ni más ni menos que nos enfrentamos con las armas del matrimonio homosexual, la potencia de la alianza de civilizaciones, o con la fuerza de la ley de violencia de género; también con la imperiosa propuesta de la ley de memoria histórica, o la tontería aquélla del Plan E.

Filfa y farfolla… Mientras, algunos lloraban Orinocos tras la muerte de Julio César Chavez. ¡Qué asco…!

¡Y no se vayan todavía que aún hay más…! Ya que después también vino -llegó al poder- el mísero de Don Mariano y una legislatura por completo inútil, inane; un 155 imbécil y un tiempo gastado, malgastado: «hagan Ustedes lo que les salga del capullo…»

Y no te digo ná, ahora con Pedro y sus Picapiedras… Jamás había pisado moqueta tanto lerdo, tanto tonto, ni tanto cardo borriquero. Lo que tocan lo transforman en mierda: la salud, la dialéctica, la educación, Marruecos, la dignidad, la retórica, Europa, la justicia, la sintaxis, los EEUU, la concordia entre españoles, Hispanoamérica, la oratoria.. Todo lo están dejando hecho un solar, pero éso sí, con una gran mierda roja en medio… Y aquí siguen todos, los de derechas y los de izquierdas rotándose, cambiándose el puesto: tú te pones aquí yo allí y él allá; y guarden su turno por favor…

Mira cómo pagas de cara la electricidad, la gasolina, los impuestos al trabajo, o los más de cuatrocientos cuarenta mil políticos apesebrados que alimentamos entre todos… Ésto, es un corralito decían los argentinos cuando les robaban vivos.

eeen fin. Cosas de Las Autonomías.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

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EL MAL MENOR

Publicado el 1 de febrero de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

Si no nos vacunamos todos vamos mal, si nos obligan a vacunarnos peor. En el primer caso se perderán vidas, en el segundo libertad. Las cárceles son malas, el que nadie pudiera ser libre para delinquir, peor. Necesitamos a los idiotas, a los delincuentes, para poder seguir siendo libres de serlo. Además váyase usted a saber quién es el idiota, o quién delinque.

En medicina hay cuatro principios: Justicia, no maleficencia, autonomía y beneficencia. ¿Hay jerarquía entre ellos? En caso de conflicto con los deberes públicos, justicia y no maleficencia, tienen prioridad sobre los privados, autonomía y beneficencia. Señalando una regla clásica en nuestra tradición ética y legal: la superioridad del bien común sobre el bien individual. La prioridad de las éticas de justicia sobre las de la felicidad. ¿Están ya tan mal las cosas como para tener que obligar a la gente que se vacune? ¿Sanitaria o políticamente?

Cuando las enfermedades son agudas es más importante la no maleficencia (evitar el daño) que la beneficencia (hacer el bien). Primero la cura, luego el cuidado. Cuando los recursos son escasos, la justicia (el administrarlos bien) es prioritario a la autonomía (respetar la voluntad de los agentes).

Los avances en áreas como la biotecnología, la genómica o la proteinómica nos hacen creer que estamos en la época de la medicina personalizada. Este virus ha desmontado eso. Además, curiosamente el término “personalización” se populariza, cuando los médicos pasan más tiempo mirando la pantalla del ordenador que escuchando y mirando a los ojos a los pacientes, y cuando los pacientes de carne y hueso se van transformando, poco a poco, en e-pacientes.

Me he pasado media vida en los hospitales, y como ya soy muy mayor he visto cómo cambiaban las cosas. Ahora desde el otro lado de la barrera veo como siguen cambiando. Aun recuerdo la vergüenza que pasé la primera vez que tuve que hacer firmar un consentimiento informado a un paciente, o los primeros protocolos de protección de datos, como si uno no pudiera ya fiarse de nadie. O cuando la colaboración entre colegas se fue a paseo, llevándose a la profesionalidad por compañía.

Cuando los litigios por mala praxis se hicieron comunes, los médicos modificaron sus procedimientos: ordenaron más pruebas, derivaron más casos a los especialistas y aplicaron tratamientos convencionales aunque sirvieran de poco. Estos actos protegían a los médicos más que beneficiaban a los pacientes, potenciando los conflictos por interés. La responsabilidad acrecentada tiene sus pros y sus contras.

Hay que pensar en nosotros como si fuéramos nuestros propios hijos. Quien se encuentra ante la decisión de vacunarse o vacunar a sus hijos se enfrenta a un dilema moral: por lo general, consideramos peor perjudicar a alguien de manera activa, que pasiva. En consecuencia, se opta por el “mal menor” y se rechaza la vacunación. No hacer nada parece más sencillo que actuar.

Desde esta perspectiva, nuestro entendimiento nos lleva a una conducta irracional, porque elegimos una responsabilidad mínima y un remordimiento de conciencia menor, en lugar de orientarnos por el mayor beneficio posible o el menor perjuicio.

Historias de Paco Sanz ✍️

Sin palabras

Publicado el 19 de abril de 2019.

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Hasta ahí me tiene, el lío en el que estamos.

Con verdadera estupefacción y profunda rabia, acabo de escuchar de buena fuente, que la caterva de no sé si llamar políticos independentistas catalanes presos, traidores infames y aviesos, y que prácticamente están de vacaciones en una mullida y acogedora cárcel catalana, se pueden presentar impunemente ni más ni menos que a unas elecciones generales.

Repito: «presos, traidores, infames, y aviesos…»

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Y no solo eso, pásmense: libremente, podrán hacer campaña con toda comodidad electoral desde lo alto del balcón más alto de esa misma cárcel. Además, desde tan cómodo balcón carcelario, se les autoriza también a conceder esas folloneras entrevistas catecúmenas, a las que sus tribus de abducidos adeptos y adictos están tan acostumbrados… Y como mierda de colofón a este sainete catalán, ni más ni menos demandan, que los jueces les consientan perpetrar su infame proselitismo electoral ¡hasta en los recesos del juicio por el golpe de Estado…!

¡Faltaría más…!

Es, el colmo del esperpento.

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Toda esta mierda; toda esta filfa ideológica roja e independentista ha sido creada, apoyada y amplificada, por una legión cohorte y séquito de ratas políticas al frente de televisiones de intención oscura. Unos medios de comunicación y unos políticos rateros, corruptos y rendidos, endogámicos y genuflexos… Televisiones sanguijuela y políticos vampiro, dopados ambos con inyecciones constantes de sangre roja y sucia de dineros negros. Dineros siempre robados, hurtados al bien común del resto de los españoles.

Una pléyade canalla de pseudoperiodistas -éstos tanto nacionales como autonómicos- han convertido los diferentes medios de comunicación en sediciosos púlpitos multimedia desde los que, sólo, se escupe veneno ideológico en el erial periodístico y moral, en el albañal, en el que pretenden convertir la realidad, la actualidad, la Historia y la cultura, de éste nuestro país España.

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¿Estamos locos o qué…? ¿Tontos acaso? Qué vergüenza colectiva… Y yo me pregunto: ¿ésto pasaría también en cualquier otro país, que como tal se estime…?

¿España…?

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Roma, el islám, España y Gran Bretaña, conformaron los imperios más poderosos de la Historia Occidental y del Mundo… Nadie, se atrevería a negar la afirmación de que España es, sin duda junto a Estados Unidos Francia China y Gran Bretaña, una de las cinco naciones contemporáneas que han sido más determinantes, influyentes y decisorias, en el devenir de los acontecimientos más importantes del curso mundial de la Historia y de la Cultura humanas.

Nuestra pobre España…

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Somos la decimotercera potencia económica mundial, y el nuestro, es el octavo país más influyente en la ‘opinión del mundo…’ Mundo, en el que más de seiscientos millones de personas hablan nuestra lengua. Sesenta o setenta millones de personas nos visitan cada año, y así, nos convierten con su elección en la segunda potencia turística mundial. ‘La gente’ quiere venir a España…

¿España…?

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«Como se vive en España, no se vive en ningún sitio…»

Nuestra solidaridad individual nos aúpa a la primera posición de países con mayor número, y éxito, de transplantes médicos. Sólo los japoneses tienen más esperanza de vida que nosotros a nivel mundial… Es la nuestra una de las mejores cocinas del mundo; reconocible en el mundo entero: la paella, el jamón, la tortilla de patatas, el gazpacho andaluz. Ni siquiera nos hacen falta cocineros Michelín.

¿España no ha inventado nada…?

No se entendería el presente de este Mundo sin España; sin los valores universales del Quijote de Cervantes. La valentía, sería un valor distinto sin la gesta ejemplar de aquellos Últimos de Filipinas o sin Rafa Nadal. No podríamos entender la pintura contemporánea sin la de Velázquez o la de Picasso, ¿verdad…? Tampoco el cine como forma de arte tendría sentido sin Luís Buñuel o sin Pedro Almodovar.

¿Cómo pretender hablar con hondura, sin emular la malicia, el detalle, el humor y la pericia de Quevedo…? ¿Cómo alcanzar la pureza del verbo y del alma sin descubrir el amor en los trances y éxtasis de Santa Teresa de Ávila…? ¿Ortega y Gasset, Séneca…?

¿Qué sería del orbe sin Hernán Cortés, sin Cristóbal Colón, o sin Juan Sebastián Elcano…? ¿Qué sería de la tragedia moderna sin García Lorca?

«Caminante no hay camino…»

¿El valor de los españoles…?

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El legado cultural español es un tesoro incalculable que pertenece al Mundo entero. Pero es un preciado patrimonio sólo nuestro… Y pese a las infamias y envidias vertidas por nuestra Leyenda Negra, poseer tal patrimonio es sin duda ninguna un inmenso honor.

Un honor que pertenece, insisto, solo a los españoles, quienes al tener en suerte semejante propiedad, tienen así mismo el ineludible deber de ensalzarla, de fomentarla, y de defenderla.

¡¡VIVA ESPAÑA…!!

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Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

UNA MACETA DE GERANIOS

Publicado el 14 de mayo de 2021.

Fíjate tú éso del destino y sus cosas… El otro día supe del terrible infortunio que sufrió un señor que murió de repente, en plena calle y en el acto al caerle con precisión justo de lleno en la cabeza, una maceta de geranios mal colocada en la barandilla del balcón de un segundo piso cualquiera.

La vida es simple suerte y lo es casi por completo. O dicho de otra forma: la mayor parte del tiempo que vivimos es gracias sólo a la pura suerte.

eeen fin. ¡Qué cosas…! 🙄😳

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras

……

¡¡Todos a la calle, pero ya…!!

Publicado el 12 de junio de 2021.

Érase una vez, en un país que si nos descuidamos dentro de poco estará muy muy lejano y de cuyo nombre no hay día que no me acuerde, no ha mucho tiempo que vivía gente tranquila, alegre, laboriosa y confiada. Un pueblo que podía hacer planes a largo plazo porque las instituciones funcionaban, se respetaba la ley, y a los políticos todavía les quedaba algo de vergüenza.

Pero llegaron unos bárbaros sin memoria ni cultura suficiente, mérito ninguno y sin escrúpulos. Un puñado de mañacos adanistas, chulos, faltos tanto de moral como de una mínima educación y hasta de aseo… Y trajeron espíritus macarras, lenguajes soeces y modales sin desbastar.

eeen fin.

¡Vamos a la calle todos, pero ya…! Pero nada de pegar fuego a contenedores ni ostias; ni que fuésemos borrokas. Si hay que salir a la calle a manifestarnos que sea por algo digno y de forma digna. ¡Coooño…! No somos hienas peleando carroña. ¿O sí…?

Paz señores, paz siempre… La única guerra justa sería una guerra a la defensiva pero ya no las hay defensivas; ya no quedan. En todo caso sería un oxímoron, porque toda guerra ha pretendido siempre una derrota. Entonces vamos todos a las calles sí, pero no a la guerra: a la paz.

Vayamos a las calles sí, pero como se hacía antes, como al principio, con redaños: «esgrimiendo una barra de pan en una mano, y en la otra a nuestros hijos y a nuestros viejos enseres; para que se nos vea tal y como somos de verdad…» Vayamos, sí, pero para ver cuántos y cómo somos en verdad, y para comprobar lo mucho que todavía nos queremos.

Salgamos todos pero para saber cómo estamos de humor haciéndonos reír unos a otros; o para saber qué o cuál coño necesitamos en verdad… Tomemos las calles pero yendo a por algo digno; vayamos a esa manifestación «con un pan en una mano y una flor en la otra…» Vayamos, a por algo que sea para todos, a por algo en beneficio de todos.

¡Y ojo…! Hay que reventar esta basura de redes sociales ya, de verdad… Pero no sólo porque no nos informan realmente de lo mal o bien que van las cosas, sino porque encima, no nos sirven tampoco para insuflar de forma colectiva y manifestar las ganas que en verdad todos tenemos de vivir intensamente, de innovar, y de buscarnos y ganarnos justo ésta vida nuestra, aunque haya a quién pueda parecerle una vida de mierda…

Yo recuerdo en los inicios, cuando era sólo y puramente viral todo el rollo éste del caralibro y las demás plataformas virtuales juntagentes… Y lo era, porque de verdad funcionaba eso de los likes: cuantos más tenías más gente te veía, compartía, se corría la voz y tal… Y claro, poco a poco creabas tu red social. Así de sencillo.

Pues con una idea tan bonita y que funcionaba tan bien, en vez de no rebuscar o al menos no interferir en la difusión espontánea del talento y de la verdad de las cosas, estas redes siniestras se decidieron por lo contrario: lo que se llama monetizar la idea. O sea, importan una mierda la calidad de tus habilidades, sólo quieren dinero…

Ahora, ésto, es basura publicitaria. Da igual lo bien o mal que escribas, toques, pintes, cantes, fotografíes o esculpas. Ahora, algo, decide por su cuenta que sólo si gastas dinero tendrás audiencia. ¡Ahhh amigo, así cualquiera…! Pues bien, que les den. ¿Porque para qué queremos entonces las redes dizque sociales éstas si en absoluto nos mejoran siquiera socialmente…?

¡Vamos a la calle todos, pero ya…!

Os quiero.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

TODAS LAS TARDES CON ÉL

Publicado el 5 de mayo de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

Fui consciente de cómo desaparecía la mente de mi padre, de cómo la mala suerte dejaba a mi cargo durante unos años el cuerpo del que había sido mi padre. Había ido siempre después de comer a cultivar su jardín, durante casi toda la vida. Cuando empezó a no poder ir solo íbamos los dos. Cuando vi cómo iba a tratarle la fortuna me entristecí… Tanto, que mi querida compañera me dijo que no hacía falta que fuera todas las tardes con él.

Mi padre tenía una magnífica memoria. Era esa persona que hay en todas las familias que sabe más que los demás de los antepasados. Era capaz de recitar por orden 32 de sus apellidos, siempre había una anécdota familiar que asociar a cualquier acontecimiento. En poco menos de dos años, no era capaz no sólo de decir mi nombre sino de reconocerme. Ya antes de que acabara de morirse empecé a hacer el trabajo de duelo, el trauerarbeit que ayuda a olvidar como Dios manda, es decir a recordar lo mejor.

Con ayuda de programas de genealogía me convertí en el que más sabía de mi familia, de la familia de mi señora, de la de mis hijos, sobrinos y sobrinos segundos políticos. Antes de que lo de la privacidad fuera un problema, no me corté en preguntar a los viejos de la familia acerca de los recuerdos que tenían de sus abuelos, a los jóvenes por la fecha de nacimiento de sus hijos, etc. Cerca de los mil parientes, algunos del siglo XVII… Me detuve. Dejé de hacer el idiota, el pelma que siempre habla de lo mismo, el trabajo de duelo se había acabado.

En un rincón de la memoria de la nube esa a la que han desembocado tantos archivos, y puede que incluso en algún disco duro de algún ordenador viejo; en algún DVD de esos que duermen en el fondo polvoriento de un cajón casi olvidado, seguirán los datos de mis parientes… Muchas fotos, algún archivo de voz, galimatías de familias endogámicas y separaciones familiares, que sin los ordenadores serían prácticamente incomprensibles, irrepresentables.

Hace mucho que dejé eso atrás. Tengo el recuerdo de lo que me afectó volver a escuchar los archivos de voz, mucho más que los de vídeo… De cómo se han quedado en mi memoria, sólo los parientes cuyo nombre o relaciones están asociados a alguna historieta… Antes no me importaba dar datos, por ejemplo una tabla de antepasados al que me lo pidiera. Luego me volví como todos, un poco más reticente a darlos, incluso antes que defender nuestra privacidad se convirtiera en algo prioritario… Cuando yo ya no esté, alguien se hará con ellos… Seguro. No es cierto que no dejemos huellas, dejamos huellas… El tiempo se encarga de borrarlas.

Hace poco borrando archivos de WhatsApp escuché la voz de algún amigo que ya no está entre nosotros. El mismo estremecimiento, que cuando me dio por volver las orejas a los archivos de voz del árbol genealógico. Supongo que es nuestro inconsciente el que se ocupa, de la manera animal que acostumbra, en reconstruir la presencia del ausente basándose sólo en los sonidos, de la voz…

Como diría Richard Burton, el poeta del desierto: “Cualquier otra vida es la muerte viviente/ un mundo dónde sólo habitan fantasmas/ un aliento, un viento, un sonido, una voz,/ un tintineo en la cadena del camello”. Por decirlo como otro poeta: “En las sombras de la noche,/ como un tropel de fantasmas,/ ideas y pensamientos/ son duendes y musarañas./ Son melusinas del aire,/ ecos de voz sin palabras./ Son pajarracos nocturnos/ que huyen a la madrugada”.

Historias de Paco Sanz ✍️

RESPIRAR, Y LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN.

Publicado el 21 de mayo de 2021.

«Erase una vez Soledad, Julia e Irene, tres hermanas bastante lindas y jóvenes, que eran visitadas con mucha frecuencia por un caballero muy culto, elegante y buen mozo. Era tan sabio este señor y tan simpático, que conquistó el corazón de las tres hermanas sin haberse declarado a ninguna de ellas, y llegó a tal grado el entusiasmo de las pobres hermanas, que todo era entre las mismas disputas y discusiones, amenazando turbar la paz de familia y convertir la casa en un infierno.

Para salir de esta situación penosa exigieron del joven que se declarase, y acosado y comprometido ofreció consignar en una décima, el estado de su corazón con respecto a ellas; pero con la condición precisa de que no había de estar puntuada, y autorizando a cada una de las tres hermanas para que la puntuase a su antojo.

Ésta, era la décima:

Tres bellas que bellas son
me han exigido las tres
que diga de ellas cuál es
la que ama mi corazón
si obedecer es razón
digo que amo a Soledad
no a Julia cuya bondad
persona humana no tiene
no aspira mi amor a Irene
que no es poca su beldad.

Soledad, que abrió la carta, la leyó para sí y dijo a sus hermanas:

—Hermanas mías, la preferida soy yo, o si no, oíd… Y leyó la décima con la siguiente puntuación:

Tres bellas, ¡qué bellas son!,
me han exigido las tres
que diga de ellas cuál es
la que ama mi corazón.
Si obedecer es razón,
digo que amo a Soledad;
no a Julia, cuya bondad
persona humana no tiene;
no aspira mi amor a Irene,
que no es poca su beldad.

—Siento mucho desvanecer esa ilusión, hermana mía —dijo la hermosa Julia—, pero yo soy la preferida, y en prueba de ello escuchad:

Tres bellas, ¡qué bellas son!,
me han exigido las tres
que diga de ellas cuál es
la que ama mi corazón.
Si obedecer es razón,
¿digo que amo a Soledad?
No. A Julia, cuya bondad
persona humana no tiene.
No aspira mi amor a Irene,
que no es poca su beldad.

—Las dos estáis engañadas —dijo Irene— y el amor propio os ofusca, pues es indudable que a la que él ama, de las tres, soy yo. Veamos:

Tres bellas, ¡qué bellas son!,
me han exigido las tres
que diga de ellas cuál es
la que ama mi corazón.
Si obedecer es razón,
¿digo que amo a Soledad?
No. ¿A Julia, cuya bondad
persona humana no tiene?
No. Aspira mi amor a Irene,
que no es poca su beldad.

Quedaron en la misma duda, en la misma confusión, y determinaron salir de la incertidumbre exigiendo al joven la puntuación de la décima, el cual les escribió una copia puntuada de esta manera:

Tres bellas, ¡qué bellas son!,
me han exigido las tres
que diga de ellas cuál es
la que ama mi corazón.
Si obedecer es razón,
¿digo que amo a Soledad?
No. ¿A Julia, cuya bondad
persona humana no tiene?
No. ¿Aspira mi amor a Irene?
¿Qué?… ¡No!… Es poca su beldad.»

Parece ser que el autor es Roberto Vílches Acuña, en el libro “Curiosidades literarias y malabarismos de la lengua» (1955).

Según leo en Google…

El eterno retorno

Dentro de poco, con la mierda ésta de la inteligencia artificial no sabremos ni casi podremos distinguir la verdad de la mentira: es una certeza matemática, una predicción inexorable. Es decir: que estaremos condenados a luchar, para librarnos de la estulticia ésta de vivir sin libros, sin el arma de los libros mismos. La palabra libro casualmente se parece mucho a la palabra libre… Somos la última generación, la última oportunidad; la última vez que veréis humanos no nacidos bajo el influjo de máquinas tales como las de la película de MATRIX… Yo, cuando la vi aunque me encantó me impactó, y realmente no pensé nunca que aquella mierda fuese a cumplirse con tantísima rapidez. ¡Qué coño…! 🙄😳

Y dado cómo está de tonta la cosa, y nuestro socialmente generalizado y aceptado déficit de atención obsesivo compulsivo, caigo en la cuenta de que sólo habría que leerse entre quince o veinte libros para «medioentender El Mundo más o menos bien» como creo que decía el genio del bueno de Don Miguel… Y qué casualidad, que el más importante de todos esos libros incluidos la Biblia, el Corán, la saga de Harry Potter o Mein Kampf sea Don Quijote de La Mancha: la primera verdadera novela de la Historia de la Literatura Universal. No sé si se entiende el Occidente moderno ni la cultura de hoy sin Don Quijote; y luego, sin duda, evidentemente: Shakespeare.

¡Qué cosas…! 🙄😳

Y perdonad que os lo diga así de sopetón, pero es que es así: la nuestra es la última generación viva de la que disfrutaréis que creció sin computadoras. Una especie en extinción. Tuvimos esa suerte: la de aprender a sumar sin calculadoras. Hoy algo impensable porque todo el mundo presupone que sabe sumar restar multiplicar y dividir ¡Y una mierda: mentira cochina…! porque casi ni nos acordamos de resolver ecuaciones de segundo grado y algunos ni de las tablas de multiplicar.

¡Embusteros…!

¿Qué será de mis hijas, qué será de los tuyos, qué será de nosotros…? ¡Jájaja…! Vaya una mierda de preguntas. ¿Porque desde cuándo hemos sabido los humanos de nuestro porvenir…? Querer tener certezas ha sido siempre uno de nuestros principales defectos y de ahí las religiones, el comunismo, finalmente el fascismo, y ahora los tontos del capullo…

Y cuando ya te quedas embobado con lo de leer y descubres de nuevo aquéllo de Sócrates Platón y Aristóteles, claro, una vez más, otra vez, vuelves al Renacimiento… Regresas de la oscuridad de la barbarie a la luz del eterno retorno civilizatorio; y así, sucesivamente. Acordaros de la Edad Media. En verdad, que nos hemos vuelto a convertir en unos verdaderos magaaantos

eeen fin. 💕

¡Cuánta tontería…! 🤣😂

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

deshechos…

Historias de Paco Sanz ✍️

Nuestras membranas son permeables, entran muchas cosas. Y eso nos pasa desde el origen de las primeras células. Lo que diferencia a los vertebrados del resto de los animales es que pasamos de blástula a gástrula a base de hacernos con un agujero. Pero no para comer mejor, sino para cagar mejor.

Podría creerse que el blastoporo, esa apertura por la que el tubo digestivo va a abrirse al exterior, va a convertirse en boca. Ésto, es así en algunos animales que se arrastran pegados al suelo -caracol, lombriz, cangrejo, insecto, escorpión- pero en los vertebrados como el hombre, el blastoporo deviene en el ano, y la boca no aparece hasta más tarde y en un punto diametralmente opuesto. Los seres humanos antes tenemos ano que boca y los primeros sonidos que emitimos son pedos. El holocausto del oxígeno ocurrió hace 200 millones de años cuando las bacterias rojas y verdes en su desesperada búsqueda de hidrógeno descubrieron una fuente esencial de ese elemento, el agua y su uso las llevó a el residuo tóxico último, el oxígeno.

Le decía esta mañana a mi acompañante que más que quedarme sin dinero por comprar o viajar, o sin vergüenza por quemar tanto, me amargaba el ánimo turístico-consumidor el producir tantos residuos, deshechos, basura, mierda. Que mi culo no basta, que empiezo a oler mal hasta por dentro.

Le decía a mi Santa que con mi ayuda ha dado a luz a nuestros hijos y los ha criado, que he pensado en ella cuando he caído en la cuenta de que lo de deshacernos de las cosas de dentro que sobran, ha sido el principio de la vida de los animales superiores. Yo, que tengo de Diógenes más el síndrome que el cinismo: “en caso de duda, la más cojonuda”. Ella: “en caso de duda, a la basura”. Nuestra casa parece un museo, la de nuestros hijos, laboratorios.

La intensa producción de desperdicios exige la presencia de una eficiente industria de eliminación de residuos. Nuestra fábrica del conocimiento está incompleta a falta de lugares para la eliminación de residuos. Si la luz del conocimiento ilumina es por gentileza de la oscuridad circundante. El conocimiento es inconcebible sin la ignorancia, la memoria, sin el olvido. El conocimiento puede tenerse gracias a la liquidación de espacios en blanco carentes de interés, y la precisión, exactitud y utilidad pragmática del conocimiento crecen con el tamaño de dichos espacios.

En una sociedad moderna líquida, la industria de eliminación de residuos pasa a ocupar los puestos de mando de la economía. La supervivencia de dicha sociedad y el bienestar de sus miembros dependen de la rapidez con la que los productos quedan relegados a meros desperdicios y de la velocidad y la eficiencia con que éstos se eliminan.

Sin embargo el miedo abyecto a carecer, sigue imperando. El quedarnos sin nada que llevarnos a la boca parece que nos da más miedo que el se nos cierre el culo; a los viejos no, claro. Nos sentimos un poco como de sobra, como deshechos, intentamos retener, no ser eliminados como residuos, queremos retener, ser retenidos. La vejez y la avaricia han ido siempre unidas. Será por eso que la primera causa de consulta al geriatra es el estreñimiento.

Historias de Paco Sanz ✍️

TONTÁS

Publicado el 12 de junio de 2021.

¡Coño con el lenguaje…!

Talante que no talento, tolerancia con el conflicto, togas manchadas por el polvo del camino, da igual concordia que cobardía, todo sea por tu partido político, resiliencia o rendición en vez de resistencia, ellos ellas y elles, combate, derecho a decidir todo lo que nos salga del capullo y de la subvención, diversidades, justicia ideológica, independentismo pacífico y nacionalismo inclusivo, indigenismo, nueva normalidad… Y hoy mismo, se acaban de sacar de la chistera eso de la violencia vicaria.

Cogobernanza, influencer, sociabilización mono y multiparental, superioridad moral y/o empoderamiento, comité de expertos, micromachismos, justicia social, patriarcal, justicia feminista y hasta justicia republicana, especismo, nosotros y nosotras, memoria histórico-histérica, apaciguamiento, democracia real y progresista, traumarse, indultos no pero sí, genuflexión, felación, y géneros no binarios, feminazismo y derecho al aborto, franquismo, revancha, comunismo, lengua y lenguaje… Pero eso sí: todo muy inclusivo.

Una ironía.

«¡Ostia cuánta tontería, eso son tontás…! A mí no me jodas». Anónimo

«Esto es acongojante o acojonante. No estoy seguro…» J.C. Girauta.

«Nos conviene la tensión…»

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

LAS ESPERANZAS…

Publicado el 10 de mayo de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

Sólo los muy valientes o los muy tontos pueden vivir sin esperanzas. Ahora más que tener esperanzas estamos a la espera de que esta pesadilla pase. Esperamos poder por fin salir, volver a ver a los nuestros, que no nos coja el virus ni la pobreza, que inventen algo… Antes esperábamos cosas mucho más vagas: que les siguiera yendo bien a los chicos, suerte para envejecer como Dios manda, que gane mi equipo, mejorar como personas…

¿Estamos a la espera o tenemos esperanzas? Esa es la cuestión. No es lo mismo esperar que tener esperanzas. La esperanza está de lado del futuro, la espera está arropada en el instante. Uno tiene esperanza, uno confía en que pase ésto o aquéllo, quizás no de inmediato, pero muy pronto. Cuando uno espera, en cambio, uno permanece en un estado de continua presencia, espera que algo que sucede en aquel momento pase, aunque quizás no pase nunca.

La falta de porvenir explica los deseos de transformación más extremos. Bourdieu insiste en las ilusiones apocalípticas, a la manera de Marx, que nunca creyó poder colocar esperanzas revolucionarias en el “proletariado con harapos”. Hay que salir de la falsa alternativa entre el “todo es posible” milenarista y el “nada es posible” experimentado dolorosamente por los más pobres. Ni la pérdida radical del mundo, ni la expectativa de su fin constituyen premisas creíbles para la acción política.

Los subproletarios, los hombres sin porvenir están abandonados a la suerte y a vanas esperanzas de una transformación milagrosa del mundo. Los pobres no disponen de un capital simbólico que los inscriba duraderamente en la sociedad. Esta intranquilidad permanente explica las ambiciones soñadas o las esperanzas milenaristas de los más desfavorecidos. Si los juegos de azar son tan corrientes entre ellos es porque reintroducen expectativas finalizadas en caos de la vida sin empleo. Hasta el final de la partida por lo menos el tiempo recobra un orden tranquilizador que la pobreza extrema le quita en todas las demás dimensiones de la existencia social.

Me gusta mucho la historia porque estoy siempre modificando mi pasado. Si resulta que las cosas de mi vida no fueron como me parecía mis esperanzas mejoran. “Esto hiciste, dice la memoria. No hice eso, contesta el orgullo inexorable. Finalmente la memoria cede”. Los que quieren que su pasado sea diferente del pasado deben estudiar el pasado. El primer paso para librarse de los males de hoy, para encaminarse hacia un futuro mejor es hacerse cuanto antes con otro pasado. Porque el pasado que permite este presente de mierda es necesariamente un falso pasado. Si no ¿cómo podríamos agradecer, recordar o tener esperanzas?

La reforma del pasado que acometen todas nuestras actividades internas se conjuga con la confianza en un incierto futuro. Por anodina que pueda parecer la vida de un adulto en comparación con los grandes proyectos que trazara en su infancia y adolescencia, la firme esperanza en que un golpe del destino le vaya a convertir en el héroe o semidiós que una vez soñara no lo abandonará del todo en ningún momento; las primeras esperanzas constituyen la últimas decepciones.

Como ni soy muy valiente ni muy tonto alimento cada día mis esperanzas, me ayuda a dormir mejor. Como los poetas: “Huyo del mal que me enoja/ buscando el bien que me falta./ Más que las penas que tengo/ me duelen mis esperanzas… Mientras que se sienta que se ríe el alma/ sin que los labios rían;/ mientras se llore, sin que el llanto acuda/ a nublar la pupila;/ mientras el corazón y la cabeza/ batallando prosigan,/ mientras haya esperanzas y recuerdos,/ ¡habrá poesía!”

Historias de Paco Sanz ✍️

comer bien, mamar


Con tanta tontería como hay suelta hoy por ahí, una buena comida se ve, que ya no consiste sólo en ese compendio de cosas cocinadas con primor y que te echas a la boca, sino que debería ser algo todavía más intenso, más trascendente: algo de lo que hablar. Una gran experiencia. Una buena comida, debería convertirse en un momento tal como el de recuperar un recuerdo que te deja sin palabras en la memoria para expresar detalles de los que te acuerdas al meterte cosas en la boca.

¿No…? 🙄😳

Pues eso… Algo así como cuando mamabas: no te puedes acordar realmente de lo que tenías en la boca pero debió de ser una experiencia maravillosa eso de tener un par de tetas para tí solo.

eeen fin 💕 Que no se puede hacer nada más placentero con la ropa puesta.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

¡Oyeee, que te has cagao…!

Publicado el 10 de junio de 2021.

— ¡Oyeee, que te has cagao…!
— Sí, ya. Pero no te preocupes que la mierda es mía, es de las nuestras.

— ¿Cómooo…?

Los españoles deberían renegar, sublevarse, indignarse y luchar contra dos cosas en especial, para desterrarlas de una puta vez de nuestra idiosincrasia y superarlas también de una puta vez. Curiosamente, una es muy antigua mientras la otra es relativamente moderna: ésta -la moderna- es el comunismo, y aquélla -la antigua- es nuestra leyenda negra.

Haría falta un nuevo partido de izquierdas, no sé si socialista o qué sé yo si laborista, demócrata o quizás socialdemócrata, pero ante todo decente y español… Que no cagara donde come, y que amara y respetara siempre a su país y sus vecinos.

¡Y hace falta ya, ahora…!

Si aún quedaran socialistas honrados y cabales, o si todavía hubieran españoles de izquierda que no fueran cobardones que mean en el mismo sitio en el que abrevan; todos ellos, sin duda alguna, deberían plantearse fundar un partido de izquierdas, español, íntegro, eficaz, y moralmente ejemplar.

Y yo, ni así les votaría, ya les voté bastante cuando era joven hace muuuchos años.

Hoy en día en España no hay nada a la izquierda que no sea traición, mal ejemplo, erial.

¿Y ahora qué hacemos…?

¿Quién arregla ésto…?

Como dice el gran JC Girauta: «ésto es acongojante o acojonante. No estoy seguro…»

eeen fin.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

ABUSO. PODER.

Publicado el 16 de septiembre de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

Que los que se han hecho con el poder abusen, se podía esperar. Todo poder es abuso de poder, es de derechas. Cada vez se saben más cosas de cada uno de nosotros. Del abuso de memoria se pasa muy fácilmente al abuso de poder. El poder sin abuso pierde su encanto. El poder se convierte en abuso en cuanto se olvida de toda responsabilidad, particularmente la de informar, la de formar, y la de delegar.

Yo también he abusado. He abusado de mi hastío. ¿Pero que otro vocablo escoger para designar un estado, en el que la exasperación está sin cesar corregida por la lasitud y la lasitud por la exasperación? Todo es locura, vanidad, naderías, pero sólo una cosa es pecado: el abuso de la palabra. Lo dice un libro sagrado. También dice que no hay que tomar el nombre de Dios en vano. Abuso de la palabra Dios, la utilizo con frecuencia. Lo hago cada vez que alcanzo un extremo y necesito un vocablo para nombrar lo que hay después. Prefiero Dios a lo Inconcebible.

Las máquinas son cada vez más inteligentes, pero no abusan de nosotros. Los hombres las usamos para abusar unos de otros. No todo el mundo ve con buenos ojos que los sistemas cognitivos se hagan más inteligentes o que incluso nos superen. Temen que vendedores o políticos, servicios secretos u organizaciones criminales, puedan cometer abusos si los ordenadores descubren fácilmente nuestras preferencias a través de nuestro lenguaje.

Algo de eso hay. Existe un uso ideológico de internet en orden de aparentar cercanía, limitar la participación, protegerse mediante la simulación de transparencia, o simular comunicación. La construcción política de un espacio deliberativo, capaz de generar relaciones de responsabilidad, empatía y respeto entre representantes y representados, puede hacerse más difícil precisamente por el abuso de inputs y outputs en pantallas táctiles.

En la naturaleza humana existen, al menos en la medida en que el hombre convive con otros hombres, tres causas principales de conflicto: La competencia, la desconfianza, y el afán de fama. La primera conduce al abuso de las ganancias, la segunda al abuso de la seguridad y la tercera al abuso del prestigio.

En algún rincón de mi biblioteca, detrás de alguna fila de libros deben estar durmiendo, enrollados en un tubo de plástico, los documentos que certifican mis dos licenciaturas. Nunca he tenido los huevos de enmarcarlos y colgarlos en la pared, pero en cierto modo he disfrutado de la posibilidad de abuso que me conferían. La palabra para expresar abuso era en el mundo romano licencia. La licencia implica permiso, y si me apuras abuso. Por ejemplo la licencia de armas.

En la comunidad de regantes a la que pertenecía mi abuelo materno era preceptivo que el presidente de la comunidad, ante la autoridad competente, tomara una vez al año agua del canal con un vaso y se la bebiera. Decía entonces: ¡Uso!. Luego tomaba otro vaso. Se llenaba la boca y la escupía. Decía entonces: ¡Abuso!, levantando claramente la voz.

Historias de Paco Sanz ✍️

El PSOE…🔥

El PSOE ya no es un partido político sino que se ha convertido en una especie de empresa maquiavélica a nivel nacional, cuya cabeza principal es Sánchez y cuyo objetivo prioritario y casi único es que nos den a todos por el culo mientras él se salva.

El PSOE se ha transmutado en una recua, en un grupo desorganizado de animales zombis, reses, ganado sin memoria ni vergüenza que pastura sólo lo que el dueño les proporciona. O sea: que únicamente comen del sueldo que les paga Sánchez con el dinero de todos los españoles. Y ésto, no me lo negaréis: es un hecho irrefutable ya que todos afirman sin ambages lo que negaban hace tan solo unas semanas. ¡Qué hijoputas…!

Tengo cincuenta y siete años y en toda mi vida jamás, había vivido una situación política como la de ahora. Lo que sucede en España ahora, parece una película en blanco y negro de los Hermanos Marx pero sin gracia ninguna… Damos risa y provocamos befa, somos hazmerreír y encima nos hace gracia. ¡Qué vergüenza…!

Lo que en realidad parece, es, que los españoles no hubiéramos aprendido una mierda de nuestra historia, porque los tiempos éstos ya nos ocurrieron en 1934 igualicos igualicos… Un puñado de rojos sin escrúpulos adueñándose de la Historia y del Oro… Preguntad a Negrín. 🙄🙄

Guerra civil.

eeen fin. Estamos tontos, yo, especialmente…

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

Estimado Caralibro…

La última vez que me fui de tu corralito al menos, servías para notificarme los cumpleaños de mis contactos… Pues he vuelto hace poco de nuevo a tu granja (el tonto de mí…) y a cambio de mi intimidad, compruebo, que ya no me sirves ni siquiera para eso.

¡Qué asco de sitio en el que te has convertido amigo Caralibro…! ¿Mira que ni siquiera decirme cuándo cumplen años mis amigos…? Es que no puedes ser más somierda y más rastrero; ladrón.

Y te has transformado –y sólo porque tú has querido– en esta mierda social que ya sólo sirve para venderla seca: la mierda, digo. Déjate de metaversos y metapollas y fíjate más en las personas. Mierda de vendedores de tres al cuarto; basura de advenedizos a los que engañais; baraunda de tontos a los que eviscais unos con otros porque eso vende naderías, que no importan a nadie salvo a los que a vosotros os convengan…

¡Qué asco de sitio en el que te has convertido amigo Caralibro…!

eeen fin. Que me entran ganas de irme, oootra vez.

¡Queee te den…! 🖕

A tí no, lector. 💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

Mi sobrino. Mis hijas. El Camino.

Publicado el 5 de junio de 2021.

Llevábamos ya tres jornadas del Camino, y habíamos pasado el cuarto día descansando en el paraíso del Puente de las Herrerías, al pie del Cebreiro. No olvidaré nunca el baño de pies en agua helada que nos dimos en el riachuelo que cruzaba la aldea; ni la merendola que nos pegamos luego. Creo que él tampoco… Un momento mágico, magnífico, un instante entrañable que llevaré siempre conmigo. Cuatro días llevábamos completamente juntos mi sobrino y yo. Yo le contaba historias y él se embobaba; todo eran preguntas: tío ésto, tío aquéllo, tío lo otro…

Sólo ocho o nueve años tenía; qué gracioso el mañaco; y se empeñó en venir conmigo: con su tío… Con sus dos cojoncitos sí, pero pidiéndole permiso a mi hermana claro; que también tuvo el cuajo de dejar que me lo llevara.

«Me voy con el tío…» Le dijo a su madre.

Una buena mochila y unas zapatillas, un par de billetes de tren hasta León, otro de autobús hasta Villafranca del Bierzo, y luego el coche de San Fernando: «unos raticos a pié y otros andando…»

Recuerdo la etapa reina del Camino, ya en las rampas del Cebreiro; casi nos habíamos terminado los tremendos diez kilómetros de subida cuando va y me dice el niño aquéllo de: «tío, vamos a parar que me tiemblan un poco las rodillas…» ¡Jáaajaja…! Me reí de mí mismo porque he subido ya de adulto ese tramo en seis ocasiones, y en al menos cuatro, me ha dado siempre una de esas lipotimias brutales de quedarte blanco como el papel, y tener que parar casi media hora para echarte agua en el cogote y reponerte resollando.

¡Ángelico…! ¡Qué huevos, qué entrega y qué fe, qué a gusto estaba, y cuánto que disfrutó sudando y subiendo con su tío y su mochila de cinco kilos…!

Años más tarde me llevé también a mis hijas: la pequeña con diez y la mayor con trece… Y repetimos el mismo trayecto, aliviando nuestros pies sumergiéndolos de nuevo en aquel riachuelo, y descansando también al cuarto día… Luego, para ver de qué madera estaban hechas, las hice dormir una noche a la intemperie, al abrigo de una vetusta ermita y junto a su cementerio. Justo en la misma, donde yo también dormí al raso la primera vez que hice el Camino, hacía más de treinta años.

Recuerdo aquella vieja vecina loca, que parecía la dueña de la ermita, y que la impertinente, pretendía echarnos de allí insistiendo en que nos fuésemos a dormir a un albergue que había cerca… Yo le explicaba que esa noche quería tener una experiencia especial con mis hijas, y que no se preocupase porque no daríamos cancán ni dejaríamos basura. También le pedí amablemente que dejara de darnos follón y por el saco, ya que a diferencia de ella no estábamos molestando a nadie. Sólo nos encontrábamos al abrigo de una iglesia haciendo el Camino de Santiago, y siempre podíamos acogernos a sagrado para dormir bajo techo…

Recuerdo, que a la pobre señora se le pusieron como que los ojos en blanco, y bufando y mirando al cielo, y creo que sin entender nada de nada, giró sobre sí misma y se largó de una vez mascullando aquella memorable frase tan gallega de: «¡bueeeno, yo, ni só ni arre…! ¡Haced lo que queráis…!»

¡Jáaajaja…! Y pasamos una noche de lo más inolvidable al raso, charlando y mirando estrellas acostados aunque algo inquietos, metidos en nuestros sacos de dormir tan cerca de aquellas viejas tumbas.

En otra ocasión, acabábamos de despertarnos en un albergue perdido en medio de ninguna parte. La tarde anterior habíamos llegado cansadísimos, y no había otro sitio habitado en kilómetros a la redonda. Salíamos a desayunar en las mesas afuera en la terraza cuando lo vimos; cuando mis hijas lo vieron: el pobre peregrino aquél, escarbaba en busca de comida en los cubos de basura del albergue… Las dos, se miraron e inmediatamente abrieron la bolsa donde guardábamos toda la comida que nos quedaba: una lata pequeña de atún, dos quesitos de untar, un jeme de chorizo y media barra de pan. Tampoco teníamos leche para el desayuno… No lo dudaron: ¡Papá, tenemos que darle comida a ése hombre…! Yo no sabía dónde ni cuándo íbamos a encontrar un lugar donde aprovisionarnos; también estábamos hambrientos y sin desayunar, y nos esperaba una muy dura jornada.

Pero la decisión ya estaba tomada: cortaron la mitad del chorizo, cogieron uno de los quesitos de untar, y partieron también por la mitad el pan que nos quedaba. Ambas se levantaron, y metiéndolo todo en una pequeña bolsa de plástico limpia, llevaron tan frugal desayuno a aquel desconocido. Recuerdo, que luego volvieron sonriéndose y caminando cogidas de la mano… Y nos pusimos a desayunar nosotros; era muy temprano, una mañana gris y aunque era agosto, hacía frío.

Ellas han sido siempre mi mayor viaje, y el material del que estarán hechos mis recuerdos más inolvidables.

No soy yo un tipo ejemplar, pero como mal ejemplo sí que sirvo… Y soy un muy buen mal ejemplo porque sin duda, los malos ejemplos en la vida son tan importantes como los buenos. Y creo que, como no soy mal tipo pero me equivoco tanto, también soy un ejemplo magnífico de las cosas que no habría que ser. Y espero que me perdonéis la licencia, pero es que me pasa como a Óscar Wilde:

“El buen gusto, es la excusa que he dado siempre por llevar tan mala vida”.

eeen fin. Gracias por leerme. 🙏

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

«¡¡ QUÉ ESCÁNDALO…

Publicado el 27 de mayo de 2021.

Mejor no beber, o no fumar; no arriesgarse… Mejor no jugar.

– «¡Qué escándalo, en este local se juega…!»

Casablanca.

En este presente hipócrita y tan huero de ideas e iniciativas verdaderamente brillantes, lleno hasta arriba de tecnotonterías y políticamente correcto tan en exceso, nos estamos acostumbrando también a una vida tan artificiosa previsible y controlada (nos creemos) que parecemos tiernos y manejables niños de colegio… Como si fuéramos pavos nos espantamos casi por cualquier cosa y con mucha facilidad; y como pollos sin cabeza echamos a correr delante de lo primero que llega y nos asusta. ¡Buú….! ¡Uy, qué susto, uy, qué miedo…!

¡Que viene no sé qué virus…!

Entre otras lindezas y se ve que para no castigar tampoco mucho a nuestros hígados, ya nos están vendiendo por ahí gintonics de ginebra Tanqueray casi cero alcohol, y whisky Ballantines de dieciocho grados o menos. ¡¡Jájaja…!! ¿Pero es que no teníamos bastante ya con la cerveza o con el café sin cafeína…?

Vamos a terminar comprando hijos con posibilidad de devolución, cuerpos de quita y pon, coches sin conductor, vacío en los libros digitales, y hasta ese olvido propio de los tontos del capullo… Y es que sí, es que compramos, u olvidamos, cualquier cosa que nos vendan bien vendida…

«¡A la mieeerda…! ¡Vayan Ustedes a la mierda…!»

Diría a sus admiradores plastas, aquél gran señor Fernán Gómez, ahora ya tan clásico si levantará la cabeza…

«Van a echar agua al vino, luego va a costarnos más caro…» Es el colmo. ¡Qué vergüenza, qué escándalo…! Es como una Ley Seca pero para ovejas, para bebedores rebañudos como que de segunda B, y que sólo salen de su establo cuando se les da la suelta… En vez de buena bebida, venga bebida fácil y que la paguen más caro, claro. Ése, parece ser el plan.

eeen fin.

– «¡Qué escándalo, en este local se juega…!»

Casablanca.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

UN VIEJO AMIGO

Publicado el 15 de mayo de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

Hace poco volví a ver a un viejo amigo. Habíamos compartido muchas cosas, habíamos llegado a conocernos, a apreciarnos bien. Me soltó el “cómo estás” con el que solemos empezar a hablar los amigos. Le dije que bien, como de costumbre, rechazando los chistes de “bien ¿o te cuento…?” o el “pues anda que tú…”

Pero él ya me estaba preguntando, buscando en mis ojos: “¿pero bien, bien…?” Y dejándome sin palabras.

¡Qué cosa tan rara es la amistad…! El código fuente de la amistad es, la ignorancia tácita, sobre la razón última de su misma existencia. Lo primero que se me pasó por la cabeza al volverle a ver fue: ¿Cómo es que no hemos hecho nada por volver a vernos? Me consolé pensando, en que todo el arte en el trato con los seres humanos, está en mantener durante largos períodos de tiempo la misma agradable distancia media, sin alejamientos ni acercamientos, y sin variaciones de la cualidad. También el cosmos social de los conocidos, de los matrimonios, de las amistades reposa, igual que el cosmos astronómico, en ese equilibrio entre la fuerza centrífuga y la gravedad. La parte más agradable de la vida no es, sin duda, aquella que se basa en el cambio, sino aquella que se basa en la repetición.

Con toques de queda, estados de alarma, confinamientos perimetrales y domiciliarios, con restricciones de proximidad con los convivientes, y toda esa mala leche que los tiempos nos está imponiendo, el talento para la amistad es puesto a prueba. Como si hubiéramos estado enfermos, convalecemos. En general, somos criaturas que no aprendemos cosas que valgan mucho la pena, ni siquiera lo de disfrutar de la vida.

Extraños a convivencias prolongadas, nos aburrimos en general hasta de los mejores amigos después de estar con ellos media hora; sólo ansiamos verles cuando pensábamos en si hacerlo, y las mejores horas en que nos acompañan son aquellas en que sólo soñamos que estamos con ellos. No sé si esto indica poca amistad. Las cosas que más amamos, o creemos amar, sólo tienen su pleno valor real cuando son simplemente soñadas. Sobre todo ahora.

Al volverle a ver me doy cuenta de lo poco que se me ocurre ponerme a la defensiva con él. Cualquier intención de defensa con respecto a un amigo o a un paciente, aumenta nuestra vulnerabilidad, y disminuye nuestra capacidad de amistad, o de terapia. Yo debo tener un aspecto inquietante porque he visto demasiadas veces hasta qué punto las personas con las que trato se ponen a la defensiva conmigo. Hasta a mí me pasa conmigo; en cuanto me descuido un poco, me llamo de Usted.

De la amistades entre escritores que han pasado a la historia hay dos que no he olvidado; que de algún modo he tenido presentes, incluso antes de que se murieran mis mejores amigos. La primera es la amistad de Schiller con Goethe, un hecho feliz que forjó el convencimiento “de que ante lo eminente, no hay otra libertad que el amor”.

La otra es la de Montaigne, que analizaba así la fuente de su afecto hacia M. de La Boétie: «Sólo él gozaba del privilegio de mi verdadera imagen». Únicamente él le comprendía de manera adecuada, le dejaba ser él mismo. Con su agudeza psicológica le hacía capaz de serlo, daba cancha a varios aspectos del carácter de Montaigne hasta entonces descuidados.

Y ello, sugiere que no sólo escogemos al amor y a nuestros amigos por su amabilidad y por su alegre compañía, sino quizás por algo más importante todavía: porque nos aceptan por lo que creemos ser.

Historias de Paco Sanz ✍️

Carta a un periodista muy famoso.

Publicado el 4 de junio de 2021.

Estimado Maestro, querría hacerle una pregunta casi personal, y que espero sea entendida adecuadamente… Es una pregunta algo pretenciosa, y para hacerla en realidad a todos los grandes del periodismo y del verbo en nuestro país; a ustedes los gurús radiofónicos, periodísticos, mediáticos o televisivos.

Y el planteamiento es el siguiente, y es también muy sencillo: dado cómo están de escasas las posibilidades de acceder al contacto y la opinión directa con nuestros nefastos políticos, y ya que sólo se les puede pillar en muy raras comparecencias, apariciones, o declaraciones de prensa… ¿Cómo es posible que los primeros espadas del periodismo, desperdicieis, ésas tan escasas oportunidades de encararos personalmente ante ellos para preguntarles sin piedad y sin subterfugios…?

¿Por qué se envían a subalternos, a dignos segundones o a heroicos becarios, a fregar esa fregaza de la que deberíais encargaros vosotros en persona…? No escaparían vivos los políticos en ésas sus fugaces apariciones, si fueran interpelados pública y personalmente por Usted, por FJ Losantos o por Pablo Escolar, por Carlos Herrera, Marhuenda, o por el bueno de Cintora. ¿Cuál es entonces el verdadero problema…?

Yo, no lo entiendo. ¿Cobráis poco…? ¿No os pagan dieta de desplazamiento…? ¿Las comparecencias son cosas de novatos…? Repito, no lo entiendo.

Pareciera que los grandes gurús del periodismo sólo os preocupaseis del toro de la política, viéndolo desde la barrera cómoda de vuestros despachos y estudios de radio y televisión; parapetados detrás de vuestros mass media y vuestras redes dizque sociales.

¿Evitais la confrontación directa…? 😳

eeen fin.

¡Qué escándalo, en este local se juega…!

A la espera de su respuesta. Quedo a su entera disposición.

Atentamente

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

Amnistía viene de Amnesia…

Nada más lejos de la Democracia.

Ya se me han hinchado hasta los cojones. ¡Qué curioso, porque se me pone en rojo hasta el editor de texto…! Y ya se me está poniendo en rojo hasta el presente… ¿Cómo…? 🙄😳 ¿Que no voy a manifestarme porque vienen rojos los tiempos…? ¿Qué rojos 🙄😳 qué tiempos, a qué vienen…?

¡Viva España…!

¡¡Todos al Congreso de los Diputados…!!

¡¡A por ellos…!!

¡¡Viva España…!! 🇪🇸

El infierno son los otros

Publicado el 5 de octubre de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

A ciertas relaciones se nos condena. Para hacernos entender que ”el infierno son los otros” Sartre escribió A Puerta Cerrada. Para darnos cuenta de que “será siempre demasiado tarde”, Camus escribió La Caída. A la combinación de las dos cosas cada uno llega por su cuenta.

En Sartre, los tres personajes, que están encerrados en una habitación, se dedican a torturarse. Cuando el ángel viene por fin a abrir la puerta, tienen muchas cosas todavía con las que machacarse y se niegan a salir; la conclusión del ángel es que el infierno son los otros.

En Camus, un abogado encuentra por fin el momento en que empezó a ser una mala persona. Lo encuentra: es el momento en el que vio a alguien cayendo al Sena y no hizo nada por socorrerle; a partir de eso ya se lo permitió todo. Hubiera querido volver a ese momento y haberle socorrido. Pero suponed, querido maestro, que se nos tome la palabra: habría que cumplir, y el agua estaba tan fría… Pero tranquilicémonos. Es demasiado tarde ahora, será siempre demasiado tarde. Felizmente.

Se achaca a los responsables sanitarios el haber llegado demasiado tarde. Tener que estar cerca de ellos es para muchos un infierno. Están siempre siguiendo protocolos de urgencias. Como si no supiéramos todos que cuando es urgente, es demasiado tarde. Pobres de nosotros.

Ver jugando a estas alturas a los responsables de la gestión sanitaria y política, a lo de derechas e izquierdas, a conservadores y progresistas, es tan patético… Como dijo un viejo pensador, al elegir el mal menor se olvida con demasiada frecuencia, que se elige un mal.

Cuando se acerca el peligro las operaciones de salvamento acaban con la distinción entre conservar y mejorar. Cuando no quedan esperanzas, el que hace como si las hubiera es un quintacolumnista de la catástrofe. A medida que la sombra de lo irreversible va cerrando los caminos, en las sociedades democráticas, el difundir esperanzas debe ser sustituido por el establecimiento de protocolos de urgencias.

Estamos cayendo, y como antes nos iba muy bien el asunto es trágico. Los personajes de la tragedia tienen que ser regios, para que la desgracia, tenga la magnitud suficiente para que al espectador le parezca terrible. La caída desde lo alto es sin duda mayor. Un especialista en caídas era Napoleón. Napoleón fue el hombre de la caída absoluta hacia delante. “Se empieza, luego se verá” era su lema. No se podía pronunciar delante de él la palabra imposible. “Imposible n’est pas français”, es otra de las frases que se le atribuyen.

Dicen los que se han caído que lo que duele no es caer sino el dejar de caer. Por lo visto lo último que oyes antes de perder la consciencia es el ruido de tus huesos al romperse. La caída hacia delante, es lo que entre pilotos se llama volar; y para ciertos vuelos está prohibida la idea de aterrizaje.

Historias de Paco Sanz ✍️

LA «INFO» CANSA

Publicado el 16 de abril de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

La “info” cansa. La infoxicación de la infodemia me tiene harto. La primera función de la información que siembran los media, y la razón última de la recolección que llevan a cabo en nosotros, es la de controlarnos. ¿Cómo se consigue una celda de Matrix en una celda de monje? Mediante la tecnología, claro. El papel de la disuasión nuclear durante la Guerra Fría, lo han retomado hoy las nano-bio-info-cogno tecnologías. Si Cogno puede saberlo, Nano puede construirlo, Bio puede mejorarlo, e Info controlarlo. La esperanza que sale del fondo de la caja de Pandora de la tecnología, es un verdadero monstruo.

Atreverse a no saber ¡Qué logro! Hoy estamos todos apestados por la infobasura que los expertos no se preocupan nunca en recoger. Los expertos, ésa gente que no necesita pensar porque “ya sabe”. Averiguan lo que queremos saber y nos lo ofrecen. Votamos por lo que queremos oír y nos lo dicen. Como dicen que ser demócrata es bueno, pensamos que no está mal que la verdad se decida por mayoría de votos… ¡Dios, qué olor a almacén!

A la barbarie del especialismo, hay que oponer hoy la audacia de los aficionados. Con ésto, la barbarie del amateurismo nos hará tontos dos veces. Opondremos fecundamente al no saber de qué va la cosa, el no saber que vaya de cosa alguna. Lo simple es falso y lo complejo inutilizable. Una de las mayores pasiones de los hombres es la pasión de no saber -reprimir o mistificar- lo obvio. Así, hay una especie de conspiración, entre personas que desean no saber y que quieren permanecer estúpidas, y entre expertos que les mentirán y harán profesión de idiotizarlos.

Los que me conocen saben que no quiero saber nada de sus secretos. Que si ellos no saben guardar un secreto yo tampoco. Así que mejor que no me los digan. En cuanto a los míos, si me dejan, no van a tener otro remedio que oírlos.

A veces lamentamos no saber ya lo que significa el temor religioso. ¡Si al menos pudiéramos hacer renacer en nosotros el estremecimiento ante lo desconocido, el pánico ante lo indescifrable! Para recuperarlo, lo mejor es estudiar la mecánica cuántica, la evertiana, o la de los universos paralelos en particular. Que el colapso de la función de onda, la decoherencia y la no localidad, sean con nosotros. Amén.

Cada década el número de conocimientos se multiplica, los individuos cada vez disponemos de mayor información. Sin embargo, si entendemos como ignorancia el no saber de las cosas que nos afectan, entonces cada vez somos más ignorantes. Mejor no saber tantas cosas, me repetían mis padres cuando se dieron cuenta de que me iba a quedar para siempre estudiando.

En los sucesos me porto virilmente, pero en su preparación con puerilidad. El horror de la caída me duele más que el golpe. Me gusta no saber exactamente lo que tengo para sentir menos mis pérdidas. Espero siempre lo peor, y procuro llevar lo peor con placidez y paciencia. Ante un peligro, no pienso en cómo escaparé sino en lo poco que me importa escapar; aunque, si en él pereciese, ¿qué más daría?

La voluntad del no saber, entendida no como antítesis de la voluntad de saber, sino como su expresión más refinada… Vuelvo a la tierra cada vez que levanto los ojos, y te veo a ti, que “casi anónima sonríes/ y el sol dora tu cabello./ ¿Por qué, para ser feliz,/ hace falta no saberlo…?”

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TE INSULTAN

Publicado el 17 de mayo de 2021.

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Ahora que el que insultaba manda, dice que lo de insultar no vale. Lo que no vale es hablar mal y no hacemos otra cosa. Los piropos se han convertido en una forma más de acosar. Dentro de poco nos dirán que tampoco vale motejar. Y ya puestos, pronto habrá que andarse con cuidado con los adjetivos, con las calificaciones. ¡Y hasta con la ironía…!

Por miedo al insulto, a que nos califiquen de fachas, no nos metemos con los abusos de los socialistas. Nos llamarán machistas si decimos que el abuso proviene de una mujer, traidores si nos metemos con que los que la cagan son nacionalistas, racistas si decimos que el delincuente es negro, homófobos si decimos que ése que lo ha hecho mal es homosexual, etc.

Mejor aprender a insultar; para motejar, piropear, o adjetivar, hay que hacerlo con gracia. Por ejemplo, una manera muy fina de insultar es alabar a alguien por las virtudes que no tiene. Hay que hacerlo bien para conseguir que crea que lo dices sinceramente. Luego, hay que aguantar los insultos con espíritu deportivo… Aunque eso de creer que el loro no sabe lo que dice cuando nos insulta es no querer ofenderse, porque el loro nos mira fijamente cuando nos insulta… 🙄😳

¿Qué haríamos sin la retórica epidíctica, sin la retórica del elogio y del insulto…? Aburrirnos más, sin duda. Hoy mismo, se me ha olvidado una vez más una cosa y me he encontrado diciéndome: “¡torpe, torpe, tooorpe..!” Como una vez me cantó mi nieta con una voz encantadora, cuando vio que de nuevo hacía algo muy muy mal.

La gracia, es la capacidad de insultar a otros sin que se ofendan; el frikismo es lo contrario. La peor manera de insultar es hacerlo con la verdad. La verdad puede ser tan inconveniente que a veces parece que no es verdad. Así que, del mismo modo que si non è vero è ben trovato, si no tiene gracia debe ser mentira.

Del mismo modo que hay más hombres que mujeres con poquísima inteligencia, también hay más con una inteligencia altísima. Pretendemos reducir el papel atribuido al machismo, como explicación exclusiva del por qué hay más hombres que mujeres en la comunidad científica e intelectual, del mismo modo, del que por qué también hay más hombres en las prisiones…

Cuando los sentimientos y las actitudes son las referencias principales del argumentario, atacar cualquier posición se convierte automáticamente en un insulto, en un ataque a lo que se considera “derechos…” Cada argumento se convierte en ad hominem. En un insulto.

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LA LECHE

Publicado el 24 de abril de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

Hace unos años pasé unos días con mi sobrina que vive en Francia. Amamantaba a sus dos hijas. La mayor llevaba lo del destete con poco sentido deportivo. Nosotros dormíamos en el piso de arriba, y la niña se pasaba toda la noche medio llorando y pidiendo a voz en grito: “Teta, tetaa, tetaaaaa…” Cuando ya desesperado de no dormir intenté unirme a sus gritos, mi compañera de cama me sacudió un codazo, fuerte.

Tampoco le hizo gracia que le recordase la célebre conclusión de Las Uvas de la Ira, en la que una joven aterida y mal nutrida, que acababa encima de dar a luz a un bebé muerto, ofrece su pecho a un desconocido famélico… Así es como la novela indica, que los valores éticos de cuidado y ayuda al prójimo permanecen vivos, aún cuando el mundo muestre su peor cara.

La leche es que es la leche. Y es que hasta la naturaleza es machista. Si no le das al niño la teta al menos durante un año es que eres una mala madre, y además te saldrá tarado. Y lo de los hombres dando un biberón es antinatural. Así, que las diferencias laborales entre hombres y mujeres tienen una razón de ser de lo más natural… Mientras las mujeres tengan hijos, den el pecho a los hijos, y vean en ellos una parte esencial de su vida, los hijos seguirán siendo obstáculos deseados en la lucha profesional, y tentaciones para tomar decisiones contra la autonomía económica y la propia carrera.

Al reducir la lactancia empezamos a civilizarnos. En las sociedades de cazadores-recolectores la separación entre nacimientos era de cuatro a seis años; y estaba causada por el uso de la lactancia prolongada como contraceptivo, y porque no había otra cosa que dar al niño. Con la agricultura y ganadería, se podía poner en su boca leche de origen animal y papilla mucho antes… La diferencia de edad entre hermanos bajó entonces hasta los dos años o menos. Con esa diferencia de edad el hermano mayor es mucho menos autónomo, más celoso, y por consiguiente más violento. La misma madre, inaugura la violencia educativa para proteger al segundo.

Cuando todavía podíamos ver las estrellas -y no os cuento lo que me costó en su día encontrar el lugar y la ocasión para mostrar la Vía Láctea a mis nietos- los hombres veían leche hasta en en el cielo… A veces, cuando se me escapa un ¡Ay la leche! me da por levantar la mirada a mí también. Galaxia es simplemente otra forma de decir ‘Vía Láctea’. Vía Láctea era una expresión latina que significaba ‘camino de leche’. Galaxia es la versión griega. Viene del griego gala, gálaktos, que significa ‘leche’. Compara gálaktos con lactosa o lácteo, y te darás cuenta de que contienen la misma raíz. Convertimos nuestra galaxia en la “Vía Láctea”, preservando los restos de un antiguo cuento que contaba cómo a la diosa Hera, mientras estaba amamantando a su hijo Heracles, se le escaparon unas gotas de leche que se convirtieron en estrellas.

Siempre me he preguntado por qué a los hombres nos gustan tanto las tetas. Supongo que nos hacen sentirnos niños… Decía Santa Teresa que «el conocimiento propio jamás se ha de dejar,/ ni hay alma en este camino tan gigante que no haya menester/ muchas veces tornar a ser niño y mamar.»

Historias de Paco Sanz ✍️

GÉNEROS DE VIOLENCIA

Publicado el 25 de mayo de 2017.

Había mantenido una, he de reconocerlo, frágil entereza de ánimo durante todo el espurio proceso en el que me veía inmerso. Pero finalmente, con ese pinchazo sutil y esa sensación áspera subiéndome por la garganta, no pude contener las lágrimas… Rodaron tímidas y amargas por mis mejillas cuando el agente comenzó a tintar mis dedos; con un rodillo untado en una especie de betún, de textura densa, como de pomada negra. Negra, como el color de las entrañas de quién me había metido en la situación en la que me encontraba.

Todos y cada uno de mis dedos, resignados y dócilmente guiados por las enguantadas manos del agente, dejaron su impronta indeleble y obediente en la ficha policial. Aquél, amablemente dejó que amainasen mi ánimo y la impotencia de mis lágrimas y mis pucheros, antes de comenzar a hacer las fotos de rigor que el proceso de mi detención requería: sentado, de pie, de frente, de perfil, en escorzo.

Era la primera vez en toda mi vida que me encontraba en una situación semejante. Jamás salvo en la mili, en mis cincuenta años había yo pisado cuartel, comisaría o retén alguno; jamás.

Aún con las manos sucias de esa grasa negra –como de entraña negra– fui acompañado a una celda de predetención «para que no pudiera hacerme daño» me dijeron… Y quedé recluido a cal y canto al cerrarse con un sonoro giro de llaves tras de mí, una estrecha puerta de barrotes sólidos e infranqueables. El tiempo, y el sonido reverberante y metálico del portazo al cerrar aquella celda, parecieron como coagularse lentamente.

Una celda absolutamente vacía «para que no pueda lesionarme» me repiten, de seis pasos de largo por tres de ancho… El olor agrio y africano del lugar delataba, junto con la roña amontonada y rancia en las cuatro esquinas del piso basto, que hacía semanas nadie había pasado una escoba, fregona o cualquier otro útil de limpieza por esa sentina inmunda en la que ahora me encontraba preso… Los restos de vomitona chorreada en el gris de las paredes, y las pintadas bastardas y soeces que los presos aburridos y embrutecidos habían ido dejando en ellas, aumentaban el ambiente morboso y perro de mi lugar de reclusión; y cómo no, el de mi ánimo.

Estaba formalmente detenido por la Policía Nacional; todas mis pertenencias en una puta bolsa de plástico con un número en ella; y encerrado como un criminal en una cloaca vil.

Meditando en cada una de las calculo más de noventa, veces que le di la vuelta nerviosamente a la celda en las más de cuatro horas que duró mi reclusión, iba reafirmándome en la decisión de no involucrar a mis hijas en ésto… Siempre he creído que el ideal o la imagen arquetípica que debemos tener de nuestros padres -al menos yo sí la tengo- es sagrada. La familia es sagrada, y ésa ha sido una de las constantes en la educación de mis hijas.

Juro que sólo le escribí por güasap, literalmente, aquéllo de «…pagarás en vida todo el daño que hagas.»

Al día siguiente y muy temprano, tenía una pareja de la guardia civil en la puerta de mi casa con una orden de detención por amenazas.

eeen fin.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

Menos humanos

Publicado el 16 de octubre de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

Hubo una vez, que tuvimos que enterarnos de que éramos una especie de primos del mono. Del ‘Manual de Civismo para Jovencitas’ recuerdo un consejo: «si te dicen que el hombre se distingue del mono porque no tiene cola, no remuevas diciendo que sí tiene una…»

El hecho de que un hombre se entienda a sí mismo, bien como la imagen de Dios o bien como la de un mono que ha tenido éxito, establecerá una clara diferencia en su comportamiento con relación a los hechos reales. También en ambos casos oirá muy distintos tipos de mandatos dentro de sí mismo.

Para que los niños no se comporten como animales, vamos a no decirles que lo son, que descienden de ellos. Es el argumentum ad consecuentiam, falacia muy querida por los antievolucionistas, que hacen como si una cosa fuera verdadera o falsa según nos gusten o no sus consecuencias… Como exclamó una dama de la alta sociedad al escuchar las noticias sobre sus menos que nobles orígenes: «¡Esperemos que no sean ciertos. Pero si lo son, esperemos que no se hagan públicos…!»

Veo que la gente descendemos de una larga secuencia de ancestros humanos y animales, en una serie interminable de acontecimientos fortuitos, encuentros accidentales, rapiñas brutales, escapatorias afortunadas, esfuerzos sostenidos, supervivencias a la guerra y la enfermedad. Se necesitó una concatenación intrincada e improbable de acontecimientos para llegar a cada uno de nosotros, una inmensa historia que otorga a cada persona la sacralidad de un sequoya milenario, o a cada niño la exquisitez de un secreto.

Nuestro sistema de vida se ha estropeado, es hora de dejar hacer a la evolución su trabajo. Una vez que la selección natural ha solventado un problema, suele quedarse en esa solución siguiendo la máxima: “Si no está estropeado no lo arregles…” Dicho de otro modo, en ausencia de una presión selectiva para cambiar, los sistemas no se renuevan y ostentan muchas huellas de su pasado evolutivo. Puede, que un proceso se lleve a cabo de una cierta manera simplemente porque primero evolucionó de esa manera, y no porque ésa sea en absoluto la mejor y más eficaz.

Tengo miedo de que se nos hinche un lado de la cabeza, debido a que el éxito evolutivo de los hombres rápidos, acabe conduciendo a una hipofunción del pensamiento lento; con la consiguiente hipertrofia de estructuras nerviosas, probablemente del hemisferio derecho, idóneas para reforzar el pensamiento rápido.

Y en la medida que vaya tratándose más de sintonizar que de hacer encajar; que las cuestiones clave sean cuestiones más de buen gusto que de buenas razones, tengo miedo también de que acabemos, yendo así, siendo cada vez menos humanos, más mala gente.

Historias de Paco Sanz ✍️

ENVEJECER. MORIRSE

Publicado el 2 de abril de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

No sabemos vivir mucho más tiempo que el de ir envejeciendo. Es más: el que no acierte a morir joven casi seguro acabará siendo un viejo. Para evitarlo, vive deprisa y muere joven. Sería bueno tomar de los griegos su juicio sobre la vejez: detestaban el envejecimiento más que la muerte, y preferían morir cuando cuando sentían que empezaban a volverse tan razonables y tan viejos, como para haber perdido toda esperanza y toda paciencia.

Les he repetido a mis viejos pacientes, que si quieres envejecer sano envejece temprano. Ahora que el viejo soy yo no lo tengo tan claro. Sigue sin gustarme hacerme el joven a cierta edad, pero lo de adelantar el envejecimiento para vivir más me parece poco deportivo… Creo que es más importante luchar contra el envejecimiento que contra la muerte. Un maltrecho y caduco soldado de la guardia de César, interpeló a éste en la calle pidiéndole licencia para hacerse matar. Y César, viendo el aspecto decrépito del hombre díjole con algo de zumba: “Pero ¿piensas estar vivo?”

”Envejecer, morir, eran tan sólo las dimensiones del teatro./ Pero ha pasado el tiempo/ y la verdad desagradable asoma:/ Envejecer, morir/ es el único argumento de la obra” dijo Jaime Gil de Biedma.

Cuando le invitaban a seguir escribiendo más poesía -con una inolvidable mirada al personal en la que pese a la fatiga, el odio al tópico y una nerviosa insolencia, trataba sin embargo de mantener el decoro- comentó más allá del bien y del mal: “Es que, sabes, para mí es ya como si hiciera los deberes del colegio”. Poco después se suicidaría… Seguramente pensaba como un poeta de otros tiempos, que “… aquella libertad esclarecida,/ que en donde supo hallar honrada muerte,/ no quiso tener más larga vida./ Y pródiga de l’alma, nación fuerte,/ contaba por afrenta de los años/ envejecer en brazos de la suerte”.

Los científicos que persiguen extender los límites de la vida humana se preguntan ¿a cuál de las dos estrategias debemos destinar los recursos científicos y económicos en investigación: a frenar el envejecimiento o a luchar contra las enfermedades? En otras palabras ¿fallecemos la mayoría de nosotros porque envejecemos o porque enfermamos? Desde un punto de vista convencional nadie se muere de viejo.

La convención que designa las causas médicas de la muerte, es, que la causa es aquéllo sobre lo cual podemos influir si nos fijamos como objetivo luchar contra la enfermedad o la muerte. La CIE (Clasificación Internacional de las Enfermedades) decidió suprimir la vejez de la lista de causas de defunción en 1948.

Un servidor siempre se ha quedado a punto de cumplir veintitrés años. Antes de hacerlo todavía me esforzaba. Era ya oficial del ejército, licenciado en medicina, y podía patronear legalmente un barco muy lejos de la costa. Sin habérmelo propuesto me doy cuenta de que en cierto modo siempre me he quedado a punto de cumplir veintitrés. Así de simple he sido, sigo siendo. Cuanto más simple sea el organismo, más difícil será aplicarle las definiciones de envejecimiento y de muerte. En el caso de priones y virus incluso es difícil decidir si viven o no.

Hace tiempo que cuando llego a una puerta al mismo tiempo que una jovencita, ella pretende que pase yo primero, incluso me da las gracias cuando la dejo pasar. Debería cambiar de aspecto. El hombre que quiera saber cómo ha cambiado cuando empieza a envejecer, puede consultar en los ojos de una mujer joven a quien se acerque y en el tono en que ella le hable: así aprenderá lo que teme saber… Dura escuela.

Como Valéry, no he retenido lo mejor ni lo peor de las cosas: queda lo que ha podido quedar. Esta aritmética me ahorra el asombro de envejecer. Deberíamos estar agradecidos a la lentitud del proceso de envejecimiento, gracias a la cual podemos olvidar que estamos terminando nuestro paseo por este mundo. “En un día soleado, han salido a dar un paseo… luego los alcanzaremos nosotros” escribe el poeta Rickert en las “Canciones para los niños muertos” inmortalizadas luego por Mahler.

Historias de Paco Sanz ✍️

TRAMPAS TECNOLÓGICAS

Publicado el 9 de mayo de 2021.

Hace casi un mes que la plataforma donde alojo mi blog -WordPress lleva avisándome de que tenía de renovar mi suscripción de 96 euros anuales… También, hace más de seis años que de forma totalmente gratuita tengo este blog, y sólo por ver si aumentaban mis lectores el año pasado suscribí la opción de pago. Compré mi dominio; mi alojamiento dijeron… Me prometieron el oro y el moro en la difusión de mis textos, pero el caso, es que venían leyéndome una media de unas noventa a ciento veinte personas al día. Vamos, lo normal, lo de siempre.

¡Pero qué casualidad, que justo en los días durante los que tenía renovar mi suscripción de pago en la plataforma, la difusión de mi blog va y se dispara a una media estratosférica de entre cuatro y diez mil lectores al día…! ¡Al día…! Unas más de setenta mil visitas que, de verdá, yo no sé de dónde han salido…

¡Qué cosas…!

Pero claro, el rácano y desconfiado de mí dejó pasar los días para ver si sólo me querían por mi dinero, para finalmente darme cuenta de que así era… Porque pasados esos días, el tráfico de mi blog volvió a lo suyo y disminuyeron en un ochenta o noventa por ciento el número de mis lectores diarios.

Bienaventurados los que podemos leernos sin trampas tecnológicas. ¡Que no nos engañen…! No me gustan las trampas ni aunque salga ganando. Ya volveré a pagar otro año, éste, ya no… Me han mosqueado, hinchado los huevos. Y que conste que esta plataforma de WordPress es, para los que escribimos, simplemente cojonuda, magnífica; casi mejor que el papel…

Gracias a todos por leerme 🙏💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

PALABRAS Y DEBERES

Publicado el 13 de diciembre de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

Los dos deberes que dejo siempre para mañana: buscar la propia perfección y promover la felicidad de los demás, desde que aislamiento, confinamiento, distanciamiento y enmascaramiento están con nosotros, se quedaron en mejorar en lo que puedo, y aun gracias.

Las palabras, pensar con palabras, que es para muchos una servidumbre, para mí, en mis días felices, es una fiesta y una orgía. Una fiesta que incluye el orgullo, la insolencia, el exceso; la chanza de toda seriedad y filisteismo; un asentimiento divino hacia mí mismo por plenitud y perfección animales: el paganismo por excelencia.

Con ellas –las palabras– me da por aceptarlo todo. Incluso la ciencia natural. Me da por negar que sean un medio que sirva a los fines materiales del hombre, ni a su técnica, con cuya ayuda pueda sentirse menos incómodo en un mundo imperfecto y que le abra la vía del progreso. Por el contrario, me da por entenderlas como un medio para la elevación del espíritu, una vía para hallar reposo y consuelo en la contemplación de la eterna perfección del universo tal como ellas lo muestra.

¿Qué es lo que insufla vida a nuestras ecuaciones y crea para ellas un universo que describir? ¿Qué tiene el conocimiento para hacer de la vida algo afirmativo? ¿Es la vida un experimento del conocimiento? ¿Cómo es que la teoría es tan precisa describiendo? ¿Cómo es que va por delante de nuestras observaciones más finas? ¿No es la pregunta acerca de la bondad de nuestras teorías, razón suficiente para seguir perfeccionando nuestros instrumentos de medida…?

No nos atrevemos a afirmar en toda su plenitud nuestro deseo de existir sin límites: nos da miedo. Pero aún nos inquieta más sentir un momento de alegría cruel en nosotros, cuando surge la evidencia de nuestra miseria.

La manera más corriente de hacer el tonto es ser un vago. Se habla de tres formas de pereza: la primera consiste en pasar el tiempo simplemente comiendo y durmiendo; la segunda es decirse: “Alguien como yo no llegará a perfeccionarse, a conseguir una realización espiritual nunca”. Y la tercera, consiste en agotar la propia vida en tareas de existencia secundaria, sin abordar nunca lo esencial.

También me han dicho que hay tres formas de superar la tontería: la primera es que hay muchas cosas de las que puedes disfrutar, y la vida es demasiado corta como para dejarlo para luego; la segunda, es hay que pensar que para vivir mejor es necesaria una transformación interior que sólo depende de cada uno y que está incluso a tu alcance; y la tercera, es que hay que dejar de permitir que el detalle pase antes que lo esencial… Que hay que librarse cuanto antes de lo que, no permitiéndonos desarrollar nuestras cualidades interiores, no nos permite llenar de alegría, dar con el sentido de, nuestra existencia.

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EL TACTO

Publicado el 22 de marzo de 2021.

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No pude sentir, así que intenté tocar… Vemos más, oímos más; olemos y gustamos más o menos como siempre; pero tocamos menos. De una persona demente se dice a veces que ya no toca. El diccionario dice que tocar es ejercitar el sentido del tacto. El tacto se llama así porque toca (tangere) y tacta (pertractere). Dos son las clases de tacto: una procede del exterior, como cuando nos hieren; otra tiene su origen en el interior mismo del cuerpo, es lo propioceptivo, como un embarazo.

“Cuando el dulce Cazador/ me tiró y dejó herida,/ en los brazos del amor/ mi alma quedó rendida./ Y cobrando nueva vida/ de tal manera he trocado,/ que mi amado es para mí/ y yo soy para mi amado”. Santa Teresa escribía cosas como éstas… Sentirse tocado por Dios hace que lo sintamos dentro.
Ahora que cada vez tocamos menos entre nosotros, entramos en contacto cada vez más con máquinas. Apenas quedan restos de intercambio recíproco de información, sino que son las máquinas las que cada vez más interactúan entre ellas, sirviéndose de nuestras mentes y cuerpos humanos, como una suerte de inconsciente háptico, cuya mediación hacia el mundo de las e-cosas, vendría servida por las manos (o más exactamente, por la punta de los dedos) de cada usuario terminal.

El término “háptico” viene del verbo griego háptomai, que significa “entrar en contacto con”, “tocar”, “agarrar…” La simultaneidad del afectar y ser afectado. Tocar es ser tocado. Sentir es sentirse.   
En las relaciones humanas también tiene el tacto un sentido metafórico. Es algo así como la prudencia para proceder en un asunto delicado. Por ejemplo: hace falta mucho tacto para decir que no, sin herir. Es una especie de más allá de la buena educación. Si entras en un baño y ves una mujer desnuda bañándose, y cierras la puerta diciendo ¡Uy perdón Señora! eso, es buena educación; si dices ¡Uy perdón Señor! eso, es tacto.

Las personas que tenemos la suerte de tratar con gente con mejor educación que la nuestra, tenemos que prodigar el tacto. Ellas me han enseñado, que el ser bueno con aquél a quien no agradas exige no sólo mucha bondad, sino también mucho tacto.

Creo que los animales pueden sentir, yo siento cuando les toco. Las máquinas no. Las máquinas solo saben de «cuanta» no de «qualia». Las propiedades fenoménicas: sentimientos crudos tales como el olor de la menta o el tacto de la piel amada, son rasgos de la experiencia sensorial. También se les llama “qualia”. Todos los organismos sensibles experimentan algún tipo de «qualia». En cuanto a las máquinas, no las poseen; ni siquiera los robots, ni los zombis si es que existen. Las cosas no sensibles sólo poseen y detectan propiedades físicas (o químicas, biológicas, o sociales…)Ahora que estamos más en contacto con máquinas que nunca, me doy cuenta de que en lo de tocar no ayudan gran cosa. Los potenciales de la tecnología con respecto al cuerpo humano, se desarrollan de acuerdo con los siguiente apartados: La visión teleobjetiva, el oído telefónico, el movimiento automático, el tacto telemanipulado, la inteligencia artificial, y la presencia virtual.
 
En amorosas situaciones, el tacto es vital; a ciertas personas las quisiera tocar pero no puedo, son audiovisuales. Aún y así no paro de decirles cosas… Incluso, he llegado pensar que la palabra nace para el amor, y se hace necesaria cuando el tacto es insuficiente.

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Izquierdosis. Izquierditis. Izquierdemia.

Publicado el 30 de abril de 2021.

Todo se ha estropeado, se ha inflamado, todo se ha infectado…

¿Cuánto tiempo llevamos ya luchando contra esta puta pandemia…?

¡Pues cuidado…! Porque ronda por ahí otra enfermedad también la mar de contagiosa, más incluso; y todavía más mortífera y difícil de curar. Más de cien años lleva por ahí la hijadeputa campando e infectándonos a sus anchas.

Otra pandemia. Un mal rojo, que se te enrroca implacable en las neuronas dejándote sin posibilidad ninguna de raciocinio ni reacción. Anula de tu organismo cualquier posibilidad de decisión honorable o sensata, y te empuja, tanto a la estupidez como a la bellaquería y hasta la infamia de forma tal, que dejas totalmente de pensar por ti mismo.

O eso parece, según los datos que reflejan los encefalogramas planos.

Acaba ese virus completamente con la empatía porque hace de tí algo así como un zombi, un imbécil, al servicio de otros. Un esclavo, que renuncia a pensar por sí mismo para –y por una paguita por aquí o una subvención por allá– entrar a formar parte de una especie de milicia justiciera… Algo, que te hace creer que eres importante, pero sólo porque votas a quien votas y porque váis en manada.

Si votaras otra cosa te encontrarías solo, pensando tú solo; y serías otra cosa claro: un fascista, seguro que violento; un español tardofranquista o un homófobo heteropatriarcal; una escoria; alguien sin derechos ninguno…

Yo, también les voté hace ya muuuchos años.

Si conocéis a quién semejante mal padezca, apiadaos eso sí, pero prestadle auxilio desde la distancia; hacedme caso… Mantened siempre un prudente alejamiento del espécimen; y no confiéis nunca en que estar junto a la peste no os terminará apestando irremisiblemente… Es como el sonsonete de una mala canción: como la oigas mucho y aunque no quieras, tarde o temprano terminarás aprendiéndotela.

Obrero, ninguno de ellos; resiliencia, tontás; cogobernanza, paparruchas; empoderamiento, filfa; nosotros y nosotras, farfolla; democracia progresista, ná de ná… La Historia ya ha demostrado y de sobra, que progresista es a progreso lo que carterista es a cartera. Y como siempre ha habido más tontos que listos, siempre ha sido solo nuestra la responsabilidad de a favor de quién estamos, y de qué cosas son las que elegimos.

Lo único bueno, que puede concluirse del hecho de contraer en algún momento esta terrible y zurda infección, es, que los pocos humanos que han logrado sobreponerse a ella nunca pero que nunca más vuelven a infectarse, ya que sorprendentemente adquieren un tipo de rara y persistente inmunidad contra la tontuna… Cosa ésta -no me lo negaréis- que dado cómo están los tiempos habría que ir estudiando con detalle por ver si nos sirve de algo. ¿No…?

eeen fin.

Que no nos engañen.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

…….

«Dejé de ser marxista por ser español…»

Publicado el 27 de marzo de 2018.
No hay necesidad alguna de presentar al comunicador más influyente de la derecha española en las últimas tres décadas. Pero sí la hay de leer ‘Memoria del comunismo. De Lenin a Podemos’ (La Esfera de los Libros), porque librará a muchos incautos de perder el tiempo y la moral por culpa del vigente influjo de la ideología más criminal de la historia. Losantos la profesó, salió con vida, y aquí explica cómo lo hizo.

LECTURA ATENTA…

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«Dejé de ser marxista por ser español…»

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España es culpable

España es culpable

Arturo Pérez Reverte

10 de septiembre de 2017.

«Cuando miro atrás sobre cómo hemos llegado a que una democracia ejemplar de cuarenta años en uno de los países con más larga historia en Europa se vea contra las cuerdas acorralada por antipatriotas, me llevan los diablos por la podredumbre moral de una clase política capaz de manipular y sobornar con tal de mantenerse en el poder aunque sea con respiración asistida. De esa panda de charlatanes, fanáticos, catetos y a veces ladrones —con corbata o sin ella— dueña de una España estupefacta, acomplejada o cómplice. De una feria de mangantes que las nuevas formaciones políticas no regeneran, sino alientan.

El disparate catalán tiene como autor principal a esa clase dirigente catalana de toda la vida, alta burguesía cuya arrogante ansia de lucro e impunidad abrieron, de tanto forzarla, la caja de los truenos. Pero no están solos.

Por la tapa se coló el interés de los empresarios cobardes y cómplices, así como esa demagogia oportunista, encarnada por los Rufiancitos de turno, aliada para la ocasión con el fanatismo más analfabeto, intransigente, agresivo e incontrolable con esa pinza siniestra de chantaje social y emocional facilitado por la dejación que el Estado español ha hecho de sus obligaciones —cualquier acto de legítima autoridad democrática y defensa de los valores nacionales se considera por intoxicación un acto fascista—, crece y se educa desde hace años a una sociedad joven de Cataluña, con sesgos de intolerancia visceral con efectos dramáticos e irreversibles, a corto y medio plazo. En esa fábrica de desprecio, cuando no de odio fanático, a todo cuanto se relaciona con la palabra España.

Pero ojo. Si esas responsabilidades corresponden a la sociedad catalana, el resto de España es tan culpable como ella. Lo fueron quienes, aun conscientes de dónde estaban los más peligrosos cánceres históricos españoles, trocearon en diecisiete porciones competencias fundamentales como la educación y las fuerzas de seguridad del estado.

Lo es esa izquierda insensata que ha pervertido al pueblo para que la bandera y la palabra España parezcan propiedad exclusiva de la derecha, y lo es la derecha que no vaciló en atribuirse como exclusivos tales símbolos en sus turbios negocios. Lo son los presidentes desde González a Rajoy, sin excepción, que durante tres décadas permitieron que el nacionalismo despreciara, primero, e insultara, luego, los símbolos del Estado, convirtiendo en apestados a quienes con toda legitimidad los defendían por creer en ellos. Son culpables los ministros de Educación y los políticos que permitieron la tóxica falsedad en los libros de texto formando generaciones en el desprecio para un futuro de enfrentamiento. Es responsable la Real Academia Española, que para no meterse en problemas negó ayuda a los profesores, empresarios y padres de familia que acudían a ella denunciando chantajes lingüísticos.

Es responsable un país que permite que grupos de miserables silben a su himno nacional y a su rey, escupan y quemen nuestra bandera que simboliza la unidad entre todos.

Son responsables los periodistas y tertulianos que ahora despiertan indignados tras mirar para otro lado durante décadas, mientras a sus compañeros los llamaban exagerados y alarmistas.

Porque no les quepa duda: culpables somos ustedes y yo, que ahora exigimos sentido común a una sociedad civil catalana a la que dejamos indefensa en manos de manipuladores, sinvergüenzas y delincuentes. Una sociedad que, en buena parte, no ha tenido otra que agachar la cabeza y permitir que sus hijos se camuflen con el paisaje para sobrevivir. Unos españoles desvalidos a quienes ahora exigimos, desde lejos, la heroicidad de que se mantengan firmes, cuando hemos permitido que los aplasten, humillen y silencien.

Por eso, pase lo que pase, el daño es casi irreparable y el mal de la codicia sin escrúpulos, ni principios es cancerígeno, pues todos somos culpables. Por estúpidos, por indiferentes, por cobardes.

Ahora borra este mensaje y condénalo en la indigna indiferencia esperando que otros hagan el esfuerzo por ti o pásalo a tus amigos y manifestaros en contra del desmoronamiento moral de esta España histórica por la que millones dieron su vida, por defender su integridad y dignidad milenaria, de una cultura que desde fuera ha sido referencia ejemplar mundial.

¡En tus manos, queda…! 🇪🇸»

¡QUÉ RISA…!

Publicado el 12 de abril de 2021.

Me despertaron aquellos golpecitos insistentes en la ventanilla de mi coche. Toc toc toc…

Vaya nochecita de marcha tan potente la que me pegué, lo malo, es que sólo tenía recuerdos hasta las cinco o así de la madrugada; del resto no me dejaba acordarme la melopea. Toc toc toc… Envuelto por completo en la niebla del tablón que aún llevaba tardé en reaccionar. Toc toc toc… Poco a poco fui percatándome de que lo que oía, también, eran pitorradas de coches enfadados que me rebasaban por la izquierda ya que estaba parado así sin más justo en medio de mi carril, y en una de las principales calles de entrada a mi pueblo… ¡Qué extraño…!

Toc toc toc…

Lo raro es que eran ya más de las ocho de la mañana; lo malo es que llevaba un pedal tremendo y estaba parado en un semáforo; y lo peor es que me había quedado durmiendo mientras ese semáforo estaba en rojo… Lo que no sabía, era cuánto tiempo había estado ahí tirado con el motor en marcha, con la cabeza apoyada en el cristal de mi ventanilla dándome todo el sol en la cara, y roncando hasta babear con la boca abierta de par en par. Toc toc toc…

El susto me lo pegué unos segundos después -mientras aclararaba aquella espesa niebla etílica- cuando giré la vista a la izquierda y me crucé con los ojos de aquel guardia civil al otro lado de la ventanilla. ¡Joooder…! Era aquélla una mirada severa, aunque diríase que a la vez como asombrada e incluso tierna; luego, hasta me pareció detectar la mueca de una ligerísima sonrisa en su cara… Me hizo aquel agente el gesto imperativo de que bajase la ventanilla, tras lo que me saludó de forma reglamentaria llevando el canto de su mano derecha recta y a la sien.

— ¿Buenos días, se encuentra Usted bien…?
— Pues hommmbre, mire, yo…
— ¡Salga del coche, por favor…! Me interrumpió drástico al ver que sí, que yo al menos reaccionaba, resucitaba…

Cegado por los rayos de sol mañaneros a tan tempranas horas, salí del coche a trompicones todavía bajo los efectos de tanto cubalibre: todo borroso, confuso, muy mareado… Tanto es así, que el agente, muy suave y amablemente me agarró del brazo y me acompañó a la sombra de la acera opuesta, introduciéndome en una especie de soportal que estaba abierto, y haciéndome sentar con cuidado en un banco de madera que había junto a la entrada… Pasaron los minutos, y despacio, fui pudiendo enfocar tanto la vista como los pensamientos, hasta que conseguí hacerme una ligera idea de lo que me estaba pasando.

Me levanté de aquel banco procurando dar muchos menos trompicones; salí de nuevo a la calle, y allí estaba el agente tomando notas junto a mi coche… Pero lo mejor fue cuando al girarme mareado con intención de volver al abrigo del soportal, levanté un poco la cabeza y con algo de dificultad, pude leer en el frontal de las puertas, aquéllo:

TODO POR LA PATRIA

¡Ostiaaas…! 😟😳

No sólo iba conduciendo curda perdido y me había quedado durmiendo al volante parado en un semáforo en rojo, sino que además el semáforo donde tan plácidamente dormía, resulta, que encima era el que estaba justo frente a la Casa Cuartel de la Guardia Civil de mi propio Pueblo… ¡Mira tú, qué casualidad, coooño…!

Y claro, setenta y dos horas me tuvieron cómodamente alojado allí mismo y a pensión completa.

Creo, que absolutamente todos los agentes de la Casa Cuartel se interesaron con verdadero cariño por mí, y por conocer la mayor cantidad posible de los detalles de mi digamos que peripecia…😳 Fueron amabilísimos conmigo, a la vez que también condescendientes y comprensivos con aquel suceso tan insólito y chocante, que había yo, digamos que protagonizado…🤣😂 Años más tarde, uno de aquellos agentes me confesó con sincero cariño y todavía meándose de la risa, que pasaron unos ratos estupendos partiéndose el culo conmigo todo lo que quisieron.

eeen fin. 😂🤣

¡Qué cosas…! Yo ahora también me río. ¡Venga, supéralo…! 😳

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

….

EL FRÍO…

Publicado el 4 de enero de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

He pasado más miedo con el frío que con el calor. Cuando vivaqueaba, recuerdo haberme despertado porque un lado de la cara se me había quedado helada. También que cuando llega la fiebre, lo primero que sientes es frío. Del frío mejor guardarse. Uno de los consejos más viejos de la medicina dice que: «Conviene tomar baños calientes, dormir sobre algo blando, embriagarse una o dos veces, de cuando en cuando, y entregarse al coito cuando se presente la ocasión”. Decía Ramón, y tengo que darle la razón, que “cuando sentimos un pie frío y otro caliente, sospechamos que uno de los dos no es nuestro”.

Todavía ahora combatimos el frío intentado que, de vez en cuando, el calor nos llegue a los huesos. Recuerdo a Margarita, una vieja a la que su hijo había acabado convenciendo de que se fuera a vivir con él en un apartamento, con calefacción central y todo. A veces, cuando el invierno apretaba, se venía nuestra casa y nos pedía permiso para quedarse un rato junto al hogar. Después de estar un buen rato cerca del fuego se volvía a su casa. Nos decía que en su casa se estaba bien, pero que si se quedaba fría, por mucho que se acercara al radiador el frío no se le iba.

A veces pienso en ella cuando, al volver de uno de esos paseos idiotas a los que por mucho frío que haga en la calle a veces no puedo evitar entregarme, intento abrazar a mi señora. Me dice que por qué no intento antes estar un buen rato junto a un radiador. Para los viejos el calor corporal puede llegar a ser un tesoro.

Mira que lo sabía, pero cuando le di un beso en la frente a mi madre, poco después de que hubiera muerto, me quedé sorprendido de lo fría que estaba. Lo que está cerca del nacimiento es húmedo y caliente, y crece mucho, como lo que todavía está en la infancia. El individuo joven procede de una mezcla de elementos calientes y secos. El hombre, cuando ya no se desarrolla más es seco y frío, porque el calor que afluye ya no domina. Los viejos son fríos y mojados, porque el fuego se retira y el agua afluye.

En una habitación fría, cuando llega la noche, nos acercamos mejor unos a otros. Pues no sólo del invierno habla el frío, también de la noche. Cada uno, cuando llega el invierno, cuando llega la noche, se calienta con lo que puede. Unos con una compañera más joven que uno, otros con la libertad. Y es que “Como en la oscuridad de la noche invernal/ nuestros ojos buscan el alba/ como en los brazos del frío amargo/ el corazón ansía el sol/ así de ciega y atada/ nos reclama el alma entre sollozos/ sé nuestra luz, nuestro fuego, nuestro aliento/ ¡Libertad!”

Además, por la pandemia y el frío que está haciendo, mejor quedarse en casa. Esperando que si lo hacemos así, sean con nosotros más clementes los dioses. Como si fuéramos esquimales. Para los esquimales hay dos religiones: la de verano y la de invierno. Sus dioses no eran iguales. Los de invierno tenían que protegerlos dentro de los iglúes, y los de verano ayudarles en sus actividades de caza y pesca.

No hay que permitir que el frío, que la noche, que el invierno, se nos metan dentro. Decía Rimbaud “Temer mucho al invierno, porque es la estación del confort”. Cuando el entorno es demasiado confortable, ni la libertad, ni la proximidad de la compañía son tan necesarias, tan preciosas, como debieran ser.

Historias de Paco Sanz ✍️

LA NOTA A MANO

Publicado el 28 de marzo de 2021.

Una carta o una nota, escrita a mano, desde siempre fue la forma más íntima y personal -maneras encriptadas en el trazo- de enseñar, detalles tan sutiles de uno mismo que no lo conseguirá así ninguna otra forma humana de comunicación. Nunca. La caligrafía y la grafología siendo emociones escritas a mano. Nada mejor que notar el perfume en ese papel, y percibir anotadas, aquellas palabras de amor verdadero descritas con el pálpito indeleble de un breve gesto de tinta.

El arte de la caligrafía epistolar era como el acierto de un buen piropo: un regalo imposible de rechazar. Escribir bien era un guiño intelectual, atractivo; la exhibición de un lujo léxico. La buena letra constituía algo así como una forma de presentación personal, acaso elegante, y por ello una reverencia simbólica al buen gusto… Una muestra más, y exquisita, de verdadera estima y respeto por nuestro muy nuestro y estimado interlocutor: el lector.

Cosas así, son las que estamos perdiendo irremisiblemente los humanos debido a lo de usar tanto artefacto. Aunque ahora que lo pienso bien, el tintero, el papel, y la pluma de ganso ahuecada rajada y cortada en cuña también lo eran: simples artefactos… El caso es que aquí estamos, seguimos; leyendo.

No nos engañemos, a la caligrafía la hemos perdido irremisiblemente pero nunca deberíamos perder de vista a la sintaxis: es un arma muy, mucho, más poderosa. Y por ello y para no perderlo todo, la correcta ortografía, en este siglo XXI tan guapo y tan listo él se nos debería exigir a todos tal y como se le exige el valor al soldado, es decir: siempre… No a las faltas de ortografía; no, gracias.

Las tres, ortografía caligrafía y sintaxis, fueron verdaderos problemas cuando niño, época en la que casi no entendía nada y tampoco sabía expresar casi nada. Luego pasó el tiempo llegaron los números y claro, en mi caso fue todavía peor: más confusión. Los números siempre me han servido sólo para contarme los dedos y poco más. Soy -debo de ser- algo torpe, o de letras, o de artes. Soy creativo, eso sí. Pero eso de ser creativo se ve que es el refugio de los que aunque nos lo creyésemos en su día, resulta que no somos tan tan listos como creíamos…

Si tuviera estudios serían de letras, o no; vete tú a saber. No sabría decir. Es cosa extraña eso del saber, eso de saber cosas, y lo de las cosas ésas del saber… Yo, he de confesar que no me aclaro mucho; menos mal que hoy en día tenemos los emoticonos éstos: 🙄😳 ¡Qué cosas…! Menudo invento.

eeen fin. Sabéis que os quiero 💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

NO HABLES, NO LEAS, NO ESCRIBAS…

Publicado el 31 de marzo de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

No hables, no leas, no escribas. “No hables, si puedes leer. No leas, si puedes escribir. No escribas, si puedes pensar” Hanna Arendt dejó escrito algo parecido. El problema es que sólo podemos pensar con las palabras que tenemos a mano, a consciencia. Y sin ponerse a hablar, a leer o a escribir, cuesta encontrarlas. En general sólo se puede pensar hablar o escribir, más, que con las palabras que les da por aparecer. Creo que sigo leyendo por eso.

Ya de niños jugábamos con lo que teníamos a nuestra disposición. A lo largo de la revolución industrial los científicos, fueron los beneficiarios de la nueva tecnología mucho más que sus benefactores. Dedujeron sus teorías del comportamiento de los nuevos aparatos que iban teniendo a su disposición, más que inspirarlos. El trabajo de los científicos es realmente acompañar y explicar los hallazgos empíricos, de quienes juguetean con la tecnología y terminan por descubrir algo.

A veces creo que primero pensamos y luego hablamos. O que primero estuvo el cerebro y luego la mano. O que antes estuvo la inteligencia y luego la memoria; pero la verdad es que para cuando el primer escriba garabateó y pronunció las primeras letras, el cuerpo humano ya era capaz de actos de escritura y de lectura que pertenecían al futuro. Es decir, el cuerpo estaba en condiciones de almacenar, recordar y descifrar toda clase de sensaciones, incluidos los signos arbitrarios del lenguaje escrito que aún estaban por inventarse.

A base de estar leyendo tanto uno termina por escribir. A base de hablar tanto uno termina por no tener nada que decir. Parece que para poder escribir hay que empezar a callar. Eso de hablar sin nadie que te escuche, es más patético que escribir sin que nadie te lea; en cuanto a lo de pensar sin palabras, como buen escribidor, me cuesta un huevo. En el scriptorium debía realizarse la actividad en silencio: “Calla; el escriba no sufre junto a sí a nadie que hable. Nada tienes que hacer aquí, garrulo, hablador: vete fuera”.

A mi edad sigo leyendo más por costumbre que porque quiera aprender nada. O porque no tenga nadie a quién decir nada. Aunque creo, que un motivo plausible para que los mayores sigamos leyendo es la creencia de que no somos verdaderamente viejos hasta que no empezamos a sentir que ya no tenemos nada que aprender. De hecho, a los viejos, la disminución del volumen prefrontal que aparece junto a las dificultades de aprender y ejecutar nuevas tareas, y la larga duración de distracciones invalidantes, se debe más a la pérdida de sinapsis y reducción de espinas dendríticas, que a tener menos neuronas porque éstas ya se hayan muerto del todo.

Muchas veces me he preguntado porqué sigo leyendo. No he olvidado las palabras de Platón: “¡Esclavo, toma el libro y lee!”. Me doy cuenta de que puedo hacerlo de muchas maneras, a veces porque no tengo otra cosa que hacer, pero en general es porque lo prefiero a cualquier otra cosa. Nuestra actividad de lectura está dirigida por los objetivos que mediante ella pretendemos; no es lo mismo leer para ver si interesa seguir leyendo, que leer cuando buscamos una información muy determinada, o cuando necesitamos formarnos una idea global del contenido para transmitirlo a otra persona. No nos perturbará del mismo modo percibir lagunas en nuestra información en un caso, que en otro.

Dice Nietzsche que «sólo debemos leer libros que nos muerdan y nos arañen. Si el libro que estamos leyendo no nos obliga a despertarnos como con un mazazo en el cráneo ¿a qué molestarse en leerlo? ¿para que nos haga felices, como dices tú…? ¡Cielo santo, seríamos igualmente felices si no tuviéramos ningún libro! Los libros que nos hacen felices podríamos escribirlos nosotros mismos si no nos quedara otro remedio”. He llegado a pensar que, en general, escribo por eso. También dice que “Un libro debe ser el hacha que quiebre el mar helado dentro de nosotros mismos”. También lo hago por eso.

Historias de Paco Sanz ✍️

GENERACIÓN HAZMERREÍR

Publicado el 20 de marzo de 2021.

Los españoles al contrario de los anglosajones desde siempre hemos follado, y luego matrimoniado como Dios mandaba, con todo lo que pillábamos por ahí por el Mundo. ¡Fuera racismo…!

¿Cómo no íbamos a ser ahora todo íberos y mestizas; cómo que no somos todos romanos, visigodas, o moras y cristianos…? Todos somos indios y mulatas, cholos, zambos y criollas. Siempre, desde siempre, hemos hecho los españoles el amor con todo aquél que se nos cruzaba. Y claro: una raza algo particular de seres híbridos sí somos los hispanos; sí… Mezcla rara y secular de tantas razas y colores, como de oportunidades haya habido de mezclarse a lo largo de nuestra Historia… Y si no te lo crees, mira cómo y cuánto somos de calientes los hispanos. No como otros… 🙄😳

«…Indios, negros o chinos, toda raza lo es sólo de hombres y hermanos nuestros, y sólo Dios puede juzgarnos. Por ello, y como españoles, juramos para siempre nuestro empeño en hacer cada vez más grandes los Reinos de España y el de Dios».

¡Con un par…! 💞

Deberíamos despertar ya… Una vez conquistamos el Mundo, y hoy, como nos descuidemos, nos vamos a ir todos a la mierda y a convertirnos a ojos de ese mismo Mundo, en la generación hazmerreír de españoles que consintió que la derrota y el desastre del 98 sean considerados una menudencia histórica, en comparación con el oprobio que está suponiendo lo que nos está pasando justo ahora…

Al menos entonces nos derrotaron ni más ni menos que los Estados Unidos de América: primera potencia mundial de la época. Fue una gran derrota pero honrosa; desastrosa pero digna; una pérdida enorme sí, pero que no empañó aquél orgullo quijotesco español y legendario que nos hizo pertenecer al grupo de las Grandes Naciones que inventaron el Mundo. Eramos la cuarta, quinta o sexta potencia mundial, no estoy seguro. Fuimos Los Últimos de Filipinas, de ésto sí estoy seguro…

Legión de politicastros renegados, cobardía general… «Negación suicida de lo español, ya, incluso, dentro de nuestro mismísimo suelo patrio. La guerra…»

Las células cancerígenas que también en el siglo XXI nos siguen pudriendo como españoles -y que seguro nos matarán si no hacemos algo al respecto- hace mucho tiempo que están perfectamente identificadas y señaladas: son células nacionalistas, envidias siniestras las llaman, células fascirojas diríase que hasta caníbales… Y sin duda ninguna el desencadenante de la metástasis de tan nefastas células, ha sido, la mierda ésta de autonomías y políticos sacamantecas que nos desgobiernan.

Afirmo, que sufrimos desde hace años los peores políticos de nuestros más de quinientos de Historia. Los más nefastos. Gente amoral, vagos de bagaje y propósitos, desmayaos culturales carentes de valor político alguno. Ratas, pirañas políticas, que otra vez quieren imponernos la vieja y cansina leyenda negra de la ignorancia y del olvido, del odio y la negación de lo español, propagando infamias de todo aquello que constituya o constituyó motivo de nuestro orgullo. Gentuza, que sufre una especie como de fiebre roja: un mal de tontos pero consuelo de muchos, de ellos…

Me quieren hacer creer que ahora los albaceteños, los de Alicante o los asturianos, los de Orense o los de Cuenca, no somos ya tan españoles como siempre lo fuimos… Que ya, somos otra cosa porque nos han o nos hemos convertido en eso que llaman ciudadanía: una especie de gente de otras comunidades. Gente como que forastera, con la que nos cruzamos por por la calle y con la que hablamos en español eso sí, pero que no deberían importarnos más que nos importarían unos meros turistas chipriotas, birmanos o mozambiqueños, que en esa misma calle nos preguntaran algo en inglés…

No saben nada ni han viajado de verdad… No les han contado qué es lo hispano ni no lo entienden. Les han robado lo que es el sentir español y el orgullo que tal condición debería suponer.

…eeen fin. Os quiero y lo sabéis. 💕

Que no nos engañen. 🇪🇸

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

JUGUEMOS…

Publicado el 23 de febrero de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

No hay pulsión a la repetición más allá del principio del placer. ¿Por qué volvemos a sacar el móvil y lo ponemos ante los ojos? ¿Por qué nos gusta tanto el fútbol? Porque nos gusta jugar. Somos más niños de lo que nos pensamos. No sólo con y contra otros, sino incluso con y contra contra nosotros mismos. A veces parece que desde los bichos hasta las máquinas, estuviéramos jugando todos.

Por ejemplo, hemos creado una máquina que juega tan bien al ajedrez que se aburre al enfrentarse con humanos. Tampoco le resulta interesante jugar con y contra programas diseñados por humanos. Ambos son débiles mentales. No puede aprender nada de ellos. En el fondo, la nueva máquina se siente intelectualmente sola, y únicamente mejora si juega contra ella misma.

Perdemos de vista la bondad de lo esencial, de lo que nos constituye, porque no podemos renunciar al placer de seguir jugando. La inteligencia es la preocupación eficaz por lo esencial. Pero, ¿para qué preocuparnos por lo esencial cuando gracias a los chips y las redes podemos interesarnos por todo? Por fin en el apartamento de la playa, ante el océano, podemos ponernos a jugar con el móvil.

Hace tiempo que hemos dejado de jugar a ganar. Conseguimos más placer, repetimos mejor, jugando por jugar. Un juego finito se juega para ganar, un juego infinito se juega por el placer de jugarlo. Las funciones son juegos finitos, los sistemas interactivos juegos infinitos. La computación interactiva resulta superior a la interacción simple. Trampa adelante. Jugar a partir de un momento dado a otro juego, y no darte cuenta de ello. Dejar que los demás sigan contando contigo como jugador.

Dios les dio a los gatitos el gusto por jugar, los ratones se encargaron de enseñarles el resto. Porque lo de jugar sirve incluso para aprender a vivir o para reproducirse. Las abejas al alimentarse de polen ayudan a las plantas a producir frutos. Pero las avispas “joden-juegan-aman” a las orquídeas sin comer nada de ellas ni producir frutos. Sólo se revuelcan, jugando, con el olor que las hembras que llegaron antes que ellas dejaron, sólo para jugar; y lo hacen para divertirse, no para alimentarse. Hay que amar como ama la avispa a la orquídea, más allá de la productividad. Si producen algo, es algo subjetivo, su goce; o algo útil en la medida en que es bello, la orquídea.

Hasta los jóvenes y no tan jóvenes científicos juegan. Casi como podría decirse que los antiguos físicos se dieron cuenta de pronto, que sabían muy pocas matemáticas para poder dominar la física, así puede decirse que los jóvenes se encuentran de pronto en la situación, en la que el entendimiento normal, sano, ya no alcanza. Todo se ha enredado tanto que, para dominarlo, haría falta un entendimiento excepcional. Pues ya no basta con poder jugar bien al juego, sino que siempre se plantea la pregunta: ¿hay que jugar a éste juego, o cuál es el juego correcto?

A los escribidores, si no nos gustara tanto jugar dejaríamos de hacerlo, porque a ver “¡Qué juego idiota sería ése de escribir cuando no hay nadie para leeros!”. “Cuando todo el mundo se ha largado, no hay nada más que hacer que jugar a juegos idiotas“. Lo esencial es volverse completamente inútil, diluirse en la corriente común, volver a ser pez y no jugar a los monstruos; el único provecho, me repito a mi mismo, que puedo sacar del acto de escribir, es ver desaparecer las cristaleras que me separan del mundo.

Es decir, jugamos a pensar más allá del acto de escribir, en el de dar a leer. Al igual que el actor no puede actuar a solas, en su dormitorio, porque sin público no actúa de verdad, sino que simplemente hace muecas de loco; tampoco el escritor puede escribir exclusivamente para la posteridad, porque necesita cierto eco, enseguida, de inmediato. Como aquel célebre escritor que tras decidir que solamente escribiría para la posteridad, se dio cuenta de que no tenía ganas de escribir. ¡Hacer como si no estuvieras solo en el mundo! ¡Qué gozada! A veces creo que saco el móvil del bolsillo sólo para comprobarlo.

Historias de Paco Sanz ✍️

el 8 y el 88

Mirando está foto me ha dado por pensar que, en los cumpleaños, los números 8 y 88 de las velas son los únicos que ven por igual y a la vez, tanto el fotógrafo al hacer las fotos como el que cumple los años y sopla… Y me explico: en los cumpleaños, cuando llega el momento de las fotos y hay que soplar las velas, la tarta se debe girar para que el número que pone en aquéllas no aparezca en las fotos al revés. ¿No…? 🙄😳 Pues eso.

Y sí, ya sé: ésta es una más de tantas tonterías mías que me da por pensar con tantísima frecuencia… ¿Pero eso, o algo así, podría explicar o no la mirada de mi madre…?

Y me he parado a pensar, porque me he fijado en esta serie de fotos: una ráfaga fotográfica, de ésas tomadas durante un par de segundos con el fin de ver qué sale fotográficamente… A mi sobrina se le ocurrió echar las fotos en modo ráfaga porque, como a su abuela no le gustan, quería pillarla riendo al menos en alguna.

Estaba feliz como una lombriz porque yo estaba allí y doy fe de ello. Pero, de entre la variedad y el detalle de los múltiples disparos en ráfaga de aquella cámara de teléfono tan moderno, apareció, entre otras, la foto ésta… Había otras en las que sólo sonreía, o en las que hacía mojigangas porque como yo no es muy fotogénica; y otras varias movidas, desenfocadas, inservibles…

El caso, es que teníamos seis u ocho fotos tomadas casi en el mismo instante pero todas diferentes. Es chocante que la misma persona en sólo un par de segundos pueda tener seis u ocho expresiones en su cara tan distintas. En determinadas ocasiones, casi toda la vida de uno puede pasarle por delante en sólo un segundo. A mí, eso me ha pasado ya varias veces y no te digo nada a los toreros, a los cirujanos a corazón abierto, los motoristas, o a los marineros… Cada segundo, cuenta.

Los disparos fotográficos múltiples en ráfaga y eso de que la vida pase en un instante, se parecen un poco, ¿no…? 🙄😳

Tierna la foto, sí, pero mira su mirada: no sabemos si al pastel, si al número 88 o si a su pasado; o quizá sólo estaba pensando… Son muchos los años y seguro que hay algo mucho más hondo en esa mirada que la simple ternura o la felicidad… Ella, cree creer profundamente en Dios, y aunque me gustan mucho tanto la mirada como la foto, conociéndola, toda mi vida voy a estar preguntándome qué estaría en el fondo mi madre pensando en ese momento: ¿gracias…? Quizás…

eeen fin.

Que te quiero mucho, Mamá ❤️

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

RELOJES

Publicado el 7 de marzo de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

A mis primeros relojes de pulsera les daba cuerda, luego vinieron los automáticos que se cargaban con el movimiento, luego los que iban con pilas, incluso los hay que se cargan con la luz. Ahora llevo un reloj inteligente que no sólo da la hora sino que vibra en mi muñeca y me cuenta cosas de mi corazón, incluso del grado de oxigenación de mi sangre. Además, hace que no tenga que sacar el móvil del bolsillo un montón de veces. Si me lo quito para dormir, creo que no me entero de si he soñado poco o mucho esa noche.

Los primeros relojes mecánicos -en el siglo XIII- eran de una sola aguja, sólo tenían la manecilla de las horas. La manecilla de los minutos se añade en el siglo XVI, y la de los segundos -es significativo- en el XVIII, en paralelo con el desarrollo del capitalismo industrial. Desde que aparece la medición exacta del tiempo, las horas y los segundos medidos con precisión, se convierten en algo que se puede comprar y vender. El tiempo se convierte así en algo que puede ser mercantilizado, algo impensable en la anterior sociedad feudal. Así durante el medievo uno de los motivos por los que se prohibió la usura, fue el considerar que cargar con interés equivalía a vender tiempo, y se suponía que éste sólo pertenecía a Dios.

Un actor cinematográfico no actúa ante un público sino ante un aparato. De Nürmi se decía que no corría contra los demás sino contra un aparato. Un servidor no mira ya el reloj sino el cardiógrafo… En la radiografía de tórax de mi madre lo que mejor se veía era el marcapasos, un aparato diciendo dónde anda otro. Cuando ruedo en bici cada vez miro menos el paisaje, vigilo menos el tráfico, cada vez dejo que mi cabeza sueñe menos, estoy cada vez más pendiente de los kilómetros, de los segundos, del mapa por dónde se desplaza el puntero enlazando con satélites, de los latidos de mi corazón, de la velocidad máxima y media, y su relación con ellos… Verdaderamente lo de salir a dar una vuelta en bici dispuesto a estar tan pendiente de los aparatos, y hasta incluso a metérmelos por el culo, podría hacerlo hasta sin salir de casa.

“El tiempo que ibas contando/ por años, meses y días;/ por horas y por minutos,/ era el tiempo que perdías./ El tiempo que no se pierde/ es cuenta de otro contar:/ es una cuenta que se hace cuento de nunca acabar”. Las horas de la locura son medidas por el reloj, pero a las de la sabiduría ningún reloj puede medirlas. “El tiempo que estás perdiendo/ lo pierdes porque estás vivo./ Vivir es perder el tiempo./ Los que no pierden el tiempo,/ y es porque ya lo han perdido/ para siempre, son los muertos”.

El tiempo perdido, que introduce distancia entre cosas contiguas, y el tiempo recobrado, que al contrario instaura una contigüidad de las cosas distantes, funcionan de manera complementaria, siendo el olvido o el recuerdo quienes realizan del milagro. Pues la diferencia entre el tiempo perdido y el recobrado, no se encuentra aún ahí.

Vivimos sustancialmente con el piloto automático conectado, y recibimos los estímulos del mundo exterior como una fantasía actualizable minuto a minuto. En muchos estratos sociales domina la tendencia a una especie de consumismo de la vida. Vivimos para comprar vida y gastarla inmediatamente a golpes, de modo que los objetivos a largo plazo se aceptan con íntima reticencia.

“Durante mucho tiempo me acosté temprano”. Así empieza En Busca del Tiempo Perdido. Unas palabras sencillas que ocultan un incomparable panorama imaginario. “Faltan fuerzas a la alta fantasía;/ mas ya mi voluntad y mi deseo/ giraban como ruedas que impulsaba,/ aquél que mueve el sol y las estrellas.”. Así termina la Divina Comedia.

Historias de Paco Sanz ✍️

Las Normas, el Lazarillo, y don Quijote.

Publicado el 13 de marzo de 2021.

la Picaresca y el Valor

Hasta el último maravedí del bolsillo nos quieren sacar… Envueltos, vigilados y pastoreados por este opresivo ambiente social tan políticamente correcto y tan moña, tan lerdo y mariquita, hemos claudicado convirtiéndonos sólo en una especie de masa amorfa: justo en éso que muchos han dado en llamar ciudadanía… Han hecho de nosotros una panda de inanes anónimos; de cobardes.

— ¡Ciudadanía serás tú, gilipollas…!

— Yo, soy español.

La del Lazarillo de Tormes, pese a ser obra anónima, es una de las más grandes de la Literatura Española y Universal. Por algo será… Aquél desconocido, al describir sin piedad ninguna la picaresca necesaria para soportar la dureza de la sociedad en la que sobrevivía, nos tiró la primera piedra a la cara de cómo somos realmente, y luego, muy anónimo él, escondió la mano. Lo cual es algo muy universal, muy humano y por ello muy español. Hoy, ésto de pensar y sobrevivir siéndolo -español- se ha vuelto tan difícil que, además de que quieren arrebatarnos los maravedís y hasta la picaresca para recuperarlos, tampoco se ve que se lleve ya éso de la caballerosidad y la valentía de nuestro Maestro Don Quijote: aquéllo, de mantenerse con la generosidad y la entereza de alguien un poco loco pero libre de miedos y tonterías.

Tampoco, se ve que se lleva ya aquéllo de lazarillear por ahí para buscarse la vida. Cosa un poco rara dado cómo están los tiempos y siendo un hecho, que estamos rodeados de tantos tontos ciegos y tantos cobardes como desde siempre ha habido. Se ve, que ahora llevamos mejor lo de que nos den una paguica… Así, también, nos dejamos de tonterías.

¡Ay, si el Lazarillo de Tormes o Don Quijote levantaran ahora la cabeza…!

Si hubiese cumplido, siempre y a rajatabla, todas y cada una de las normas que a lo largo de la vida muchos han pretendido inculcarme o imponerme, creo que todavía seguiría siendo vírgen: es decir, sin follar e igual de tontolaba y de inocentón que lo era en mi adolescencia… Nunca habría leído aquellos libros ni me hubiese ido voluntario a aquella mili, ni habría ido nunca por tierra a casi trescientos kilómetros por hora… No sabría lo que son experiencias así. No sabría lo que es saltar al mar a ciegas desde las calas de Torrevieja ni me habría emborrachado jamás; y fumar porros, decir palabrotas o no ir a misa, seguramente seguirían siendo pecados mortales.

Casi nunca me ha engañado el primer juanlanas con el que he tropezado cuando iba a una gran ciudad, pese, a que siempre he sido muy de pueblo y siempre se me ha notado mucho… Cuántas gracias le doy a Dios por librarme de no haber sido un abstemio de la vida; de no haber sido un desabrido miedoso que no se bebía todo lo que pillaba por ahí. La vida misma.

Creo, que un moderado impulso genético que de alguna forma nos empujase a saltarnos ciertas normas estúpidas, debería formar parte de todo ADN humano… Por ello, la persona que cumple siempre y sí o sí todas y cada una de las normas que se le dictan, creo, que seguramente es poco astuta, está poco loca para ser un Quijote, y no sé si sería siquiera un buen Lazarillo…

eeen fin. ¡Mejor que te quedes en casa…!

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

Historias de Otegui…

Publicado el 25 de febrero de 2020.

Los de mi generación crecimos espantados viendo casi a diario asesinatos por televisión. Asistíamos a las imágenes sin censura de aquellos cuerpos desmembrados, muertos en aquellos atentados tan brutales y frecuentes, y que emitía siempre y en riguroso directo la única cadena de televisión que había entonces. Cientos de muertes al año vistas con gran detalle… Miles de víctimas colaterales: esposas, hijos, padres, amigos. Españoles al fin y al cabo.

“Solo pido perdón, por si causamos más muertes de las necesarias…”

¿Pero serás perro…?

¡Qué asco…!

Mira, Otegui…

Para leer pulsa en los enlaces:

👉 MEMORIA DE UN FANTASMA

👉 EL ZULO DE ORTEGA LARA

👉 LA TRAMPA

👉 DIME CON QUIÉN PACTAS…

👉 LA RADIO Y LA ETA

…Y mucho más.

…eeen fin. Gracias por leerme. 🙏

Os quiero y lo sabéis. 💕🇪🇸

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

UN RESPINGO…

Publicado el 6 de marzo de 2021.

Me gustaría gustarte siempre y que me amaras, de la misma forma que amas y te gusta el pan caliente o el pasear, los besos de los tuyos, los amaneceres, o los finales felices. Que disfrutaras conmigo siempre, como cuando comes jamón del bueno o como cuando vas a la feria y te montas muuuchas veces… Que tuvieras siempre la misma cara que pusiste cuando te regalé aquel ramo de fresillas frescas. Que siempre me desearas de la misma manera que deseas justo ese tipo de cosas… Porque cuando algo te gusta mucho y me quedo mirándote, parece, como si vibraras levemente pero de puro gusto.

Yo, sí te lo noto.

Como cuando te beso el cuello por detrás, o cuando te ponen delante un plato de buen jamón; imperceptiblemente, el deseo hace que tiembles un poquito; es sólo un pequeño gesto, apenas una mueca, un leve respingo cariñoso, pero sí… Hasta se te escapa un pequeño suspiro; exalas, emites, apenas un gritito contenido, discreto, un gemido pequeño pero de puro gusto, de verdadero placer…

Si yo te gustara de esa misma forma tendría alguna certeza y alguna oportunidad. Y si yo te gustara justo así, con tal intensidad, sabría que te gusto de esa misma manera animal y gruñona con la que sé, que te gustan las cosas cuando realmente te gustan mucho… Sabría, que me deseas de esa forma en la que te enrabietas cuando no te sale alguna cosa como te gustaría, pero aún sigues queriéndola a toda costa.

Ser, como fue aquél primer amor que tan de verdad sentiste cuando eras sólo una cría… Ojalá me quisieras para siempre con la sinceridad del amor que sintió aquella niña que fuiste, que eres, y que serás siempre.

Te quiero. Tontona 💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

………

EL VOTO Y LA VIOLENCIA

Publicado el 4 de marzo de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

¡A las urnas, ciudadanos, formad vuestras colas…! El “refrain” de la marsellesa dice: Aux armes, citoyens! Formez vos bataillons! Marchons, marchons! Qu’un sang impur… Abreuve nos sillons! ¡A las armas ciudadanos! ¡Formad vuestros batallones! ¡Caminemos, caminemos! ¡Que la sangre impura… Riegue los surcos que vamos dejando!

En días de elecciones recuerdo sin querer a los revolucionarios de antaño. ¿Qué ocurriría si la humanidad, sin aquellos que en todas las épocas producen su liberación con la violencia, cae más profundamente en la barbarie? ¿Y si la violencia fuese necesaria? ¿Y si asimilamos nuestra «armonía» con la renuncia a la ayuda al prójimo? Esta pregunta anula la tranquilidad.

El voto electrónico no ha llegado todavía, pero lo de las encuestas no cesa. Se puede aumentar la probabilidad de que el público acuda a las urnas, con sólo preguntar si tiene intención de votar. Cuando las encuestas no funcionan me siento como en casa. Y es que buena parte de los españoles se atiene a las encuestas como a la vieja conseja, según la cual “al que quiera saber, mentiras con él”. Y es que ya se sabe: ”mal de muchos… epidemia”. Antes se acababa la frase diciendo «…consuelo de tontos».

Votar es el penúltimo refugio de la impotencia política, el último es dar nuestra opinión a un encuestador. El votante que emite un voto malo, se asemeja al criminal, que se aproxima sigilosamente al lugar del delito. Se encuentra en el aprieto siguiente: lo ha invitado a tomar una decisión libre un poder, que no piensa atenerse a las reglas del juego. Es el mismo poder que le exige un juramento, mientras ése poder mismo, vive de perjurar.

Si los votos son de todos, ¿cómo es que no votamos para que las cosas sean de todos? Iure natural sunt omnia omnibus. La ley natural es que todo sea de todos. Iure divino omni sunt communia. El derecho divino es que todo sea común. Habebant omnia communia. Que mantengamos todo en común. ¿Cuánto tiempo tiene que pasar, desde el momento en el que el voto pertenece a cualquiera, hasta el de que la propiedad pertenezca a cualquiera?

Como cuando antes nos venían con chorradas religiosas en nombre del orden y la seguridad, ahora, van y nos vienen con las democráticas. Lo arbitrado en aras de la seguridad, gesta amenazas inauditas a la libertad. Más derechos inútiles de voto, menos derechos personales decisivos. ¿Qué derechos personales decisivos? Los que empiezan con la autonomía del placer propio, y acaban, en la autonomía para resolver la manera y el momento de la propia muerte.

Historias de Paco Sanz ✍️

AMOR EN TIEMPOS DEL COVID 💕

Publicado el 11 de marzo de 2021.

Mira con atención esta foto.

«¿No es verdad, ángel de amor,
que en esta apartada orilla,
más pura la luna brilla,
y se respira mejor…?»

No sé si por culpa de o gracias a mi Señora, llevo ya no sé cuántos días seguidos saliendo casi a rastras a sudar y a andar por ahí con ella por las tardes, a eso de las cinco. ¡Qué cosas lo del amor, lo de los paseos, y lo del confinamiento…!

Y resulta que todos estos días, todos, al pasear andando con ella de la mano y junto a la residencia de ancianos, mi Dueña y yo, hemos asistido conmovidos al espectáculo hermosísimo, de ver un día tras otro a esta pareja de abuelos pelando la pava como adolescentes, separados tan solo por la valla de un asilo, y diciéndose con fruición vete tú a saber qué y cuántas y cuántas cosas de amor.

¿Porque qué se dicen dos personas que llevan toda la vida hablándose…? ¿Cuál, es el combustible ése tan misterioso, capaz de mantener encendida una llama durante tantos y tantos años…?

Se ve que todos los días puntual, él, llega cual Don Juan junto a la reja del corazón de su amada. Todos los días la espera y aguarda a que ella salga para poder disfrutar, aunque sólo sea un día más, contemplando el resplandor de su Doña Inés de siempre.

La mayoría de los días sólo conversan tras la reja; pero ayer mi Amor y yo asistimos a la bella estampa de verlos hablando incluso por el móvil… Porque se ve que esa tarde la salud de Doña Inés sólo le permitió asomarse al balcón de sus aposentos, la pobre; y solamente para poder gustar una vez más del placer de poder ver aunque fuere en la distancia a su Don Juan…

Mira con atención esta foto.

eeen fin.

Todos los días. ¡Queeé bonito…! 💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

……..

NO HACER NADA

Publicado el 21 de febrero de2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

A los vagos lo del zazen nos va. Nadie lo practica con más convencimiento que nosotros. ¿Qué es lo más fácil de hacer? Nada. ¡Hagámoslo pues! Es la mejor definición que puedo proponer de lo del zazen, en todo caso la más corta: “¡No hacer nada, pero a fondo!” La primera regla es la inmovilidad estricta. ¿De pie? demasiado incómodo. ¿Tumbados? nos arriesgaríamos a dormirnos. Por lo tanto sentados… No hace falta encender artefacto alguno para que grandes sueños de acción me inmovilicen en un sillón.

A veces pienso que en nuestra sociedad líquida, si uno no puede disminuir la densidad del medio que le rodea, lo único que cabe es crecer. Repensar la escala. A pequeña escala la viscosidad es importante, el agua es como melaza. A mayor escala lo que cuenta es la inercia. Los físicos hablan del contraste entre un número de Reynolds alto o bajo. El caso es que en una criatura pequeña, un apéndice movible acabado en “setas” (pelos) se convierte en remo, en un órgano de propulsión. En una criatura mayor el mismo apéndice simplemente hace circular el agua mientras el animal se mantiene inmóvil y se convierte en un órgano para la filtración.

Pasar de defender el derecho a la pereza al de la inmovilidad. Extremar lo místico para acabar en la necesidad de Dios. Porque hay que permanecer inmóvil para unirse a lo que se desea, si a uno no se le acerca ni hay manera de acercarse. Uno ve a Dios así: no podemos acercarnos. La distancia es el alma de todo lo bello.

Para entrenarse en lo del zazen, en lo de estar sentado sin hacer nada, lo mejor es aprender a aburrirse como Dios manda. Hay que tomarse el aburrimiento con sentido deportivo. Entenderlo como un ejercicio de valor, de libertad. Aprender a dejar pasar las horas, de vez en cuando, sin sentirse mal frente al vacío. Éste no sería un aburrimiento en sentido etimológico (abhorrere, significa horrorizarse), sino un encuentro amistoso con uno mismo, o incluso compartido, durante el que se disfruta de la compañía de alguien sin hacer nada. Entre este aburrimiento tan grato y la acedia monacal hay, desde luego, un abismo.

Porque la segunda condición, para hacer del hacer nada una profesión, es no permitir que la tristeza entre en tu vida por esa puerta de atrás desde la que suele acometer, a los que no hacen nada en un mundo de ocupados compulsivos. Porque, a ver, ¿qué perseguimos cuando nos entregamos al acto, cuando hacemos alguna cosa? Sin duda aliviarnos de esa enfermedad, de ese incordio que representa la conciencia. Algo, que para los ocupados es sólo una pequeña molestia que incordia de vez en cuando. En el trabajo el ser humano se olvida de sí mismo, lo cual, sin embargo, no produce en él una dulce ingenuidad, sino un estado próximo a la imbecilidad.

Más que ser felices, los seres humanos queremos estar ocupados. Todo el que nos procura ocupación es, por tanto, un bienhechor. ¡La huida del aburrimiento…! En Oriente la sabiduría se acomoda al aburrimiento; hazaña, que a los europeos les resulta tan difícil que sospechan que la sabiduría es imposible. Se acusaba antaño a Galba de vivir ociosamente, y él respondió que los hombres deben dar razones de sus actividades, no de su inactividad.

Esta tarde paseando cerca el muelle he visto mi “no hacer nada con mi vida” reflejado en los veleros amarrados. Esos bellos y grandes navíos, imperceptiblemente balanceados sobre aguas tranquilas, esos mástiles desocupados y nostálgicos, ¿no nos dicen en una lengua muda: cuándo partimos hacia la felicidad…? Creo que como yo, se sienten perfectamente en el puerto. Sin tener hacer nada más que seguir flotando.

Todos los animales empezamos flotando. El embrión, es lo que distingue a animales y plantas de los otros tres reinos; la blástula, lo que distingue al animal de la planta. Un embrión vegetal es una masa sólida dentro del tejido materno; un embrión animal es una bola hueca de células que suele flotar en el agua. En fin, mientras estoy sentado permitiéndome no pensar en nada, noto en el ambiente de la tarde, que flota ese aroma de ausencia, que dice al alma luminosa: nunca; y al corazón: espera…

Historias de Paco Sanz ✍️

El mundo ha muerto

Publicado el 1 de abril de 2020.

¡Vaya mieeerda…!

Tengo la tele enchufada y tan solo asoman noticias pagadas, falsas, putas; programas viejos y tiempo muerto, mucho. Da igual el canal que pongas. Nuestras televisiones son una extensión de la sociedad que las genera y su escaparate… Y, ya no la totalidad de las televisiones sino también casi todo el periodismo actual, son en general una verdadera sentina llena con mierda de intereses espurios, a rebosar de cagadas de rata.

«Si un traidor puede más que unos cuántos,/ que esos cuántos no lo olviden fácilmente…»

Pues yo, no me resisto a irme. Me voy, me bajo…

Me voy directo a la rebeldía de mis letras. Voy a refugiarme tras el parapeto seguramente erróneo de mis convicciones, de mis creencias e instintos más profundos. Dice mi maestro Paco Sanz algo así como que escribir es pasear, o algo así debería ser: fluido, rítmico, agradable… Algo, que te permita respirar mientras lo practicas porque no ofusca el habla, ni el pensamiento, ni la atención. Porque son precisamente estas tres habilidades las que marcan nuestros pasos con las letras… Atrapar con la atención lo fugaz del pensamiento, para que haga pensar a otros atentamente; y todo ello sólo con el habla.

Tengo la infinita suerte de que este infierno de encierro me haya pillado junto al amor de mi vida; beatífico, redentor… Las penas son menos si te pillan unido muy fuerte a la mujer con la que quieres futuro. «Se pare el mundo que yo me bajo,/ si no te puedo ver…» Pero es curioso ésto del amor porque echo de menos también muchos otros amores, aquéllos que corrían por las calles. Vosotros. Vosotras mis hijas alejadas. Nuestros hijos. Nuestros viejos padres enclaustrados por el peor miedo posible, que no es otro que el de perderlos inmediatamente.

Extraño tiempo éste, que en el siglo XXI nos exige sacrificios ascetas en medio de tanta tecnología… Claustro, resignación, paciencia y silencio; y el que sepa: oración y comedimiento, análisis y reflexión.

Eso «sólo le pido a Dios…»

Que no nos engañen.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras…

INTELIGENCIA. CONSCIENCIA. DIOS.

Publicado el 19 de octubre de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

De la inteligencia a la consciencia hay una gran brecha. De momento, no parece que la inteligencia no viva, haya podido saltársela. La idea de que existe inteligencia fuera de la vida -inteligencia artificial- la hemos “realizado” ya mediante algoritmos y dispositivos. Cuando esos mismos matemáticos armados con esas mismas herramientas, van al origen mismo de la vida, se dan cuenta de que algo no cuadra.

Pudiera ser, que fuera de una intervención sobrenatural y fuera del ciego azar, existiera una tercera vía para explicar el origen de la vida y la evolución. Vendría a ser como el resultado de una ley natural, de una necesidad inherente a la naturaleza misma. No sé si creerme éso, de que la Inteligencia es anterior a la Vida. Pero veo posible, pensar que algún tipo de inteligencia sea posterior a ella.

«Raffiniert ist der Herrgott, aber boshaft ist Er nicht». Refinado es el Señor, pero nunca malicioso. Decía Einstein. También dijo que Dios no juega a los dados con el Universo. Planck, le replicó en tono jocoso que eso de decir lo que Dios podía o no podía hacer, era mucho decir… Pero el que existe una especie de ley natural, que tiene que orientar nuestra comprensión, más acá, de la mera probabilidad de fenómenos tan improbables como el que surja la vida, parece que está incluso en la mente de los más escépticos. «Todo es posible» significa que Dios existe. Bueno, pero con condiciones… El mero azar como explicación, no nos basta ni a los ateos.

Ahora, que me encamino hacia mi casa de la eternidad, me da por pensar más en la que me precedió. Los mismos primeros segundos después del Big Bang, ya son un misterio tan grande que no lo entiende ni Dios… Siempre me ha hecho gracia la deriva religiosa de los de la tercera edad: ahora me toca a mí. Con lo joven que me siento… Y como me muevo más a gusto en la biología que en la física, intento entender qué era esa Inteligencia anterior a la Vida. Porque lo de lo anterior al Big Bang, como recordó el anterior papa: «Que no digan nada los que no van a la iglesia…»

En cuanto a la inteligencia que vamos a dejar atrás, cuando no haya vida, me ha hecho volver a pensar en ello, lo de empezar a guardar información en la doble hélice del ADN. Por no decir nada de los intentos de Greg Bear de conseguir alguna manera de introducir información, en un caldo prebiótico, para conseguir que de ahí surja vida y poder enviar esa información, mediante haces de luz láser, orientados hacia entornos de agua y carbono que estén relativamente a nuestro alcance.

En una de las “Pruebas” de la existencia de Dios, se dice, que al poder concebir el ser más perfecto, no podemos concebir el que no exista. Siempre me ha parecido algo así como la «típica» gracia sacerdotal; pero he vuelto a ella, cuando he pensado que el ser más inteligente tiene que ser también el más consciente… Y he pensado en el momento, que supongo que está al caer, en que la Inteligencia Artificial se convierta en Consciencia Artificial… ¿Qué tendremos entonces que hacer con ella…? ¿O qué va a ser entonces de nosotros…?

¡Ay, la consciencia, esa misteriosa capacidad de distanciarse de las cosas para hacerlas presentes! La consciencia, entendida como más allá de la inteligencia, parece ser más que la vida misma… La idea ingenua, de que la consciencia es segregada por la conducta de las neuronas, pero que una vez segregada, adquiere una vida propia… Como Dios.

Historias de Paco Sanz ✍️

HISPANIDAD…

Publicado el 9 de febrero de 2019.

Muchos de nosotros ni siquiera saben quiénes somos, o qué fuimos.

¿No nos da vergüenza…? ¿Qué coño somos…?

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Ignoramos nuestro excelso pasado, juzgándolo como necios con criterios de presente… Y eso Señores, es de imbéciles; de sociedades lerdas y ciegas.

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Este error maníaco, nos convierte en un pueblo insensato; atrapado en el bucle destructivo de la repetición de sus propios errores… Un vicio patrio, la ignorancia, que nos degrada a caterva humana, condenada a dar bandazos sin rumbo, sin alma ni orgullos comunes, sin tradiciones ni cultura propias.

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Tontamente atontados, por el brillo bobo de quincallas ideológicas con el que sibilinamente a muchos nos han abducido, asistimos inanes al infame oprobio de nuestros inmensos orgullos pasados; consentimos el necio desperdicio de nuestros valores presentes; y ni siquiera nos revelamos frente al seguro latrocinio de nuestro futuro común.

EL DESASTRE

Una mierda, parece importarnos el olvido y la ruina de nuestra Historia.

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Y ésto lo estamos consintiendo justo delante nuestros morros: sin luchar. Como que miramos para otro lado; rebañudos. Sin reacción, cual estafermos que sin moverse del sitio, solo giran sobre sí mismos al ser embestidos con saña una y otra vez; golpeados una vez tras otra.

Encajamos como borregos, los constantes insultos con los que intentan amedrentarnos y someternos tan sólo un puñado de orates, mequetrefes morales… Son imbéciles, no lo olvidemos. Unos, solo son zurdos y ciegos de ideas, el resto son nacionalistas zombis; embrutecidos ambos por su violento pasado y sus odios propios.

HISP TERCIOS

Al igual que avestruces, rendimos escondiendo la cabeza frente a la ignominia, para que no nos llamen acaso fachas, patriotas, o españoles.

Si olvidamos, todos perdemos.

«filo y lumbre…»

…es todo lo que necesita un humano.

HISPANIDAD

HISP TERCIOS

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Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

EL VINO 🍇

Publicado el 28 de febrero de 2021.

El caso, es que me había dado por la tontería aquella de lo del vino hacía unos cuantos meses, y claro, me dió también por embotellar ese mismo vino, mi vino. El barril, me lo había regalado un antiguo bodeguero de Benejúzar y padre de un viejo amigo; más de cien años me aseguró que tenía la barrica aquella. Lo mejor es que cuando me la enseñó para regalármela, me mostró sólo un amasijo desarbolado de puro viejo de aros metálicos y maderas desvencijadas; un montón de escombros polvorientos y mohosos, grisáceos, oxidados…

— Este barril -me dijo señalando todo aquel montón de ruina- es para tí… Y me lo dijo tan en serio que yo, claro: «cuando te regalen algo no hagas ascos; chitón, y da las gracias…»

Me estimaba mucho aquel hombre y yo a él también. Y pasaron cuatro meses hasta que un día me llamó para que me llevara su regalo a casa. Un precioso barril de treinta y cinco litros flamante, pulido, barnizado y con olor a madera recién lijada; totalmente restaurado… Y lo que era mejor: repleto hasta arriba de zumo de monastrell de cosecha.

Lo que yo no sabía era que, para rehabilitar y curar las maderas de aquel barril, el bodeguero usó una mezcla del mejor coñac posible y el mismo zumo de monastrell durante los cuatro meses que duró la restauración. Y claro, no te digo nada de cómo estaba de curado aquel vino. Yo lo probé, y juro que no lo vi mal: era mi vino. Algo fuertecillo estaba, eso sí, pero no creí yo que fuese cosa que supusiera problema alguno sino más bien al contrario… Unas veinte botellas saqué de aquel barril. Las sellé con un buen tapón de corcho, les puse una etiqueta adhesiva con el año de la cosecha, y me quedé tan pancho creyéndome que el vino era sólo eso, o algo así…

Recuerdo, que en una cena de empresa regalé a cada uno de mis compañeros una botella de aquel vino, de mi vino. Y lo bueno vino, pero al final, cuando ya a las tantas de la madrugada mi jefe propuso que nos fuésemos a su chalet de Alicante, para evitar que nos metieran presos conduciendo con la borrachera que acarreábamos… Habían caído un par o tres de mis botellas durante la cena.

Como mi jefe era un caballero, esperó a probar mi vino y a destapar su botella en la intimidad alcohólica de nuestra reunión, ya en su casa. Le gustaba mucho el vino; serían las tres de la mañana… Con algo de ceremonia trajo el sacacorchos, destapó la redoma, sirvió dos copas, y acercó la suya a la nariz para aspirar el primer hálito de mi caldo recién escanciado.

Recuerdo, que hizo un pequeño guiño, como si le hubiera caído algo al ojo; y me miró… Comenzó a girar la copa y la puso al trasluz para apreciar el color; un buen rato. Finalmente, al llevársela a la boca y besar el caldo, con una mueca cerró los ojos unos tres o cuatro segundos; luego, me volvió a mirar pero esta vez tal y como se mira a un colegial.

«Anda y ven aquí» me dijo -lo de tonto no me acuerdo- y me llevó a la habitación donde atesoraba una pequeña bodega… Se plantó ante sus tesoros y al cabo de un rato, decidió sacrificar en mi honor una botella de Marqués de Riscal; un Rioja de reserva de no sé qué año, embotellado primorosamente y envuelto en una malla metálica dorada y rimbombante.

Volvimos a la reunión, y con la misma ceremonia anterior destapó ahora su botella y sirvió otras dos copas, las puso junto a las de mi vino, y me propuso beber primero el mío para comparar… Luego, me dijo aquéllo.

— Miravete, este vino es pa’guisar… Y claro, yo me callé.

¡Vaya borrachera tan bullanguera, didáctica y elegante que pillamos…! Mañana sería otro día pero justo esa madrugada empecé, de verdad, a amar y a pretender entender el mundo éste tan detallista del vino.

…eeen fin.

¡Qué cosas…!

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

……….

AYER MURIÓ MI AMIGO

Publicado el 11 de diciembre de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

Ayer se murió mi amigo. Hace mucho que no nos veíamos, pero sabíamos el uno del otro. Se acercaba a los ochenta. El yuyu le dio en el coche. Volviendo de trabajar. Le dio tiempo a pararse, bajarse y morirse en la calle. Sin haber dejado nunca de luchar, con las botas puestas, como se moría la gente en la películas del Oeste que veíamos de jóvenes. Siempre había contado con ello. Lo de de morte subita liberanos Deo siempre nos pareció una majadería.

Suscribíamos mejor aquello de que el que ama el peligro perece en él. Dicho de otra manera: “Los que tomen la espada perecerán por la espada… y los que no la tomen por enfermedades malolientes”. De joven había destacado en lucha grecoromana, y en la Universidad “sacamos” las marías tirando a pistola. Tener un amigo más valiente que uno anima mucho. Me enseñó a dar la cara. Era un artista en evitar las confrontaciones que podían acabar siendo violentas en unos entornos en que eran muy posibles.

En muchas cosas me recordaba a Mishima. Mishima vivía de manera que jamás, pudiera encontrarse en el brete de tener que defenderse echando mano a la espada… ¿Hay alguien que desee después de todo siempre el triunfo? Solamente aquellos seres de probada estupidez, aquellos seres mezquinos… Este sabio a pesar de su ejemplaridad jamás asumiría liderazgo alguno. Estos sabios no persiguen cambiar el mundo, sino que cambian los mundos, tal como urgía San Francisco de Asís a sus discípulos.

Entiendo la admiración de Federico por Ignacio Sánchez Mejías, el torero. Recuerdo a este respecto unos versos de otro poeta: “La mano del piadoso nos quita siempre honor;/ mas nunca ofende al darnos su mano el lidiador./ Virtud es fortaleza, ser bueno es ser valiente;/ escudo, espada y maza llevar bajo la frente;/ porque el valor honrado de todas armas viste:/ no sólo para, hiere, y más que aguarda, embiste”.

Es algo como lo de antigua nobleza. Que el mucho andar a caballo a unos hace caballeros y a otros caballerizos. Por decirlo de otra manera: “El noble sigue siendo noble aunque sea un pésimo espadachín, mientras que el mejor espadachín no se convertirá por ello en noble”.

Hay algo en la manera de moverse de los que saben defenderse, que recuerda a la manera de andar de un corredor. Los maestros de esgrima dicen a menudo: “Demasiada fuerza” porque la esgrima es una suerte de cortesía. Cualquier cosa mínimamente brutal y arrebatada es descortés: los signos son suficientes; la amenaza es suficiente… una taza de té sostenida en la mano civiliza a un hombre. El maestro de esgrima juzgaba a un tirador por la manera de remover la cucharilla en la taza de café, sin hacer un movimiento de más.

¡Ay! «Los caminos del recuerdo/ se pierden detrás de mí/ y no puedo recorrerlos./ No puedo volver a verlos,/ ni a soñarlos, ni sentir/ su lejanía de tiempo./ ¡Ay!, lo pasado se ha muerto/ en mi corazón, dejándome/ sin memoria el pensamiento…»

Historias de Paco Sanz

TIRICIA

Publicado el 24 de octubre de 2020.

El hecho de cruzarnos con gente casi sin rostro, enmascarados de mirada gacha, esquiva o ensimismada, nos está acostumbrando a algo así como lo que se debe sentir al cruzarse -y tener que interactuar- con uno de esos inquietantes robots cinematográficos cuasi humanos… Es como el miedo, diríase que una especie de leve repulsa o de extraña tiricia, que actúan como freno irremediable ante la posibilidad siquiera del mero contacto físico con un prójimo ajeno.

Repasaba el expositor de los quesos en el supermercado, cuando al girar la vista a mi izquierda tropecé con la hermosísima mirada de los ojos de Manuela; pese a las mascarillas, noté que ella también había reconocido los míos de inmediato. En su mirada gris verdosa leí alegría sincera, sorpresa, alborozo y hasta cierto rubor… ¡Cuánto tiempo, qué bien te veo…! Sé que me lo dijo algo socarrona detrás de su mascarilla, y pillandole yo la broma y sonriendole detrás de la mía cogí su mano y la levanté, me separé un poco de ella con intención de piropearla, y haciéndola girar como que bailando le dediqué una miradita lenta y de alto en bajo…

— ¡Pues anda que yo a tí…! le respondí enmascarado guiñándole un ojo.

Sólo la mirada para comunicar la intención. Esas miradas solitarias; besos sin dar, abrazos castrados, amagos de gestos cariñosos que se quedan sólo en éso: gestos y amagos… Se te va sin querer un guiño cálido, una mueca apenas de la intención al menos de querer abrazar, de dar la mano, o de chocar las palmas… Pero nada, lo reprimes, porque no sabes si la otra persona quiere o no ser tocada.

Estamos perdiendo la cualidad de lo espontáneo al aceptar sin rechistar, esta forma forzosa de autismo gestual y emocional al que estamos siendo sometidos con el uso obligatorio, de las putas mascarillas y el mantenimiento del jodido distanciamiento social.

El uso masivo de mascarillas está causando unos estragos en la sociedad tan trágicos que pareciera, que las propias mascarillas son más peligrosas que el sentimiento mismo de tragedia que nos provoca el número de muertos que está causando el mismísimo coronavirus…

Mierda de bicho.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

Tocarse…

Publicado el 1 de febrero de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

Necesito otro nivel de compañía, porque el ver y oír no bastan, es necesario tocar y oler para sentirse verdaderamente acompañado. Para entrar y salir realmente. Cuando entro en una habitación me doy cuenta que olisqueo, cuando vuelvo a ver a un amigo hago por tocarlo. Buen olfato y mucho tacto son cosas que se pierden si no se cultivan. Al otro lado de las pantallas ni se huele ni hay quién toque nada, al menos de momento. Sé que ella sigue en la cama, que si voy me acogerá bien, que esta tarde iré a buscar mis nietos, que les daré la mano para llevarles hasta el coche… eso alivia mi contraria suerte.

Al escribir eso me ha venido a la mente el bucanero ciego de Borges, también él “Sabía que en remotas playas de oro/ Era suyo un recóndito tesoro/ Y esto aliviaba su contraria suerte…” ¡Qué gusto acercarse tanto como para poder oler y tocar…! al menos a los que queremos. ¡Qué curioso que se diga de los que están perdiendo la chaveta que “no tocan” mientras que de los que hacen música se diga que la “tocan”!

Y según cómo ¡qué descanso la distancia.. ! Para Nietzsche “La suprema elevación de la humanidad es el sentimiento de que no le es lícito tocar todo; de que hay vivencias sagradas ante las cuales tiene que quitarse los zapatos y mantener alejada su sucia mano. Por el contrario en los denominados hombres cultos, en los creyentes de las «ideas modernas» acaso ninguna cosa produzca tanta náusea como su falta de pudor, la cómoda insolencia de ojo y mano con la que tocan, lamen y palpan todo”.

Y es que la nuestra es la sociedad del espectáculo. El espectador quiere tocar todo lo que ve. Eso no permite acercarse a lo que es; en lo visto y lo oído no es donde se encuentra el centro del ser. Hay que aprestar el ojo para ver, que aplicar el oído para oír, como si lo más tocable allí estuviera. Las reglas de la gramática, el mensaje de la ley, la palabra del testigo, el eco del Big-Bang, el sistema de la filosofía, el lenguaje, la consciencia… incluso el más allá no es concebible más que como una vasta armonía. Somos mártires por lo que no queremos decir y condenados por lo que hemos dicho.

Hace tiempo que las relaciones “humanas” no incluyen ya para casi nada lo de oler y tocar. Creo que las cosas empezaron a desmadrarse con la invención de la correspondencia. Hubo un tiempo en el que se perfumaban las cartas y ahora con lo de las redes sociales no hay quien perfume nada. Lo de escribir cartas ha traído al mundo una terrible perturbación de las almas. ¡A quién se le ocurrió que la gente pueda mantener relaciones por correspondencia! Uno puede pensar en una persona ausente y puede tocar a una presente, todo lo demás supera las fuerzas humanas… Los besos escritos no llegan a destino, son bebidos por los fantasmas en el camino. y esa abundante alimentación hace que los fantasmas se multipliquen en forma desmesurada.

A los hombres de mi familia nos ha dado por salir a darnos un paseo más que los de otras familias que conozco. Supongo que es porque hay en nosotros más genes de cazadores que en las de los demás, que por eso siempre andamos olisqueándolo todo. Es como si pensáramos que salga de donde salga, en ninguna parte puede oler tan penetrantemente mal como en casa de cada uno. Y salimos a darnos una vuelta… porque necesitamos aire.

Historias de Paco Sanz ✍️

¿Qué era aquello…?

Publicado el 23 de noviembre de 2016.

Yo la vi. Oscura, cada vez más y más grande al acercarse, sucia e informe. ¿Qué era aquello…? De repente la playa se llenó de extraños. En aquella época no había turismo en Guardamar como lo conocemos hoy -cuatro gatos aparte de los que veraneábamos- y éramos casi todos del pueblo: los Galí, Balín, Paco el caballero, Pepe Barrera, Santi Soto, yo…

Los extraños se arremolinaron en semicírculo frente a la playa, pero como escondiendo algo…

También de repente, una imagen que no habíamos visto nunca: hombres rana que ahora parecerían ridículos por su primitivo equipo, emergían a unos veinticinco o treinta metros de la playa quitándose trabajosamente sus escafandras. Mientras, los extraños comenzaban a advertir a los bañistas de que se alejasen por precaución.

Por la mañana fuimos nosotros en el primer baño matutino, los que descubrimos esa mancha oscura y como circular, entre la playa y la línea que delimitaban las boyas de señalización.

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Buceábamos, temprano, en una mañana radiante de mediados de septiembre en la que el verano languidecía. El agua estaba fría, muy fría, y era el mejor momento para recoger unas enormes almejas a unos cinco o seis metros de profundidad, semienterradas en la arena del fondo, a la altura de las boyas.

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Nos asustamos, todo hay que decirlo, y no poco… No sabíamos qué podría ser esa cosa; no parecía el típico montón de algas enmarañadas por el oleaje flotando a la deriva; tampoco se parecía a ningún banco de peces pastando cerca de la orilla… Nos atrevimos apenas a acercarnos a unos cinco o seis metros, lo suficiente para advertir unas extrañas e inquietantes protuberancias cilíndricas. Manolo Galí -el más bragado de todos nosotros- fue el único que se atrevió a tocarla… Bueno, apenas la rozó, pero era algo a lo que no nos hubiéramos atrevido ninguno salvo él. Su tacto duro, rugoso y metálico según nos dijo, no hizo más que aumentar nuestra curiosidad y también el temor que empezábamos a sentir respecto a aquella cosa. ¿Qué era…?

Una vez satisfecha en parte nuestra aventurera curiosidad por esa novedad extraña en el tramo final de nuestras vacaciones estivales, corrimos a contar nuestro hallazgo… Tras el inicial revuelo, recuerdo como el padre de uno de nosotros tras comprobar con evidente alarma nuestro descubrimiento y salir del agua apresuradamente, corrió al restaurante Valentí en busca del único teléfono que había en las inmediaciones… Al poco, empezó a llenarse la playa de extraños.

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A mediodía y tras un frenético ir y venir, comenzaron a llegar guardias civiles uniformados, lo que contribuyó todavía en mayor medida a aumentar nuestra curiosidad por el suceso. Dos o tres de los hombres rana se sumergieron de nuevo con la, nos pareció, evidente intención de sacar esa cosa a la playa.

Nuestra sorpresa aumentó más tarde al comprobar cómo un barco militar se situó cerca de la playa maniobrando durante un par de horas hasta que “eso” -que no pudimos ver claramente debido a la distancia a la que nos encontrábamos- comenzó a flotar enganchado con algo parecido a unas cadenas diría que también flotantes, y era remolcado por el buque aguas adentro hasta casi perderse de vista…

Más tarde, cuando primero vimos y luego oímos la detonación, supimos que se trataba de una mina explosiva procedente de quién sabe qué lejana refriega de nuestra infausta guerra civil.

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…eeen fin. Cosas del verano…😳🙄

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

MÁQUINAS Y MASCOTAS

Publicado el 20 de enero de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

Busco pasearme por lugares socialmente distanciados para poderlo hacer sin mascarilla. La mayoría de la gente con la que me cruzo llevan perros, estamos tan lejos de la civilización que hasta pueden dejarlos sueltos, y según por dónde, acaban dejando lo que sueltan porque no hace falta ir a recogerlo.

Pienso en los animales que han estado a mi cargo, en las mascotas de mis hijos, en los animales del laboratorio cuando en ellos trabajaba, en las corridas de toros, en los rebaños de corderos en las tierras altas, en las condiciones de las granjas, en el pez que está ahora al lado de la pantalla… y en los que me he comido. En el agapornis de mi hija, en el loro de mi cuñado, en los perros de cuando vivía en el campo, en el porche en el que dejaba restos de comida y en el que llegué a contar hasta diecisiete gatos.

Pero vínculos serios sólo los he establecido con un perro, un mastín de cincuenta kilos que vigilaba a mi hija pequeña, con un gato atigrado que estaba encima de la mesa mientras escribía y que a veces dormía la siesta conmigo, y sobre todo con un caballo no muy grande, con el que durante tres años estuve “saliendo”. Humo, Ahora, y Hombrecito. Me “conocían…” El primero se murió delante mío atragantado con un hueso, al segundo lo mató un perro, y a Hombrecito no me lo pude llevar cuando me fui a vivir a la gran ciudad.

He sentido la moto, el barco de vela, la bici, como extensiones de mi cuerpo, pero lo del caballo es una forma de prolongarse, de fundirse con un ser vivo de otra especie muy particular. Supongo que lo de poner tu vida en sus manos debe ayudar a eso. Y lo de moverse, bailar a la vez, también.

La convivencia, las relaciones con los animales cuando uno ya no puede vivir en el campo, son necesariamente perversas. El recoger la cacas de los perros por la calle lo recuerda. El no ser vegano, o al menos el no ser animalista en la ciudad, es algo que hago a contracorazón. Los especistas me cargan, no son tan nefastos como los racistas, los machistas o los fascistas, claro, pero no dejan de ser también bastante despiadados.

La credibilidad de los animalistas aumentaría, si se aplicaran con más determinación por lograr que se protejan y promocionen los derechos humanos, más que en de defender los de las bestias. Que la necesidad de hilar más fino en lo del cuidado de las bestias, fuera una especie de consecuencia de hacerlo con el cuidado de las personas. No al revés, es decir, en la necesidad de cuidar a los seres humanos con el cuidado que les debemos a las bestias.

La cuestión no es: ¿Pueden razonar? Ni tampoco: ¿Pueden hablar? Sino: ¿Pueden sentir el sufrimiento? Y quien dice sufrimiento dice también placer o bienestar, a fin de que el común denominador de las buenas bestias no tenga un aire tan triste.

Ahora, que el transhumanismo me apunta, ya no me pregunto si las máquinas serán o no más inteligentes que nosotros, pero creo que no podrán sufrir. Y es que no serán tan bestias. Al menos mientras nosotros no podamos alimentarnos de kilovatios, y ellas no puedan ingerir kilocalorías alimenticias para seguir funcionando o multiplicándose, no me dan ninguna pena. Algo de miedo, lo que harán con nosotros, sí, claro.

Historias de Paco Sanz ✍️

LA LÁMPARA…

Publicado el 26 de febrero de 2021.

Llevo espantado varios días, sin dormir, y prácticamente sin comer desde que nos enteramos del luctuoso suceso. Con la impresión del acontecimiento, casi sin quererlo, comencé a recordar algunos detalles.

Aquel olor era desagradable sí ¿pero cómo íbamos a imaginar semejante cosa…? Tampoco es que fuese algo nauseabundo, como se esperaría de un hecho como el sucedido. Creíamos que aquel hedor se debería a emanaciones producidas en algún sumidero sucio o mal ventilado.

Quizás un animal muerto, atrapado en alguna de las tuberías de evacuación de la terraza del edificio, fuera la causa de aquel persistente y pestilente tufo… Recuerdo, ahora con estupor, aquel ya lejano y caluroso verano en el que apareció la extraña mancha en el techo de mi habitación. Se había producido al filtrarse aquel líquido de color parduzco por el agujero de la lámpara, empapando la escayola del cielorraso y deslizándose, denso, por la cadena y el cable blanco y rizado que mantenían suspendida a aquélla.

Parecía una mancha casi seca de algo así como óxido; al fregarla y mojarla reavivaba, difuminado, aquel desagradable aunque familiar olor fétido, como pegajoso y hasta dulzón, que se había adueñado de la totalidad del inmueble y al que, en cierta forma, ya nos habíamos acostumbrado. También recuerdo el restregar aquella mácula con ahínco y desagrado… En varias ocasiones tuve que limpiarla porque que de cuando en cuando volvía a aparecer tozuda, como queriendo avisarnos de lo sucedido.

Pero no nos dimos cuenta.

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Las relaciones entre vecinos anónimos furtivos y huidizos, de un inmueble ajado y rancio como el nuestro, no fueron nunca las más cordiales ni fluidas. Por ello, me conformé al no obtener ninguna respuesta en todas las veces que toqué la puerta de mi vecino de arriba, para comentarle aquello que chorreaba por el cable de la lámpara de mi dormitorio… Vivimos en esa burbuja aislada y miserable de nuestra cotidianidad lenta, pobre e insulsa: desamparo, cuernos, enfermedades, drogas, vejez, soledad.

El revuelo de la policía primero, y minutos después el de un juez entrando por la destartalada puerta principal del edificio junto con una especie de enfermeros, nos alarmó a todos.

Tras hora y media aproximadamente, los enfermeros bajaron un cuerpo en una bolsa de plástico blanca, sobre una camilla que, extrañamente, parecía no pesar nada. La bajaban a mano maniobrando con dificultad aunque sin esfuerzo, por el estrecho hueco de las angostas escaleras en penumbra…

Finalmente, fuimos informados por la policía de que el cuerpo era el de Don Ramón.

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Fue Don Ramón un pobre tipo huraño y taciturno, esquivo; álguien al que se le notaban las heridas abiertas en su vida. No se relacionaba mucho con el resto de los vecinos: más bien nada; sobre todo desde que su mujer y su hija lo abandonaran como a un perro… Lo dejaron justo en el umbral de la puerta de entrada de su mísero piso, tirado, con el corazón hecho jirones y un caudal de lágrimas goteando hasta sus zapatos.

Ninguno de los vecinos recordamos que desde aquel momento, álguien le hiciese visita alguna: ni familiares, ni amigos, ningún envío. Nadie… Su anodina existencia pasó desapercibida para el resto de los habitantes del inmueble y del mundo.

Hasta ese día.

Después de que su ex-mujer no tuviese respuesta alguna al intentar notificar a Don Ramón la muerte reciente de su única hija, la policía encontró el cadáver seco, momificado.

Habían pasado ocho años desde su muerte; al parecer se suicidó con el gas de una bombona abierta de la estufa que encontraron junto al cuerpo. Completamente vestido y tirado en el suelo de lado; estaba en medio del minúsculo salón de su casa, justo sobre el punto donde en el piso de abajo, colgaba la solitaria lámpara de mi dormitorio.

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Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras

Este relato es una recreación libre de una noticia real: el hallazgo, en un piso de un edificio cualquiera, de un cuerpo momificado muerto hacía ocho años… Nadie se había dado cuenta ni lo había echado de menos.

Sucedió hace unos cuantos meses, y me dejó un sabor acre.

…eeen fin

EUTANASIA

Publicado el 18 de noviembre de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

Ahora que se está muriendo tanta gente prematuramente se aprueba una ley que modifica lo de la eutanasia. Es posible que el rigor asistencial que dedicamos al agonizante no sea a partir de ahora el mismo. “Santa Ana, dame una corta agonía, y de poca cama”. Así se reza a la patrona de las agonías. El médico podrá objetar ahora a otro nivel. Además ni los gastos en paliativos, ni la presión legal sobre el que acorta la agonía, serán las que eran.

Parece que toca añadir un capítulo de infierno y degradación, a una biografía como la nuestra, testimonio de la era científica en la que nos ha tocado vivir. La Iglesia de la Eutanasia, que forma parte de los movimientos de extinción voluntaria, tiene cuatro pilares: el suicidio, el aborto, el envenenar el medio ambiente y el llevar mala vida.

El suicidio vital crónico y la eutanasia social están emparentadas. Las formas autodestructivas de llevar tan mala vida y la sociedad asesina, tienen antepasados comunes. El contentarse con poco, y la manera que tiene la sociedad de acabar con las personas a base de condenarlas al aislamiento social y a la pérdida de dignidad, parten de una ausencia general de sentido para la vida y la consciencia.

Hay dos tipos de eutanasia, la activa, prima hermana del suicidio asistido, y la pasiva. El “encarnizamiento terapéutico” divide la eutanasia pasiva en dos clases: La omisión de medios médicamente proporcionados y necesarios, o la impericia en usarlos, y la prolongación “artificial” de la vida recurriendo a medios médicos “desproporcionados.»

No es lo mismo preguntar sobre la ética de una interrupción de un tratamiento que pudiera parecer ensañamiento (distanasia), pero que según cómo pudiera entenderse como eutanasia, que sobre las consecuencias jurídicas de una acción o de otra. La primera busca luz sobre la esfera autónoma y sobre la heterónoma la segunda, si nos ponemos en plan kantiano.

Como me he pasado media vida profesional al otro lado de la mascarilla, recuerdo lo importante de repasar los términos para la posible objeción. Con el respeto al rechazo del enfermo, se acepta que la muerte le llegue. Con la detención de la actuación fútil, permitimos que la muerte llegue. Con la analgesia y la sedación, aliviamos la muerte que viene. Pero con la eutanasia, provocamos la muerte.

La objeción de conciencia sólo puede practicarse en el último caso. Ni podemos hacer nada cuando creemos que se equivoca, ni estamos obligados a hacer algo que creemos que no sirve para nada, ni a suspender medidas contra la ansiedad o el dolor. Podemos decir que no nos prestamos a hacer nada que le mate. Es decir, podemos no ponerle una vía, o una sonda nasogástrica, o una mascarilla de oxígeno, si no nos dejan, si no van a hacer más que prolongar un proceso irreversible a corto plazo… Pero quitárselas es otra cosa. De la ley aprobada por fin ayer se puede entender, que ésta no te perseguirá si lo haces.

¿Dónde quieres morir? La cuestión es un poco vana en una época en la que, de manera general, uno no muere ya en su casa, en la que la muerte se ha vuelto virtual y los muertos son retirados de la vista de los vivos, tomados “a cargo” por los expertos en tanatopraxia, en la que uno expira con su último aliento en un espacio de paso, en una entelequia llamada hospital. Sin embargo la cuestión debe plantearse. ¿Cuál quieres que sea tu última dirección? ¿Cuál es tu lugar para morir? Tu habitación.

Más que morir, Dios ha sido ejecutado lentamente, su lugar está ocupado por las ideologías. El amor fue ejecutado por los psicólogos, su puesto ha sido ocupado por el sexo y las relaciones significativas. Una nueva ciencia, la tanatología o muerte con dignidad, está en vías de dar muerte a la muerte.

Acomodarse al terror a la muerte, a la larga y ardua educación de Sócrates, aprender a morir al fin, ya no será necesario.

Historias de Paco Sanz ✍️

EN LAS ÚLTIMAS

Publicado el 7 de febrero de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

Estoy llegando a las últimas. Me doy cuenta de como me muero por cómo me estoy quedando sin compañía. Recuerdo al viejo judío saliendo del campo de concentración, cuando le preguntaron cómo se sentía, decía que le sorprendía seguir vivo pues todos los que quería se habían muerto. O del viejo poeta español que dejó escrito eso de: “No me duele de mi muerte, porque yo morirme tenía, más me duele por mis hijos, que pierden mi compañía”.

Cuando acabé con mis ritos de iniciación, cuando por fin no tuve que depender de mis superiores en la universidad, la mili o el trabajo, me di cuenta de que había generado una especie de alergia a las jerarquías. No he sido maestro de nadie, y en general mala compañía para todo el mundo. Cuando le digo a mis hermanas de lo insociable que soy levantan las cejas, pues estoy siempre entre parientes y amigos, por no decir de mi matrimonio que es de una duración escandalosa.

Esta pandemia nos está matando porque cada vez somos menos compañía, nos necesitamos menos unos a otros. Eso consigue que acabemos siendo extraños para nosotros mismos incluso sin salir de casa, que nos sintamos otros. Otro, imaginándolo todo para hacerme compañía. En la misma oscuridad que tu criatura, o en otra. Rápido, imagina.

Ahora mismo, escribiendo en la tablet, me doy cuenta de que busco compañía al otro lado del cristal. Hago como si hubiera otro mundo al otro lado del espejo, del cristal. ¡Cristal, espejo nunca! reclama el buen amante. Como aquel poeta que escribió una vez ”¡Besame!, dices, te beso, y mientras te beso pienso en lo fríos que serán tus labios en el espejo”. Hago por seguir escribiendo para no estar tan solo. En fin, que cierta actividad mental es complementaria de la compañía.

Bien pensado estoy en compañía de otro ser vivo, que también está al otro lado de un cristal: Un pez. Da vueltas en su pecera, veo sus ojos al otro lado de su pantalla. Está en cierto modo navegando como yo, dando vueltas, como yo. Es el primero de los vertebrados, yo soy uno de los últimos. Cada dos días le doy de comer, cada cuatro le cambio el agua. Yo leo casi siempre. A veces escribo, a veces salgo a la calle. A él, el otro pez se le murió. Mi Santa sigue a mi lado.

Nietzsche llamaba a su dolor su perro. Le hacía compañía, le era fiel. Estos días veo pasear a mucha gente con su perro por el descampado, algunos incluso los llevan atados. En el gusto por estar así acompañados se ha reconocido siempre el alma del eremita. San Roque, el patrón de los apestados, es representado en pinturas y esculturas con su perro a su lado. Como es imaginario, en fotos no.

Al haber envejecido un poco más deprisa que de costumbre por la falta de compañía, nos hemos vuelto un poco más religiosos, un poco más solitarios. Los mejores cristianos primero renunciaron a las mujeres, después al mundo, y finalmente a la compañía de otros hombres, eran los hombres del eremos, del desierto. El desierto crece ¡ay de aquel que en sí albergue desiertos! Pues a volar.

Las condiciones del pájaro solitario son cinco. La primera es que se va a lo más alto; la segunda que no sufre compañía; la tercera que pone el pico al viento; la cuarta que no tiene determinado el color; la quinta que canta suavemente…

Historias de Paco Sanz ✍️

MEMORIA DE UN FANTASMA

Publicado el 17 de marzo de 2017.

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Era uno de esos típicos días del norte, de color plomo y olor a tierra y sirimiri. Un cartucho de guerra de 16mm parabellum disparado a bocajarro desde atrás de mi coche, como a unos cinco metros de distancia, hizo estallar la luneta trasera, mi cráneo, el cristal delantero, y el trasero del vehículo aparcado justo a continuación del mío… El estampido del disparo pareció reventar el tiempo, que quedó detenido, con el eco retumbando en los tímpanos y las conciencias…

La inercia de semejante proyectil disparado a tan poca distancia empujó violentamente mi cuerpo hacia delante; y mi desvencijada cabeza cayó desgranada, inerte y desangrada, presionando el claxon del volante de forma tozuda, enervante y acusadora durante casi media hora.

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La constancia delatora del alarido desgañitado de la bocina no logró remover lo más mínimo ni las fibras sensibles, ni las sordas entrañas de los vecinos -por llamarles de alguna manera- que asistían, inanes, al execrable crimen que acababa de perpetrarse justo delante de ellos.

NADIE salió de los portales cercanos a socorrerme; ni siquiera a cotillear… Tampoco se alzaron con precaución las persianas aledañas debido a la curiosidad espantada o indignada; ningún grito femenino, ni masculino. NADA… Los bares de la zona continuaron abiertos como si nada, con los parroquianos dentro -por llamarles de alguna manera- Éstos, infames, hacían como que atendían de forma impostada y cobarde a sus también ahora fingidas partidas de cartas, de dominó, o de cualquiera otra miserable cosa que estuviesen haciendo… Un silencio hiriente y espeso de felonía -que seguro los condenará al infierno- sustituyó a las animadas conversaciones chocantes, agrias y anisadas propias de cualquier bar…

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Las miradas temerosas, conniventes y rendidas al suelo; las dignidades aún más abajo, aún más rendidas… NADIE hizo NADA para intentar socorrerme en vista de que acababan de esparcir mis sesos a las puertas mismas de sus propias casas, de su bar cercano y en su propio barrio; delante de hijos propios y ajenos, de amigos y vecinos.

No parecía notarse en el exterior alarma o interés alguno por lo que me había ocurrido; algún breve asomo furtivo, quizá cómplice, pero nada más… Esos callados miserables sin signo alguno de contrición, buscaban, hipócritas, algo de consuelo y justificación con el comentario cómplice, podrido e ignominioso de “ALGO, HABRÁ HECHO…”

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Era extraño y vergonzante pero NADIE hizo NADA por mí durante esa corrosiva media hora… NADIE. NADA.

Finalmente, en vista del implacable aullido plañidero y culpable de aquel claxon, completamente a solas y sin mirones ya fueren cómplices o afligidos, se acercó con parsimonia una pareja de la policía local. Su actitud no era la de la urgente prestación de ayuda propia de su condición de agentes de la ley, sino más bien la de un evidente fastidio y una mal disimulada y contenida repugnancia; renuente al auxilio incluso…

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Sólo me movieron lo justo, para dejar de presionar ese insoportable botón de la culpa colectiva en el que se había convertido el claxon de mi coche. Mi cuerpo quedó torcidamente echado hacia atrás, mostrando una mueca quebrada de la mitad de mi rostro destrozado, empapado por la sangre y los humores de la otra mitad reventada por el disparo…

Al cabo de un rato los transeúntes -por llamarles de alguna manera- reiniciaron su deambular fingidamente tranquilo; como si pasar ante los restos esparcidos de un vecino asesinado chorreando sesos y sangre, fuese igual que pasear junto a un cubo de basura volcado: desagradable sí, pero sin mayor importancia… Dos horas más dejaron mi cuerpo allí tirado, como expuesto en el coche, hasta que un juez se acercó solapadamente, como a hurtadillas, a levantar mi cadáver.

«ALGO, HABRÁ HECHO…« decían.

Se llevan mi cuerpo, pero yo no me puedo ir…

Antonio Rodriguez Miravete. Juntaletras

MÉS QUE UN CLUB…

Publicado el 30 de agosto de 2020.

Y que conste que ni soy del Madrid ni he sido nunca de equipo de fútbol, partido político o club de fans alguno, jamás.

Uno de los pocos defectos que al principio de nuestras relaciones vi en Mi Señora, es que fuese del Barcelona. Bueno, como explicación y excusa diré que ella se quedó cuando Iniesta, su ídolo futbolístico: un albaceteño del barsa; os acordaréis del gol en la final del Campeonato del Mundo y tal… Por eso se salva Mi Señora: porque ni le gusta ni tiene idea de fútbol; ni lo entiende ni falta que le hace… Pero a mí, sí me gusta la Historia.

Recuerdo aquella noche de marcha en Sabadell… Fuimos a que viese a su familia y amigos de la infancia. El caso, es que estaríamos ocho nueve o diez de aquellos amigos en un garito de la zona, y cuando me embaulé el primer cubata se me ocurrió como hacíamos en Alicante, pagar yo una ronda… ¡Chico, chico y chico…! 🙄😳 ¡No sabéis la que se armó…!

Cuando el camarero empezó a colocar los ocho o diez vasos con hielo en la barra frente a nosotros, noté que surgió especialmente entre los chicos del grupo, una extraña inquietud a la que se sucedieron unos ansiosos cruces de miradas primero entre ellos y luego hacia mí… Interrumpieron con un gesto de fastidio la faena del camarero, y me miraron de una manera muy incómoda por lo que retador, les pregunté a bocajarro que qué coño pasaba… Muy extrañado, noté que se cortaron un poco aunque no dejaban de mirarse de soslayo, pero ahora sólo entre ellos y como cuchicheando…

Estaba a punto de que se me terminaran de hinchar los cojones, y de mandarlos a la mierda y de salir cortando de allí, cuando se me acercó algo ufano uno de aquellos amigos… Éste, me aclaró, que aquella invitación mía había sido algo así como una especie de gesto de mal gusto para ellos.

¿Perdonaaa…? 🙄😳 Pensé…

Era evidente que ahora -concluí- los roñosos del grupo se verían en la obligación de rascarse el bolsillo y pagar una ronda cada uno.

«Y perdona, però és que a Sabadell cada un es paga el d’ell…» Me dijo el cicatero queriendo tener razón y casi como si haciéndose el gracioso… Me quedé no sé si llegó a tres segundos mirándolo con desdén y fijamente a los ojos. ¡Aaanda y que os den, miserables…! Y salimos de allí cortando…

Por este tipo de cosas, ese rollo tan catalán de que al barsalona es més que un club es pura filfa; la pela es la pela y sólo es otro más de los eslóganes trileros que se han tragado sin rechistar allá en los Condados. Frasecitas capciosas cargadas de odio y racismo, como la infame ésa de Espanya ens roba y otras muchas, mezcladas sibilinamente con ideología nazionalismo y profunda ignorancia… Ya digo que me gusta mucho la Historia, y muchísimo más que el fútbol.

Echaron casi a palos a Abelardo para que se muriera por ahí él solo; porque lo dejaron solo con las drogas, solo… Se les fue Maradona hasta los cojones. Shuster y Laudrup hablaron pestes cuando se fueron… Largaron a Romario, a Rivaldo, a Ronaldo y a Ronaldiño, a Iván De la Peña y a Neymar, incluso a Cesc Fábregas; y seguro que me dejo a muchos otros… Y claro, hasta Messi se les ha ido harto de catalanes.

No saben tratar personas… Sólo les importa el argentino porque han invertido mucha pela y saben, que todavía sería decisivo para ganar títulos en cualquier otro equipo durante los próximos tres o cuatro años… Tiene ya treinta y pocos pero sigue siendo futbolísticamente un portento; un portento que han perdido, y que han perdido ellos solitos.

Pero porque son unos desaboríos somierdas que sólo se tocan el bolsillo y que desprecian hasta a los suyos cuando creen que ya no les van a servir… La gente se les va, huyendo. Y claro, si desprecian así a los suyos ¡cómo no van a despreciar también y profundamente al resto de España…!

He de confesar que me alegro que el barsa, el athletic, el real, la real y demás ralea ideologicofutbolística, lo pierdan absolutamente todo: hasta los entrenamientos. Que los del barsa pierdan a Messi y que encima se derrumbase el Campnou sería ya la ostia… Que se coman toda la mierda con la que nos insultan y ojalá, se ahogaran, silbando nuestro himno hasta el último de esos catalanes racistas y traidores… Porque a mí no me insultan estos miserables y me quedo igual. No.

¡Que les den por el culo con una caña rajá…! Yo no jugaría en ese club nunca. ¡Qué asco, todo el día mamando revancha y catalanismo…!

…aaanda y que les den.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

Teoría de la Relatividad

Historias de Paco Sanz ✍️

Hay una escala de cero coma 24 ceros/centímetro cuerpo adentro, para llegar al quark… Soy para un quark lo que una galaxia es para mí, o eso supongo. Pero, cuando miro la noche estrellada esa escala sí la veo; sí, la siento. La distancia al sol es 150 mil millones de kilómetros, es decir, 15 seguido de doce ceros de centímetros. Con doce ceros más se me hace pequeña la galaxia en centímetros. La Vía Láctea tiene aproximadamente 10 seguido de 23 ceros de centímetros. De lo que ya no estoy tan seguro es si de larga o de ancha…

Hoy, antes de que amaneciera he vuelto a ver a Mercurio. Copérnico, que se hartó de decir que la tierra se movía alrededor del sol dicen que nunca lo vio… Sólo he necesitado estar en mi casa de la montaña y unos prismáticos para verlo. Echo de menos lo bueno que tiene la oscuridad: podemos ver en ella a las estrellas, sentir la inmensidad cuerpo afuera.

También echo de menos el mar. Allí, se siente la presencia de la inmensidad más cerca. Paseo por la playa; a menudo quisiera zambullirme en el mar para estar unido a una cosa inmensa. Siento la necesidad de perderme en algo infinito, de unirme a la inmensidad de la vida y con toda probabilidad todavía más a la inmensidad de la muerte, o sea: al sentimiento oceánico. Freud, que dijo no haberlo sentido nunca, lo consideró el colmo para profundizar la regresión humana hasta el estado intrauterino… Y por dejar una vez más de hablar en prosa:

“El mar sin tiempo y sin espacio acaricia con sus olas comprensivas. La soledad es tan inmensa que se confunde con sus aguas infinitas. Nadie lo habita, ni lo surca, nadie lo escucha, ni lo llama, ni lo mira. Vive desnudo como el alma, con su profunda inmensidad por compañía. No hay bienvenidas en sus puertos; ni en sus profundos malecones despedidas. Tanto las playas que desea como las playas que abandona están vacías. Mudas están sus caracolas, y ya no alumbran sus estrellas submarinas. De los veleros que lo amaron apenas hay reminiscencias imprecisas. La tierra ignora nuestras dudas y el firmamento nuestras largas agonías. Sólo este mar que nos comprende puede medir la soledad de nuestras vidas”.

Para lo que tengo de físico, la inmensidad es relativa… Gracias a la Teoría de la Relatividad, tres de las grandes preocupaciones humanas (el paso del tiempo, la enormidad de lo existente, y lo ‘relevante’ de nuestro lugar en la inmensidad) pueden sin demasiados conflictos ser entendidas y además, complementariamente.

¿Ooo, no…? 🙄😳

La relatividad, parece ser que brinda al lector y al escritor un semillero de posibilidades metafóricas mucho más rico que el ofrecido por el tiempo newtoniano. La metáfora relativista, parece ser una espoleta para la imaginación y para una concepción rompedora de las cárceles temporales y espaciales. Lo mismo que la literatura… Por eso, se ve que se entienden tan bien. Ahora, usamos lo cuántico para metaforizar la consciencia.

Como Pascal cuando consideró la brevedad de mi vida; hundida en la eternidad además de en el antes y en el después de ese pequeño espacio que ocupo y en el que me veo inmerso en la infinita inmensidad de los espacios que desconozco y que me desconocen: siento terror por encontrarme aquí y no allí… Ya, que no hay razón por la que no haya yo de estar aquí y no allí ahora, o más bien, o en otro tiempo… quizá.

Historias de Paco Sanz ✍️

EL GAFE

Publicado el 4 de febrero de 2021.

¿Os acordáis de aquella moción de censura tan tramposa, que luego terminó como así nos va…? Pues eso.

Que no nos pase’ná…

No tenían nada mejor que hacer que desenterrar a Franco; y no voy a decir yo que tal cosa provocara la maldición de las inundaciones que luego asolaron mi pueblo, su comarca y muchas otras; no… Pero en ésas estábamos, cuando nos atropelló encima el feminazismo, luego el 8 de marzo, y finalmente la covid ésta de los cojones…

El escándalo de tantos muertos fue tal, que se desató por parte del gobierno y sus otros, una censura cuasi total; que entre otras muchas cosas nos ha impedido ver la invasión de ilegales, de infamias y de muertos tan horrible que estamos sufriendo.

Y rendidos como maricones miedosos al nacionalismo, vemos a hijosdeperra y a etarras campando a sus anchas por las calles. Y mientras Filomena nos azota, otros hijosdeputa quieren también asaltar la Judicatura… Tenemos terremotos en Granada. Okupas por doquier y por cojones ergo la voladura de la propiedad privada… Realmente más del treinta por ciento de nosotros en paro. Y en plena pandemia: elecciones… ¡Así reventaran…!

¿Si me caigo de espaldas me rompo la picha…? 🙄😳

Gracias por leerme 🙏 de verdad… Porque a este paso, como siempre pasa en la dictaduras, tarde o temprano iremos todos a la cárcel por una razón u otra.

…eeen fin.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

EL ALCOHOL Y EL NACIONALISMO

Publicado el 17 de septiembre de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

Millones de años atrás, termitas y hormigas empezaron a la vez a colocarse con productos fermentados por levaduras y a socializarse y pastorear. También muy atrás en la historia de los primates, la alcohol deshidrogenasa cambió, e hizo posible que el alcohol no matara a los que se bebían la miel que había fermentado. Los hombres saltamos de cazadores-recolectores a agricultores-ganaderos, casi al mismo tiempo que empezamos a gustar más de la miel fementada que de la miel sin más. El aguamiel, es seguramente la primera bebida alcohólica.

Tiene más calorías que la miel, y se puede metabolizar hasta llegar al ATP. El alcohol se convierte en acetaldehido por la acción de la alcohol deshidrogenasa. El acetaldehido deviene en acetato. En las personas sensibles al alcohol, la velocidad de catálisis del acetaldehido sólo funciona con concentraciones muy altas del mismo, por lo que la ingesta de alcohol les afecta más. Además también hay diferencias de la alcohol deshidrogenasa inherentes al sexo. Con el alcohol, cuanto mayor la concentración más rápida la absorción. Y cuanta más grasa, más se retarda su eliminación.

Me he hartado de decirles a pacientes y amigos que el alcohol es malo a cualquier dosis. Que eso de que un poco de vino en las comidas es bueno para la salud es un cuento, chino iba a decir. Pues como lo del virus, no sé si es chino o no, pero menudo cuento. Lo de que la gente joven prefiera beber para socializar, me lleva a pensar en los monos rebuscando miel fermentada en los huecos de los árboles. «En la embriaguez del éxtasis nos encaramamos en el carruaje de los vientos…» según dice el Rig-Veda.

No puedo predicar con el ejemplo, claro. Pero por eso no puedo hablar tan mal de lo de alterar la conciencia metiéndonos venenos en el cuerpo. Cuando empezaban a a hacer soplar a los conductores, mis hijos me regalaron un alcoholímetro. Cuando la reunión de amigos en la bodega se había acabado, medíamos el alcohol en sangre de los que parecía que podían conducir para llegar al pueblo de al lado, y el que tenía menos, conducía. La broma de que había que estar francamente bebido para dejar conducir a según quién, normalmente a alguna señora con más sentido común que los demás no solía hacerle ninguna gracia.

El imperio que el alcohol ejerce sobre la humanidad, se debe a que puede estimular facultades generalmente trituradas por los fríos hechos y las críticas descarnadas. La sobriedad reduce, discrimina y dice no; la embriaguez expande, une y dice sí. Del mismo modo que el café estimula la racionalidad y el individualismo, el alcohol estimula las virtudes proletarias de colectividad y solidaridad.

El alcoholismo tampoco tiene maldita la gracia, como no la tiene el nacionalismo. El nacionalismo se nutre de esos seres medio cultos, sensibles pero elaboradamente tontos, que tienen presbicia intelectual y no ven jamás lo obvio, sólo lo remoto y traído por los pelos… Carecen de sentido común. La identidad nacionalista es para la mente como el alcohol barato: primero te emborracha, luego te ciega, y al final, te mata.

Historias de Paco Sanz ✍️

COSAS QUE HARÍAS SIN COBRAR

Publicado el 21 de febrero de 2021.

Volver a criar a tus propios hijos, ser capaz de dibujar cualquier cosa en blanco y negro y leer y follar constantemente, creo que serían lo más de lo más… Escuchar música de jazz y conducir o viajar, me llevan gratis siempre a otros sitios. Pero andar el camino de Santiago y escribir, cocinar y enamorarme a diario es justo lo que hay… ¡Y oye, muy a gusto…!

¡Ah, y el cine…! Ver cine; que no se me olvide el cine.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

¿Tot aixó qui ho paga…?

Publicado el 21 de febrero de 2021.

No nos hagamos los tontos. Todos estos chicos del adoquín, de los rodamientos de acero y los tirachinas, de los saqueos y la gasolina súper, casi todos cobran. Cobran dinerito… Por lo menos muchos de ellos: los listos del sindicato, los jefecillos politiqueros, los promotores ésos que pagan pancartas, camisetas serigrafiadas, porros y litronas; pagan las pegatinas, las batucadas y la publicidad para tener viralidad en las redes sociomierdales Los tontos no cobran nada: penan. Les pagan sólo el autobús y los bocadillos.

Para entender lo que pasa deberíamos recurrir al viejo dicho, avaro y catalán, que decía aquello de «¿Tot aixó qui ho paga…?»

Si no, ¿de qué, y porqué coño iban a salir de su casa toda esta panda de catalufos incultos, hijosdeputa y magantos…? ¿Para luchar por unos derechos y unas libertades de las que no han oído hablar en serio en su puta vida? Jájajaja… ¿Por la libertad de expresión? ¿Por el progreso? ¿Por els països catalans? ¿Para trabajar…?

Jájajaja…

Por los veinte, treinta o cuarenta euros al día que se ve que les deben dar por dar leña, toda esta caterva de inútiles hijosdeputa catalotarras, lanzarían las piedras que hicieran falta y le pegarían fuego incluso hasta a su propia casa y hasta con su madre dentro. No tienen, se ve, ni madre ni casa alguna… No tienen padre parece. No tienen vergüenza, conciencia, seny, ni cualquier otra cosa decente que les frene; salvo seguro que un buen par de buenas ostias bien dadas… Es ésta, una solución que hace mucho que no probamos…

Si te dan una buena paliza después de merecértela, no me negaréis que a no ser que seas tonto del culo, tarda uno bastante más en volver a ponerse pesado otra vez por lo mismo. ¿No…?

La tontuna es libre, pero que me rompas las pelotas no. Y sólo, hasta que yo te deje, te lo consienta… ¡Desperta ferro…! Si tuvieran ametralladoras las usarían, no lo dudéis.

Que no nos engañen.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

………..

ROBOTS

Publicado el 4 de febrero de 2021.

Historias de Paco Sanz ✍️

Los cyborgs casi son nuestros hijos, los robots serán nuestros nietos, ¿por qué no deberíamos amarlos? Queremos a nuestros hijos y nietos a pesar de que sabemos que un buen día se harán con el mando, que seguirán en la tierra cuando nosotros ya no estemos. Para los niños nipones educados en la religión sintoísta, hay espíritus vivos en todas partes. Aprecian a los robots como si fueran perros. Hay otra razón para que los quieran: para los japoneses son sus futuros cuidadores, los encargados de los cuidados en un país envejecido. ¿Quién o qué va a cuidar de tanto viejo? Descendemos de robots, estamos compuestos de robots biológicos, y toda la intencionalidad de que disfrutamos deriva de la intencionalidad de estos millones de sistemas elementales.

Me han dicho que si vivo lo suficiente puede que muera dándole la mano a un robot no humano. Mientras no me lo parezca, vamos bien. Un chimpancé pasa totalmente de la imagen de un monstruo, pero se muestra aterrorizado por la de otro chimpancé decapitado. Un humano no teme a un robot que parece un robot, pero sí a un robot que se distingue muy poco de un ser humano. En el valle del misterio, algo, puede parecerse a un humano, pero si se parece mucho acojona.

Como soy ya de por sí bastante tonto, y no sólo por ser poco exigente, lo de la proliferación de la inteligencia artificial me aburre. ¿Coches, teléfonos, casas inteligentes? ¡Anda ya! Hace sesenta años con lo de la inteligencia militar hacíamos bromas; ahora ha llegado el momento de hacerlas con la inteligencia artificial; y ya puestos, con lo de la inteligencia artificial militar… El 25 de enero del 2021 se cumplieron cien años de la publicación del libro Rossum Universal Robots (RUR), escrito por el autor checo de ciencia ficción Karel Čapek. Robots que trabajan, robots que pueden hacer la guerra, peor que nosotros.

Desde el punto de vista ético, los sistemas de inteligencia artificial militar pueden participar en la toma de decisiones que permitan salvar muchas vidas o condenar a muerte a muchas otras. Los usos posibles que se pretende dar a este sistema, incluyen tanto sistemas de armas autónomas letales que puedan seleccionar y atacar objetivos sin la necesidad de una intervención humana, como sistemas para hacer programas de apoyo que tomen decisiones propias.

La inteligencia artificial militar es capaz de potencialmente acelerar el combate hasta el punto, en que las acciones de las máquinas superen las capacidades mentales y físicas de los responsables humanos en la toma de decisiones, de los puestos de mando que libren esta guerra en el futuro. Por lo tanto, la tecnología superará a la estrategia, y es muy probable que los errores humanos y los de las máquinas terminen por combinarse y afectarse mutuamente, con consecuencias bastante impredecibles e indeseadas.

La decisión de apagarme puede que venga de un robot, espero que no vaya por su cuenta. Como los LAR (Lethal Autonomous Robot) En ellos ya no aprieta el gatillo el operador del dron: el gatillo se aprieta solo… Entonces ¿quién tiene la culpa, quién tiene que responder, quién ha cometido el pecado, de quién es la deuda, quién tiene que pagar…? ¿El que inventó el programa, el dispositivo, el que lo comercializó, el que pagó la investigación, el que adelantó el dinero, el que firmó la ley que lo hizo posible, el ministro, el gobierno, o la compañía de seguros que lo aseguró…?

Historias de Paco Sanz ✍️

PICARDÍAS…

Publicado el 20 de febrero de 2021.

A José Antonio Ruiz Puig, nuestro Pancho…💕

Sólo queríamos aventura, lo juro; éramos tan jóvenes; tendríamos doce o trece años poco más o menos. Vivíamos todos cerca, vecinos casi de la misma manzana; y éramos también como familia, como primos segundos; miembros de la misma tribu: mi Primo y el Grillo, el Pancho, el Gitano y yo.

Estábamos los cinco digamos que estudiando en mi casa aquella tarde, cuando los pollos del gallinero empezaron a chillar espantados, como locos… En aquella época eran frecuentes los gatos famélicos y asilvestrados, especializados, en dar caza a los animales domésticos que la gente criaba en sus casas. Y por eso, se ve que se nos ocurrió subir a la terraza de mi casa para ver qué coño pasaba con los pollos y con los gatos; también para descansar un rato de los libros; y seguro que también para ver qué tal se veía el mundo desde lo alto de los tejados…

Todo empezó como el juego de a ver quién la tiene más grande… ¿A ver, quién tiene los huevos de llegar más lejos andando por los tejados…? Me hice yo el chulico primero cuando, ya desde el tejado, me asomé al patio de mi vecino y le vi durmiendo la siesta a pierna suelta, con la boca abierta de par en par, y con sus más de ciento cuarenta kilos acostados bocarriba en el suelo y a la sombra de su morera. ¡Qué risa, qué animal, cómo roncaba…!

Luego, le tocó al Pancho…

Con la agilidad de un mico saltó el muro del linde y también como tal, echó rápidamente a andar en cuclillas sobre los tejados hasta que lo perdimos de vista cuando pasó a la otra casa… Tardó un poco en volver, y lo hizo como traspuesto, excitado, extasiado. Casi con los ojos en blanco y cachondo como era él, sudando un poco y diría que como relamiéndose, nos contó que había visto a mi vecina desnuda.

Desnuuuda… 🙄😳

— Le he visto hasta las tetas… Dijo.

De verdad, que vino como descompuesto y claro, aquéllo fue algo irresistible. A toda prisa fuimos a ver en tromba pero a hurtadillas cómo la moza se lavaba desnuda en el patio de su casa, con aquel derroche de carne jabón y palangana. Toallas húmedas, bragas y sostenes usados esparcidos por ahí; ruido de agua, olor a limpio… Sensualidad pura.

En aquella época, si veías aunque sólo fuera unas bragas colgadas secándose en una cuerda de tender ya te ponías ido… pues imagínate. Y claro, nos dio por estudiar muchísimo juntos durante aquel curso.

¡Qué cosas…! 🤣😂

A José Antonio Ruiz Puig, nuestro Pancho…💕

El principal mecánico de mi millón y pico de kilómetros… Álguien, que tenía la virtud de hacerte sentir especial sólo porque estabas a su lado… Los habrá iguales pero mejores no. Adiós, amigo…💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

……

27 MINUTOS – cortometraje. ETA.

«No me llame ‘Ternera’…»

Al amigo Jordi Évole parece que le gusta jugar con la mierda y hacerle películas… ¡Que asco…!

…eeen fin. No dejéis de ver este corto, impresiona…

pulsa aquí 👇👇👇 🙏

27 MINUTOS…

Sólo dura siete minutos.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

SILENCIO… 🙄😳

Publicado el 21 de septiembre de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

Me cuentan del silencio que hay ahora en las aulas al volver a clase en plena segunda oleada. Es más antinatural que el bullicio. El latín distingue dos formas de silencio: tacere es un verbo activo, cuyo sujeto es una persona, y que significa interrupción o ausencia de palabra; silere es un verbo intransitivo que no sólo se aplica al hombre sino también a la naturaleza, a los objetos y a los animales, y que expresa la tranquilidad, una presencia apacible que ningún ruido interrumpe.

Una es la pausa que permite el “por turno” de una conversación, el silere. Da sentido, despeja el sentido. Es la respiración del discurso, se interrumpe para escucharse. Pero hay otra clase de interrupción más enigmática y más grave, el tacere, que mide la irreductible distancia entre los interlocutores. Una permite el intercambio, la otra es la del cansancio, la del dolor de la desgracia, del advenimiento de lo neutro entre nosotros… Maldita pandemia.

Recuerdo haber tenido que copiar cien veces lo de “No hablaré en clase” en mi página cuadriculada, dejando una línea sin escribir cada diez para llevar mejor la cuenta… Los charlatanes administramos el silencio y las interrupciones con mucho cuidado. La interrupción es necesaria en cualquier sucesión de hablas; hace posible el devenir, asegura la continuidad de la escucha. El discurso se convierte así en diálogo, en dis-curso. En direcciones diferentes.

Cuando el poder hablar se interrumpe, no se sabe, nunca se puede saber, a las claras qué está actuando: si la interrupción que permite el intercambio; la que suspende el habla para restaurarla en otro ámbito; o la interrupción negativa que lejos de ser habla que toma aliento y respira, pretende -si es posible- asfixiarla y destruirla para siempre.

He visto una pancarta que reza: “El silencio es violencia”. Me he quedado de piedra. He pensado en mis nietos que han vuelto a clase estos días, que no se pueden quitar la mascarilla, que se tienen que lavar las manos cinco veces al día, que tienen que untarse de geles cuando entran en la tienda con su madre… y en el silencio que dicen las maestras que hay en el aula. Pobres niños. Ninguna civilización es posible fuera de la imitación del silencio. Pero nuestra locuacidad es prenatal. Raza de charlatanes, espermatozoides verbosos, estamos químicamente unidos a la palabra.

Sin poder hablar la libertad desparece. Sería ingenuo creer que este silencio, que esta anulación del libre albedrío tiene remedio… No somos nosotros quienes controlamos la técnica; es la técnica la que nos controla a nosotros. Y a un maestro desfalleciente o estúpido nada le hace más feliz que un colegio silencioso y pacífico con todos los niños pegados a una pantalla… Cicerón ya dijo hace 20 siglos, que la verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio.

Historias de Paco Sanz ✍️

COMUNISMO Y CIRROSIS. TE MATAN

Publicado el 16 de febrero de 2021.

CIRROSIS:

“Enfermedad caracterizada por una lesión que se desarrolla en las vísceras, especialmente en el hígado, y consiste en la induración de los elementos conjuntivos y atrofia de los demás.”

No te digo ná.

El comunismo es como el alcohol barato… Primero, no es que te guste mucho ni lo entiendes pero te calienta; luego, no es que te embriague un poco sino que te emborracha como un perro; más tarde te deja ciego; y finalmente, te mata de cirrosis pero en vez de hepática, mental, moral.

Que no nos engañen.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

FALTA DE VOCABULARIO

Publicado el 19 de febrero de 2021.

Cuando sales de tu pueblo al mundo exterior, y ves que te falta vocabulario, puedes reaccionar o bien aprendiendo el idioma del mundo o también pensando que la gente habla raro, que no habla como debería. ¡Vamos, que no habla como tú…!

No hay nacionalismos buenos, sensatos o pacíficos, no los hay. Cualquiera que sea su credo y procedencia todos son provincianos y castrantes en su fondo; incultos, radicales e intrínsecamente malvados por racistas y sectarios. No olvidéis lo que pasó en el País Vasco: unos mil cuatrocientos muertos y más de doscientas mil personas expulsadas de las que nunca se ha hablado…

Y si no, que nos pregunten a los de Alicante porque aquí se afincaron casi todos: en Jávea y Benidorm los que tenían más pasta, y en San Fulgencio o Torrevieja los que tenían menos, en total ciento y pico mil…

¡Qué asco de País Vasco…!

¿No…? 🙄😳 Pues eso.

Hay mucho dinero y mucha indecencia invertida en el proceso; también mucho tonto y mucho odio inventado recientemente. Hay una supina ignorancia en el fondo del rebaño, y una legión de otras maldades políticas, maquiavélicas, y periodísticas… Y sobre todo lo que hay son muchos hijosdeputa y otros hijos que no lo somos. ¿Por eso tú, de quién eres…?

¿O ya eligió tu madre por ti…?

eeen fin. 🙏

¡VIVAN ESPAÑA Y TODOS LOS ESPAÑOLES…! 💕🇪🇸 TODOS…

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

SOÑAMOS…

Publicado el 3 de mayo de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

Los primeros relatos de Ciencia Ficción del tema que cayeron en mis manos llevaban por título: Soñadores Expertos… Entonces se la llamaba también Anticipación, hoy Fantasía. En aquella época todavía recordaba bien mis sueños; como entonces lo del psicoanálisis estaba de moda lo primero que hacía cuando me despertaba era anotarlos, para que no se me olvidaran. En algún momento me cansé del juego, pero aún hoy si he soñado mucho, aunque no lo recuerde, sé que he dormido bien. Pero… «¿Cómo sabes que has soñado mucho si no lo recuerdas…?»

Porque has despertado sonriendo.

Estos días de encierro he echado de menos el agua, mis sueños han sido de agua: “El dormir es como un puente/ que va del hoy a mañana./ Por debajo, como un sueño,/ pasa el agua…” Debo haber también echado de menos a mis viejos amigos, sobre todo a los muertos, porque estos días he soñado más con ellos de lo normal.

Estos días de estar en casa es como si nos estuviéramos recuperando de alguna enfermedad. Convalecemos… En general, somos criaturas que no aprendemos ningún arte u oficio ni siquiera el de disfrutar de la vida. Extraños a convivencias prolongadas, nos aburrimos en general de los mejores amigos después de estar con ellos a penas media hora; sólo, ansiamos verlos cuando pensamos en verlos, y las mejores horas en que los acompañamos son aquéllas en que sólo soñamos que estamos con ellos. No sé si ésto indica poca amistad… Las cosas que más amamos, o creemos amar, sólo tienen su pleno valor real cuando son simplemente soñadas.

Hoy todavía no sabemos dónde se oculta la vida, qué clase de sitio es ése ni cómo se llama. Si nos abandonan, si nos retiran libros y pantallas nos veremos inmediatamente en un embrollo, todo lo confundiremos, no sabremos a dónde ir ni cómo; ignoraremos lo que se debe amar y lo que se debe odiar, lo que debe respetarse y lo que sólo merece desprecio. Empezaremos a soñar, de cualquier manera: “…érase una vez/ un lobito bueno/ al que maltrataban/ todos los corderos/ Y había también/ un príncipe malo,/ una bruja hermosa/ y un pirata honrado/ Todas estas cosas/ había una vez/ cuando yo soñaba/ un mundo al revés…”

Necesitamos seguir soñando porque necesitamos haber dormido bien. Hay que defender los sueños, los deseos, lo que deseamos realmente lo necesitaremos siempre… Lo necesitaremos para volver a trabajar. Cada trabajo tiene su onirismo, cada materia trabajada aporta sus sueños íntimos. El respeto a las fuerzas psicológicas profundas debe conducirnos a preservar contra todo atentado el onirismo del trabajo: nada bueno se hace a desgana, es decir: a contrasueño. El onirismo del trabajo es la condición misma de la integridad mental del trabajador. ¡Ojalá venga un día en que cada trabajo tenga su soñador titulado, su guía onírico, en que cada manufactura tenga su oficina poética…!

“Como en el bosque umbroso los caminos,/ he perdido en un sueño mi esperanza:/ un sueño tan oscuro, tan profundo,/ que no puedo encontrarla./ Si alguna vez despierto de este sueño/ al clarear el alba/ creeré que estoy soñando todavía/ y seguiré buscándola…” Para huir de la gran enfermedad, del horror del domicilio, salimos a reconstruir nuestras ciudades con la esperanza de poder así soñar nuevas islas.

Me parece bien que mis hijos se hayan ido de casa, el ganao a su aire decían mis bisabuelos, pastores. Sueño pocas veces con ellos… ¿Por qué se alejarán tanto los hijos hasta volverse casi inaccesibles; mucho más que los padres, con los que por otra parte con tanta frecuencia también soñamos…? Los padres, están siempre presentes.

Historias de Paco Sanz ✍️

CURRÍCULUM…

Publicado el 13 de febrero de 2021.

Toqué por primera vez un ordenador en mi empresa allá por el año 95 creo recordar. Algo más tarde, un amigo y compañero de trabajo me dijo que él se había comprado uno «para leer el MARCA» ¡Coooño, qué caro sale leer el periódico en un ordenador, pensé…!

Yo me lo compré ya en el 2001 pero por pura curiosidad del artefacto y para no quedarme atrás con aquéllo de las nuevas tecnologías… Y vaaale, confieso que sobre todo lo compré para ripear DVD’s originales del videoclub y hacerme copias privadas pero sí: piratas. Siempre he adorado el cine y como soy un coleccionista compulsivo y tal y como está el mundo, siento una especial simpatía y predilección por lo pirata.

También lo compré para rotular y pintar grandes murales. Entonces lo hacíamos a mano, con escaleras, escalas matemáticas, papel, lápiz en la oreja, y pinceles y pinturas. También he adorado el dibujo desde bien pequeño.

Yo lo que entendí, en principio, fue que un ordenador era en esencia algo así como un armario en el que se podían guardar sólo dos cosas: una especie de herramientas (programas, decían) y lo que hacías con ellas: archivos digitales… decían 🙄😳

Una máquina de escribir y los textos que escribes. Un tocadiscos y tus discos. Un teléfono, una agenda y la lista de tus llamadas. Una cámara de fotos, un laboratorio profesional y las fotografías que haces. Una mesa de dibujo técnico alucinante y los diseños que con ella creas. Un lienzo y tus pinturas. Una cámara de cine y tus películas. Una brújula, una linterna o una calculadora, y hasta un telescopio o un mapa de carreteras terráqueo, global.

Sólo había un problema: el de aprender a manejar todas esas… cosas.

Empecé con lo del diseño gráfico por lo de los rótulos; pero luego, cuando compré la cámara, me dió también por lo de la fotografía digital y he de reconocer que ambas cosas juntas fueron todo un descubrimiento… Más tarde empecé a editar vídeo y a diseñar en 3D. Y ahora, desde el 2016, me ha dado incluso por escribir y guardar lo que escribo.

Mi primer ordenador con 128MB de RAM pesaría más de treinta kilos contando la torre con el disco duro, la cámara de fotos y la impresora, el escáner, el monitor, los altavoces y el micrófono, la disquetera externa… Mi teléfono móvil ahora con 8G de RAM pesa poco más de cien gramos.

¡Qué cosas…!

El ordenador siempre ha sido una extensión de mí mismo, un medio de expresión más, de comunicación. Una herramienta. Y no te digo ná, cuando lo de la explosión del rollo multimedia éste de internet y más tarde el de las redes sociales.

Yo, ya sabía dibujar, hacer fotos, rotulaba con exactitud cualquier superficie y pintaba murales enormes. Ya sabía algo de cine, de su historia y de sus trucos; y tenía -y tengo- mi colección de discos originales de jazz; y también leía con voracidad aunque no escribía.

eeen fin, que creo estar suficientemente preparado para el desempeño del trabajo que Ustedes demandan.

Visiten mi blog… 🙏

Historias en un folio

Y gracias por leerme… 🙏😘

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

CUANDO DIOS NO FUNCIONA

Publicado el 28 de mayo de 2020

Historias de Paco Sanz ✍️

Cuando lo de Dios empezó a no funcionarme me dio por intentar saber por dónde se habría ido, dónde puede que estuviera todavía. En un principio creí que en cierto modo seguiría en las palabras, en la gramática. Más tarde creí encontrarlo en le gusto de dejar bien hechas, bien acabadas las cosas. En la necesidad de un observador o en todo caso de una entidad, a la que poder agradecer la alegría de vivir… Lo incompleto de la verdad, como siempre. Puede que haya algo de eso, que no sea sólo eso, y puede que no.

Le echo de menos. Para algunos la sensación de carencia y el amor andan siempre juntas. Puede que lo que eche de menos sea mi infancia, los verdes paraísos de los amores infantiles, pero hay que poner nombre a las cosas… Cuando llegamos a lo que no entendemos, a lo que no podemos predecir siempre nos ponemos en manos del azar; la extrema vulnerabilidad de mi vida es la suerte, me embriago con ella. ¿Dios…?

Me estoy haciendo muy mayor. Sin embargo parece que no me canso de repetir siempre las mismas cosas; además, del mismo modo que los viejos músicos repiten sus temas favoritos cada vez más despacio, para hacerlo mejor, para sentirlo más profundamente… me he acordado ahora, pensando en el Dios que me falta, de Demócrito… Creo, que en los Ensayos de Montaigne, leí, que «advertido Demócrito por la edad de que su mente languidecía, él mismo fue al encuentro de la muerte…» A Montaigne no le sirvió de ayuda esa idea porque tuvo una mala muerte.

Tampoco le sirvió a Cioran saber que iba a morir de Alzheimer. Entre alguna de las cosas que dejó escritas y que quiso que se destruyeran, pero que como gran parte de la obra de Kafka no se hizo: “…para cada individuo hay una especie de límite, que por decencia no debería sobrepasar. Podemos haber cumplido nuestro tiempo a cualquier edad; después, continuar es de mal gusto. Un mal gusto universal porque todo el mundo continúa. Por todas partes hay supervivientes… La razón profunda del desprecio hacia uno mismo reside en el hecho de no haber desaparecido cuando había que hacerlo: al primer aviso. Ser uno de esos innumerables supervivientes: eso es la vergüenza, la indignidad, el oprobio...”

Y es que como dijo el poeta: “Y aquella libertad esclarecida,/ que en donde supo hallar honrada muerte,/ no quiso tener más larga vida./ Y pródiga de l’alma, nación fuerte,/ contaba por afrenta de los años/ envejecer en brazos de la suerte”.

Yo ya estaba confinado antes de que me confinaran, y una de las cosas que perdí al hacerlo es no poder encontrarme por casualidad con amigos. Aparte de que la mayoría de mis amigos han muerto y desaparecido, siempre me ha parecido que me hago amigo de cualquiera con bastante facilidad; he terminado siendo amigo de mis parientes y mis vecinos como todo el mundo… Pienso en la suerte de la amistad y en la alegría compartida cuando pienso en mis amigos. Creo, que casi siempre los amigos se encuentran, casi nunca se buscan, nunca se persiguen, son un hallazgo; pertenecen al destino, a lo misterioso, a la suerte, a lo maravilloso; a lo que siendo así, esencialmente, es ser siendo, siempre…

La mejor distopía que he leído nunca lleva por título es «Erehwon» Aquélla gente que se distanciaba de las máquinas, de lo maquinal en sus vidas, y consideraba de mal gusto comentar cosas de la salud, quejarse… Me es especialmente querida porque “no where” dice el título leído al revés. Y porque termina así: “…que la suerte ponga a la Providencia de nuestra parte…”

Historias de Paco Sanz ✍️

Gracias Paco Sanz 🙏

¡TOQUE DE QUEDA MULTIMEDIA…! 😳

Publicado el 25 de enero de 2021.

Ahora resulta que por la noche no sólo se apagan las luces sino que también cierran, o al menos se entornan, las redes sociales. Nos quedamos mudos sordos y ciegos, tontos como en suspenso, gilipollas multimedia. Toque de queda multimedia: hoy, me he enterado que uno de los grupos de télegran en los que estoy, digamos que «se apaga» más menos a eso de las 11.00 pm.

¡Qué cosas…! Yo, si quisiera apagar de una vez mi préstamo hipotecario, arrancar de cuajo el contador de la luz, boicotear el pase el agua, conectar el router de forma pirata o cobrar mi sueldo sin una cuenta bancaria, simplemente no podría. Hace poco me cambié de güasap a télegran, y me quité también de feisbuc istagrán y hasta de tuiter; y eliminé, o eso me aseguraron, absolutamente todos mis datos de esas aplicaciones tipo vieja del visillo… Pero nada: toque de queda multimedia. Esto es un corralito; estamos encerrados en un corral.

¡Ehhh, estás encerrado…!

¿Qué te parece…? ¿Para qué coño queremos tanta tecnología tanta aplicación y tanta polla, si las apagan o nos las quitan cuándo y cómo les sale del capullo…? Somos muy manipulables, reconozcámoslo. Esto de la IA se está convirtiendo en una mierda porque por ejemplo, sé, que ahora mismo me está leyendo feisbuc…

¿Y qué hacemos ahora? ¿Dónde o a quién recurrimos para informarnos…? ¿En quién podemos confiar? Yo lo tengo claro vosotros no sé: volviendo a los clásicos, a lo clásico. Ahora con lo de la tecnología e internet es todo mucho más fácil; la literatura y música clásicas libres de derechos de autor están al alcance de cualquiera… Ya no hay excusa para desenmascarar a lerdos memos y necios; o a malintencionados, que pretendan manejar a su antojo la Realidad, la Música o la Historia, amañándola a sus pretensiones.

Vamos a tener que volver a la música en directo y la carta en papel, o al sms, al mensaje de pago a través de la empresa de servicios y no al gratuito de la empresa traficante. ¡Qué asco, en qué asco se han convertido las rrss…! Que me cobren, pero que no me toquen los huevos.

eeen fin. Que no nos engañen, y gracias por leerme. 🙏

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

UNA OFERTA IRRECHAZABLE 🙄😳

Atraco a las 3… 😳🙄

«…¿Me estáis diciendo que tras cinco años de Gobierno progresista, formado por la banda corrupta que roba a los parados y se va de putas (PSOE), la banda que suelta a violadores (Podemos), la banda de la raza vasca el zulo y el tiro en la nuca (Bildu y PNV), los traidores del golpe de Estado (ERC) y los que abusan de menores tuteladas (Compromís)…

y no los vais a votar…? «

¿Qué puede salir mal…? 🙄😳

🙄😳 No me lo puedo creer.

…eeen fin.

Anónimo.

Me asombra ser una sombra…

Historias de Paco Sanz ✍️

“Me asombra ser una sombra, pero más me asombraría que tú, que eres otra sombra, te asombraras de la mía”. Voy herido por la vida y por la muerte, por el tú y por el mundo. A la herida de la vida cabe llamarla placer; amor, a la que a ti te debo; a la de la muerte, angustia; a la del mundo, asombro. Dicho de otra manera: abrazo de la vida con el placer; me angustia el roce de la muerte; mi amor, el presente eres tú; y al asombro que me causa el misterio del mundo, nunca me canso de despertar.

El asombro es un estado previo al filosofar, en tanto que surge a partir de la percepción de algún objeto o evento digno de ser cuestionado. Heidegger consideró que el asombro (“erstaunen”) es una experiencia fundamental que nos conecta con una comprensión más profunda de nuestro ser y del mundo en el que hemos sido arrojados. En el caso de Platón, consideró al “thaumazein” (asombrase, admirarse, maravillarse) como el deseo de conocer y comprender más allá de las apariencias sensibles y superficiales.

Los niños pequeños tienden a propasarse con las preguntas de “por qué”. Nacemos con una especie de asombro ontológico (thaumalazeim) que va cayendo en el olvido según nos acostumbramos al terreno. A Gödel, su profundo thaumalazein infantil le duraría toda la vida, de manera que al niño a quien llamaban Herr Warum se convertiría en el descubridor de la incertidumbre, de la incompletud matemática…

Para Wittgenstein “la expresión lingüística correcta del milagro de la existencia del mundo es la existencia del lenguaje mismo”. La existencia del mundo es un milagro, efectivamente, algo inexplicable, asombroso y a la vez luminoso, aunque para que el mundo como milagro luminoso nos aparezca, ha de llevar consigo su sombra. Sin embargo, lo esencial de ese milagro luminoso no es otra cosa que el lenguaje. Y eso lleva a Wittgenstein a afirmar que ética y estética son lo mismo, o, como comenta Trías, “son uno”: el lenguaje no es algo baladí porque todo el mundo lo use, como la comida o el sexo. El lenguaje es lo único capaz de darnos a conocer el milagro de la existencia del mundo de modo sensible. No hay ética sin estética ni mundo sin lenguaje.

Me asombra como cambian las palabras: En algún momento entre la edición del RAE en papel en 1976 y la digital, la primera acepción de “curiosidad” había pasado de “deseo de saber o averiguar una cosa” a “deseo de saber o averiguar alguien algo que no le concierne”, atribuyendo una dimensión moral desconocida al principal impulso del científico. En cuanto a “asombro” la definición como “susto, espanto” es peor que la que aparece en Google: “impresión que en el ánimo que algo o alguien causa a una persona, especialmente por alguna cualidad extraordinaria o por ser inesperado.

Me asombra seguir escribiendo, pienso que escribir es únicamente asumir la sacralidad que llena cada instante, es la humilde anotación, que tiene en el asombro su comienzo, que disfruta viviendo intentando encontrar el logos que alienta en todas partes.

Historias de Paco Sanz ✍️

Carta a mi Alcaldesa

Publicado el 16 de septiembre de 2023.

De verdad, querida amiga.

Como bien sabrás, aparte de un honor es un verdadero placer para mí el poder ponerme en contacto contigo, para pensar en voz alta y por escrito sobre ésto que nos está pasando políticamente. Verás… No entiendo el por qué, no están todos los alcaldes y todos los concejales de España que no sean de izquierdas, consejeros, conselleres, conselleiros, conselleres en cap, presidentes, afiliados y simpatizantes indignados o traicionados, llamando como locos al pueblo español a manifestarse en las calles…

No lo entiendo… 🙄 🇪🇸

Las cosas se hacen así en política: en las calles; es cosa de mayorías y no sólo parlamentarias. Hay que currar, salir del despacho… ¿Porque por qué puede salir a la calle tanto hijodeputa a traicionarnos, y no salimos los españoles decentes a quejarnos con la misma facilidad y el mismo ahínco con la que nos está cayendo…? No me lo explico. ¿No hay huevos…? ¿No tenemos…? ¿No sabemos…? 🙄😳🇪🇸

Y ya que los españoles decentes y de bien no saldríamos nunca a la calle para vengarnos de nada ni linchar a nadie, es muy fácil: sólo hay que fijar un día y una hora en la que todos los españoles -de bien, insisto- podamos salir a manifestarnos pacífica y rotundamente en las plazas de todos nuestros pueblos contra esta infamia roja que estamos padeciendo, todos.

Volviendo a padecer diría yo… 🇪🇸

No entiendo, el por qué no se usa el poder político decente para contrarrestar a los políticos indecentes. ¿A qué estamos esperando…? ¿A qué estáis esperando para sacar a la gente a la calle si tenemos toda la razón y nos la roban…? ¿Por qué no ejercéis el legítimo poder municipal y autonómico del que estáis investidos para reivindicar la democracia…? ¿A qué coooño estamos esperando…? Supongo que como hemos estudiado Historia, todos, sabemos que ésto se parece mucho a 1936 aunque sin los arrestos suficientes. ¿No…? Pues eso.

¡Vaaamos…! 🇪🇸

Tampoco entiendo el por qué en vez de tanto taller de escritura y de pintura creativa, tanto yoga tanto fitness y tanto crecimiento personal y municipal; tanta procesión, y tanto arreglo de bordillos aceras parques y jardines; los ayuntamientos y comunidades que no son de izquierdas no se pelan también el culo para explicarnos a los ciudadanos la Historia y la infamia de lo que nos está pasando, porque mira que es grave… 🇪🇸

¿Por qué los sindicatos y los partidos de izquierdas siempre pagan -unas veces de su presupuesto y otras muchas no- subvenciones, pancartas, autobuses, oenegés, meriendas, camisetas y batucadas varias promocionando asociaciones y manifestaciones traidoras de todo tipo; y las otras organizaciones se supone de derechas y decentes se quedan en casa gastándose ellas solas los presupuestos…? ¿Por qué no trabajan también…? ¿Por qué no trabajan al menos tan bien propagandísticamente como lo hace la izquierda, si además también tenemos la razón…?

¿No sabemos…? 🙄😳🇪🇸

¿Por qué, no sacamos a la gente decente a la calle igual que la izquierda saca canallas a quejarse y a incendiario todo…? No entiendo la victoria moral de estos traidores salvo por la inacción del resto de nosotros, los se supone decentes: los españoles.

Con todos mis respetos… Un saludo mi Alcaldesa. Y espero, que entiendas la verdadera intención del escrito éste… 🙏💕🇪🇸

🎵🎶🎵… si un traidor puede más que unos cuantos, que ésos cuántos no lo olviden fácilmente…🎵🎶🎶

eeen fin.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

El mejor poema del mundo

Publicado el 4 de febrero de 2020.

MELANCOLÍA DE DESAPARECER


Y pensar, que después de que yo muera
aún surgirán mañanas luminosas,
que bajo un cielo azul, la primavera,
indiferente a mi mansión postrera,
encarnará en la seda de las rosas.

Y pensar que,
desnuda, azul, lasciva,
sobre mis huesos danzará la vida,
y que habrá nuevos cielos de escarlata
bañados por la luz del sol poniente
y noches llenas de esa luz de plata,
que inundaban mi vieja serenata
cuando aún cantaba Dios bajo mi frente.

Y pensar, que no puedo en mi egoísmo
llevarme al sol ni al cielo en mi mortaja,
que he de marchar yo solo hacia el abismo,
y que la luna brillará lo mismo,
y ya no la veré yo desde mi caja…

Agustí de Foxá

Agustí de Foxá

Andorra y El Rubius… 🙄

Publicado el 29 de enero de 2021

Sólo un país de gilipollas se queda mirando y riéndose, cuando mucha de su gente -algunos con verdadero talento y la mayoría sólo con pasta- se van a Andorra precisamente porque tienen pasta; se tienen que ir a Andorra… País el nuestro, que luego se queda igual cuando gentecilla como «el coletas» que con pinta de haberse terminado un par de libros e ínfulas de mirlo blanco, va, y se queda… Y vaya si se queda porque habrá que echarle aceite hirviendo para que se vaya; no tiene otra: ni oficio ni beneficio. No ha trabajado nunca.

Porque Andorra está muy bien, sí, pero si tiras una piedra con demasiada fuerza sale de Andorra; es decir, que es muy pequeña. Yo he ido varias veces, y a menos que te guste mucho la hierba muy verde o el esquí, no se pueden hacer muchas más cosas de las que nos gustan a los españoles, aparte de lavar dinero, claro… Se puede comer algo de jamón por ahí, sí; pero, o estás todo el día también comiendo nieve o hierba muy verde, o te tiras todo el día haciendo monerías delante de internet, o te gustan mucho las series y te acuestas a media tarde, porque todos los días madrugas mucho para ir al centro comercial.

eeen fin.

Un gran amigo mío, al preguntarle por su reciente viaje de novios a Viena me dijo que Viena era maravillosa. ¡Que qué bonita…! ¡Que era un placer pasear por esos bulevares tan amplios y tan hermosos; que el ambiente musical de la ciudad lo impregnaba todo y que su estilo arquitectónico imperial era imponente, una maravilla…! Que muy bonico todo sí, que muy limpio; pero que a mí no se me ocurriera ir ni loco… 😳 Que a las cinco de la tarde en Viena no se podía hacer absolutamente nada que no fuese pasear; que no habían bares; que tenías necesariamente que tener reserva para ir a alguno de los pocos sitios a los que se podía ir… Y todo ello cuando no había restricciones.

Eso de vivir en Andorra, de verdad, manda huevos… ¿Cuánto dinero no ganarán, como para hacer el sacrificio de tener que vivir todo el año aburridos en Andorra…? ¡Chico calla…! Pues imagínate ahora con lo de la pandemia. Y para más INRI, dicen, que debido a la altitud no se puede ni jugar bien un partido de fútbol porque el sitio es tan pequeño que no da para un campo decente; si se te cae la pelota rodando pendiente abajo igual puedes terminar en Teruel… 😂🤣 Vamos, que hay demasiadas cuestas en Andorra.

Que no nos engañen.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras

…..

Liz Taylor y Richard Burton

Publicado el 21 de enero de 2021.

Historias de Richard Burton.

Una de las parejas más legendarias de Hollywood: Elizabeth Taylor y Richard Burton. Marco Antonio y Cleopatra.

Esta carta fue escrita y enviada por Richard Burton a Elizabeth Taylor, a los ocho meses de haberse casado con su última mujer y una semana antes de morir a los 59 años. En ese último año no volverían a verse. La carta la encontró Liz Taylor en su casa de California, al regresar del entierro de Richard Burton en Suiza.

«Quiero saber cómo estás, odio mío… Mi cara y mi cruz, sombra y luz, mi paloma y mi cuervo. Por aquí nada nuevo: el lago opaco, la tapia de lluvia, la ventana ciega por la que brilla el ágata del recuerdo de tus ojos violeta. Repta el domingo por la tarde, bebo.

Déjame decirte que estoy triste como un perro viejo y que mi soledad es una casa enorme, vacía e inútil, como ésta. Mi gata amarilla maúlla. Ojalá fuera a tu sombra, a tu silueta de diosa antigua. También la gata te añora y araña el molde de tu ausencia. Parece que le has dejado tus ojos puestos para que no pueda olvidarte… Si pudieras contestarme que aún, no es demasiado tarde para el marinero borracho que desea volver a su muelle… Aprieto el corazón contra la ventana y mi pulso, y el reloj de la lluvia, repiten tu nombre y el mío. Eres como la lluvia y la memoria, clara y oscura, el arma y la herida, falsa y hermosa, ardiente y fría.

Me da por pensar que te has quedado, que el tiempo no ha pasado y que ésta no es la carta de un borracho sino un poema desbaratado. Siempre vuelve a mí ese tiempo que habitamos como huéspedes del éxito, con nuestra cama a la deriva por los remolinos del Tíber, con las caricias de los celos y los mordiscos del deseo, las seducciones del engaño y el beso de la culpa… No hay vida sin ti, eres el hueso y la vena, turbia y clara, el muro y la hiedra, la hierba que besará mi lápida: la vida y la nada. Ya no volverá el instante de tiniebla donde galopabas sobre la ola de mi orgasmo. Conmigo en tí sueño.

Ya termino como te digo, por aquí no hay nada nuevo, el lago opaco, los ladridos del viento, es domingo por la tarde. No, ya es de noche, y bebo.

Sigue lloviendo sobre esta casa nueva, ruinosa, que parece que no tiene techo, sólo el suelo de tu ausencia. Llueve sobre mí y sobre estas palabras borrosas que te nombran mil veces. En el fondo nunca nos hemos separado. Y supongo que nunca lo haremos…”

💕

Richard Burton… Historias de Richard Burton.

RUIDO DE IMPACTO

Publicado el 11 de diciembre de 2021.

Atrapados en aquella trinchera, se movió, inclinándose y estirándose sólo un poco para pasarme la cantimplora; y después de beber, estaba dándole las gracias cuando el disparo le reventó la cabeza, justo a sólo dos o tres palmos de distancia de la mía…

Produjo el proyectil un ruido de impacto diría que como blando, sordo, como mocoso o líquido, al chocar con el hueso y la carne humana. Un sonido realmente inolvidable. Lo vi morirse mientras chorreaba sesos… Parte de su lado derecho estalló, y el resto de su cara permaneció como un segundo más todavía viva mirándome como sorprendido, mientras se moría, y se desplomaba abatido como un muñeco en ese mismo instante conmigo al lado…

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

SE HAN MASCULINIZADO

Publicado el 5 de diciembre de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

Me gustan las personas, las feministas no tanto, qué le vamos a hacer. La incorporación de las mujeres al mundo del empleo y del sueldo (porque trabajar en lo que hay que trabajar, cuidando, eso siempre lo han hecho) ha sido un desastre. La medicina y la sanidad es lo que más ha mejorado por su incorporación al mercado laboral. En otras cosas se ha cumplido la vieja amenaza: más que conseguir introducir la inteligencia y la delicadeza femenina en el entorno laboral, ellas se han masculinizado. Y la educación de los niños y el cuidado de los viejos, “personalizados”, en casa, se ha vuelto imposible.

Mi generación ha sido testigo de todo el proceso. Mis hijos pudieron ir “tarde” al colegio porque su madre pudo dedicarse a criarlos, e incluso a traer algo de dinero a casa trabajando fuera, porque sus padres vivieron esos días de crianza con nosotros. Morirían en un entorno doméstico. También habían criado a sus hijos con abuelos en casa. Sin embargo, mis padres, ni admitieron a los suyos en casa ni vivieron con nosotros más que en vacaciones. Murieron en residencias.

En la ciudad donde he ejercido la medicina durante más de cuarenta años, asistíamos a mucha gente de los pueblos cercanos. Los más mayores habían sido pacientes de mi padre, incluso alguno de mi abuelo. Cuando les decía que mi padre había perdido la cabeza, que mi madre ya no podía con él ni a pesar de tener ayuda en casa, y que habíamos decidido que estaría mejor en una residencia después de muchas dudas sobre todo por parte de la familia que vivía en otras ciudades, me decían que habíamos hecho bien… Sin embargo venían a la consulta con sus hijos, me hacían ir a su casa para visitarles, y estaban peor que mi padre pero los aguantaban en casa, incluso los que tenían más dinero que nosotros. Cuando veía a las nueras pensaba en la sopa de amapolas, y en el dejar dormir al abuelo de las matronas romanas, cuando la eutanasia, la buena muerte, se cocinaba en casa.

Mi madre sin embargo, maternalizó las relaciones con sus hijos hasta el final. No quiso venir a vivir con nosotros para no darnos la lata, cuando le llegó la hora de los pañales y la silla de ruedas, ingresó en una residencia “pues tenía dinero para pagársela” Y yo no podía dejar de ir a verla casi cada día. Porque con la mala conciencia sí me quedé. La cuestión era para ella: que nosotros estuviéramos bien. En comparación con otros padres, cuya longevidad y dependencia caen como una losa sobre los hijos ya mayores, ella nos lo puso muy fácil.

Marx acababa sus obras con un DESAM: Dixit et salvavi animam meam. En mi caso cada vez que doy por acabado algo de lo que escribo debiera poner RQTQS: recuerda que tienes que suicidarte, como hacía una escritora cuyo nombre prefiero no recordar, y que efectivamente acabó suicidándose. Digo ésto por ver si así, si llego a tener que optar entre ser un deber penoso para mis hijos o hacerme cuidar por extraños, conserve la suficiente voluntad y memoria como para acabar conmigo.

La verdad es que las personas que les ha tocado hacer de mujer últimamente lo han hecho muy mal. Somos demasiados porque ellas lo han permitido. Lisístrata, la de Aristófanes, propuso una especie de huelga sexual: no acostarse con los hombres que fueran a la guerra. Se ha quedado como personaje de una comedia. Además, seguimos creciendo y multiplicándonos como animales. Porque nos encantan los niños.

Las instituciones imperantes siguen creyendo, en la primacía y la eficacia del crecimiento económico como indicador clave del bienestar del sistema, incluso a la luz de unos recursos en continua disminución. No sería necesario, según este dogma, aceptar la realidad de que un crecimiento económico en continua expansión, es en realidad un absurdo en un sistema finito: algo ridículo, y que pronto acabará, incluso aunque los activistas no hagan nada para oponerse a él.

Historias de Paco Sanz ✍️

COMITÉ CONTRA LA DESINFORMACIÓN

Publicado el 7 de noviembre de 2020.

¿¿CÓOOMO…😳??

Pues no que, después de que un troll energúmeno se cansara de llamarme fascista de mierda entre otras muchas lindezas, y justo en el momento que yo me defendí calificándole de mierda roja y asegurándole -eso sí con corrección- que de tan maleducado le haría saltar todos los dientes si lo tuviera enfrente; va el feisbuc e ipso facto me bloquea la cuenta… Hasta ahí podría entenderlo, por voceras que soy… ¿Pero qué curioso…? sólo me la bloquean a mí.

Unos, usan constantemente y sin recato la mentira, el odio larvado, la desmemoria histórico-democrática, y el burdo insulto… Y resulta que otros, no pueden siquiera defenderse usando exabruptos parejos a los que reciben, porque son bloqueados siempre y al instante como si fueran niños castigados a la silla de pensar.

Ya estoy hasta el capullo de esta red social convertida en asocial, que como araña te atrapa en su tela pegajosa, y una vez inmovilizado al embobarte con tanta basura ideológica y publicitaria, finalmente se alimenta sorbiéndote los fluidos vivos que aún queden en tu intelecto, o en tu criterio…

Tres días de bloqueo dicen; y una mierda. Que le den definitivamente por el culo al feisbuc éste: he eliminado por completo mis publicaciones y mi cuenta, y la de istagrán también. Harto estoy de este corralito, me voy.

– «¡Si me queréis, irse…!» dijo Lola Flores aquella vez agobiada entre la muchedumbre… Para encontrarnos, algunas veces hay que irse.

¿Hay vida fuera del feisbuc y del rollo éste de las redes sociales…? Mi padre no supo lo que eran, y el rojo de mi tío Miguel o ahora mi amigo Eugenio tampoco… José Luis Garci no las tiene, ni Jiménez Losantos. Ni Escohotado o De Prada. Muchos tienen a un negro a cargo de sus redes; y yo, ya estoy negro pero de gangrenarme el ánimo sufriendo esa vorágine de desinformación sesgada y prostituta, administrada por no sé qué infame empresa, ente, o siniestros personajes…

Me arrogo el mérito de ser una de las muchísimas personas, censuradas a los pocos minutos -diez o quince- de conocerse la oficialidad de la entrada en vigor de esta mierda de comité contra la desinformación, que esta mierda de desgobierno rojo se ha sacado no de la chistera sino de la faltriquera, cual navaja trapera… Así reventara, el que haya decidido dar luz verde a un puto comité de censura pura y dura.

Lo he borrado todo. Estoy muerto para feisbuc, o eso me creo… ¡Qué alivio…! Y sé, que el no participar hoy en día del rollito éste de las redes sociales, es una forma voluntaria de aceptar la condena a un tipo de ostracismo. Sí, pero bendita condena y bendito ostracismo que me liberan de este mundo mentira y virtual tipo Matrix, en el que o caminas en el mismo sentido que camina la multitud o eres una anomalía, un dejavú, un peligro, y por todo ello un objetivo a eliminar.

Y como para el feisbuc éste, parece ser que fuésemos todos unas meras mierdas secas que flotaran en su sentina de aguas fecales, flotamos sí, pero nadie distingue nada entre tanto detritus al no vernos unos a otros casi ahogándonos en basura mediática…

¿Entonces, qué coño hacemos aquí dentro, si es un sitio donde ni se nos estima ni se nos respeta…?

…eeen fin.

aaanda y que le den…

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

….

LA MUERTE Y LOS NÚMEROS

Publicado el 25 de junio de 2020

Historias de Paco Sanz ✍️

El Emperador está desnudo. El saberlo, el que se sepa. Esa es la consecuencia última de la crisis sanitaria que estamos viviendo y de la económica que nos aguarda. El Imperio es una farsa, la dulzura del libre comercio no es tal, la desconfianza en la bondad de instituciones, profesionales y expertos, se va a ir hacia la asíntota; y la Mano Invisible empezamos a notarla en nuestro gaznate.

Estamos empezando a detener la velocidad de la expansión de la epidemia. Pero la inercia de los grandes números, lo terrible del común denominador sigue su canto, pone en entredicho la posibilidad de volver a creer en los trajes del emperador. Por lo visto, por la sangre de la décima parte de la población española, ha pasado el virus ese… Y hay más o menos cuarenta y siete mil muertos no esperados. En España hay cuarenta y siete millones de habitantes. Si nos alcanza a pasarlo todos habrá cuatrocientos y pico mil muertos más. Sigo creyendo en los quebrados como un bachiller.

He vuelto de unas fiestas de San Juan, y como si esto pudiera no acabar pasando, las mascarillas y el distanciamiento han brillado por su ausencia. La crisis económica y social tendrán que esperar. En geopolítica, lo la mascarilla de las fronteras y el distanciamiento de la insolidaridad, vamos a tardar tiempo en poder volver a quitárnoslos. Porque de algún modo seguimos creyendo en lo que nos enseñaron en el bachillerato.

El “olvido del denominador” hace que el numerador se valore, desproporcionadamente. Es algo parecido a la desconsideración de la tasa base en la inferencia bayesiana. Preocupa mucho más que vayan a morir 1000 personas en una gran ciudad, que que vayan a morir una de cada mil. Se está haciendo política con los números. Siempre se ha hecho. Se hace política con lo que uno puede. Pero además nos gusta jugar con ellos, también lo hemos hecho siempre. A saber qué pensar, decidir qué hacer, o predecir lo que nos espera de ellos, estamos acostumbrados; y a hacerlo mal también.

Das positivo en una prueba de enfermedad que padece una de cada 600 personas. El médico te dice que uno de cada 25 positivos en la prueba es un falso positivo. Sales con la idea de que tienes un 96% de posibilidades de padecerla… El médico te recuerda lo de la regla de Bayes, que los números no son así. No lo entiendes… Hablas con un amigo matemático para que te aclare lo de la regla de Bayes. La Regla de Bayes recuerda que la probabilidad posterior es el producto de la tasa base por la razón de probabilidad. Uno de cada seiscientos enfermará. Tasa base. Uno de cada 25 positivos en la prueba es un falso positivo. Razón de probabilidad. 1/600*25= 25/600=4%. Si das positivo en la prueba tienes un 4% de probabilidades de estar enfermo de eso.

No es lo mismo.

Gödel acabó con el Entcheidungsproblem, con el problema de la decisión, demostrando que existían afirmaciones sobre los números enteros que, a pesar de ser perfectamente razonables, no podían probarse ni refutarse. Turing lo amplió a cualquier otra proposición matemática. El ordenador de programa almacenado, tal como fue concebido por Alan Turing y construido por Von Neuman, vino a romper la distinción entre números que significan cosas y números que hacen cosas. Nuestro universo ya nunca volvería a ser el mismo.

Ya conoces el terrible secreto de las matemáticas: está todo basado en nada… La pregunta clave no era si nuevos tipos de números existían “realmente”, sino si sería útil suponer que existían.

Historias de Paco Sanz ✍️

PROCOBRO, Y EL BANCO DE SANTANDER…

Tras dieciséis años, empecé a trabajar de nuevo en lo mismo: cobrando morosos para el BANCO DE SANTANDER. Hace once meses.

Os sorprenderá, el saber que me hacía mucha ilusión pese a que todos seguro que pensaréis que qué ilusión puede hacer un trabajo semejante. O el de enterrador… Pues bueno, yo os lo explico: es una faena que siempre se me dió muy muy bien, y además, los morosos sólo son gente muy agradecida aunque con problemas en los bancos, como tú y como yo… Peeero, que en un momento dado pueden tener un bache económico y ya sabéis el dicho: «el banco es un sitio donde te dan un paraguas cuando hace sol y que te lo quitan cuando llueve…» Y claro, cuando llueve me mandaban a mí a quitárselo; a meterme en el bache con el moroso. Alguien, tiene que hacerlo.

Menos mal, que hace casi treinta años cuando empecé en ésto me dió por pretender lo contrario, es decir, por ayudarles. O al menos por intentarlo… Y tuve éxito al menos durante once años: gitanos, empresarios, ancianos con problemas, moros, divorcios, autónomos agobiados, alcaldes, dentistas… Siempre se puede; siempre hay un posible pacto, un acuerdo; pero claro, es difícil: mucho…

Pues once años estuve así hasta que me cansé de luchar contra molinos gigantes… Cobrar cobraba, y ayudar al prójimo también, pero sólo con lo poco que yo podía hacer; sólo, hasta lo poco donde me llegaba el brazo… Por eso cambié de trabajo. Luego: tumbos y más tumbos, carambolas y rebotes, hasta que llegué de nuevo a este sector de la mano de la empresa ésta tan lacaya. PROCOBRO, que me contrató hace once meses con tanto empeño, pero me ha despedido ahora despeñándome de forma tan precipitada.

¡Fíjate tú…!

Cincuenta y siete años, y soy objeto de una de tantas injusticias laborales pero ésta doblemente miserable por parte de los bancos y sus adláteres: no sólo maltratan económicamente a sus clientes con problemas sino que también a los empleados que tratamos con ellos… Es siniestro, funesto. Me han utilizado para hacer un trabajo si no de cloaca, cuanto menos, ‘delicado…’ y una vez exprimido me tratan como una mierda, también. Se ve que eso, es ‘la cosa’ de los bancos.

Y una mañana y sin venir a cuento, van, y me tiran a la calle mediante una simple llamada, una patada en el culo y una amenaza. Ni me pagan ni me han pagado nunca lo que me corresponde. Las razones para despedirme son insultantes, esclavistas, y una pura mentira apañada, para extorsionarme desde su posición de empresa ventajista chulesca y abusona… Y de ‘lo de los quince días’ a los que obliga la ley para notificar al que va a ser despedido: tampoco, nada de nada. Se ahorran quince días de sueldo y de paso me chantajean, para que firme inmediatamente el finiquito que me pongan delante, o no cobro nada hasta que lleguemos a juicio…

¡Ahí te pudras…!

Que no, que no estoy dispuesto a que me introduzcan elementos extraños por el orto. Que no; y que voy a luchar por todos mis derechos, hasta el último… Que ya mi Maestro Don Quijote, aunque de antemano seguramente se sabría derrotado por tan enormes gigantes o molinos, no dejó nunca de presentar batalla. Nunca… Porque una gran guerra, es lo que hay que presentar siempre contra todas las injusticias. ¿No…?

eeen fin.

Ayúdame y comparte ésto. Por favor. Y recuerda:

PROCOBRO, Y EL BANCO DE SANTANDER…

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

EL TOCADISCOS

Publicado el 31 de enero de 2021

Gracias a mi cuasi hermana María José, recuerdo como si fuese ahora, la primera vez que dispuse de un tocadiscos… Se lo había regalado su padre hacía poco y lo trajo a mi casa. Teníamos quince o dieciséis años, y solo tres cuatro o cinco discos: Kaya de Bob Marley, Luna de Víctor Manuel, otro no sé cuál del Dúo Dinámico, y algunos otros petardos musicales que tampoco recuerdo.

Era un pic-up de aquéllos. Amarillo, flamante, y del tamaño y forma de una maleta; con un altavoz incorporado que lo convertía en aquella época en la leche, lo más, para organizar saraos y montar guateques. Lo enchufabas ponías el disco y listo: sonido en mono, ni siquiera estéreo; pero era una maravilla ya que ellas movían el culo y yo también… El primer disco que puse en un plato de música, tengo el honor, de que fue el Kaya de Bob Marley: una verdadera pasada que diríamos hoy. Empecé bien… Salvo la música de la banda de mi pueblo, la de alguna verbena, o la que se emitía por la radio y la televisión de aquella época, yo no había oído nada igual salvo en el cine. Nunca había oído música con precisión.

Me he criado mirando como un dibujante y escuchando como un melómano. Y he visto en directo a grupos nacionales como Tequila, Leño, Baqueta, Asfalto o Medina Azahara; y un poco a mi pesar hasta a Mecano y a los Héroes del Silencio… Y he asistido a conciertos tan impresionantes como los de los legendarios AC/DC, Queen, Supertramp o Dire Straits. También fui a ver a Police, a la Creedence, a Eric Clapton, o a U2. Aunque también se me han escapado muchos otros: los Rolling, Status Quo, Ramones, Guns and Roses.

He ido a conciertos de Stan Getz y Manhattan Transfer; a escuchar pianos como los de Oscar Peterson y Tete Montoliu; a recitales eclécticos como aquél de Van Morrison en Barcelona, y uno legendario al que asistí de Jorge Drexler en Elche. O a otro directo brutal de Bill Evans que tuve la suerte de ver en Sant Feliu de Gíxols. Tampoco nunca podré olvidar a Sabina ni a BB King en la plaza de toros de Alicante.

La música de hoy así nos va… Entre raperos, perreros, flamenquines, cantautorillos, televitontos y famosetes, los mafiosos de la industria han hecho de nuestro panorama musical un erial aburrido, sólo apto para mañacos musicales. Vale que no se vean por ahí pianistas de jazz ni virtuosos del violín; vale, pero tampoco se ven guitarristas, compositores, bateristas con alma y mérito musical… En mi época nos interesábamos por quién era el bajo, el guitarra y el batería, y de quién eran los arreglos; de si éstos eran realmente buenos musicalmente o si sólo eran marchosos; de si la música que oíamos era fruto sólo de la industria o lo era del mérito musical… Y es que la música tiene mucho mérito: es la carrera con estudios más largos; más que la medicina, las ingenierías o el derecho.

«Es música de maricones…» El jazz. Recuerdo que al principio esa frase retumbó en mi mente, hasta que empezó a sudármela. Cuando había que pagar por la música, a veces, lo alucinante de uno solo de aquellos temas, hacía merecer el gasto del disco entero… Al principio yo tampoco entendía el jazz aunque, extrañamente ya que nunca he tenido formación musical alguna, sí apreciaba el mérito musical de los que interpretaban esa música… Sólo tengo oído. Era una música difícil cuando se ponía profunda; como deben de ser las cosas.

a María José Gascón.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

EL SENTIDO DEL HUMOR

Publicado el 21 de octubre de 2020

Historias de Paco Sanz ✍️

La pandemia arrecia. La tristeza por lo que nos espera también. La tontería se combate con sentido del humor, para la desgracia no sirve. Qué pena. Para alegrarnos la vida en lugar de centrarnos en lo desgraciados que somos por lo de la peste, o para poder perdonarnos lo tontos que hemos sido gestionándola, podríamos intentar reirnos. Lo malo de la tontería es que a veces se ejerce, lo malo del sentido del humor es que muchas veces nos olvidamos de ejercerlo.

Hay que combatir las vanidades personales, las infatuaciones, los tópicos, porque sobre eso se sostiene este lío de nosotros, y de eso se aprovecha todo lo que es tiranía y oscurantismo. El humorismo es lo que merecen los nuevos fanatismos, la nueva desesperación, el nuevo ciclo catequista, la nueva sumisión al martirio. El humorista es un hombre alegre al que ponen tristes los demás. Ramón Gómez de la Serna, el mejor humorista del que recuerdo haber leído, así lo dejó escrito.

Nos dicen que la peste se contagia por aerosoles, que son como una especie de humo de cigarrillo, de humor aéreo. Como la mala leche. Cuando un humor era el causante de alguna enfermedad, se hablaba antes de humor pecante. Sin embargo, cuando la persona tenía equilibrados esos humores, se decía que estaba de buen humor. En nuestros días empieza a ser cada vez más común el humor pecante. Se peca, precisamente, por falta de ventilación, por malos humores. Sólo con el buen humor vamos a poder ver la otra cara de la moneda. Esa moneda que nos empeñamos en que sólo tiene cruz.

La pandemia está acabando con nuestro sentido del humor. Poseer un refinado sentido del humor implica una gran capacidad para simular el futuro. Con muchos futuros posibles en la cabeza uno se echa a reír ante cualquier final, a cualquier desenlace le vemos cierta gracia. El futuro al que nos vemos abocados es una atrocidad.

El buen humor relaja el control del pensamiento lento sobre la acción: estando de buen humor nos volvemos más intuitivos y más creativos, pero también menos cautelosos y más propensos a los errores lógicos. El buen humor es una señal de que las cosas van bien en general, de que el entorno es seguro, de que todo está en orden y podemos bajar la guardia. La mala leche nos dice que las cosas no marchan del todo bien, que algo puede amenazarnos y que debemos estar vigilantes.

El dolor y la desesperación deben abrirse al alborozo de la ligereza y la alegría, en el buen humor: ”Toda tarea intelectual es esencialmente humorística”. Así hablaba Zarathustra. Salta la paradoja, la chispa jocosa de la aparente incompatibilidad entre dos ideas, que sin embargo deben ir juntas.

Historias de Paco Sanz ✍️

¿OIGA…? 😳 ¿FEISBUC…?

Publicado el 18 de enero de 2021.

Estimado Señor Feisbuc, ya que no me coge Usted el teléfono le remito la presente, porque como sé que Usted casi todo lo lee, también sé, que me estará leyendo aunque no sé si entendiendo porque su inteligencia artificial es eso: artificial. Por ello, pongo en su conocimiento, que obran en mi poder pruebas de la certeza de su irrefutable estupidez al tratar con la valía de mis datos… Con lo bien que nos podríamos llevar es una pena, pero me veo obligado a decirle que me tiene Usted hasta el capullo amigo Feisbuc, ya que estoy harto de sus manejos tipo vieja del visillo… Y nótenseme las comas y los puntos suspensivos, para que se aclare Usted con lo de la sintaxis.

Haría Usted muy bien en irse a la puta mierda con sus controles y sus espurias intenciones, con sus insidias, y con ese rollo éste de vigilar cual gran hermano a la gente de bien que con inocente intención, intenta, entender lo que pasa por ahí sin que le de Usted por el culo… O, como se diga eso.

¿Aló…? ¿Oiga, se me entiende…?

¿Oiga…? 😳

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

MULTIVERSOS

Publicado el 21 de mayo de 2020

Historias de Paco Sanz ✍️

Dicen los cosmólogos cosas alucinantes. Antes de que los telescopios montados en satélites lo confirmaran, en el límite de resolución de los observatorios astronómicos montados en tierra ya aparecían más galaxias que estrellas. Luego aparecerían la materia y la energía oscura y lo de los multiversos (muchos universos), y todos volvimos a pensar que ahora sí que no entendíamos nada. ¿Quién logra hacerse una imagen del cosmos que tenga en cuenta los resultados de la astrofísica más reciente? ¿Cómo se puede “mostrar” eso?

La idea, de que si se va con la mirada lo suficientemente lejos aparece nuestro cogote, me parece fascinante… Es una una manera curiosa de creer en la bondad del eterno retorno, del azar como determinante de tu destino. O lo que decían los viajeros de antes de los aviones, que el camino más corto para encontrarse a sí mismo era dar la vuelta al mundo.

Nunca he sido ajeno a aquello de que «vive para ti sólo si pudieres. Pero no sólo porque sólo para ti mueres si mueres, sino porque provincia mayor del mundo eres…» El Fénix de los ingenios, el Don Lope de Vega y Carpio de mis clases de bachillerato, lo clavó en aquel inolvidable poema acerca de sus soledades: “A mis soledades voy,/ de mis soledades vengo,/ porque para andar conmigo/ me bastan mis pensamientos./ ¡No sé qué tiene la aldea/ donde vivo y donde muero,/ que con venir de mí mismo/ no puedo venir de más lejos!”

A la banalidad del mal, siempre me ha gustado oponer la conveniencia de la frivolidad… Al menos para no ser un pesado, para no seguir aplastado por el espíritu de la pesadez. Nadie accede de golpe a la frivolidad… Es un privilegio y un arte; es la búsqueda de lo superficial entre los que, habiéndonos apercibido de la imposibilidad de toda certidumbre, ésta, ha llegado a disgustarnos… Es la huida lejos de los abismos que, siendo naturalmente sin fondo, no pueden conducir a parte alguna. Así la frivolidad es el antídoto más eficaz contra el mal de ser lo que se es… Por ella abusamos del mundo y disimulamos los inconvenientes de nuestras profundidades. Sin esos artificios ¿cómo no enrojecer por tener un Alma…? Nuestras soledades a flor de piel ¡qué infierno para los demás! Pero es siempre por ellos, y alguna vez por nosotros, que inventamos nuestras apariencias…

“Soledades”, eso sí que es un oxímoron, no lo de la vuelta a la normalidad con lo que nos están machacando. “Pero sepamos: ¿a quién/ le cuento yo todo esto?/ ¿Hay semejante locura?/ ¡Que hablando conmigo venga,/ y otro cuidado no tenga/ hallándome en la espesura/ destas bárbaras crueldades/ destos ásperos retiros/ diciendo mil necedades/ aquí, donde mis suspiros/ pueblan estas soledades”.

Seguramente espero que tú me oigas, y que te rías de tanta tontería, porque “Tu risa me hace libre,/ me pone alas,/ soledades me quita,/ cárcel me arranca”.

Igual Lope se refería a lo de la soledad en pareja cuando hablaba de soledades, o de la aldea donde vivo y donde muero. Nietzsche acuñó el término Zweisiedler, una manera de ser eremita (Einsiedler), en compañía… Como ahora durante el confinamiento. Sin darnos cuenta nos hemos aposentado cada uno en un lado de la casa durante horas; así que volvemos a echarnos algo de menos, al encontrarnos para cenar juntos, como cuando nos cortejábamos…

También el cosmos social de los conocidos, de los matrimonios, de las amistades, reposa, igual que el cosmos astronómico, en ese equilibrio entre la fuerza centrífuga y la gravedad. La parte más agradable de la vida, su música, y su danza, armonizan la diferencia y la repetición.

Historias de Paco Sanz ✍️

REDES ASOCIALES

Publicado el 15 de enero de 2021

Al principio, allá en 2007, era algo realmente cojonudo, nuevo y divertido, tecnológico, enriquecedor. Y gratis… Cuando algo se expande como se expandió feisbuc a nivel mundial, es porque ése algo era realmente bueno. Esa red, tu red, se comportaba difundiéndose de forma puramente viral, es decir, tenías acceso directo y completo a todos tus contactos y aparecía en tu línea de tiempo todo lo que ellos publicaban. El lío, lo tenías tú para ir discriminando toda esa información que recibías, y claro, ellos decidieron hacerlo por tí… Ésa, fue la cuestión clave.

Recuerda siempre eso de que si es gratis el precio eres tú: tus datos, tu vida. Vale. ¿Pero a que no creías que fuese tan caro…? Un precio altísimo éste de las redes sociales porque mira la mierda en la que se han convertido, y mira la mierda en la que están convirtiendo al mundo: bandos, trincheras, ideologías, mercados.

aaanda y que les den.

Las redes sociales permitían el acceso a una forma totalmente nueva de relacionarte con el prójimo. Algo revolucionario, un salto adelante brutal en tu capacidad de comunicar. Unas herramientas, en apariencia gratuitas, que te proporcionaban una potencia extraordinaria para expresarte en sociedad, en público. Las personas con algo meritorio, talentoso o interesante que contar, tenían más éxito, más seguidores… Así de sencillo.

Llevo tiempo mascullando la idea de que las redes sociales se convierten en redes asociales, justo, en el momento justo, en que se monetizan descarada y salvajemente y se proveen de esos algoritmos, tan listos ellos, que sibilinamente nos van convirtiendo en mercancía clasificándonos para vendernos luego por ahí… Y tengo también la teoría de que si nos dejasen a los usuarios tranquilos, si no hurgaran como lo hacen esquilmando nuestra intimidad y tergiversando nuestras preferencias, las redes se autoregularían por el simple principio de la prevalencia, de la preferencia de los contenidos de calidad frente a los contenidos basura. La gente no es tonta…

Porque la tontería frente a el talento no tiene nada que hacer; porque la verdad es mucho más potente que la ideología; y porque la bondad es a la larga más rentable que la maldad y la lealtad más que la perfidia.

Justo al darse cuenta de la potencia del juguete que nos habían proporcionado, en ese momento, comprendieron que podían empezar a enredar y a joder traficando con nuestros datos; y claro, ahí la cagaron, nos cagaron, la cagamos… Y la hemos cagado, porque nos han tangado, cambiándonos aquel juguete original tan potente y placentero por otro impotente y castrado, aburrido e inútil; y encima, seguimos pagando sin rechistar aquél mismo precio tan caro de nuestra intimidad…

Mal negocio.

…eeen fin. Que no nos engañen.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras

…….

Perros y lobos

Historias de Paco Sanz ✍️

Desconfío de la justicia cuando «nadie habla en nombre del lobo…» Nos jugamos la democracia con tanto ir a votar, con tanta mayoría. La democracia consiste en que dos lobos y un cordero, o viceversa, votan sobre qué van a cenar. En nosotros y a nuestro alrededor proliferan los escándalos, más tarde o más temprano, nos arrastran al apasionamiento mimético y al mecanismo victimario. Hacen de nosotros, y sin que lo sepamos, cómplices de asesinatos unánimes; y tanto más nos engaña el diablo cuanto menos advertimos ésa nuestra complicidad… Y es que esa complicidad no tiene conciencia de sí misma. Nos creemos virtuosamente ajenos a toda violencia.

No resulta sencillo precisar cuál es la buena sociedad, pero sí algunas de sus condiciones; entre ellas, hay una fundamental, la libertad en su sentido más genuino, republicano: la posibilidad de decir que no. Sólo entonces, cuando discrepar no requiere heroísmos, podremos estar seguros de nuestros acuerdos. Es la diferencia entre la unanimidad que es resultado de la discusión, y la que impide la discusión.

La tribu india de los Oneida llegó un día a un lugar que parecía perfecto para vivir en él. Pero después de instalar el campamento se dieron cuenta de que había muchos lobos en la región. Consideraron la opción de exterminarlos, pero después recapacitaron: “¿Qué clase de personas vamos a ser si los matamos?” Tomaron entonces una doble decisión: permanecer en el lugar, y asignar a un hombre la tarea de asistir a las reuniones del consejo y “hablar en nombre del lobo”.

En una vieja fábula, un perro alardea ante un lobo de todos los lugares y comodidades que tiene a su disposición, hasta el punto que el lobo casi se anima a ser como él… Hasta que le pregunta por su collar, y entonces se queda aterrado al comprender qué significa ese artilugio… “No quiero ninguna de tus comidas”, le dijo. Y acto seguido echó a correr y aun hoy sigue corriendo.

La unanimidad esconde a los que mandan. Si las grandes masas fueran tan transparentes como asevera la propaganda, si sus átomos estuvieran tan orientados en una misma dirección, entonces se precisaría una cantidad de policía no mayor que el número de canes que necesita el pastor para cuidar de su rebaño. No es eso lo que ocurre, sin embargo; pues en el seno del gris rebaño se esconden lobos, es decir, personas que continúan sabiendo lo que es la libertad… Y esos lobos no son sólo fuertes en sí mismos; también existe el peligro de que contagien sus atributos a la masa cuando amanezca un mal día, de modo que el rebaño se convierta en horda. Tal es la pesadilla que no deja dormir tranquilos a los que tienen el poder…

La jerarquía que impera en las jaurías caninas, lejos de ser igualitarias como las del lobo, son dictatoriales. Los lobos comen juntos, y aunque el individuo dominante gruña y enseñe los dientes a uno de sus subordinados, éste no se marcha. Los perros raramente comen con el dominante, ni siquiera lo intentan. Los lobos pasan bastante de quién es el dominante; están mucho más interesados por saber quién es el cordero, que por jugar a las mascotas…

Historias de Paco Sanz ✍️

TORTILLAS EN CALDO

Publicado el 13 de enero de 2021.

…a Jesús De La Llave.

El otro día hice por vez primera -y no sé porqué- este guiso que hoy llamaríamos vegano; y colgué de él una foto en el güasap... Recuerdo de niño cuánto detestaba esa comida; era una de aquéllas que yo calificaba sin duda como comida de viejas. También recuerdo cuando años después, harto de la comida del rancho, volvía de la mili a mi casa y le decía a mi madre aquello de: «¡mamá, por Dios, hazme aunque sea unas tortillicas en caldo…!»

Pues resulta que un amigo entrañable de aquella misma mili, tras ver la foto, me ha pedido que le pase esta humilde receta y que además se la pase por aquí por el güasap… Voy a ver si lo consigo.

¡Qué cosas…! 🙄😳

Es ésta una de esas raras y valiosísimas recetas en peligro de extinción, de lo que yo llamaría la cocina del hambre de mi tierra. De aquellos tiempos en los que había que cocinar con casi nada o casi con cualquier cosa… Tenías que tener sobre todo hambre, algo de aceite, una patata para espesar el guiso, una cebolla y un tomate. Y luego, igual daba si tenías un puñado de judías o de guisantes, un par de champiñones o de alcachofas, zanahorias o pimientos; casi cualquier verdura que tuvieras a mano valía. Y para las tortillas, sólo había que tener algo de pan duro y un huevo, un diente de ajo, sal, y si tenías, perejil…

Y espera, que se me olvidaba el consabido aunque imprescindible ingrediente del cariño… Porque mucho cariño había que echarle a los trajines de ese guiso si querías sacar algo sabroso de ingredientes tan parcos.

Como otras muchas en cocina, esta receta hay que empezarla pochando mucho y con buen criterio la cebolla picada fina; luego hay que añadir el tomate rallado, y a fuego muy muy lento reducirlo todo casi a seco. Es lo único que se sofríe… El resto de las verduras sólo hay que cortarlas de forma que queden trozos lo suficientemente grandes para que quepan en boca, y así, poder apreciar los detalles de cada una de ellas adecuadamente. Luego, las añadimos al sofrito y las rehogamos apenas, sin maltratarlas, con cuidado de no romperlas… Un poco de vino blanco, otro poco de agua; y lo dejamos todo a fuego muy muy lento, cociéndose.

«Y ahora, viene cuando la peinan…» 🙄

Es el momento de hacer las tortillas; que no son otra cosa que simples albóndigas, hechas con la miga del pan duro ablandada con un poco de caldo de las verduras y un huevo crudo, y sazonadas sólo con sal, ajo y perejil muy picado… Hay que amasarlo todo con mucho cuidado, muy suavemente, sin aplastar, de forma que nos quede una masa amable y esponjosa con la que hacer a mano las tortillas. Después, hay que sofreirlas un poco, aparte; para que cuajen y no pierdan la forma. Y una vez sólo sofritas, hay que añadirlas con mimo al guiso de las verduras con el fin de que cual esponjas se empapen de los sabores cocinándose poco a poco.

El punto justo del guiso, es, cuando tienes el caldo espesado por la fécula que suelta la patata al cocerla, y a la vez, puedes apreciar en boca el sabor y la textura de las otras verduras sin que se te hayan pasado por un exceso de cocción… Ése, es el momento en el que se añaden las especias o hierbas aromáticas al gusto, se corrige de sal, y listo.

A estas alturas, ya os habréis dado cuenta de que no he hablado en ningún momento ni de tiempos ni de cantidades; mi madre siempre dice que «éso de medir es cosa de reposteros…»

Que en cocina, lo que sirve es el instinto; que la misma comida te dice todo lo que necesita; y que la receta siempre depende de lo que tengas y de cómo hayas tenido, ése día para cocinar… Que la cocina, depende siempre del tiempo que tengas y de los ingredientes que hayan; de la mucha o poca hambre de los comensales; de los fogones y cazuelas con que tengas que guisar; de si hace frío o calor o de si estamos o no de humor; o de si es fiesta o no… 🙄

…eeen fin. Ya está. ¡Que aproveche…! 😳

Gracias por leerme 🙏 💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras

CARTAS DESDE UN BAR

Publicado el 10 de enero de 2021

Historias de Paco Sanz ✍️

Hace años que escribo cartas. Lo hacía antes de que llegaran los ordenadores y aun conservo cartas que escribieron mis padres y abuelos. Los charlatanes escribiendo somos menos aburridos; con no leer la carta no hay siquiera que contestarla. Hace tiempo mis hijos me pidieron que si quería, si tenía que escribir, que me limitara a hacerlo sobre cosas que me pasan; que sobre las cosas que pasan bastante se escribe ya, y que por supuesto que de lo que me pasa por la cabeza no hacía falta que dijera nada. Un sacrificio desde luego, porque no me pasa nada, pero por la cabeza no paran de pasarme cosas.

En fin: “Antes me querías/ ahora no me quieres./ ¡Qué cosas más raras pasan en el mundo/ sin que uno se entere!” Me consuelo pensando que más que buenas cartas por escribir, tengo por delante buenos libros por leer. Una buena carta habla de quién la escribe, un buen libro del lector. El papel de los humanismos ha sido siempre el de “domesticar” a los seres humanos mediante la lectura, haciendo que dominen sus instintos “bestiales”, pero creando unos privilegiados, que se escriben unos a otros extensas cartas bajo la forma de libros…

Cuando al escribir a mis hijos me enrollo como una persiana, recuerdo a veces las disculpas que pedía Unamuno a un amigo al que había enviado una extensa carta: “Si me he extendido tanto al escribirte, ha sido porque no he tenido tiempo” Para escribir bien, supongo… Labore di porre, trabajo de pintor, que va añadiendo cosas. Labore di levare, escultor, que va quitando cosas. Leonardo sea con nosotros.

Antes para escribir cartas uno tenía que hacer buena letra, pensar en expresarse con claridad venía en segundo lugar. Hacerlo, era una especie de cortesía al cuadrado; al menos si uno cree que la cortesía del filósofo es expresarse con claridad, como Ortega dejó escrito no sé dónde.

En Montecasino, Alberico escribió en el siglo XI el Breviario de Dictamine, en el que establece las cinco partes constitutivas de una carta: salutatio, captatio benevolentiae, narratio, petitio y conclusio. La facilidad de escribir cartas tiene que haber traído al mundo -considerado desde un punto de vista exclusivamente teórico- una terrible perturbación de las almas.

¡A quién se le ocurrió que la gente pueda mantener relaciones por correspondencia…! Uno puede pensar en una persona ausente y puede tocar a una presente, todo lo demás supera las fuerzas humanas. Los besos escritos no llegan a destino, son bebidos por los fantasmas en el camino, y esa abundante alimentación hace que los fantasmas se multipliquen en forma desmesurada.

San Francisco pensaba que eso de escribir cartas sin saber quién lo leería no estaba bien; sólo escribía a sus amigos. Nietzsche, que aquél que conoce al lector ya nada hace por el lector. Deleuze, que escribir era cartografiar. Algunos escriben bien porque piensan que Dios les ve… Cuando escribo a mis hijos, pienso que sería peor si tuvieran que aguantarme.

Y aquí estoy, como en un bar, enrollándome con desconocidos. Gertrude Stein sostenía que uno escribe para si mismo y para los desconocidos; una magnífica reflexión que yo extendería a un apotegma paralelo: uno lee para si mismo y para los desconocidos.

Historias de Paco Sanz ✍️

Jumilla. Los 3 Soles.

Cuando nos pasó la cuenta nos dimos cuenta que habíamos sido unos privilegiados. O sea, que en restauración también se puede hacer: habíamos sido servidos como señores, comido como sibaritas, bebido bastante más que suficiente y muy bien, y encima, ¡nos habían cobrado con total honradez…! 🙄😳 Tanto es así, que nos sorprendimos dejando unos cuantos euros de propina y nos prometimos, de veras, el hecho de volver a ese restaurante en cuanto estuviésemos de nuevo lo suficientemente cerca de Jumilla. Gracias, gracias, gracias…

Si estás en Jumilla en un sitio que tiene tanta pinta de auténtico, te ponen al momento delante una carta sencilla pero con criterio, y encima, en seguida viene el dueño a sugerirte con mucha gracia lo que deberías comer en su casa: yo, soy de los que se dejan hacer.

Eso sí, con la comida me dejé aconsejar por el dueño del restaurante, peeero, cuando me preguntó por el vino que prefería le dije una verdad como un templo y que no se le olvidará nunca… Y fue:

— Si yo fuera de Jumilla, y tuviera un perro, sin duda le pondría de nombre Gabino. Así, siempre, al llamarle diría: «¡ven Gabino, venga vino, buen chico…!» 😂🤣

¿No…? 🙄😳 🍷🍇

Y una de las cosas que más me gustó, fue oír al dueño reírse detrás de la barra durante un buen rato mientras se acordaba de mi tontería, y me elegía él el vino.

«No se me olvidará nunca…» me dijo luego.

…eeen fin.

Los 3 Soles, Jumilla, y el vino…

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

AMIGOS DEL COLEGIO…

Publicado el 9 de enero de 2020.

Quiero al Rovira algo así como a un hermano porque nuestros apellidos casi consecutivos por orden alfabético, hicieron que casi siempre estuviéramos sentados en el mismo pupitre, durante años y años. Él era zurdo, y siempre jugábamos a éso de darnos porsaco sentándonos él a la derecha y yo a la izquierda del pupitre: nos divertíamos estorbándonos al escribir.

Como los seres humanos nos formamos como tales -o nos forman- de niños, la infancia es indudable que marca el resto de nuestras vidas de forma indeleble. Por ello, no sé si me pasa a mí solo éso de tenerles tanto y tan especial cariño a mis viejos amigos, a aquéllos compañeros y colegas de infancia, de colegio, de juventud… Tengo la teoría de que querámoslo o no, las personas de las que sabemos ciertos secretos están más cerca de nosotros; que nos unen con ellas saberes íntimos de índole tan personal que es un tesoro saberlos.

Y yo, os advierto que tengo el tesoro de saber algunos secretos vuestros, nuestros… Recuerda, cómo eran de frías nuestras antiguas escuelas; de qué era aquel bocadillo preferido que te ponía tu madre para almorzar; si jugabas bien al fútbol o eras un fardo como yo, y quién se duchaba luego en los vestuarios y quién no; los que ligaban más, quiénes no ligaban tanto, y los que no ligábamos nunca… Yo me acuerdo del gesto del llanto en tu cara cuando te lisiaste la rodilla en aquel golpe en bicicleta; de si tenías mal perder pero eras un buen chico; o de si eras un malqueda pero porque te daban miedo las chicas.

Sé de ti y tú de mí secretos de compañero tan entrañables, que también sé que nos unirán un poco para siempre. Sé si eras de los listos, de los revoltosos o de los empollones; si te comías los mocos, las uñas, las dos cosas o ninguna; y sé si eras valiente, solo tímido, o llorón… Todavía me acuerdo de la música que te gustaba, de muchos de los conciertos a los que fuimos y de si eras viciosillo, solo bailaorico, o las dos cosas.

Y sé si eras un genio, que también los hay entre nosotros, mira Daniel García.

Os quiero. Mucho.

💞

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

¿Me habré vuelto virtual…?

Publicado el 30 de diciembre de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

¡Anda que si les quiero porque no están conmigo! ¿Me habré vuelto virtual? A menudo para que descubramos que estamos enamorados, incluso quizá para que nos enamoremos, es necesaria la separación. El amor entendido como carencia. Amamos con especial intensidad al perseguir algo inaccesible, lo que no poseemos; amamos de un modo particular cuando lo hacemos sólo en potencia, al darnos cuenta de que «no está conmigo…» Moriremos solos. Es preciso, pues, hacer como si estuviéramos solos. Reposar en la soledad de su compañía; y así, su ausencia duele, y es más difícil descansar.

La gente deprimida tiende a actuar con más calma bajo la presencia de la amenaza o la catástrofe, es como si ya supieran que cosas así iban a suceder. La estrategia del melancólico: la única manera que tiene de relacionarse con las cosas que no ha tenido nunca, que nunca tendrá, es tratar a las cosas que aún tiene como si ya las hubiera perdido. «Si no sabes si la quieres piérdela…» La necesidad como carencia, o la necesidad como proyecto. «La miseria consiste no en la carencia de las cosas sino en la necesidad de las mismas».

El manipulador saca partido de este hecho: en efecto, no es la gran variedad de cosas lo que deslumbra. Es posible desasosegar mucho más al ser humano y meterle más miedo, si se le da a entender lo que puede desperdiciar o perder si no colabora haciendo ésto o aquéllo. La potenciación de las necesidades fuertes, está en la base de las maniobras de manipulación de las necesidades. Los individuos que han desaprendido a reconocer sus propias necesidades y a reclamar sus propios derechos, se convierten en presas de la megamáquina que define, en lugar de ellos, sus carencias y sus reivindicaciones. «No tengo ganas de saber lo que me falta, sino de conseguir lo que quiero…» La voluntad de poder no hay que entenderla como querer el poder, sino como el poder querer.

La voluntad creadora y donadora, “la virtud que hace regalos”, que se encuentra en el propio hecho de desear su objetivo: lo que quiero, lo necesitaré siempre. Se concentra en la necesidad, como proyecto de satisfacción, no como final de una carencia.

Mucho me temo que lo que queda en mí de amor a Dios, al Azar que me constituye, a la totalidad que me engloba, provenga de aquellos malos religiosos en mi educación. Dios es amor, o Theós agape estin.

Historias de Paco Sanz ✍️

EL PÉNDULO Y EL SOFÁ

Publicado el 7 de enero de 2021.

Sobre nuestras cabezas, el péndulo del reloj de pared como siempre, parecía que nos señalaba cada vez a uno: tic, tac, tic, tac… Sentados ella y yo, estábamos justo en el mismo sitio donde siempre se sentaban el uno junto al otro: bajo el abrigo del tapete y del brasero de aquella mesa de camilla. Mi padre a la izquierda de mi madre; una en la mecedora, el otro en el sofá. Y el mismo reloj, marcando siempre el mismo tiempo sobre ambos; y el péndulo señalándolos cada vez a uno; y durante tantas y tantas horas juntos: tic, tac, tic, tac…

— Me he sentado en su sitio, para que no se me fuera la mirada cada dos por tres…

Me lo dijo cerrando el libro que llevaba en danza… En el mismo instante no la entendí. Pero cuando empezó a llorar me di cuenta, terminé de entenderla, y lloré yo… Claro, ahora que no estaba él, a la pobre no hacía más que írsele la mirada hacia la izquierda buscándolo. Y por eso mismo se había sentado en su sitio, pobrecilla, para que no se le fueran los ojos cada dos por tres mirando su vano en el sofá… Es muy difícil carecer de repente, que te arrebaten, algo que ha sido siempre tuyo. Como hace la muerte.

Estar casi sesenta años junto a la misma persona. ¡Ufff…! Una sensación confortable de cotidianeidad, sí, pero seguro también que de labor hermosa e importante, de seguridad irrompible y de vínculo interior tan sólido, que debe de ser muy difícil digerir el hecho de dejar de experimentar todos esos sentimientos de un día para otro… Como siempre hace la muerte.

— Ahora, como no puedo mirar a su sitio porque estoy yo sentada, ya no me da por girarme a mirarlo…

¡Cómo se llena un hueco así debe de ser una labor insondable de reconstrucción íntima, de auténtica lucidez personal, y para la que se debe invertir seguramente una enorme voluntad de superación y una más enorme aún capacidad de evolución…! ¿No…? 🙄

Pequeños detalles, pequeños resultados, grandes ejemplos. Mucho amor… ¡Ojalá, algún día, álguien, me echara a mí así de menos…! Buena señal sería.

…eeen fin. Te quiero Mamá… 💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

LA MENTIRA

Publicado el 13 de marzo de 2020.

Historias de Paco Sanz ✍️

El problema de acabar no creyendo en Dios es acabar creyendo cualquier cosa. El problema de que nos hayan mentido tanto por nuestro bien es que ya no les creemos. Las noticias se han vuelto todas tóxicas, así que a alimentar rumores tocan. Como el que parecía que sabía, no sólo no sabía sino que además miente, tenemos tendencia a pensar, demócratas como somos, que lo que cree más gente es la verdad. Desgracia es que la mayor prueba de una verdad sea el número de sus creyentes, siendo así que en una multitud los tontos sobrepasan en mucho a los sabios. Como si hubiese cosa más vulgar que no saber juzgar de nada, decía Cicerón. Sanitaris patrocinium est, insanientium turba? (¿Daría testimonio de cordura una turba de insectos?) por decirlo como San Agustín.

Nos tratan como a tontos porque eso funciona. Empieza a extenderse el rumor, no cesa de amplificarse el rumor, de que el sistema explicativo necesita perfeccionarse cada vez más para hacer más fáciles las explicaciones para aquellos que no las comprenden de cómo tan fáciles se las enseñan… La explicación no es necesaria como remedio de una incapacidad de comprender. Es al revés; ésa incapacidad es la ficción estructurante de la concepción explicatriz del mundo. Es el explicador el que tiene necesidad del incapaz y no a la inversa, él es el que se constituye en incapaz de explicar. Explicar algo a alguien es, en primer lugar, demostrarle que no puede entenderlo por sí mismo.

Querer tratarlo todo a escondidas de los ciudadanos y no creer que eso no hace más que fomentar los rumores, y querer que a partir de ahí no entiendan todo al revés y emitan juicios falsos es el colmo de la estupidez. Al menos según Spinoza. Nos tratan como a miserables. Se ríen de nosotros: “Todo cuanto hay se burla del miserable hombre: el mundo le engaña, la vida le miente, la fortuna le burla, la salud le falta, la edad se pasa, el mal le da priesa; el bien se le ausenta, los años huyen, los contentos no llegan, el tiempo vuela, la vida se acaba, la muerte le coge, la sepultura le traga, la tierra le cubre, la pudrición le deshace, el olvido le aniquila, y el que ayer fue hombre hoy es polvo y mañana nada”. Así lo dejó escrito Gracián.

¿Que quiénes son esos que mienten por nuestro bien? Los que llevan lo de la pandemia esa, claro. Mentiris ut medicum. Mientes como un médico decían en la Edad Media. Con la verdad incompleta, para variar: “¿Dijiste media verdad?/ Dirán que mientes dos veces/ si dices la otra mitad”. En eso estamos.

Historias de Paco Sanz ✍️

EL LAGO DE SANABRIA

Publicado el 2 de enero de 2020

El Tajo y el Gordo, Plátano y Dibidibi, el Tahullas y el Bascu, Salticos y el Cabesón… Y muchos otros que no quiero nombrar porque me olvidaría de otros muchos, ya que muchos son también los años que hace de aquéllo. Unos pipiolos; yo incluso era todavía menor de edad. Fue un viaje legendario. Fue, creo que mi primer verdadero viaje. Unos tiempos en los que no teníamos nada parecido a lo del Erasmus, y lo más lejos que habíamos salido de nuestras casas era francamente poco… Fuimos de acampada ni más ni menos que al lago de Sanabria; tan lejos como en autobús de Alicante a Zamora; y con mis amigos de siempre y del instituto.

«No te digo ná, y te lo digo tó…»

Lo primero que me viene al recuerdo según escribo, es, la Luna reflejada en la superficie del hermoso espejo negro de aquel lago; serían ya las tantas de la noche… Con el empuje de las cervezas que ya llevábamos en el cuerpo, y la excitación acumulada en nuestra primera jornada de viaje, nos propusimos no dormir esa noche en las tiendas sino a la intemperie; con un par… Tras unas cuantas vueltas exploratorias a los alrededores del lago, encontramos algo así como un promontorio, una maravillosa plataforma rocosa plana, justo, al borde mismo de aquellas aguas tan oscuras, quietas totalmente de tan plácidas… Precioso.

Hacía una temperatura estupenda, y elegimos quedarnos a pasar la noche allí mismo, en nuestros sacos, fumando charlando y bebiendo cerveza. Y tan estupenda era la temperatura que claro, por la noche, durmiendo durmiendo nos fuimos destapando… Lo bueno fue de madrugada, cuando nos despertamos acribillados por el escozor de los picotazos en nuestros culos destapados.

Unos picotazos no ya de mosquitos sino pareciera que de tábanos, que muy hermosos ellos se criaban la mar de contentos entre tanta humedad, nuestros culos asomándose, tanta mierda de vaca, y tan estupenda temperatura… La madre que los parió.

¡Qué risa…!

La segunda de las cosas que me vienen a la mente, es, cuando para fumar porros y que no nos vieran los profesores, acordamos el meternos siempre en la tienda del Gordo y el Plátano. La alegría de la fiesta del campamento era la tienda aquélla… El completo desastre al entrar en ella lo tenías claro, cuando veías que para que le diera el aire a la provisión que tenían de morcillas salchichas y chorizos, los tenían oreándose, sí, pero simplemente así como que tirados fuera de la tienda justo encima de los calcetines sucios, de las camisetas sudadas y los calzoncillos usados que se iban amontonando por ahí, al sol… Luego, en la barbacoa igual daba.

¡Qué cosas…!

El día que tuvimos libre -que nos dieron la suelta– no se nos ocurrió otra cosa que alquilar un taxi: un Dodge Dart antediluviano enorme, de color beige, y con un muy muy buen conductor… Luego, una vez montados en él, que si vamos a Orense que si vamos a Zamora o que dónde coño vamos. «Vamos a Portugal que está más cerca…» sugirió el conductor…

¡No hay huevos…! 🙄😳

Nos miramos unos a otros, y si todavía tengo un recuerdo clavado fue esa escapada hasta Braganza. No te rías… Fue más que una aventura.

En aquella época no formábamos parte siquiera del Mercado Común, y ésto de la Unión Europea que hoy disfrutamos era algo impensable, imposible… Pasaportes no teníamos; carnets de identidad sí, menos mal. El problema era que yo, un menor de edad sin tutela, no podría cruzar frontera alguna… El lío, empezó cuando llegamos a una de aquellas barreras con caseta y guarda, en la que tenías que enseñar hasta lo que habías comido a mediodía para que te dejaran pasar la frontera. Tras terciar con el guarda el conductor a nuestro favor, él mismo, Dibidibi, el Gordo y el Plátano -los cuatro- tuvieron que firmar un documento en el que se responsabilizaban de mí y de cómo me comportara. Algo así, como si de pronto se hubieran convertido en unos primos míos mayores; digo yo…

Tras unos treinta kilómetros más por aquellas carreteras tremebundas, llegamos a Braganza. «Llévenos al centro…» Nos chocó, el que unos rebaños de cabras cruzaran una capital de provincia justo frente a las oficinas de correos y del ayuntamiento… Era, como si vieses borregas pasando y cagando frente al Corte Inglés de Alicante.

…eeen fin. 🙄

Y recuerdo, cómo íbamos acabando las existencias de cerveza Sagres fría, conforme íbamos riéndonos y sentándonos en las terrazas de aquellos baretos del centro. ¡Qué juerga…!

«No te digo ná, y te lo digo tó…»

Cómo volvimos es otra historia… Todo, fue mérito del conductor del taxi. 😂🤣

Menudo viaje. 🙄😳

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

Matrimonios y funerales

Historias de Paco Sanz ✍️

Ayer asistí al funeral del que había sido mi sobrino favorito. Murió hace ya tres años. Lo de que asistí, quiere decir que estuve esperando a que salieran los allegados desde el banco que está más cerca de la puerta de la catedral donde la ceremonia religiosa tuvo lugar. A un servidor de ustedes las iglesias le encantan, pero en cuanto le da al de sotana por aparecer, por “oficiar”, se larga… Hace tiempo que obtuve el nivel de:

“¿Paco…? 🙄😳 ¡Ya sabéis cómo es…!»

El cuerpo de mi querido sobrino en su día fue quemado. La familia se toma lo del duelo y los funerales en serio. Ayer, a las puertas de la catedral relucían los ojos de mi hija. Poder llorar, haber querido tanto… ¡Qué nivel…! Hemos desplazado el rito funerario de su función social a su función psicológica. El duelo ya no es lo que se socializa sino lo que se psicologiza… Ya no se lleva el duelo, se hace. Hay un trabajo de duelo que llevar a cabo. Además, se ha desplazado también de lo rural a lo urbano. Ya no se les da tierra a los muertos. Se les quema. Las cenizas pueden ser dispersadas desde una cima soñada.

Las de mi padre se las llevó el agua del río en el que acostumbraba a pescar. Los restos del cuerpo de mi madre reposan en lo que fue carne mortal en el panteón familiar junto a dos de mis abuelos y varios tíos. Cuando paseo junto al río pienso a veces en mi padre, y cuando estoy en el cementerio y pienso en mi madre, suelo sentarme. Cada uno trata con sus fantasmas como puede.

No creo en los fantasmas, claro, pero me dan miedo. En cuanto a lo del trauerarbeit, el trabajo de duelo: demasiadas veces he visto aparecer a la melancolía por no haberlo llevado a cabo como Dios manda. Aspiro a que mis escritos tengan en mi vida un encanto funeral, amarillo y romántico, como si yo ya hubiera muerto. “Sigue pues, sigue cuchillo/ volando, hiriendo. Algún día/ se pondrá el tiempo amarillo/ sobre mi fotografía”.

La elaboración del duelo se hace mediante la introyección de la persona amada, mediante la readquisición del objeto perdido, al que se transfiere la imagen del propio Yo… Es un caso de canibalismo psíquico, en el sentido de que la persona de luto devora en el duelo a la persona desaparecida, tratando de evitar su pérdida. El olvido activo hace a la vida digna de continuar. Todo debe llegar a su fin. Incluso el trabajo de duelo. De otro modo la sangre nunca se seca. El perdón no es suficiente; no puede sustraerse a su propia contingencia… Sin olvido seríamos unos monstruos inconsolables.

Las mujeres de mi alrededor llevan mejor el duelo que nosotros. Hace poco escuché a mi Santa, cuando una vez más estuve algo impertinente, decir a sus amigas viudas éso de que «no sabían la suerte que tenían…» Los hombres llevamos peor lo de quedarnos solos. Eso de que el “duelo de mujer muerta dura hasta la puerta” o lo de que “a quien Dios quiere favorecer, se le muere la mujer”, no me lo creo… Lo que me creo, es que cuando una mujer vuelve a casarse lo hace porque detestaba a su primer marido, pero cuando un hombre vuelve a casarse lo hace porque adoraba a su primera mujer… Las mujeres prueban suerte, los hombres arriesgan la suya.

Historias de Paco Sanz ✍️

Cumpleaños

Publicado el 22 de agosto de 2020.

Que cuántos cumplo, me preguntan. ¡Pues coño, uno…!

Cumplo uno, los otros cincuenta y tres ya los tenía. Otra cuestión es cuántos tengo o si realmente los tengo, o si los tenía; si realmente los tuve, o si viviendo los he perdido, los he quemado, fundido o gastado, acaso dilapidado; o si quizás, los he aprovechado… Finalmente, la última controversia es, cuál, es en verdad mi edad.

Y como es precisamente el tiempo transcurrido en experiencias vitales, lo que en verdad nos marca realmente los anhelos, me siento todavía diríase que con el mismo tiempo que yo tenía justo, en el momento justo que asistí al tiempo justo que duró el parto de mi segunda hija. ¡Uffff…! ¡Vaya momento, llegué justo a tiempo y vaya experiencia tan vital…! ¡Qué ganas de vivir…!

Y sí, yo soy aquél, mentalmente aún soy aquél. Algunas cosas ya no funcionan de igual modo pero en el fondo yo soy el mismo: aquél, incluso algo más mañaco; como que aún más niño. ¡El tonto de mí…! Pero bueno, como en este juego mental de tontos te puedes plantar cuando quieras yo me planto en la época aquélla. Me quedo, en aquéllos los años de la potencia de fuego y del vigor máximo, y de la mente abierta también al máximo a golpes de experiencias. Luego, la vida, ya me la pondría dura, o no.

…eeen fin.

¿Que cuántos cumplo…? ¿Yo qué sé…? Siempre he necesitado que me llevasen las cuentas…

Sabéis que os quiero 💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

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LOS CUÑAOS…

Publicado el 23 de diciembre de 2020

Los cuñaos estamos muy infravalorados. Mira el mío: le das un par de destornilladores y a mi hermana y te monta una casa; es muy mañoso. Quiero mucho a mi cuñao Carlos, casi tanto como a un hermano pero como sin el casi. No tengo hermanos; no tengo esa suerte. Sabe de mí prácticamente lo mismo que sabe mi hermana, y pese a ello, creo que algo sí todavía me aprecia… Sólo tengo cosas fantásticas que contar de todos los que fueron y son mis cuñaos: Lorenzos, José Albertos, José Antonios, Andreses, Antonios, José Marías, Lennes, Joaquines… y Carlos.

Muchas veces, son incluso mejor que uno mismo y por éso justo, precisamente por éso, no sé si me tengo del todo por un buen cuñao; es decir: no sé si estoy del todo a la altura de mis cuñaos… El mío por antonomasia siempre ha sido Carlos, pero porque lo ha sido desde siempre. Y me explico: tanto es así, que a su madre cuando lo parió, la matrona al entregárselo para que se abrazasen por vez primera seguramente le diría algo así como: «tome Señora, ha tenido Usted al cuñao de Antonio…»

Si es que lo tengo que querer… Mi cuñao está tan junto a mi hermana, y lo está desde que eran tan tan jóvenes, que desde siempre han dado envidia de ésa de la buena… Y la pregunta siempre ha sido la misma: ¿cómo puede ser éso de estar siempre con la misma persona y que después de tantos años te siga gustando, la sigas amando y encima que se te note, tanto…?

Sólo tienes que ver con qué brillo se miran a los ojos cuando discuten… Ahora que lleva gafas para la presbicia, a mi cuñao se le nota un poco más… ¡Cómo se baja las gafas, muy lentamente, hasta la punta de su nariz, y mirándola por encima y con pachorra le dice eso de: Emilia ¡coooño…!!

Precioso, no me lo negaréis… El amor y la intimidad que aporta la frecuencia y la cercanía en una pareja se pueden expresar de formas tan distintas… ¡Qué bonito…!

…eeen fin.

Y ahora, gracias al vivir con mi Señora, resulta que a más de cien kilómetros de casa, encuentro por casualidad a unos que ahora también son mis cuñaos; y me lo paso tan tan bien con ellos, son tan queridos y tan familia, que mira tú por dónde qué suerte he tenido… La de juergas y aventuras cómplices que se corre uno por ahí con sus cuñaos.

¡Ay, si yo te contara…!

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

EL SUEÑO

Publicado el 29 de noviembre de 2020.

Historias de Paco Sanz

Dormir bien es como cagar bien, claves para envejecer bien. La primera queja que reportan los geriatras: el estreñimiento; la segunda, el insomnio. De que se nos vaya la cabeza suelen quejarse los demás. Mi filósofo de cabecera dice que es difícil dormir bien, que para ello hay que estar bien despierto todo el día. El gaucho lo tiene más claro: “Cada vez que considero/ que me tengo que morir/ tiendo mi capa en el suelo/ y me «jarto» de dormir”.

Cuando era niño iba a la iglesia, de joven fui al mar. De niño dormía bien, pero tuve que hacerme a la mar para poder entender lo de rezar. De mayor leí: “Quien no sabe rezar debe ir al mar/ y quien no sabe dormir a la iglesia debe ir”. En mi caso fue exactamente así. No me he atrevido a decirle nunca a un paciente que rece para dormir, la religión y la medicina deben guardar las apariencias, y mi alegre travesura no da para tanto. Aunque bien recuerdo una oración de Unamuno: “Méteme, Padre Eterno, en tu pecho,/ misterioso hogar,/ dormiré allí, pues vengo deshecho,/ del duro bregar”.

En los sin techo puede observarse como la necesidad de espacio para dormir se acerca al mínimo; una caja de cartón sobre la cabeza puede valer para señalar la demanda de espacio del durmiente. Del más famoso de los sin techo se ha transmitido ese dicho: “Los zorros tienen cuevas y los pájaros del cielo tienen nidos: pero el hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza”. ¿Qué significa esto? Quien es sostenido por una hiperinmunidad esférica (et non sum solus, quia pater mecum est) no estoy solo porque mi Padre está conmigo; no exige un lecho propio, pero sí un cobertor paradisíaco.

Para conciliar el sueño a veces hay que tomar pastillas, más veces de lo que quisiéramos confesar, los efectos secundarios de las pastillas para dormir son menores que los de no dormir, eso no se lo puedo contar a los que duermen bien, aunque es algo que no cuesta mucho venderle a los insomnes. Un insomne es alguien que toma somníferos. Que depende de ellos para dormir.

También ayuda a dormir bien el olvidar bien. O al menos el tener esperanzas. Una vez leí de un experimento, en el que los participantes que completaron una lista de quehaceres pendientes antes de acostarse, conciliaban el sueño, de media, 16 minutos después de apagar la luz. En cambio los que se quedaron pensando en el pasado, necesitaron de promedio, 25 minutos para dormirse. Cuanto más específica y extensa era la lista de actividades por efectuar, antes cerraban los ojos los voluntarios.

La más temprana experiencia humana es la carencia. Carencia de oxígeno, que ciertamente activa el mecanismo respiratorio, pero no sin un sentimiento de asfixia. La segunda sumirse en el olvido: dormir por vez primera, como todas las venideras, es “regresión al estadío de mágica omnipotencia alucinatoria en el cuerpo de la madre”. Dormir es sucedáneo de prenatalidad. Cada uno se defiende, con sus sueños de “nacer” a un mundo de deseos imposibles de cumplir: se defiende de despertar. Dígase lo que se diga, el instante más feliz de las personas felices es el de dormirse, y el más infeliz de las personas desgraciadas, el de despertarse.

El sueño es como un segundo apartamento que tuviéramos, y al que fuéramos a dormir, abandonando el nuestro. En una poesía que Juan Ramón dedicaba al agua soñada, recuerdo mi dormir cuando navegaba: “El dormir es como un puente/ que va del hoy a mañana./ Por debajo, como un sueño,/ pasa el agua”.

Por volver al de la cabeza de pólvora, al poder anfetamínico de su retórica:”¿Qué hacer para estimularse cuando uno está disgustado y fatigado de si? Uno recomienda la tabla de juego, el otro el cristianismo, un tercero la electricidad. Pero lo mejor querido melancólico, sigue siendo: dormir mucho, en sentido propio y en sentido figurado. ¡Así se reencontrará la mañana! El punto de apoyo en el arte de vivir consiste en intercalar en el buen momento el sueño bajo todas sus formas”.

Historias de Paco Sanz

Se me olvidó el miedo…

El calambre en los gemelos y en el bíceps femoral me hizo parar de golpe, y empecé a intentar estirármelos de alguna manera; era difícil… Cuando me giré, y vi la distancia que había recorrido me asustó un poco la idea de tener que volver, la verdad… Mi pierna acalambrada me lo pondría difícil, pero el verdadero problema es que ya estaba muy lejos de la playa y no podía parar de moverme si quería permanecer a flote… Y me estaba agotando.

Es chocante que por la noche, al recordar el suceso, me entrase tanto o más pánico que mientras me sucedía. No pude dormir de ansiedad pensando en el miedo que había pasado. Era evidente, que había cometido una imprudencia además de una torpeza y una tontería, porque olvidé algo tan sencillo como que el mar es bastante más peligroso que la montaña, ya que uno se muere si no respira. ¡Qué cosas…!

Así, que no podía dejar de bracear si quería seguir vivo, y claro, se me amontonó la faena: el calambre, el cansancio y mis cincuenta y siete años; la obligación de no parar de moverme a la vez que la imposibilidad tan dolorosa de usar mi pierna derecha; el tabaco, la necesidad de seguir nadando para escapar del mar; y por último, el miedo tan grande que me estaba entrando…

¡¡Ahhh… Ufff, Ahhh…!!

Estaba hiperventilando y agotándome a unos doscientos metros de donde haría pie, y casi, diría, que me faltó bien poco para entrar en pánico: inspiraciones largas, expiraciones cortas; control de la respiración.

¡Tranquiiilo…! 😳

Mira, que he sacado gente a medio ahogarse de esta playa, pero la verdad que en ese momento no caí, para nada, en aquel detalle tan importante: se me olvidó el miedo… Estaba claro, que me había hecho el chulico de más con mi sobrino cuando me retó y me dijo aquéllo: ¿queeé, tío, vamos…?

Después de azuzarnos mirándonos arrancamos a nadar como locos hacia las boyas situadas a unos trescientos metros de la playa… Y se ve, que sobrestimé a éste mi cuerpo serrano, y olvidé -parece ser- que el motor ya no es el mismo que el de hace algunos años aunque todavía funcione más que bien… Que la carrocería es verdad que está como está, y el chasis, tampoco es que esté mal pero bueno: la verdad es que casi la cago por tonto…

Haciendo la ranita, llegué, y necesité al menos quince minutos para recobrar el aliento donde ya hacía pie; esperaba reponerme, casi ahogado, sudando, asustado… No era cosa de salir del agua resollando como un fuelle y que me confundieran por ahí con un madrileño en apuros, de ésos, que les da un jamacuco en la playa en cuanto se mueven un poco… 🙄😳

La cosa, es que cuando me vi tan mal me vi muy mal, muy muy mal: de verdad. Jamás, había estado tan al punto de ahogarme y menos de esa manera tan tonta… Y sí, pasa el carrusel de tu vida en un instante, sí.

No sé, si tenéis suerte o no de poder leerme hoy… 🙄😳

…eeen fin. 💕

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.

MI HISTORIA CON PACO SANZ

Publicado el 17 de noviembre de 2020.

Sabes que has encontrado algo gordo, importante, sólo echando un primer vistazo a sus párrafos. Nunca has visto nada igual: tan radical y tan directo, tan corto ni tan bien escrito. Ni tan filosófico… Cada uno de sus relatos, textos o disertaciones -no sé cómo llamarlos- son un viaje por la Historia o por la medicina; un recorrido poético; una búsqueda de ciencia envuelta en filosofía; nada más, y nada menos.

Recuerdo que fue gracias a uno de mis berrinches en feisbuc al ser censurado descaradamente, cuando le encontré… Os explico. Buscaba otra red social que no me hiciera trampas y encontré una llamada MeWe. Esta aplicación hace gala de que no interfiere para nada en la viralidad de tus publicaciones. Tanto tienes, tanto vales. Cuanto mejor y más contenido creas y publicas, y cuantos más contactos tengas y respondan, más éxito tiene lo que publicas. Así de simple debería ser… Y lo típico: que si hazte un perfil y pon tu foto, que si ponte a buscar gente por ahí con la que conectar porque para eso es una red social… eeen fin, más o menos como el rollo del feisbuc.

Es solo fruto de una curiosidad, de una coincidencia temporal, pero creo que empecé a leerle diría que precisamente la primera noche que comenzó nuestro confinamiento; allá en aquel infame marzo. No tenía ni idea de quién era, ni siquiera de si era o no álguien; de si no fuera a ser acaso un bot de inteligencia artificial, de ésos que juegan a dar por culo por ahí confundiéndonos… Pero por la hondura y por los detalles de cómo escribe deduje que no, que era un humano. Creo que es un catalán oriundo de Sort, aunque se ve que ya no vive allí.

Leerle todos los días, diría que es como lo que se siente cuando llegas agotado, sucio, tarde a tu casa, y lo primero que haces es ducharte con un buen jabón y abundante agua caliente… Empiezo a leerle, y experimento una especie de alivio, de placer beatífico, en esa forma digamos que de limpiarme al restregarme con sus palabras. El aseo personal es algo muy importante dado cómo está el mundo, y lo de que lavarse es algo imprescindible y muy placentero no me lo negaréis.

Pues el mero hecho de leerle, es, como que eliminara la roña que se me pega al cuerpo; como que me limpiara a fondo agujeros y recovecos. Leerle es aclarar con dialéctica y retórica, ciertos espacios nuestros, espirituales o no sé si intelectuales, que lo cotidiano nos anega con la mierda de la prisa.

Leyéndole sé, que seguramente es un octogenario, de ésos que lejos de creerse relegados saben que están de sobra en plenas facultades… Se ríe del mundo, y piensa y escribe de él de una manera, que se nota que lleva muchísimo tiempo pensando y riéndose… Uno de tantos superdotados anónimos que seguro hay por ahí, rodeándonos, pero que entre tanto ruido mediático nos pasan desapercibidos. Sin darnos ni cuenta.

Tiene Paco Sanz un perfil en MeWe, en el que no se puede interactuar en modo alguno con él salvo comentando sus publicaciones. Otra cosa es que te conteste, ya que hace gala de su cierta mala educación a ese respecto: se ve que no le gusta meterse en berenjenales… La única vez que me ha contestado fue cuando le pedí permiso para compartir en mi blog algunos de sus artículos. Su respuesta fue lacónica, afirmativa pero como a la defensiva; como cuando crees que estás hablándole a una máquina o a algo que te pueda hacer trampas… Es chocante, pero le pasó igual que a mí: que desconfió.

Un genio de las historias en un folio.

Un Maestro.

Antonio Rodríguez Miravete. Juntaletras.